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46

Debieron estar allí por más o menos dos horas, acariciándose y besándose, diciéndose las cosas que no habían podido decirse en ocho meses durante los cuales habían estado separadas.

Anne estaba ahora recostada boca abajo, sintiéndose como si hubiese hecho ejercicio durante miles y miles horas. Pero el dolor valía la pena después de todo.

Marcy dibujaba formas en su espalda desnuda, y la besaba de vez en cuando, a lo que Marcy simplemente sonreía, sintiendo las agradables cosquillas que le provocaban los labios de Marcy.

Ese debía de ser el mejor día de su vida.

Marcy: Te amo -Dijo por décima vez en un minuto. Y no exageraba.

Anne: Yo también te amo -Respondió con una sonrisa, dándose vuelta en la cama para quedar frente a la chica, que se quedó mirando fijamente sus pechos desnudos antes de que Anne los cubriera con la sábana. Marcy, en cambio, no hizo lo mismo y Anne no pudo dejar de mirarlos fijamente, como si fuesen la octava maravilla del mundo.

Marcy era la octava maravilla del mundo.

La octava y todas las demás.

Marcy: ¿Puedes no mirarme así? Me hace querer volver a hacerte el amor, y mi madre debe estar a punto de llegar...

Anne: Lo siento -Susurro sonrojada, sacudiendo su cabeza y fijándose en los cambiantes y hermosos ojos de la chica de la ventana. En ese momento estaban azules.

Marcy: No puedo separarme de ti... -Murmuro de repente.

Anne: ¿Qué?

Marcy: No puedo casarme con Alex. No puedo seguir a su lado... Soy tuya, Anne. No puedo permitirle a los demás creer algo diferente.

Anne analizo lo dicho por la chica durante algunos minutos antes de mirarla dulcemente, con una sonrisa en su rostro, preguntándole entre susurros:

Anne: ¿Entonces que haremos?

La chica lo medito unos instantes.

Marcy: No lo sé. Podríamos buscar en internet...

Anne simplemente río y beso tiernamente sus labios. Se veía tan hermosa cuándo un rastro de inocencia atravesaba su mirada verde.

En realidad, siempre se veía hermosa.

Marcy Wu era perfecta.

Anne: ¿Como no casarme con el estúpido de mi novio y huir con la mujer que amo? Yahoo respuestas -Se burlo.

Marcy simplemente río contra sus labios, y la beso de nuevo.

Realmente, como se lo había dicho a Luz y Amity luego de su primer beso, no había mejor sabor que la risa de Marcy en su boca.

Anne: Tengo un plan -Susurro en medio del beso.

[.....]

Debió irse cuándo la madre de Marcy llego a casa gritando improperios debido a un mal día de trabajo. Por suerte, cuándo Alex decidió aparecer, la chica de ojos verdes estaba ya dormida y el hombre no parecía ser lo suficientemente cruel como para despertarla.

Aun así, Anne se sintió enferma cuándo lo vio recostarse al lado de Marcy a través de la ventana. Él ni siquiera se volteo a mirarla, o se abrazó a su cintura, o beso dulcemente su mejilla deseándole una buena noche. Simplemente se dio media vuelta y se acurruco en las sabanas.

Anne se preguntó si existía alguien más idiota en el mundo.

Se despertó a la mañana siguiente completamente feliz al encontrar varias marcas de los labios de Marcy en su cuerpo.

Tenía dos chupetones bastante oscuros en el cuello y unos cuántos arañazos en la espalda. Y estaba muy feliz de tenerlos.

Incluso intento tomarles unas fotos, pero no lo logro, por supuesto.

El único error que cometió fue no cubrirlos antes de bajar a desayunar.

Sra. Boonchuy: ¿Qué tienes en el cuello? -Pregunto al verla. La chica estaba terminando su desayuno en la mesa del comedor junto a Molly y Sr. Wu cuándo ella entro, fijándose al instante en aquellas marcas.

De inmediato Anne se sonrojo y cubrió las marcas de su cuello con su mano.

"Estúpida. Estúpida. Estúpida"

Anne: Nada -Respondió completamente nerviosa.

Claramente, su madre no le creyó y se acercó a ella sujetando la mano de Anne, haciéndola descender hasta que las marcas estuvieron completamente visibles.

Anne trago saliva pesadamente.

Sra. Boonchuy: ¿Puedes explicarme esto, Anne Boonchuy?

