MATT Pov's.

- Emma está secuestrada –me dijo, y sentí cómo mi corazón murió.

- ¿Pero cómo? ¿Otra vez? –Pregunté desesperado-. ¿Tú cómo sabes?

- Escucha, déjame hablar... -me pidió.

(...)

Luego de unos minutos bastante largos, él terminó de contarme todo lo sucedido. Ahora entendía a Logan, quizás, de estar en su lugar, yo habría hecho lo mismo.

- ¿Si sabes a dónde tienen a mi novia, por qué no vas a la policía? O le dices a sus padres –le reclamé.

- ¿No entiendes el calibre de esta situación, cierto? –Me preguntó él en cierto tono de reclamo-. Marcus es un tipo peligroso, tiene cómplices muy influyentes, y cree que estoy de su lado, no puedo ir a decirles a los padres de Emma, sería un suicidio, ¿comprendes? Hay que tratar esto con calma.

- Es que, ella... debe estar asustada, yo... necesito verla. Tengo que rescatarla.

- Y eso haremos, ¿sí? Pero debemos elegir en quién confiar. Dado que he encontrado personas en las que desconfío en el círculo de Emma –me dijo.

- ¿De qué hablas?

- Creo que Thiago está con Marcus.

Mi boca se abrió de par en par. Thiago no podría ser capaz de hacer algo así.

- ¿Y quién me asegura que no estás con él? –inquirí.

- Pues, estoy aquí, tratando de ayudar a Emma, y te estoy dando datos que no le he dado a nadie más, si piensas un poco, nada de esto me conviene a mí. Tranquilamente podría dejar que nos casen sin queja alguna, ahí ganaría todo. Dinero, poder, y una hermosa chica que me acompañaría por el resto de mi vida –dijo.

Me puse rojo, estaba enojado, aunque su respuesta me hacía sonar estúpido.

- De acuerdo, Cooper. ¿Qué propones?

- Yo puedo entrar a verla cuando quiera y cuando Marcus diga, vamos a aprovechar eso –dijo.

- ¿A qué te refieres?

- Nosotros la salvaremos –fue lo último que dijo antes de que alguien nos interrumpiera.

EMMA Pov's.

La puerta de la oficina se abrió rápidamente. Marcus estaba allí, y no solo... estaba junto a mi hermano.

- Thiago... -susurré.

Él me miró con vergüenza, para luego esbozar una sonrisa, una sonrisa tan fea y falsa, una que jamás había visto en su rostro.

- Lamento verte en esta situación, hermanita –me dijo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

- ¿Estás con él? –fue lo único que logré decir.

- Oh, no solo eso, él... -dijo Marcus, pero Thiago lo interrumpió.

- ¡SILENCIO! –le gritó, yo me exalté-. Te he dicho que no interrumpas mis conversaciones, ¿cuántas veces te lo repetiré?

Marcus solo asintió nervioso y bajó la cabeza.

- Yo nunca estuve con él –me dijo Thiago luego de calmarse-. Él estuvo conmigo.

Lo miré sorprendida.

- O más bien, trabajó para mí.

Mi corazón comenzaba a dolerme.

- Pero, Thiago, tú...

Él rió-. Es que, ¿crees que a este idiota se le ocurriría hacer todo esto solo? No, la mente maestra soy yo –me guiñó un ojo.

- ¿Tú que ganas con todo esto? –le pregunté llorando.

- Dinero, poder... lo que siempre quise –dijo con una sonrisa.

- Yo confiaba en ti, me traicionaste –le dije.

- Yo jamás te dije que debías confiar en mí. Debes aprender mucho, hermanita. No todos los que te tratan bien son tus amigos, un puñal en la espalda puede venir incluso de la persona más cercana a ti, no importa qué tan bonito te trate.

Comencé a sentirme mal, algo... algo en mi estómago.

- Te odio, Thiago... -dije. Iba a seguir pero, una voz me interrumpió.

- ¡EMMA! ¡Estoy aquí, vengo a salvarte!

Logan.

- Tú –le dijo Thiago a Marcus-. Ve a ver.

- ¡Emma! –otra vez me llamaba.

Thiago me miró y comenzó a verse borroso.

- ¡Emma, Emma! –me gritaba esa voz otra vez. 

Desperté.

- Vaya que tienes el sueño pesado, niña –me dijo Marcus.

- ¿Qué? ¿Todo fue un sueño?

- Sep –respondió con simpleza mientras se servía un café.

Me dolía el estómago, pero sobre todo, el corazón de solo pensar que Thiago estaba con Marcus. ¿Sería real lo que me había dicho Jack? ¿O sería otra intriga de Marcus?

- Veo que tienes hambre –dijo Marcus-. Ya mandé a traer comida para ti, espero que esta vez la comas.

Asentí.

Me di cuenta de que el dolor en mi estómago quizás sería por eso, el hambre.

