Cuando era pequeña mamá me decía que si me gustaba algo o quería algo, debía luchar por ello, pero me pregunto, si yo quiero algo, que me hizo daño y aún así lo quiero que puedo hacer? Debo luchar? No lo creo la verdad es que si lucho por algo que me hizo mal, volveré a dañarme así que no creo perdonar a Lauren, aunque así quiera estar con ella, lo sé, sé que aún me gusta pero ella me ilusiono y luego me entero que todo fue un maldito reto, yo aún la quiero, si, pero también me quiero yo misma, y no quiero sufrir otra vez con la misma persona. Aquí estaba en mi trabajo viendo pasar a las personas por mi ventana, estos días han sido malos ya casi nadie viene por libros hoy llegarían más cajas llenas de libros nuevos, anoche no dormí nada, después de llegar de la casa de Demi, me puse a leer por que no tenía sueño, es raro en mi, pero sé la razón, es por una tonta y sexy ojiverde ella siempre está en mi mente, aunque no sé lo merece, aún me gusta demasiado, suspiro y floto mis cienes, es frustrante esto, no sé qué hacer.

—Camila... Le dejaron esto— mire al chico que estaba frente a mi, era uno de mis empleados, él tenía un ramo de rosas y una nota.

—¿Quién las dejó?

—No me dijeron, solo que era una entrega para usted— él siempre me llamaba de usted, no lo entiendo.

—Bueno, gracias.

Tome el ramo de rosas y busque algo donde dijera de quien es, pero nada no encontré nada, luego tomé la nota, quizá ahí día algo, la nota estaba muy ordenada el papel tenía un tono suave de azul, y tenía un olor muy familiar, abrí con cuidado la nota y leí.

" Espero que un día de estos podamos verlos y hablar normalmente no como la última vez, quiero volver a empezar bien, por favor di que si, ya sabes muy bien donde encontrarme y quien soy"
L.J

Viendo y analizando la ortografía y todo en orden se quien es, también es obvio por las iniciales, pero seré tonta si acepto?, creo que no, fue tierna al darme un ramo de rosas rojas me encantan, Camila no te hagas ilusiones, ella jugo contigo, si lo hizo una vez por que no lo haría dos veces?. Eso es verdad, hice una bolita con el papel y lo arroje al basurero, no caeré otra vez.

—Vaya y ¿esas rosas?, ¿otro admirador secreto, Mila?— No me había percatado de la presencia de Ari.

—Si, otra tonta que quiere llamar mi atención, pero no lo logrará.

—L.J... Veo que es Lauren Jauregui, la misma que te lastimo. —Ella había tomado el papel, a mi amiga no se le escapa nada.

—Si, ella misma— dije y le arrebate el papel de las manos y lo volví a arrojar.

—Veo que quiere hacer las cosas bien.

—Eso me dijo la última vez y al final me lastimo.—- Dije recordando sus palabras.

—¿Le darás otra oportunidad?— pregunto mi amiga, eso me hizo pensar, quizá debo de ver hasta donde puede llegar para que la perdone y le de otra oportunidad. -—¿Y si esta vez si quiere hacerlo bien?.

—No lo sé, Ari— suspire y mordí mi labio en forma de frustración, todo esto me esta estresando.

—Pero si que sabías que hacer cuando la encontraste en el parque— mi amiga sabia todo lo que había pasado con Lauren en su departamento.

—Ya se, pero eso fue solo un impulso y me arrepiento, si, eso nunca debió pasar.

—No creo que te arrepientas te conozco, solo te diré algo Mila...-—se acerco más y acaricio mi hombro —Se que sufriste por ella, yo estaba ahí contigo, pero debes escuchar su disculpas, tal vez así la perdones o lleguen a algo, pero no debes de sacar conclusiones antes de que hablen.

Lo que dijo Ari es cierto, tal vez no supe escuchar a Lauren, pero si todo fue un reto, solo un juego. En esos días que pase con ella notaba que de verdad sentía algo por mi, las citas que me daba, esos celos cuando una chica me hablaba, o esa vez cuando mi mamá no encontró besándonos ella se puso muy nerviosa y note que de verdad me quería.

—Tienes razón Ari, le diré que hablemos, gracias.

—No agradezcas, eres mi amiga y quiero lo mejor para ti, aunque no creo que Lauren sea lo mejor, pero primero hay que estar seguras —La abrace, ella siempre estaba para mi, por eso es mi mejor amiga.

—Disculpen... ¿Quién es Camila Cabello?— pregunto un hombre vestido formal, era un hombre alto y algo gordito.