Anne: Mamá, yo...

Sr. Boonchuy: ¿Qué sucede?

Molly: ¿Te hiciste un tatuaje, Anne? -Pregunto la pequeña mientras terminaba de comer sus cereales.

Anne: No, Molly, yo...

Sr. Boonchuy: ¡ANNE BOONCHUY COMO TE HICISTE ESO!

Anne: Papá...

Jamás lo había visto tan enojado.

Sr. Boonchuy: ¡¿QUIÉN FUE?! ¡¿QUIEN TE LO HIZO?! ¿¿POR QUÉ NO LA CONOCEMOS?!

Molly: ¿Tienes nueva novia, Anne? -Quiso saber, una sonrisa decorando su rostro, totalmente ajena a lo que estaba sucediendo.

Anne: No, yo no...

Lo cierto es que, después de todo, Anne no tenía una palabra precisa para describir su relación con Marcy Wu. Y si fuese su novia, no sería realmente "nueva"...

Sra. Boonchuy: ¡¿Entonces quién te hizo esto?!

Anne: Mamá, yo... -Miraba nerviosa a todas partes, intentando evadir la situación-. Yo creo que... Tengo que irme, sí. Le prometí a Amity que llevaría a su... gato... al veterinario antes de ir al trabajo...

Y se marchó rápidamente, nadie pudiendo detenerla.

Sabía que sus padres se encargarían de dejarla completamente aprisionada en casa durante un mes, o hasta que decidiera hablar, o hasta que ellos mismos terminaran deduciéndolo todo y la llevaran a alguna isla desierta.

Anne suspiro.

Amity ni siquiera tenía gato.

[.....]

La primera parte de su plan consistía en hablar con Amity y Luz antes de ir a trabajar a la biblioteca.

Habían acordado reunirse en casa de Amity la noche anterior, así que no se extrañó cuándo fue Luz quien abrió la puerta de entrada y la hizo pasar.

Luz: Menos mal llegaste, Anne. Amity está matándome. Está intentando desvestirme... ¡frente a su madre! -Le conto exasperada.

Anne soltó una débil risita.

Luz: Vamos, Anne, no es gracioso...

Anne: Si, si lo es.

Luz simplemente rodó los ojos y la hizo entrar a la gran cocina. Por supuesto que debía de ser enorme. La familia de Amity no estaba conformada por solo cuatro personas.

Amity: ¡Anne! -Saludo, corriendo a abrazarla tan fuertemente que juro haberse quedado sin aire al instante.

Anne: Amity... -Jadeo.

Luz: Amor, la estas ahogando...

Amity: Suelo dejar sin aliento a muchas personas -Susurro seductoramente, alejándose antes de envolver la cintura de su novia fuertemente y depositar un dulce beso en su cuello -. A Luz, por ejemplo.

Luz: ¡Amity! -Chillo- ¡Tu madre está acá!

Odalia: Créanme, luego de lo que escuche ayer en la noche absolutamente nada puede sorprenderme.

Anne: Disculpe la curiosidad, pero... ¿Que escucho precisamente? -A pesar de que tenía poco tiempo, necesitaba saberlo, aunque ya tenía una vaga idea

Odalia: Sera mejor que le preguntes a estas dos...

Amity: En mi defensa, no es mi culpa que Luz sea tan sexy y las hormonas ataquen hasta en mi propia casa... Deberías sentirte agradecida de que lo hicimos en un armario y no en la cama de...

Odalia: ¡Oh, por...! -Exclamo antes de respirar hondo! - ¿Por qué siempre culpas a las hormonas?

Amity simplemente se encogió de brazos

Odalia: Emmm, Anne-La llamo antes de que esta saliera, Anne dándose vuelta con una sonrisa-. ¿Sabes cuándo volverá tu novia a sus clases de piano? Ella y su amiga Ivy eran mis mejores alumnas, pero Ivy se retiró hace meses por unos problemas de salud.

Anne suspiro.

Si Odalia tan solo supiese que los "problemas de salud" habían sido, en realidad, un embarazo complicado.

Si supiera que Marcy ya no era su novia.

Anne: Supongo que le preguntare...

[...]

Luego de contarle su alocado plan a Amity y Luz ellas aceptaron ayudarla solo si explicaban el origen de aquellas marcas en su cuello, a lo que Anne no pudo negarse. Lo cierto era que quería hablar con alguien. Quería contarles a sus amigas lo feliz que se había sentido haciendo el amor con la chica de la ventana.

