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45

Marcy observo las facciones de la chica de la ventana deformarse de inmediato, una risa desesperada y algo maniática brotando de sus labios.

Anne: Estás jugando ¿Verdad? -Pregunto, la risa continuando.

Marcy frunció el entrecejo. Claro que no estaba.

Se levanto lentamente, colocándose frente a Anne, sujetando sus manos antes de mirarle a los ojos, intentando pedirle perdón por no ser ni poder hacer lo que realmente quería.

Ella quería ser libre.

Ella quería besarla.

Marcy: Lo siento -Susurro con tristeza.

Y Anne simplemente se lanzó sobre sus brazos, envolviéndola fuertemente, escondiendo su cabeza en su cuello, sus lágrimas frías chocando contra su piel.

Esto le rompió el corazón.

No en el sentido literal, porque los corazones no pueden romperse, así como así, pero el dolor que sintió fue como ese. Como el dolor que debe sentirse cuándo verdaderamente te rompen el corazón.

Anne: ¿Por qué? -Sollozo contra su hombro.

Escuchar sus palabras ahogadas acrecentó su dolor. Si antes su corazón se había roto, ahora estaba triturado.

De nuevo, no literalmente.

Marcy: No lo se...

Anne: Pero tienes diecinueve -Chillo.

Marcy: A mi madre no le interesa esto.

Anne: Pero... tu... tu... ¿Por qué aceptaste?

Marcy: El solo me lo pidió, Anne Banana... No tuve tiempo de responder. Mi madre acepto por mí.

Anne: Pudiste haberte negado -Susurro, aferrándose a la parte trasera de la ajustada camiseta de Marcy con fuerzas, como si no quisiera dejarla marchar.

No es que quisiera irse a alguna parte.

Marcy: No habría valido de nada. Ellos no me escuchan, Anne Banana... Ellos me ignoran. Es como si no estuviese con ellos.

Anne: Podrías intentarlo...

Marcy: No lo creo. Mi madre es tan controladora que me detendría incluso antes de pensarlo.

Anne: No te rindas -Casi suplico, aun contra su cuello.
Marcy: Realmente lo siento, Anne Banana...

Anne: No me llames Anne Banana si vas a rendirte -Le reprocho, apartándola bruscamente. Marcy sintió el impulso inmediato de correr a abrazarla cuándo vio sus ojos hinchados y sus mejillas húmedas, pero se detuvo cuándo su diccionario mental detecto enojo en sus facciones.

Marcy: Por favor, no me odies...

"Por favor. Por favor. Por favor. Si nos odia será tu culpa, idiota"

Anne: No podría odiarte -Sollozo sentándose sobre la cama de Marcy y mirándola fijamente a los ojos. Marcy pudo jurar que pudo sentir el dolor de la chica en su interior con solo este gesto-. Pero estoy decepcionada de que realmente no hagas nada para evitar esto... Ayer me dijiste que ibas a dejarlo... Y hoy... hoy me dices que vas a casarte con el.

Marcy suspiro con tristeza y se acercó a ella, arrodillándose y mirándola a los ojos. Tal vez no lo merecía. Tal vez no merecía sus ojos sobre los suyos. Pero los necesitaba. Los necesitaba para no derrumbarse junto a ella.

"Eres una idiota, Marcy. Mírala. Está llorando. ¡ESTA LLORANDO PORQUE NO ERES CAPAZ DE HACER NADA POR ELLA! ¡ERES UNA...!"

Sus pensamientos se detuvieron cuándo sintió las manos de Anne sobre las de ella. Involuntariamente, sus dedos habían comenzado a chasquear.

Anne: ¿Cómo te lo pidió? -Le pregunto tristemente-. Dime que te regalo flores y te dio la mano antes de arrodillarse y ofrecerte el anillo como si fueses la mujer más hermosa en el planeta. Dime que te miro fijamente a los ojos, y que sus manos temblaban. Dime que su lengua se trabo al preguntártelo. Dime que te dio un largo discurso de dos horas diciendo todo lo que ama de ti... Dime que ese hombre te dio la mirada de un hombre enamorado... Y supongo que, si hizo todo esto, tendré que dejarte ir.

Pero Marcy suspiro, porque simplemente Alex no había hecho nada de eso. Y porque no quería que Anne la dejase marchar.

