
5 de Marzo de 2020.
Vamos, yo no lo sabía, no tenías porqué gritarme"pesada","inservible" o que fastidio hasta lo que ya está roto o que no sirvo para nada, solo porque estuvieses dolorido por todo lo que te rodea.
Ya que me acabo de dar cuenta que la muerte de Celeste también te afectó a ti, Norman, porque estaba siempre con nosotros, en nuestra brigada de "vamos de tranquis pero pensamos intranquilamente", era parte de "los flipados del barrio", o así nos llamaban, hasta que desapareció y dejó marcas de su presencia en cada uno de nosotros que de ahí no se irán.
Pero Norman, volviste a hacer daño a una Rayben, a la tía del nombre que según mi madre se dibujaba con el símbolo de un cuervo, a la tia que te quiere como no te imaginas, a la flipada de la monster en las venas, a la señorita rayada que ahora mismo se está rayando de nuevo por tu culpa.
18 años. Y ninguno de los dos maduramos, pensamos en lo que más nos sigue jodiendo por dentro, en lo que más dan ganas de salir al exterior, correr y gritar todas esas palabras que quieres que escuche esa persona, pero que no fuiste capaz de decir en aquel momento que él te gritó lo desastre que eres.
Sí, Rayben, hablo de ti, cobarde, ¿por qué no se lo sueltas ya en toda su geta? Él te dijo que realmente no estaba así por la bruja de la rubia (que yo creo qué hacia conjuros de mal de ojo para hechárselos a Norman), ni porque cada vez que llama a su madre para ir a verla le suelta que está decepcionada de que sea un "insulso vago sin trabajo que graba videos en el internet" y que no quiera ni verlo, ni tampoco porque esos que creía sus amigos se rieron de él al contarle sus problemas, sino por el hecho de que yo no le quisiese como él siempre me quiso a mi, y él quería que me diese cuenta, lo necesitaba, me necesitaba.
Pero si lo supiera, si supiera que el que forma parte de mi todo ahora mismo es ese capullo que me ha roto el corazón con esas palabras, aunque en parte fueran los sentimientos por mi de la forma mas rencorosa. Pero me dijo que me odiaba, que me odiaba porque aún cuando salía con la taconazos (no la llamo puta porque no tengo el estereotipo en la cabeza de que por llevar algo así de corto y ultra apretado merece ser estreeper) sentía un sentimiento dentro de él que le atraía hacia mi como un imán, que intentó sumergirse en otro sentimiento para que le dejase de doler el actual, y es que aún así, me seguía queriendo. Amaba a la rubia sí, pero ni él sabía como, yo siempre estaba en sus pensamientos. Que se fuese esa inútil fue la gota que colmó el vaso.
Pero mis lágrimas delante de él cuando lo dijo, no significaron NADA.
Solo dijo "no, no te hagas la apenada conmigo, fuera de aquí", y es que no lloraba de pena por él, lloraba por la gilipollez mía de no haberme dado cuenta de nada, lloraba porque yo le amaba y no era capaz de gritárselo a la cara por miedo a que me soltase algún comentario todavía más cruel, lloraba porque una mini felicidad interna se encendió en mi por el hecho de que nunca dejó de quererme a pesar de haber tenido novia.
Lloraba de felicidad y a la vez de un dolor incalculable.
Pero soy así de orgullosa y no soy capaz de ir hacia su casa a darle un abrazo para pedirle perdón y decirle lo que siento, porque entonces se haría ver que me inclino ante sus sentimientos y que me venció lo que siento, no me gusta perder.
Lo sé, seguiré siendo una cría hasta el fin de los tiempos pero, ¿qué le voy a hacer? Eso hace que vea las cosas de una manera más divertida, o más agilipollada quizás.
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