Si bien al principio parecieron molestas por haber perdonado Marcy tan rápidamente, terminaron alegrándose por ella, sabiendo que, dijeran lo que dijeran, Anne las ignoraría y seguiría tan perdidamente enamorada de Marcy.

Termino marchándose de la casa de Amity completamente sonrojada, con deseos de que llegara el final del día para tener Marcy entre sus brazos.

[.....]

Llego al trabajo justo a tiempo, Eda ordenándole de inmediato realizar algunos trabajos en la biblioteca junto con Sasha.

Ese día la rubia decidió hablar sin parar sobre su nueva conquista.

Sasha: El es perfecto, Anne. Tiene los ojos azules más hermosos que jamás vi, y un cuerpo bastante trabajado. Sus abrazos son cálidos, Anne... Y es muy bueno en la cama.

Por supuesto debía serlo. Era Sasha después de todo, y no saldría con cualquier principiante.

Sasha: Pero no es eso lo que me importa... Y sé que puede sonar bastante estúpido viniendo de mí, pero... El... Él me dijo que soy hermosa, Anne. Nadie jamás lo había hecho. Soy solo un objeto para todos. Un objeto sexual con el cual relajarse y olvidarse de sus problemas. No soy más que una muñeca de plástico... Pero, hace dos días, cuándo fuimos a cenas a ese restaurante el... me miro a los ojos, Anne. Me miro y juro que estaba viéndome como si fuese una persona. Una muy sexy, pero una persona, en fin -Hablaba como una niña de catorce años a la que el capitán del equipo de fútbol acaba de pedirle asistir al baile de otoño, suspirando entre palabras-... Y luego simplemente me regalo rosas. ¡Rosas! Nadie jamás me ha regalado rosas. En realidad, creo que mi último regalo fue un condón que puso mi mejor amiga entre mis pechos antes de irme con el dueño de un bar... No lo se... El... Cuándo estoy con el no quiero estar con nadie más, y es raro, porque yo siempre he querido estar con alguien más...

Anne: Imagino que él es un gran hombre -Halago, sorprendida de que por fin Ariana pareciera haberse enamorado de alguien. Esperaba que el chico también lo estuviese.

Sasha: Si, bueno, lo es -Aseguro-... En todos los aspectos -Agrego con una mirada completamente pervertida.

Anne: ¡Sasha! ¡Eso fue... asqueroso!

Sasha: Lo sé -Río-. Solo quería ver tu cara de asco -Se burlo.

Anne: Eres una idiota -Sonrío-. ¿Cómo se llama el?

Sasha: Alex... Su nombre es Alex.

[.....]

Luego de escuchar el nombre de aquel hombre salir de los labios de Sasha, Anne solo pudo enmudecer y alejarse. El era un idiota, un estúpido, un traicionero, un hijo de puta...

Y lo peor es que no solo estaba jugando con Marcy.

Estaba jugando con Sasha también. Y quien sabe cuántas más.

No es como si la chica fuese su amiga o algo por el estilo, pero se veía tan ilusionada con el que Anne realmente tenía deseos de tirarlo de un puente o aplastarlo con un elefante obeso.

Luego de lograr tranquilizarse un poco -Tal vez menos que poco- decidió buscar a la siguiente persona que necesitaba.

Gus.

Si, tal vez el chico había sido un completo abusivo idiota en el pasado, pero ya no lo era más, y si quería que su plan saliera bien, lo necesitaba.

El aún le debía todo ese sufrimiento.

Por desgracia, el chico no fue a trabajar ese día. Tenía cosas que hacer, según había dicho a Eda.

Bien, tendría que reformular su plan. O llevarlo a cabo sin el. Los del coro tal vez podrían ayudarla.

Al medio día, en vez de ir al café con Amity y Luz como siempre lo hacía, fue al departamento de Ivy como lo había planeado la noche anterior.

Conocía la dirección pues, cuándo aun salía con Marcy, la habían visitado un par de veces mientras Sprig había estado vivo.

El lugar no era grande. En realidad, era tan pequeño como la misma Ivy. Cuando toco la puerta y la pequeña, algo sorprendida, la invito a pasar, encontró que, en medio de la pequeña sala, una sencilla cuna de madera estaba allí, el pequeño Sprig mirando el móvil colorido sobre su cabeza dar vueltas y vueltas.