Marcy: El solo... Baje a cenar ayer, y Alex, como siempre, se dedicó a tocarme el trasero hasta que mamá puso la mesa. Luego nos sentamos, pero el apenas toco su comida. Se que estaba mirando mi escote. Lo vi... Y luego solo dijo que nos casaríamos en diciembre, y le exigió a mi madre que comenzáramos a buscar un lindo y sexy vestido, fuese cual fuese el precio... Y mi madre comenzó a hablar como una loca sobre un vestido que había visto meses atrás en Nueva York, y que deberíamos invitar al menos quinientas personas... Como veras, no me lo pidió. Solo lo dijo... También dijo que seré suya para siempre...

Anne:¡No!

El sonido que había salido de los labios de Anne no había sido un susurro. Había sido casi un grito.

Marcy salto alterada. Anne realmente la había sorprendido. Estaba enojada. Su ceño fruncido, sus manos en puño y su respiración agitada le decían a su diccionario mental que así era.

Anne: Tu no serás suya por siempre. Tu no serás suya nunca... -Murmuro enojada, levantándose de la cama y acercándose a ella, Marcy retrocediendo hasta que choco contra las puertas de su armario. Ya no tenía ningún lugar a dónde ir, y, realmente, no era como si necesitara ese lugar.

Anne la acorralo entre sus brazos y la miro a los ojos. Y, a través de todo ese enojo, Marcy vio sus ojos cristalizados junto a un reflejo de su propio rostro en sus pupilas.

Anne: Te amo -Susurro. Y era cierto.

Marcy: Anne... -Susurro, pero la chica ya había rodeado su cintura con sus brazos y estaba llorando desconsoladamente sobre su hombro- No llores, por favor...

Anne: Te amo -Volvió a susurrar entre sollozos-. Y lo seguiré haciendo, aunque ese hombre se case contigo. Lo seguiré haciendo, aunque encuentres a alguien que realmente valga la pena. Siempre voy a amarte, Marcy Wu, aunque seas de otra persona...

Marcy: Soy tuya, Anne Boonchuy.

Alex jamás la tendría. No completamente.

Alex tenía su cuerpo.

Anne tenía su corazón, sus sentimientos, sus pensamientos y su alma.

Anne: No mientas -Suplico.

Pero Marcy no mentía. Bajo una de sus manos antes de encontrarse con una de las de Anne y la llevo a su pecho. Su corazón latía rápidamente,

Marcy: Mírame, Anne Banana...

Cuando lo hizo, había lágrimas en ellos.

Marcy: Soy tuya. En verdad lo soy. Siempre lo seré... Te he amado con dos de mis corazones, y estoy segura de que también lo haría con los que tuve antes, o con nuevos corazones que podría llegar a necesitar. Te ame, te amo y te amaré. Y aunque nos separen miles de kilómetros, o la simple distancia entre nuestras ventanas, seguiré siendo completa e irremediablemente tuya...

No necesito decir que, después de esto, Anne la beso.

Anne: Yo también soy tuya -Susurro contra sus labios.

Era la primera vez que se besaban desde el regreso de Marcy. La primera vez desde que todo lo malo había comenzado.

Fue como un suspiro para ambas.

Como darle a la alegría unos momentos para regresar.

Marcy: Extrañe tanto tus labios -Susurro envolviendo sus manos en la cintura de Anne, sus labios viajando lentamente hasta su cuello, donde deposito un tierno beso antes de volver al punto inicial-. Y las otras partes de tu cuerpo -Agrego pícaramente, haciendo descender sus manos hasta su trasero por unos segundos.

Anne simplemente río, volviendo a unir sus labios.

Anne: Tienes diecinueve, Marcy... Puedes marcharte. Puedes vivir conmigo. Podemos ser felices... Solo ven.

Marcy: Mi madre no me dejaría ir... Siempre encontraría una forma de traerme de vuelta.

Anne: A la mierda tu madre -Susurro enojada, alejándose rápidamente de Marcy y caminando hacía la puerta.

¿Se iría?

¿La dejaría?

¡¿Usaría la puerta?!

¡¿Acaso no sabía Anne que su madre podía andar por allí?!

Se sintió confundida cuándo escucho el ligero "clic" del seguro de la puerta, y Anne simplemente se volteo a mirarla.

