Epílogo.
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5.11K 🔥
No lo puedo creer. Cuando escribí esta historia nunca imaginé que pasaría de las 10 vistas, lo juro. Puede que 5.11K no sea mucho para algunos, sobre todo para las personas que sobrepasan los millones de vistas, pero esto es súper especial para mí.
Muchísimas gracias a todas las personas que se han tomado el tiempo de leer esta historia, e incluso de ponerla en sus listas de lectura, es asombroso.
Cuando finalice esta historia supe que no podía concluirla de la manera en que lo hice, y definitivamente tuve que escribir un epílogo para ella, así que...
¡disfruten!
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Camila P.O.V
- Camila... - la mano que tenía Lauren antes en mi estómago pasó a apretar mi brazo - Mi amor...
- Mmmmhh. - murmuré sin abrir los ojos a pesar de lo fuerte que me apretaba ella, y todo era gracias al enorme desvelo que me había causado jugar con Alex
- Camila... - repitió
- Duerme un poco, nena, es muy tarde. - ella soltó un gruñido en desaprobación y apretó más fuerte mi brazo haciéndome abrir los ojos de dolor - Mierda, duele, duele, duele. - dije dando golpecitos en su mano con la intención de que me soltara, ya que incluso me estaba enterrando las uñas
- ¡No te voy a soltar, te he estado hablando y parece que es más importante que estés dormida a enterarte que se me ha roto la fuente, Karla! - gritó y tarde unos segundos en procesar lo que salió de esa hermosa boquita que tanto amo
- ¡El bebé ya viene! - grité y sin previo aviso me levante muy rápido de la cama para ponerme mis pantalones y buscar una sudadera para mi y para Lauren, luego tomé a mi esposa en brazos y baje lo más rápido que pude para meterla en el auto - ¿Y las llaves?
- ¡Las dejaste en la mesa, Camila! - me gritó evidentemente enojada - ¡Apúrate o tu hijo nacerá en el maldito auto!
Corrí lo más rápido que pude por la casa y conseguí las llaves no sin antes haber roto algunas cositas de cristal que Lauren tenía por ahí.
Cuando llegué al auto mi esposa se estaba retorciendo y llorando de dolor, ya que al parecer el pequeño realmente tenía prisa por salir y en esos instantes me odie por no poder hacer nada que le ayudara a no sentir el dolor que estaba sintiendo.
Encendí en auto y me puse en marcha. Nunca antes en mi vida había manejado como lo estaba haciendo ahorita y la verdad es que no me importaba en lo absoluto.
- Disculpe, no se puede estacionar aquí, es específicamente entrada y salida de ambulancias. - me dijo un guardia cuando baje del auto, pero lo ignoré y abrí la puerta del copiloto para sacar a mi esposa, que cada vez lloraba más - Señora... - tocó mi hombro
- ¡Cierre la maldita boca, estoy apunto de parir un maldito bebé y duele como la mierda, así que si gusta pongamos una jodida multa! - le gritó Lauren y el señor se quedo como piedra - ¡Camila!
- ¿S- s- sí, nena?
- ¡Muévete!
- Cierto, cierto. - susurre y camine rápidamente hacia la entrada de urgencias con Lauren en brazos mientras gritaba en busca de ayuda
Afortunadamente entre mis gritos de auxilio y los gritos de Lauren unas enfermeras se acercaron a nosotras y con ayuda de un doctor la subieron a una camilla y se la llevaron rápidamente a la sala de parto.
- ¿Señorita, está bien? - preguntó una de las enfermeras que me ayudaron
- Voy a tener un hijo. - dije tontamente y la enfermera me sonrió mientras me tomaba del brazo
- Vamos, tiene que llenar papeleo y luego si quiere puede avisar a quien guste sobre la llegada de su bebé.
Después de cinco minutos llenando el papeleo correspondiente que me proporcionó la enfermera, llamé a la madre de Lauren y luego a mis padres, también llamé a los hermanos de mi esposa y a Sofia, quienes no tardaron mucho en llegar.
- ¿Ya nació mi nieto? - la voz de Clara Jauregui inundó la sala de espera y yo negué viendo como la mujer suspiraba de alivió al haber llegado a tiempo
Taylor y Chris venían atrás de ella y los tres me abrazaron unos segundos. Minutos después llegaron mis padres junto con Alex, el hijo de Sofia.
Mi hermana y su esposo llegaron un poco más tarde que todos los demás pero aún así estaba antes de que mi hijo o hija llegará al mundo y eso era lo importante.
El tiempo pasaba y yo cada vez me ponía más nerviosa. ¿Cuánto tiempo puede tardar un parto? Necesitaba ver a mi esposa y a mi pequeño bebé.
Mi desesperación era tanta que comencé a caminar por los pasillos con las manos dentro de mis bolsillos y a pesar de que todos me dijeron que me calmara, no pude. No hasta que vi como se acercaba un doctor.