Por ser la hija del dueño de un famoso hospital cualquiera se imaginaria un mejor y amplio lugar, pero la chica estaba allí, en aquel pequeño departamento que apenas tenía espacio para moverse.

Ivy: ¿Sucede algo con Marcy? -Pregunto preocupada mientras miraba al pequeño Sprig en su cuna antes de volver a sus labores en la cocina.

Anne: Además de que va a casarse con un idiota, nada grave -Contesto, acercándose al pequeño Sprig-... ¿Puedo? -Pregunto nerviosa, mirando al pequeño bebe que, con una mano en su boca, la miraba con curiosidad.

Ivy: Por supuesto -Asintió sonriendo.

Anne simplemente sonrío y tomo al pequeño Sprig en brazos, sentándose en el pequeño sofá a su lado, sintiéndose profundamente conmovida al reconocer en sus pequeñas facciones a su padre.

Tenía la forma de sus ojos, y su rubio cabello. La forma de su boca también, e incluso la forma de sus orejas.

Pensó que con una gorra sería su viva imagen.

Anne dejo descender una lágrima por su mejilla.

El pequeño Sprig sería como ella, que había perdido a Umi, su verdadero padre, a una edad tan temprana que sencillamente no podía ni siquiera recordar su rostro si no era por fotos. Tal vez Ivy se casaría con alguien más, alguien que neutralizara el dolor, pero dentro del pequeño aun habría un amor incondicional hacía ese ser que no había conocido y la vida le había arrebatado. Jamás se sentiría del todo bien llamando a su padrastro "papá". Jamás lo sentiría del todo correcto, pero lo haría, porque ese hombre la quería a pesar de todo. Y el pequeño pensaría todos los días como sería su vida si su verdadero padre aun estuviese vivo. ¿Su madre sonreiría más? ¿Vivirían en otro lugar? ¿Sería más feliz? Por desgracia, nadie contestaría esas preguntas.

Ivy: ¿Sucede algo, Anne? -Pregunto acercándose a ella, sentándose a su lado y limpiando sus lágrimas con su pulgar, regalándole un abrazo que podría haber unido todas las piezas rotas de su alma.

Los abrazos de Marcy eran mágicos.

Los de Ivy eran reparadores.

Anne: Nada, es solo que... No lo se. Supongo que este Sprig se parece a otro Sprig que conocí hace un tiempo.

Ivy: Tal vez un poco -Sonrío.

[....]

Luego de contarle su plan a Ivy y la chica acceder volvió al trabajo para terminar su turno, subiendo a su auto apresuradamente al terminar para llegar a la floristería, donde se encontró con Jerbo y Edric bastante cariñosos en el rincón de los tulipanes.

Anne: ¡Jerbo! ¡Edric! ¡Necesito su ayuda! -Exclamo corriendo hacía ellos.

Jerbo: Anne Boonchuy, que sorpresa verte acá -Saludo nervioso, acercándose para depositar un amistoso beso en su mejilla.

Anne: Necesito su ayuda, chicos.

Edric: ¿Flores? Tenemos tulipanes bonitos acá, como puedes ver...

Anne: No es eso, precisamente.

Jerbo: No soy bueno en las manualidades, te lo advierto...

Anne: ¿Aun siguen comunicándose con el "coro"?

Edric: Por supuesto...

Anne: Bien, porque necesito que hagan algunas llamadas...

[....]

Luego de llamar a Boscha y Willow junto a otros cuántos miembros del coro, Anne estaba deseando que la lista por fin se terminara, pero los miembros parecían ser infinitos.

Fue entonces cuando lo vio...

Caminando frente a la vitrina de la tienda estaba Gus, llevando un conejo de felpa rosa entre sus manos, dando largos pasos hacía una dirección desconocida.

Anne: ¿Creen que puedan seguir ustedes, chicos? Necesito.. necesito buscar a alguien más.

Edric: Por supuesto. Todo sea por el Marcanne... -Aseguro.

Anne: ¿Has estado hablando con Amity, cierto?

Edric: Tal vez... -Sonrío.

Anne simplemente río y se despidió de ambos chicos con su mano antes de salir corriendo tras Gus.

Lo siguió a lo lejos, procurando que no la viera. Quería saber a dónde iba con ese conejo rosa. La curiosidad la estaba matando.

No se imaginó verlo doblar en un callejón bastante sucio y cruzar las vallas de una casa bastante vieja y mugrienta, para luego acercarse a una vieja puerta de metal y sacar las llaves de su bolsillo. Debía de ser su casa.