Estaba confundida.

¿Anne no se iría?

Tampoco es como si hubiese deseado esto...

Marcy: ¿Qué estás...?

Anne: Hazme el amor, Marcy Wu-Susurro-.Quiero ser tuya, y que tu seas mía, y que no haya nada en el mundo que pueda cambiar eso... Ni Alex, ni tu madre, ni siquiera tu y yo...

Marcy: Pero yo... nosotras... no sabemos cómo hacerlo... Cuándo estoy con Alex el es quien hace todo y... -La sola mención del hombre hizo enfadar a Anne, pero MARCY no lo noto. Ella estaba demasiado ocupada permitiendo al nerviosismo apoderarse de su piel-. Deberíamos investigar. Dame quince minutos para leer en internet y...

Anne: No, Marcy... Deja que simplemente suceda.

Marcy:... ¿Y qué pasa si no lo hago bien?

Pero Anne no respondió. Simplemente gruño y se acercó rápidamente a Marcy, tomando su camisa entre sus manos y chocando sus labios con desesperación.

De inmediato sus lenguas comenzaron una danza que no habían olvidado, y las manos de Marcy envolvieron posesivamente la cintura de Anne, acercándola, mientras la pequeña envolvía sus brazos en su cuello.

Sin poder evitarlo, Marcy hizo descender sus manos hacía el trasero de Anne, acercando sus caderas y sujetándolo como si su vida dependiese de ello.

"Tu vida no puede depender de un trasero, idiota"

"Ya cállate"

Dejo escapar un leve gemido un cuándo Anne atrapo su labio entre sus dientes con una sonrisa para luego volver a besarla, aún más intensamente que antes.

Cuando Anne comenzó a bajar sus manos hasta sus pechos, simplemente no pudo evitarlo.

La coloco contra la pared, presionando sus caderas, como si esto pudiese apagar el fuego que juntas habían comenzado a encender.

No literalmente.

Anne se apartó bruscamente, alejándola solo lo suficiente como para mirarla a los ojos.

Marcy estaba desesperada. Necesitaba seguir besándola. Su centro ligeramente humedecido se lo exigía. La deseaba. La necesitaba... Y necesitaba quitarle esa estúpida ropa.

Intento besarla de nuevo, pero Anne no se lo permitió, así que simplemente sujeto su trasero aun con más fuerza y posesión y la acerco a sus caderas, Anne no pudiendo evitar dejar escapar un gemido.

Ver la forma de los labios de la chica que amaba al soltar ese gemido fue completamente excitante, y cosquillas viajaron desde su cerebro hasta su centro, provocando que su humedad aumentara.

Se estaba quemando por dentro.

Anne: Marcy -Jadeo con voz ronca.

Marcy: Mierda -Susurro mirándola fijamente, no pudiendo evitar sentirse extremadamente excitada solo con verla así, con los labios hinchados y la respiración irregular-. Esto es tan...

Anne: Jódeme, Marcy.

Supongo que ese fue el momento en el que Marcy comenzó a perder su autocontrol

Simplemente arremetió contra los labios de la chica, acercándola mucho más que antes, como si esto fuese posible.

Lentamente, Anne bajo sus manos hasta la base de la camisa de Marcy, y comenzó a acariciar la piel de su estómago, al igual que las cicatrices en sus costados debido a sus múltiples trasplantes de riñón. Marcy suspiro contra sus labios.

Sin poder evitarlo fue descendiendo lentamente hasta el cuello de Anne, dejando largos y húmedos besos en su camino, la chica de la ventana retorciéndose bajo su contacto. Marcy beso, chupo y mordisqueo su cuello a su gusto, sintiendo un cosquilleo en su centro al escuchar los múltiples gemidos de la chica.

Llevo sus manos a los pechos de Anne y los masajeo tentadoramente mientras intentaba oscurecer las marcas que estaba dejando el cuello de la chica, quien hacía descender sus manos hasta su trasero y jugueteaba con él, excitándola.

Anne: Jódeme, Marcy-Jadeo por segunda vez.

"Mierda. Mierda. Mierda" Pensaba Marcy, sintiendo a su centro palpitar placenteramente con cada movimiento de las manos de Anne.

