Llegaron al aeropuerto hacia las cinco menos veinte de la mañana. Con los nervios a flor de piel, esperaron una hora a que se anunciara su vuelo y embarcaron. Logan y sus amigos ya habían hecho viajes antes, sobre todo en avión, pero Jessica Thunder no, y estaba atemorizada. El miedo se transformó en ira y según iban avanzando los minutos en el reloj, iba enojándose más.

Para su sorpresa, le había tocado al lado de la ventanilla, así que para no pagarlo con nadie, se mantuvo firme mirando la pista del aeropuerto, incluso durante las instrucciones de seguridad. Ni siquiera se dió cuenta de que Logan había intercambiado su billete con el de la chica que se sentaba al lado de Jessica, y había ocupado su lugar. Miraba a sus amigos con muecas despectivas hacia ella, de las que se reían, pero la chica no sabía qué estaba siendo tan gracioso.

El avión despegó y en la subida por poco le da un paro cardíaco a Jessica. Ver con su propios ojos como se iba alejando del suelo la produjo una terrible sensación de vértigo. Apretó con fuerza los reposabrazos y cerró los ojos, tratando de tranquilizarse.

Por otro lado, a Logan no se le pasó por alto el nerviosismo de la chica. Comprendió que era su primer viaje en avión y se compadeció un poco de ella, solo un poco. Tocó con delicadeza el dorso de la mano que apretaba el cojín del reposabrazos, y Jessica le miró como si quiera asesinarle, pero este no entendió ese tipo de mirada. ¿Cómo entenderla? Si a él nunca se la habían lanzado de una forma tan fría.

—Tranquila— murmuró Logan, asegurándose de que sus amigos no veían lo que estaba haciendo; tenía que guardar las apariencias—, es solo hasta que nos estabilicemos en el aire.

—Aparta— Jessica movió la mano de Logan bruscamente, alejando su suave tacto de ella—. No necesito tu compasión.

Logan se quedó perplejo. ¿Compasión? ¡Solo trataba de tranquilizarla, se le veía muy nerviosa! De igual forma, no se sintió ofendido, ni estaba enfadado. Le pareció que la chica había tenido una reacción curiosa a su roce, como si no le gustara que la tocasen. ¿Sería por él? ¿Por qué era un chico? ¿Simplemente por ser un humano?

—Solo trataba de ayudarte...

—No necesito tu ayuda.

Lo escupió de una manera tan desagradable que Logan puso una mueca de asco. Pues menuda borde era la amargada. Se le quitaron todas las ganas de continuar con la conversación y hasta con el plan, así que cuando se estabilizó en el aire y los asientos del avión empezaron a estar desocupados, pidió permiso a Nikki para sentarse junto a Ian y Jared. Les contó lo que había pasado con Jessica y los tres explotaron en carcajadas.

—Tío, precisamente por eso tenemos que seguir con esto— murmuró Ian—. Así lo disfrutaremos más.

Sin embargo, aunque las palabras de sus amigos eran muy alentadoras, Logan no se sentía seguro con el plan. No sabía porqué, pero de cierta forma quería conocer un poco más a Jessica y su mal humor sin que tuviera nada que ver con destrozarla la vida.