Realmente no se lo imaginaba allí. Gus era un chico de dinero, capaz de tener lo que quisiera. Y Anne no se lo imaginaba queriendo algo como aquello.

Tal vez su padre lo había echado de casa, pero aun así lo consideraba lo bastante astuto como para conseguir un mejor lugar.

Anne: ¡Gus! -Lo llamo atravesando la valla, el chico quedando demasiado sorprendido como para terminar de abrir la oxidada puerta del lugar.

Gus: ¿Anne? Tu... ¿Qué haces acá? Este lugar es... es peligroso.

Anne: Supongo que pregunto lo mismo... Estaba siguiéndote. Necesito tu ayuda.

Gus: ¿Mi ayuda?

Anne: Eso dije -Respondió.

Gus: Anne, este no es un buen momento...

Anne: Tampoco eran buenos momentos los que tomabas para golpearme después de la escuela, pero de todos modos lo hacías. Supongo que me lo debes.

El chico simplemente asintió, temeroso.

Gus: Sera mejor que entremos -Recomendó, apresurándose para abrir la puerta-. No es bueno estar acá afuera por mucho tiempo.

Anne simplemente asintió, entrando al lugar tras él. La sala era casi tan pequeña como la casa de Ivy, y olía mucho peor que un pañal sucio del pequeño Sprig. Las paredes estaban destrozadas, y el techo tenía algunos grandes agujeros que no debían de ayudar mucho en días lluviosos.

Gus: Puedes sentarte si quieres -Susurro señalando un pequeño sofá polvoriento.

Anne: Gracias -Susurro aceptando.

No era cómodo estar allí, pero necesitaba la ayuda de Gus si quería recuperar Marcy, así que...

XX: ¡Papi! -Escucho gritar a una vocecita chillona que llego hasta ellos caminando torpemente a causa de sus pañales, atravesando un estrecho y viejo pasillo.

Anne abrió los ojos ampliamente cuándo vio a Gus sonreír, correr hasta la niña dueña de la voz y alzarla en brazos.

La pequeña no debía de tener más de un año y medio. Tenía el cabello marrón y rizado, y los ojos de un café claro, además de una sonrisa que reconocería en cualquier lado...

Y no era precisamente la sonrisa de Gus.

Gus: Mira lo que papi te ha traído, princesa Alice-Susurro con ternura, entregándole a la pequeña el conejo rosa que había estado sosteniendo por todo el camino de regreso a casa. Ahora que Anne lo detallaba bien, al animal le faltaba una oreja y uno de sus ojos, y tenía unos cuántos arreglos en el estómago.

Pero la niña sonrío. Sonrío de verdad y abrazo al conejo con fuerzas antes de besar fuertemente la mejilla de Gus.

Era como si aquel dañado animal fuese el mejor regalo que jamás había recibido en toda su vida.

Alice: ¡Papá! ¡Cocina! -Grito, Gus riendo ante su voz infantil, Anne no pudiendo evitar dejar de sentir algo de ternura por aquella escena.

Anne: ¿Necesitas preparar algo? Podría ayudarte. Así terminaríamos más rápido y podría hablar contigo sobre eso que necesito pedirte -Se ofreció. Lo cierto era que no tenía tiempo para que Gus comenzara a preparar la comida de la niña y todo eso.

Gus: En realidad...

Alice: ¡Comida! ¡Papá! ¡Lista! -Grito festejando, aferrándose fuertemente a su conejito y a Gus, dando pequeños saltitos en sus brazos.

Anne frunció su entrecejo, analizando.

Alguien más estaba allí. Tal vez la madre de la niña... Porque si la niña estaba allí antes de que Gus llegara era porque alguien la había estado cuidando. No veía a Gus como un padre irresponsable después de todo.

Se sorprendió cuándo vio a quien menos esperaba atravesar el pasillo con un delantal rosa en la cintura y harina en su gran frente.

Mat: Gus, la cena esta... ¿Anne?

Alice: ¡Papá! -Chillo, estirando sus brazos hacia el. Pero el hombre estaba demasiado impresionado al ver a Anne allí como para alzar a la niña que... le estaba llamando papá.

Anne: ¿Mat?

Gus: Supongo que vamos a tener que explicarte algunas cosas...

Tengo otra adaptación por si quieren pasar por ahí uwu

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