—Soy yo— Le dije y me acerque a él, estaba nerviosa y no entendía porqué.

—Oh, por fin conozco a la famosa Camila Cabello.—dijo y me dio la mano —Mucho gusto, Soy Mike Jauregui.

Woowo, ¿por qué el papá de Lauren estaba acá?, me sorprende menos esperaba algo así estaba más nerviosa y sudada, le di la mano en gesto de educación y el me sonrió.

—Mucho gusto... Señor Jauregui.

—Oh niña solo dime Mike, quería hablar un momento contigo, claro si no estas ocupada.—hablar ¿de que? no entiendo esto, Ari me dio señal de que se iba y se disculpo antes de irse.

—No... No estoy ocupada.

—Perfecto, vamos a tomar un café y hablar.—- dijo y yo asentí, estaba nerviosa, no creo que algo le haya pasado a Lauren.

—Si, en la esquina hay una cafetería, podemos ir.

—Me parece perfecto. —dijo con una sonrisa es muy amable—- vamos señorita.

Salimos del local, no sin antes dar instrucciones a mis empleados sobre el cargamento de los libros nuevos, caminamos ya que no estaba tan lejos la cafetería, cuando llegamos algunas personas miraban a Mike y se susurraban cosas, tan famoso era, bueno nos sentamos en unas mesas que daba a la ventana, y un chico se acercó.

—-Buenos días, ¿Qué van a pedir?

—Yo quiero lo mismo de siempre... Y él. -—Siempre iba a bebe café a este lugar. Mire a Mike para que pidiera.

—-Oh, yo quiero un café negro por favor.

—Claro, enseguida le traeremos sus pedidos, con permiso.—dijo el chico y se fue, me encantaba este lugar porque eran muy educados los empleados y trataban bien a los clientes.

—Es bonito el lugar, nunca había tenido el placer de estar acá. — exclamo el hombre frente a mí, claro supongo que él, solo va a lugares prestigiosos.

—Si es lindo, siempre vengo aquí, claro cuando tengo tiempo.

—Veo que es muy agotador tu trabajo.

—No, bueno al veces si, pero me encanta mi trabajo.

A los minutos el mismo chico nos entregó nuestros cafés y se retiro educadamente claro, Mike bebió de su taza y vi que le gustó por su expresión facial.

—Mmm, está rico... Debo venir seguido por acá, nunca había probado algo tan delicioso.

—Si el café de acá es bueno— le hice saber y bebí un poco también, nos quedamos en silencio, no tan incómodo, pero me puse nerviosa.

Luego de veinte minutos Mike aclaro su garganta y rompió el silencio.

—Bueno quería hablar contigo de mi hija... Lauren. —claro, Lauren le comento algo, yo solo asentí —Ella me comentó de ella y de ti, que salieron un tiempo, también me comentó de que por una estupidez te perdió.

—Yo no...

—Tranquila, yo le saque la verdad, porque la veía mal todo el tiempo, una vez la vi llorando en su departamento, yo me preocupe ya que es mi hija. —Si claro que padre no se preocuparía. —Vine a decirte que, ella es una buena chica, todo lo que hizo fue por una estupidez, ella estaba en su etapa de rebeldía y estaba los efectos del alcohol, ella no me pidió que hablara contigo, si tanto se quieren deben hablar sobre todo ese tema, no te pido que la perdones, porque yo entiendo que te lastimo, pero solo te pido que la escuches, como dicen "No debes juzgar a un libro por su portada".

Tenía razón, debo escuchar a Lauren, quizá sea buena para las dos, ya han pasado dos años, quizá ya pensó las cosas bien y supo de su error. Respire profundamente y suspire.

—Si, hablaré con ella.

—Eso me alegra, hija, así podrán arreglar las cosas, toma este es el número de mi hija, ella cambió de teléfono. —claro, ella tiene dinero y lo puede cambiar de teléfono, tome el papel y vi el nombre de Lauren.

—Cuando pueda comuníquese con ella.

—Oh le diré a ella que te hable mejor, ella debe luchar por ti.

Me dio una sonrisa y yo igual le sonríe, seguimos tomando nuestro café, él me comentaba sobre su empresa de hoteles, sobre como le costo salir adelante con su familia, de que su esposa no le gusto la idea de esa empresa, así seguimos hablando, luego salimos del local y él se fue, yo camine hacia mi trabajo, pensaba en todo lo sucedido, será una señal de algo, primero Ari y luego el papá de Lauren, ya tenía decidido, hablaré con ella y escuchare lo que tiene que decir, quizá más adelante la perdone.