
Capítulo 11
Mi madre no ha estado en estos días por motivos de su trabajo, pero eso no impide que no nos comuniquemos, en la noche siempre nos llamábamos.
Ahorita me encontraba alistándome para ir a la universidad, le había dicho a Alexandra que nos veríamos allá. Iba tranquilamente caminando por la calle, escuchando mi playlist favorita.
Llegué, caminé por el pasillo hasta llegar al aula. Pero hubo algo que me llamó la atención, es que había algunas personas que estaban murmurando entre ellos.
—Ella fue lo del desastre en la cafetería —dijo una de ellas.
—Si, me sorprende que siga trabajando ahí —le murmuró la otra persona.
Creo que hablan de lo que pasó en la cafetería con la pareja de Juan, no quise poner mucha atención a eso, así que entré al aula. Esas personas venían detrás de mí.
—Pero sabes, me alegro de que ella se vengó —se rieron.
—Ustedes no tiene nada mejor que hacer? —Alexandra me defendió —estudien mejor que andar diciendo cosas que no son —ella los miró enojada.
—Lo sentimos —esas personas no nos pusieron más atención.
—Gracias —le sonreí cuando me senté al lado de ella.
—Para que son las mejores amigas —nos dimos un abrazo —cómo está tu mamá? —agradecí que cambió de tema.
—Viene en dos semanas —saqué los cuadernos —y todo bien en su viaje —sonreí.
La clase empezó, toda la mañana estuvo tranquila, salimos de la universidad, mi mejor amiga me fue a dejar a la casa, me cambié y fui rumbo a la cafetería.
Cuando ya estaba lista, mi compañera fue a comer mientras que yo atendía a los clientes.
—Un latte frío, por favor —me dijo una clienta.
—Ahorita se lo traigo —le sonreí.
Fui a hacer el pedido, mientras esperaba a que saliera me sentía observada, miré de reojo donde yo sentía que desde ahí me estaban viendo, era un muchacho… que no daba buenas vibras, el sonido de que el café ya estaba hizo que saliera de mis pensamientos. Arreglé el pedido y lo entregué.
—Un trozo de pastel de zanahoria —era el mismo muchacho.
—Si… ahorita —sentía un poco de miedo, por que aparte que no estaban mis compañeras, el muchacho no apartaba su mirada de mí.
—Apúrese —dijo algo enojado.
—Tome —le di lo que me pidió.
—Toma muñeca —puso un papel adelante mío.
—Sólo aceptamos efectivo —traté de no sonar nerviosa.
—Eres tonta? Es mi número —él sonrió, luego me dio el dinero y se fue a sentar un poco lejos de los demás, pero siempre me tenía a la vista.
Agarre el papel, y cuando vi que él estaba distraído lo boté en el basurero, mentiría si digo que pase la tarde normal, por que el tipo no se movía de su lugar.
En la noche, agradecí que ya estábamos cerrando, tomé mis cosas y salí por la puerta de atrás, boté la basura para luego emprender camino hasta mi casa. Sólo di cinco pasos cuando me topé al tipo.
—He esperado toda la tarde para estar a solas contigo —sonrió y eso me perturbaba.
—Con permiso —no quería sonar grosera y tampoco le quería demostrar que me estaba poniendo nerviosa.
—Por favor —me tomó del brazo —desde el primer momento sé que estas enamorada de mi —me puso enfrente de él, yo sentía nauseas al estar con él.
—Llamaré a la policía sino me suelta —me quería alejar de él, pero su agarre era firme.
—Me excita cuando te pones ruda muñeca —se relamió los labios y su mirada era de deseo, pero a mí me daba asco.
—Suélteme —los nervios me estaban atacando feo, al punto de que quería llorar.
—Ven —me iba a besar sino fuera por que escuchamos una tercera voz.
—Dijo que la sueltes idiota —yo del miedo que tenía, que ni vi quien era esa persona.
—Por que interrumpes —el tipo lo enfrentó.
—Déjala —pude ver que era Juan, él quitó bruscamente la mano del tipo —vete —dijo, pero él no me estaba viendo.
Yo en estado de shock sólo me hice para atrás, Juan y el tipo empezaron a pelear, a tal punto que vi que él lo iba a matar.
—Juan —le hablé, pero él no me ponía atención —¡Juan! —me acerqué un poco más, sólo me vio, pero siguió golpeándolo —¡basta! —no sé de donde saqué fuerzas para moverlo, lo que si me gané fue un pequeño golpe en mi mejilla.
(...)
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