Llevo sus manos a la parte inferior de la camiseta de la chica y la levanto lentamente, harta de que esta no permitiera a sus manos tocar su hermosa y suave piel. Tiro la incómoda tela a un lado con fuerzas, alejándose del cuello de la Anne para admirarla.

La chica estaba verdaderamente agitada, e intentaba conectar sus caderas con desesperación. Marcy, en cambio, estaba demasiado embobada viendo sus pechos como para reaccionar.

Anne: Marcy... Marcy, por favor... ¡Deja de mirarme así y bésame!

Pero Marcy no lo hizo. Le gustaba mirarla. Le gustaba ver como su sujetador rosa se amoldaba a sus pechos, y también le gustaba la sensación que viajaba a su entrepierna cuándo lo hacía

Marcy: Eres hermosa, Anne Boonchuy-Susurro antes de colocar una mano sobre la nueva piel expuesta de Anne y comenzar a recorrerla suavemente, incluso permitiéndole a uno de sus dedos adentrarse en el sujetador y tocar ligeramente su pezón levemente endurecido. Anne gimió.

Anne: Mierda, Marcy-Jadeo mientras apretaba fuertemente el trasero de la chica-. Llévame a la cama.

Marcy simplemente asintió.

Jadeo cuándo sintió a Anne envolver sus piernas alrededor de su cadera, ella viéndose obligada a sujetar su trasero fuertemente para no dejarla caer. Anne de inmediato dirigió sus labios a su cuello y comenzó a morderlo con salvajismo.

Anne: Vamos -Gruño contra su cuello, desesperada, clavando sus uñas en la piel de Marcy. Dolía, sí, pero le gusta que lo hiciera.

Cayeron a la cama bruscamente, Marcy sobre Anne y la chica aun envolviendo su cintura con sus piernas.

Calor. Hacía mucho calor.

Anne: Quítate esto -Dijo. Marcy comprendió que se refería a su camisa en cuándo sintió las manos de Anne trazar los bordes de esta.

Marcy: No voy a gustarte -Susurro avergonzada, alejándose un poco y mirando fijamente hacía un pared-. Tengo cicatrices... Una en mi pecho, y dos en mis costados... Tu... Alex siempre me hace cubrirlas. A él no le gusta verlas... A nadie le gusta verlas.

Silencio.

Marcy sintió dos cálidas manos sobre su rostro, y se vio obligada a girarlo hasta que sus ojos verdes se conectaron con aquella mirada marrón oscurecida que tanto amaba.

Anne: Eres perfecta, Marcy Wu-Fue lo único que dijo antes de besarla y sujetar los pliegues de su camiseta, alzándola lentamente.

"A la mierda tus cicatrices, idiota. Hace calor"

Se arrodillo en la cama, sintiendo la mirada de Anne seguir todos sus movimientos. Su mirada estaba quemándola por dentro. Se mordía el labio, y tenía la vista fija en sus manos, siguiendo los lentos movimientos.

Marcy: Si las miradas pudiesen quemar ya sería cenizas -Susurro. Mierda, su propia voz sonaba tan ronca.

Anne: Quítate la puta camisa, Wu-Exigió con desesperación.

No espero más para hacerlo y lanzarla a un lado.

No pudo analizar ni un poco la situación cuándo Anne ya había encontrado una forma de sentarse en la cama y llevar sus manos al broche de su sujetador, mirando fijamente sus pechos aprisionados por aquel brasier negro y aun aquel labio entre sus dientes. Su mirada estaba llena de lujuria, deseo, pasión... Era como si aquella fea y rugosa cicatriz no existiera.

Anne: Joder -Jadeo. Las manos de la chica, aun tras el sujetador de Marcy, temblaban.

Marcy: Pensé que dirías "Jódeme Marcy" o...

Anne: Ya estoy jodida -Agrego antes de besarla con descontrol, Marcy no pudiendo evitar introducir su lengua en la boca de Anne, sintiendo sus jadeos ahogados viajar por su garganta-. Mierda ¡Quítate esto! -Exigió entre el beso, refiriéndose a su brasier, que sus manos temblorosas no podían desabrochar.

Marcy simplemente sonrió y conecto sus labios con los de Anne de nuevo antes de comenzar a desabrocharlo y quitárselo, haciéndolo también con el de Anne.

