15
Sra. Wu no había logrado calmar naturalmente el ataque el ataque de pánico que Marcy había sufrido. La chica había gritado, llorado y sollozado. Había insultado sin parar. Había roto cosas. Había enterrado sus uñas en su piel y había golpeado el suelo hasta que sus nudillos sangraron. Se había sentido tan herida. Tan estúpida. Incluso Anne lo sabía.
Sabía que ella era una estúpida y se había alejado como todos siempre terminaban haciéndolo. Aunque sus padres lo intentaron no lograron detener su ataque. Finalmente debieron llamar a los paramédicos, que se encargaron de administrarle un sedante. Era la primera vez que tenían que hacerlo. Se despertó bastante tarde a la mañana siguiente a causa del sedante. En cuánto abrió los ojos se encontró con King y Maddie que estaban sentados sobre el suelo mirando absortos el portátil que estaba frente a ellos.
King: Buenos días, Marcy-Dijo al mirarla. Le sonrío, y luego Maddie alzó la mirada y también lo hizo.
Maddie: Queríamos despertarte, pero teníamos miedo de que estuvieses de mal humor y...
Marcy: ¿No deberían estar en la escuela? -Pregunto con su ronca voz matutina.
King: Mamá nos dijo que podíamos quedarnos contigo si queríamos. No dormimos bien anoche... Aun con el sedante gritaste varias veces.
Marcy solamente pudo asentir y mirar a su hermano, pidiéndole disculpas por algo que no podía manejar. Intento sentarse en la cama, pero de inmediato un gran dolor de cabeza la invadió y cayó de nuevo sobre su espalda.
Marcy: ¿Por qué me duele la cabeza?
King: Posiblemente fue el sedante. Te dieron una dosis bastante alta.
Marcy solamente asintió, sintiendo que su cabeza dolía aun haciendo esta simple acción.
Maddie: Mamá dijo que podías tomar unos analgésicos en cuánto desayunaras...
Marcy: ¿Dónde está ella?
Maddie: Fue a hablar con tus médicos. Quieres saber cómo pudo haber afectado el sedante a tu sistema -Informo- Estamos a cargo ahora, Marcy-Se burlo, intentando mantenerse seria.
Marcy: ¿Ustedes? -Por supuesto Marcy no podía comprender que se trataba solo de una broma.
King: Si... Por cierto, lamento de tu celular. No quería incendiarlo.
De inmediato Marcy se sintió alarmada y se levantó. Se apoyo contra la pared en cuanto el dolor de cabeza se hizo presente, y un leve mareo llego a su cuerpo. Las manos de King la llevaron de nuevo a la cama antes de que pudiera caer.
Marcy: ¡¿Por qué tocaron mi celular?! -Exclamó enojada, aún demasiado adolorida y mareada como para gritar.
King: Marcy, tranquila -Susurro, acariciando su brazo. Marcy de inmediato se sintió incomoda con el contacto y se alejó lo más que pudo-. Era solo una broma. Tu celular está bien. Todo está bien.
Marcy:... Eres un idiota -Dijo finalmente.
King: El peor de todos -Sonrío. Finalmente dirigió su mirada al reloj y luego le dijo a Maddie con suavidad:- ¿Podrías acompañarla al baño mientras yo voy a preparar su desayuno? Procura que no se caiga -La menor solo asintió.
En cuanto King se fue Maddie se acercó Marcy y rodeo sus caderas con uno de sus brazos.
Maddie: Vas a levantarte lentamente. ¿Está bien? -Marcy asintió ligeramente-. Si te mareas solo dilo -La chica de ojos verdes volvió a asentir. -Muy bien, hagamos esto.
Marcy logro mantenerse de pie con la ayuda de Maddie luego del tercer intento. Caminaron lentamente hacia el baño, Marcy deteniéndose a respirar profundamente algunas veces. Luego de hacer sus necesidades fisiológicas, cepillar sus dientes y lavar su rostro, Maddie decidió que no sería mal para Marcy tomar un baño.
Lentamente Marcy se desvistió con ayuda de su hermana, aunque se negó a quitarse su ropa interior durante al menos cinco minutos, pero termino por ceder al darse cuenta de que la discusión no iba a tener ningún tipo de final si seguían así. El agua tibia abrazo su piel en cuando esta la toco. Se sentía bien. El dolor de cabeza desaparecía lentamente, al igual que los mareos. Relajándose, cerró los ojos.