El celular de Marcus sonó indicando que le había llegado un mensaje.

- Oh –dijo con una sonrisa mientras leía-. Parece que tendrás acompañante en la cena.

- ¿Quién?

- Ya verás... tú solo sigue haciendo lo que estés haciendo, lo tendrás loco en un par de días –me dijo.

¿Se refería a Jack, era el único que había visto aparte de él?

- ¿Un café, sobrina? –me preguntó.

Acepté, tenía hambre y necesitaba algo dulce o me desmayaría.

- Bueno, me alegra que comencemos a llevarnos mejor –él me dio una de esas sonrisas que yo tanto odiaba, y me preparó el café.

Ambos tomamos el café en silencio, cada uno con sus pensamientos. Supongo que ambos teníamos muchas cosas que nos atormentaban.

(...)

Alguien tocó la puerta de la oficina, Marcus se levantó a abrirla, del otro lado, había un hombre con una bandeja con comida, unas velas y todo lo necesario para cenar, en uno de sus hombros tenía una bolsa de Chanel y en la otra, un arma bastante grande.

Marcus le recibió todo y cerró la puerta, dejando al hombre afuera.

-¿Qué es todo eso? –le pregunté.

- Pues, vas a cenar con tu futuro esposo, no crees que deberías verte algo más... ¿presentable? –me dijo.

Ahí entendí todo. Jack le había enviado el mensaje. Parece que el plan comenzaba a funcionar.

- De acuerdo –suspiré.

- ¿En serio? –preguntó sorprendido-. ¿Y desde cuándo ese cambio tan drástico?

- Jack me hizo entender que lo mejor para ambas familias será estar juntos –mentí-. Después de todo, nuestras familias son amigas. Él cree que nos merecemos una oportunidad, y me pidió conocernos mejor –fingí algo de tristeza, para que Marcus viera que eso me ponía mal.

- Bueno, para algo sirvió ese baboso –dijo mirando su reloj-. De acuerdo, ahí tienes el baño. Puedes cambiarte allí, mientras tanto, mi gente te acomodará el escritorio para que tengan una bonita cena.

Asentí.

- De nada –me guiñó un ojo y se fue.

Suspiré pesadamente, comenzaba a aborrecerlo.

Fui al baño a cambiarme, no quería que Marcus me golpeara de nuevo, necesitaba hacerle creer que todo le marchaba bien, para poder salir de ese estúpido edificio.

(...)

Luego de que me cambiara y que acomodaran la cena como me había dicho Marcus, Jack llegó, pero habló luego de que cerraran la puerta.

- Hola amiga –me abrazó-. Lamento haberme tardado.

- Está bien –desarmé nuestro abrazo-. ¿Qué pasó? ¿Conseguiste ayuda?

JACK Pov's.

- Sí, querida. Matt fue con quien hablé primero, mientras ideábamos el plan todos sus amigos llegaron así que... tenemos un equipo bastante grande, y fuerte por lo visto.

- Y... ¿Logan? –me preguntó ella algo triste.

No podía decirle que su hermano había intentado suicidarse, acordamos con Matt y ese tal Luke que no le daríamos más problemas.

- Él está resolviendo algunas cosas –fue todo lo que podía decirle, según Luke. Ella se sentiría culpable de lo que pasaba, y ahora nuestro trabajo era sacarla de ese maldito lugar.

EMMA Pov's.

Mis esperanzas decayeron.

- Ah... -fue todo lo que pude decir.

- Bueno, si te parece, podríamos comer algo, mientras te cuento del plan –me dijo Jack.

Asentí, pero no comería nada de Marcus.

- Pero comeremos esto –dijo sacando cosas de su mochila-. No confío en lo que Marcus pudo poner en nuestra comida.

Me reí, yo tampoco confiaba en Marcus.

- ¿Qué traes tú? –pregunté.

- Pizza –dijo-. Es mi favorita.

Sonreí.

(...)

La noche pasó tranquila, Jack me contó que todos me extrañaban y el plan tan variado que habían preparado con mis amigos. Ellos sin duda eran geniales, y sobre todo Matt. Él había sido el autor de todo, mandó a decirme con Jack que me amaba mucho y que saldría de allí costara lo que costara.

Una vez que terminamos de comer, Jack le llamó a Marcus para preguntarle si podíamos salir de la oficina y al menos recorrer los pasillos del edifico. Le dijo que no se preocupara, que yo estaba de acuerdo con tal de salir al menos unos minutos, que necesitábamos estar solos sin presión alguna. Marcus primero se negó, pero luego de que Jack lo persuadiera, lo logramos. Nos había dejado salir.

Jack sacó un frasco con un polvo casi invisible de su bolsillo, y lo vació en la comida que Marcus nos había mandado.

- ¿Qué haces? ¿Qué es eso? –pregunté.

- Hoy sales de aquí, princesa. Te lo prometo.