Marcy: Mmmm... Anne-Jadeo contra su boca cuándo sintió aquellas delicadas manos envolver sus dos pechos y apretarlos como si su vida dependiese de ello.

Estaba tan jodidamente húmeda.

Anne: Eres tan sexy cuándo gimes mi nombre -Jadeo antes de volver a recostarse sobre la cama, Marcy siguiéndola y colocando uno de sus manos sobre uno de los pechos de la chica de mirada oscura, posando sus labios sobre su cuello mientras Anne continuaba con sus masajes en sus propios pechos, tirando de sus pezones de vez en cuando, haciéndola retorcerse de placer.

Marcy fue descendiendo lentamente hasta encontrarse con los pechos de Anne. Beso el área que los separaba, y sintió a Anne elevar su cadera bruscamente junto con un gemido. Trazo un camino de besos hacía su pecho derecho, y fue avanzando hasta llegar al pezón, al cual introdujo a su boca de inmediato, su lengua jugando con esa suave y tentadora porción de carne. Anne, bajo ella, estaba como loca, y jadeaba su nombre cada poco.

Sus rodillas presionaban sus centros, y la piel del estómago de Anne se encontraba de vez en cuándo con los erectos pezones de Marcy, una ola de calor viajando hasta su sexo al instante.

Se dedico a jugar con el otro pecho cuándo Anne presiono aún más su centro y dirigió sus manos a su espalda, dejando enormes arañazos allí. Pero el dolor ya no se sentía como dolor. El dolor ahora se convertía en una inmensa ola de excitación que amenazaba con estropear sus bragas.

Realmente, sus bragas ya estaban estropeadas.

Se sorprendió cuándo Anne logro darle vuelta y colocarse sobre ella, su rodilla presionando aún más su sexo y su boca de inmediato dirigiéndose al pecho de Marcy. Sorprendentemente, sus senos no fueron su primer objetivo. Fue su cicatriz.

Y se sintió tan jodidamente bien.

Anne: Eres perfecta, Marcy Wu-Susurro mientras descendía con algo de duda. Marcy lo notaba en sus labios temblorosos, y en sus manos moviéndose inquietamente por las cicatrices de sus costados mientras Marcy simplemente acariciaba la espalda de la chica de arriba hacia abajo.

Al inicio, Anne simplemente beso los alrededores de sus pechos, haciendo a Marcy gemir sonoramente. Era como si la estuviesen torturando. Sus caderas se elevaban involuntariamente, y un gemido escapaba de sus labios cuándo estas se encontraban con las de Anne, que la recompensaba presionando su centro húmedo aún más.

Marcy: ¡ANNE! -No pudo evitar gritar cuándo sintió los labios de Anne envolver su pezón y chuparlo lentamente antes de comenzar con el salvajismo.

"Mierda. Mierda. Mierda. Mierda"

Sus dientes jugaban también, pero no tanto como su lengua.

Por dios...

Si eso podía hacer su lengua con su pezón no podía pensar lo que podía hacer con otras partes de su cuerpo.

"Triple mierda"

Su centro palpitaba dolorosamente. Mierda, en serio estaba caliente.

Marcy: Te amo -Jadeo.

Anne se alejó de su pecho y la miro a los ojos, una hermosa sonrisa apareciendo en sus labios.

Anne: Te amo -Susurro antes de besarla.

Lentamente, comenzaron a retirar el resto de sus prendas, ayudándose con manos y dientes, el deseo aumentando con cada segundo y una capa ligera de sudor envolviendo sus cuerpos.

Anne: Hazme el amor -Jadeo bajo Marcy, que mordisqueaba su cuello con desespero. Sus pezones endurecidos se encontraban y rozaban, y los jadeos eran inevitables. Sus pieles juntas se sentían tan bien.

Marcy: ¿Estás segura? Podría dolerte... Podría... No lo se... No he estado con chicas. No he buscado en internet y... -Se callo cuándo sintió el sexo de Anne chocar contra el suyo, ambas liberando un gemido al instante.

Anne: Jódeme. Solo hazlo. Como quieras, pero hazlo... Me estoy quemando.

Y Marcy solamente lo hizo. Deslizo lentamente su mano por el cuello de Anne, descendiendo por sus pechos y su estómago hasta llegar a centro húmedo, comenzando a estimularlo lentamente, Anne cerrando fuertemente los ojos y dejando escapar leves gemidos que para Marcy eran la gloria.