Maddie: Marcy... -La llamo. La chica abrió los ojos y la miro, no a los ojos, pero lo hizo- Tal vez sea un mal momento, pero... ¿Qué fue lo que te hizo entrar en pánico ayer?
Fu entonces cuándo las palabras de Anne llegaron a la mente de Marcy, haciéndola sentir como la basura que creía ser.
"Eres una estúpida! ¡Lo estás arruinando todo con tus rutinas! ¡Me gustas, y yo soy solo una cosa que tienes que hacer para que su vida se sienta en control!"
Una lágrima resbalo por su mejilla y sus dedos comenzaron a chasquear bajo el agua tibia.
Marcy: No... no quiero... no quiero hablar de eso -Sollozo. Maddie simplemente asintió y limpio la lágrima que había resbalado por la mejilla de su hermana.
Maddie: ¿No te hiciste daño en la fistula durante el ataque? -Maddie sabía que la única forma de evitar que Marcy sufriese un ataque en ese preciso momento era desviando su atención.
La chica de ojos verdes miro su brazo izquierdo cuidadosamente. Miro aquel pequeño bulto, ese que parecía una vena dilatada. Lo observo fijamente hasta que estuvo completamente segura de que estaba bien.
Marcy: Sin daños -Susurro.
Maddie: Que bien -Suspiro aliviada. El ataque había sido prevenido. Unos minutos más tarde Marcy ya estaba de nuevo sobre su cama, vestida con unos pantaloncillos negros, una camiseta del mismo color y calcetines azules hasta la rodilla. Luego de comer el desayuno que King había preparado para ella tomo los analgésicos. Unos quince minutos después comenzó a sentirse mucho mejor y fue capaz de salir de su cama y sentarse al lado de sus hermanos, intrigada por lo que los estaba haciendo reír.
Marcy: ¿Juegan Club Pengüin?
Maddie: Estamos viendo vídeos de gatos, Marcy... Ya nadie juega Club Pengüin.
Marcy: ¡Eso no es verdad! ¡Yo aun lo juego!
King: Estas loca -Se burlo, pero luego al ver que su hermana se había ofendido debido a esto agrego:-. Solo bromeo, Marcy-Ella asintió. Por supuesto. La gente normal solía bromear de esta forma todo el tiempo-... ¿Aun tienes el oso blanco que te regalo papá? Ya sabes, el malvado oso de la isla que se llama... No lo recuerdo, pero...
Marcy: ¿Herbert?
King: ¡Sí!
Marcy sonrío y asintió. Estaba escondido en su armario, allí en el rincón donde dónde guardaba las cosas que la hacían vulnerable.
Maddie: ¡¿Es en serio, Marcy?! -La chica de ojos verdes solo se encogió de hombros. Marcy quería parecer una chica ruda ante los demás, pero lo cierto es que amaba los peluches, Bob Esponja y la película de Lego. A veces disfrutaba viendo viejas películas de Disney, o leyendo cuentos infantiles. De vez en cuando también coloreaba, aunque no los típicos libros de dibujo, sino lo que ella dibujaba con sus propias manos- ¿Podrías mostrármelo?
Marcy se levantó lentamente, aun sintiéndose débil, y fue a su armario. Encontró a Herbert de inmediato, al igual que una rana, varios osos, a Bob Esponja e incluso un minion.
Deposito todos sus animales de peluche sobre la cama y sonrío. Había olvidado lo divertido que podía ser solo mirarlos y pensar que incluso las más aterradoras criaturas podían convertirse en tiernos juguetes para niños. Incluso el ser más espeluznante del planeta puede volverse hermoso.
King: Y eso es lo que guarda Marcy "Ruda" Wu en su armario -Susurro.
Marcy: Cállate...
King: Sí señora -Contesto en tono de burla, haciendo un saludo militar.
Marcy: Eres un idiota -Dijo con una sonrisa, tomando a Frog, su rana de peluche, entre manos y permitiéndose ser quien realmente era durante algunos segundos.
King: ¿Lo dices en serio? -Pregunto, haciéndose el herido.