- ¿Señora Cabello? - preguntó el médico que se había llevado a mis esposa unas horas antes
- ¡Yo! - técnicamente grité - Disculpe, soy yo. - dije en un tono más bajo
- Felicidades, su esposa acaba de dar a luz a un niño muy sano. - me sonrió y escuché como atrás de mi todos festejaban, sin embargo yo estaba congelada por la noticia - ¿Quiere pasar a verlos? - me preguntó
- Anda muchacha, ve por ellos. - dijo Clara mientras me daba unos golpecitos en la espalda
- Cariño. - voltee al oír la voz de mi madre - Muévete. - asentí y camine a lado del doctor hasta llegar a la habitación donde estaba mi esposa
- Están esperándola. - me abrió la puerta para que pudiera entrar
Enfrente de mi estaba la camilla que tenía encima a una sonriente Lauren, quien cargaba y hacia suaves caricias en la carita de nuestro bebé; y en esos momentos supe que todo lo que alguna vez había soñado por fin se había vuelto realidad.
Verla ahí llenó mi cabeza de recuerdos. Nuestro primer beso en plena calle luego de que cenaramos en aquel restaurante. Cómo le pedí que fuese mi novia. La primera vez que hicimos el amor. El viaje en crucero por el Caribe. Cómo le pedí matrimonio. Nuestra boda. La luna de miel. Cuando ella me dijo que quería ser madre. Mi fiesta de cumpleaños donde me dijo que estaba embarazada. Cuando Tyler se volvió padre de ocho cachorros. La desafortunada pérdida de Murphy en un bosque. El reencuentro con Murphy. Y muchos más recuerdos que fuí adhiriendo en mi mente hasta este momento.
Mi estado de inmovilidad desapareció al percatarme de lo que estaba viviendo actualmente y una enorme sonrisa acaparó mi rostro. Era mamá.
- Ven aquí. - dijo mi hermosa esposa con esa sexy voz que tanto amo
Caminé tímidamente hacia ellos y me senté en a un lado de Lauren en la camilla cuando ella me hizo espacio.
- ¿No es precioso, amor?
Era sin duda la cosita más pequeña que jamás había visto en mi vida. Se veía tan frágil que muchos miedos me invadieron al instante, ¿Y si al cargarlo lo hacía caer? No me consideraba una persona torpe, pero él se veía tan delicado que yo simplemente podía lastimarlo.
- ¿En qué piensas?
- Tengo miedo.
- Amor, mírame. - alcé la mirada y me encontré con sus preciosos ojos verdes - No le harás daño. - dijo sabiendo instantáneamente la razón de mi miedo - Nunca harías nada para lastimarlo, es nuestro bebé y estoy segura que lo protegeras con tu vida, así como me has protegido a mi.
- ¿Y sí lo dejó caer cuando lo cargué? - ella negó y tomó mi barbilla con una de sus manos para que volviera a mirarla, ya que al decir eso desvíe mi vista a las sábanas de la camilla
- Yo te enseñaré. - dijo y luego me beso delicadamente por unos segundos - ¿Quieres que te enseñé ahora? - preguntó sobre mis labios y asentí
Lauren me explicó la forma correcta de sostener un bebé y luego de repasar toda la teoría, me ayudo a poner mis nuevos conocimientos en práctica y colocó a nuestro hijo entre mis brazos y para el momento en que lo sostuve por primera vez mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
- Es realmente hermoso. - bese levemente su pequeña frente - Míralo, nena, es perfecto.
- Lo sé, y es nuestro. - las dos nos miramos y sonreímos al mismo tiempo
- Tiene el sueño pesado. - dije después de unos minutos al ver que no se despertaba, ya que desde que llegué tenía sus ojitos cerrados
- Suena como alguien que conozco. - dijo sonriente mi esposa al hacer referencia a mi manera implacable de dormir - Cayó dormido tan pronto como dejó de comer.
- ¿Ya le diste pecho?
- Sí. Nació con hambre.
- Vaya... es realmente mi hijo. - ambas nos reímos después de mi comentario - ¿Crees que Murphy y Tyler sean buenos para el bebé? - realmente no había considerado si sería peligroso dejar a nuestros perros al rededor del nuevo integrante de la familia
- Los perros tienen instinto protector, Cariño. A parte, Tyler es papá, y sabrá cómo cuidar de esta pequeña bolita de algodón. - explicó calmada mi bella esposa y sus palabras me tranquilzaron al instante, a veces se me olvidaba que era veterinaria y conocía más de los animales que yo
- Te ves muy sexy. - murmuré
- Oh no, Cabello, no empieces. ¡Acabo de parir a tu hijo! - hice un puchero - Espera algunas semanas. Mientras tanto háblale a mi madre y a mis suegros, quiero que conozcan a nuestro bebé.
- Está bien, amor. - me levanté de la camilla y con mucho cuidado pasé nuevamente a mi hijo a los brazos de su madre - Iré por ellos. Te amo. - besé sus labios y luego besé la frente de mi hijo - Y a ti también, campeón.
Tan pronto como llegué a la sala de espera extendí mis brazos hacia arriba y grité a todo pulmón: - ¡Soy mamá! - llamando la atención de la madre de mi esposa, mis padres, cuñados y mi hermana, quienes se levantaron emocionados y me apachurraron en un enorme abrazo familiar
Mi vida era espectacularmente perfecta. Quien diría que tenían que atropellar al pobre Murphy para eso.
Afortunadamente Murphy nunca volvió a acercarse a un auto.
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Gracias por leer.
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Enero 2022: les advertí del cringe.
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