Marcy: Estás tan mojada -Susurro al oído de Anne con una voz tan ronca que no habría podido reconocer en una grabación. La chica al instante elevo sus caderas para presionar aún más se sexo contra la mano de Marcy, la chica entendiendo de inmediato la indirecta de que debía aumentar sus estímulos.

Anne: Hazme... Hazme el... joder... mmm... mierda, Marcy... Hazme el amor ahora.

Nadie le explica a un pájaro como volar, y a una tortuga marina bebe no se le enseña a llegar al mar. Simplemente lo hacen. Es instinto.

Nadie le enseño al ser humano como hacer el amor.

Simplemente lo hizo.

Y Marcy estaba siguiendo sus instintos cuándo lentamente comenzó a deslizar uno de sus dedos por la entrada de Anne, escuchando sus suspiros con cada segundo.

Cuando termino de introducirlo, la habitación quedo en completo silencio.

Marcy la miro.

Se veía simplemente perfecta, con los ojos cerrados, su labio entre sus dientes, una fina capa de sudor rodeándola y el placer recorriendo sus facciones.

Marcy: ¿Estás bien?

Anne: Yo... yo... -No parecía capaz de formular una frase coherente-. Mierda, Marcy... Haz algo.

Marcy: ¿Qué sucede? ¿Te duele?

Anne: ¡Marcy! -Suplico- Me estoy quemando. Haz algo.

MARCY simplemente sonrió complacida y comenzó a deslizar su dedo dentro de Anne por segunda vez, escuchando un largo suspiro de parte de ella, cosquillas viajando hasta su centro al sentir la humedad que rodeaba su dedo.

Anne: Más... ve más rápido...

Marcy no tardo en obedecer.

Comenzó a mover su dedo rápidamente, al ritmo en el que Anne literalmente gritaba de placer. Se acerco a sus pechos y los succiono mientras la embestía, agregando otro de sus dedos, Anne gritando su nombre al hacerlo. Se sentía bien.

Se sentía estúpidamente bien.

Anne: Mmm...Marcy.. Yo...

La chica simplemente parecía no poder hablar. Cada embestida la hacía callar, y Marcy no planeaba detenerse. El placer que le provocaba escuchar en esos gemidos podía notarse claramente en su húmedo y febril centro, que buscaba calmarse frotando una de las tersas y temblorosas rodillas de Anne.

Anne: Mierda... mierda... mmm...Marcy... Mierda... creo que... más... por favor, ve más rápido...

Marcy entendió que Anne estaba cerca cuándo sintió a todo su cuerpo temblar, y a su respiración acelerarse. Sus paredes comenzaban a contraerse en sus dedos y su humedad aumentaba.

La chica clavo sus uñas en su espalda.

Mierda. ¿Cómo el dolor puede ser tan excitante?

Marcy aumento el ritmo, añadiendo un tercer dedo, Anne acompañándola con el vaiven desesperado de sus caderas, Marcy chupando aun el endurecido pezón de su seno izquierdo.

Anne: Marcy... yo... mmm... mierda...Marcy... ¡MARCY!

Y junto con este grito las paredes de Anne se contrajeron, su cuerpo se relajó y sus ojos se abrieron de par en par. Marcy se despegó de su pezón y la miro mientras aun la estimulaba con uno de sus dedos. La chica estaba en el estado más puro y grande del placer humano.

Cuando se tiene sexo se busca el placer propio, y llegar al orgasmo es lo único que realmente importa.

Cuando se hace el amor escuchar a tu pareja gritar tu nombre y ver su cara de éxtasis es mucho más placentero que todos los orgasmos existentes en el mundo de los orgasmos juntos.

Marcy se recostó a su lado, esperando que la chica se repusiera, rodeando su cuerpo con sus brazos mientras la escuchaba respirar pesadamente y su febril centro aun reclamaba algo de atención.

Pero aun habría mucho tiempo para eso.

Sonrío cuándo la vio mover lentamente su cabeza hacía su rostro. En el momento en que sus ojos se encontraron, Anne se hecho a reír.

Y Marcy supo que, pasara lo que pasara, Anne era suya, y ella era de Anne, y acababan de hacer el amor, y nada en la vida podría arrebatarles ni hacerles olvidar eso.

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