Marcy: Sabes que no se cómo bromear, King.
Fue entonces cuando Marcy la vio. Sobre el suelo, casi bajo su cama, estaba aquella gorra morada con la frase "Soy diferente" escrita al revés. La tomo entre sus manos y la observo fijamente. Recordó a Anne, como había sido una idiota al pedirle que se marchara, como ella la había herido y como le había dicho que hablarían de nuevo cuándo Anne dejara de ser una estúpida rutina para ella.
De inmediato cayó al suelo, llorando y chasqueando sus dedos, otra crisis aproximándose. Maddie y King de inmediato intentaron tranquilizarla sosteniendo sus brazos, procurando que no comenzara a hacerse daño.
Maddie: Todo está bien, Marcy.
Pero ellos no podían saber esto. Anne no los había herido a ellos. No habían sido ellos quienes habían herido a Anne. Escondió su cabeza entre sus manos, aun llorando y recordando cada facción de Anne la noche anterior.
"Eres una idiota, Wu" Se decía a sí misma "Ella solo quería estar contigo y tú la echaste. Tenía derecho a decirte todo lo que te dijo y más, porque tú eres una idiota, te enamoraste de ella y ella es demasiado buena para ti"
Maddie: Marcy, tienes que calmarte...
King: No pienses en las cosas malas ahora. Piensa en algo que te haga sentir bien.
De inmediato su mente busco recuerdos de Anne sosteniendo sus manos para que estas dejaran de chasquear. Recordó su mirada achocolatada. Su tacto. Su sonrisa. Su voz. La forma en la que lograba relajarla. En menos de lo que esperaba sus lágrimas se habían marchado.
King: ¿Estás mejor? -Pregunto finalmente. La chica de ojos verdes asintió.
Maddie: Marcy, necesito que nos digas que sucedió. Y lo siento si no quieres hacerlo, pero tienes que contarnos. Tú no estás bien, Marcy-Susurro, limpiando sus lágrimas tiernamente. La chica de ojos verdes suspiro hondo. Tenía razón. Necesitaba contarles lo que sucedió, ellos necesitaban saber por qué casi había tenido un ataque de pánico... Tenía que contarles sobre Anne. Tenía que hablar sobre lo que realmente era. Solo su psicólogo y Anne lo sabían.
Y Ivy tal vez un poco...
Marcy: Prométanme que no van a juzgarme...
Maddie: Marcy...
Marcy: Prométanlo, por favor. Prometan que no se alejaran de mi pase lo que pase.
Maddie y King se miraron confundidos durante unos instantes antes de decir al unísono "Lo prometemos"
Marcy: ¿Recuerdan que hace unas semanas ustedes supusieron que estaba enamorada? -Pregunto, jugando con la gorra morada que tenía entre manos. Maddie y King asintieron-. Lo estoy... -Confeso sonriendo entre susurros- Me hace reír, aunque no puedan creerlo. Es la mejor persona que jamás conocí, y tan diferente a mi que no podrían creerlo. Me hace sentir bien y algo así como no enferma. Logra hacer lo que lo que Lance me hizo sentir se vea solo como un juego -Lance había sido su primer novio. Tenía catorce en ese entonces. Creyó estar enamorada, pero el chico la dejo por alguien sin enfermedades, alguien por quien no debía preocuparse-... Es la única persona que no me trata como a una estúpida enferma, aunque lo sea -Suspiro, sonriendo aún más y delineando los contornos de la gorra.
Maddie: ¡Wooh! Marcy, jamás te había escuchado hablar así de alguien. Él debe de ser increíble -Dijo con una sonrisa mientras acariciaba su brazo dulcemente. Marcy suspiro de nuevo y se levantó.
Aquella era la parte difícil. Marcy jamás había planeado tener una conversación como aquella, pero no podía seguir ocultándose. Lentamente se acercó a la ventana y coloco su mano sobre el vidrio mirando hacia la habitación de Anne, completamente vacía. No había nada pegado sobre el vidrio. Ni un papel deseándole buenos días ni un dibujo gracioso. Nada. Marcy respiro hondo. Había llegado el momento.
Marcy: El es ella -Dijo. Se detuvo unos minutos, esperando escuchar alguna reacción, pero la habitación permanecía en silencio-. Y ella es perfecta.
La chica de ojos verdes había pensado que se sentiría mal luego de decir aquello, pero lo cierto era que jamás había estado tan feliz. Miro la gorra entre sus manos y pensó en cómo se veía está en la cabeza de Anne. "Eres perfecta, Anne Boonchuy"
King: Marcy... -El diccionario mental de Marcy no supo identificar el tono de voz de su hermano en ese momento.
Marcy: Si quieres insultarme o algo, por favor, hazlo más tarde. Hoy solo...
De repente unas manos acariciaron sus brazos. Era King. De inmediato aquello se transformó en un abrazo... Marcy no le correspondió, pero al menos no se apartó como siempre.
King: Siempre te voy a querer-Le susurro al oído- Si tú eres feliz yo lo soy.
Marcy simplemente asintió. Cualquiera hubiese considerado esta una respuesta fría, debido al hecho de que las lágrimas no decoraban sus mejillas. Pero las reacciones de Marcy eran diferentes a las del resto, y aunque no lo demostrase, las palabras de su hermano la habían conmovido profundamente.
Maddie: Tú no eres lesbiana, Marcy... -Se le escucho susurrar. Estaba aún sobre el suelo, cubriendo sus ojos con sus manos, intentando analizar la situación.
King: Maddie...
Maddie: ¿Cómo puedes serlo? Saliste con Lance y con...
Marcy: Solo lo hice porque a mamá la hacía feliz. No quería decepcionarla. Ya era demasiado para ella tener una hija que parece estar muriendo cada treinta minutos...
Maddie asintió, aun analizando la situación.
Maddie no era homofóbica, pero no esperaba recibir aquella noticia en ese momento y de la forma en la que lo había hecho.
Marcy: Si no te gusta está bien, pero... No le cuentes a mamá. Esto es algo que solo yo puedo...
Pero antes de que terminara Maddie ya se había echado a sus brazos, llorando y sonriendo. Esta vez Marcy si respondió al abrazo.
Maddie: Te amo, Marcy. Podrías casarte con un perro de tres cabezas y yo aun te seguiría amando -Marcy dejo escapar una leve carcajada por sus labios. Lentamente, la menor se fue alejando de su hermana-. Ahora háblanos acerca de ella y cuéntanos por qué estas sufriendo ataques de pánico cuándo la recuerdas.
Tal vez admitir que le gustaban las mujeres no iba a ser su mayor confesión ese día...
[....]
En la tarde Marcy se dirigía a casa de los Blight para recibir sus clases de piano. Iba en patineta, pues Ivy no iba a asistir ese día. Ella aprovecharía cada uno de los segundos finales de Sprig para demostrarle cuánto lo amaba.
La charla con Maddie y King había sido bastante divertida. Se burlaron del hecho de querer conocer a personas a través de ventanas más seguido, y de cómo su madre no se había dado cuenta de que Anne había estado cada tarde junto Marcy durante un mes. También le aconsejaron hablar con Anne en cuánto la vieran. Ambas se habían equivocado.
La señora Blight abrió la puerta de la casa luego de que Marcy tocase el timbre por segunda vez.
Odalia: Buenas tardes, Marcy-Dijo amigablemente. La señora Blight podía ser autoritaria en sus clases, pero era una buena persona.
Marcy: Buenas tardes -Susurro sin mirarla. Marcy jamás intercambiaba más que unas cuantas palabras formales.
Odalia: Llegas algo temprano, Marcy. Media hora temprano, en realidad, aún estoy en clases con otros de mis alumnos... ¿No te molestara esperar un poco?
Marcy simplemente negó con la cabeza. Odalia la hizo pasar y esperar sentada en el sofá. La señora Blight le ofreció algo de beber, pero Marcy se negó.
Odalia se fue de inmediato. Sus otros alumnos debían de ser principiantes, pues no estaban recibiendo sus clases en el piano de la sala, sino en el piano del sótano, ese que aun Marcy recordaba claramente.
Diez minutos después, la puerta de entrada se abrió lentamente. Debía de ser uno de los hijos de la señora Blight. Y lo era...
Se trataba de Amity. Su corazón comenzó a palpitar rápidamente cuándo detallo a la acompañante de la chica. Era Anne.
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