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"Mi hermano"

Me dispuse a averiguar lo que Emma había escrito para mí.

"Mi Hermano"

<<Querido diario:

Hoy, Logan y yo vimos "Los Increíbles 2". Adoro ver películas con él, le agradezco a la vida por haberme dado un hermano tan genial como él. Anterior a eso, fuimos a patinar al parque, fue demasiado divertido dado que yo no soy muy deportiva, y él lo es en exceso.

Estoy preparándole una sorpresa maravillosa para su cumpleaños. Lo llevaré al teatro, haciéndole creer que iremos a ver la sinfónica, la cual sé que odia, pero, en realidad será una convención de videojuegos, esos que a él tanto le gustan. Luego de eso, lo llevaré por un helado, y finalmente, cuando lleguemos a casa, nuestros padres tendrán lista su fiesta sorpresa para festejarlo. Ojalá y le guste... en fin, lo único que tengo para decirte, diario, es que, agradezco tenerlo conmigo, es la persona que más amo en mi vida.

Podría casarme con él si no fuera mi hermano jajajaja, solo por el hecho de ser él. Es tan especial, tan divertido, y tan atento conmigo. Siempre está al pendiente de mí, cuidándome. Es como un segundo padre, y lo amo por ello. Sí... lo amo con todo mi corazón. >>

Como lo habrán imaginado, a estas alturas, yo estaba llorando desconsoladamente, en una mezcla de emociones como felicidad por haber leído lo que Emma pensaba de mí, angustia por la misma razón, y sobre todo, miedo e impotencia de que ella ya no estuviera bajo mi cuidado.

No podía seguir viviendo con ello, mi corazón estaba destrozado.

Rápidamente me levanté y fui a la sala a buscar algo de beber... definitivamente necesitaba un trago para soportar esta agonía que crecía y crecía en mi pecho.

Encontré el ron, el vodka y la cerveza.

- ¿Por qué no? –me dije a mí mismo.

Después de todo, ya no tenía nada más que perder...

EMMA Pov's.

Me desperté gracias a unos golpes en la mesa del escritorio de Marcus.

- ¿Qué quieres? –le pregunté una vez que me di cuenta de que era ese idiota.

- Que desayunes, sobrina querida –dijo él. Era la persona que más odiaba en mi vida.

- No tengo hambre ahora.

- Bueno, te dejaré esto aquí –dijo colocando el plato en la mesa.

- ¿Por qué no estoy atada a la silla o algo? –le pregunté levantándome del suelo, que era a donde había dormido la noche anterior-. ¿No tienes miedo de que te golpee o algo?

Marcus rió-. Oh no, querida. No creo que ni tú seas tan estúpida para hacer eso. Además, podrás quizás dejarme inconsciente, pero una vez que salgas de la habitación, solo estarás muerta.

Tragué saliva.

- ¿Cómo puedes ser tan enfermo?

- Oh, créeme que estoy más cuerdo que nunca. Solo busco el bienestar para la empresa.

- ¿A cuestas de quienes te quieren?

- Oh, no me digas que me quieres –me dijo con ternura claramente fingida.

- Yo no, pero mis padres sí. Y estás traicionando su confianza, ¡a tu familia!

- Puede que sí, y no espero que lo entiendas, pero es por el bien de todos y cada uno de los Marshall.

- Te odio –le dije-. ¡TE ODIO!

- Gracias, pero no me interesa ningún sentimiento de ti hacia mí, no importa si es bueno o malo. De todas maneras, agradezco el esfuerzo, linda –me dio una sonrisa cínica. Dios, la odiaba.

Lo miré con todo el odio que pude reunir en mis ojos.

- Bueno, ahora me voy. Come eso si quieres –dijo señalando el estúpido desayuno que me había traído-. En un rato vendrá alguien a verte, ponte bonita.

- No quiero ver a nadie.

- A mí eso no me importa, ahora cálmate y descansa, para que estés menos insoportable cuando venga. Adiós –y cerró la puerta con un fuerte golpe.

Marcus era un maldito, no podía creer lo enfermo que estaba.

Ya no quería estar en esa tonta oficina. Quería estar con mi familia, con mis padres, con Thiago... con Matt, con mis amigos. Incluso con... Logan, que inexplicablemente comenzaba a extrañarlo.

Me sentía demasiado triste, y... aunque odiaba admitirlo, tenía mucho miedo acerca de lo que Marcus pudiera hacer. Estaba loco, él me había vigilado, incluso había lastimado a Luke, de forma muy grave.

Sin darme cuenta, las lágrimas llenaron mi cara. Estaba devastada, todo lo que quería, era mi antigua vida, cuando ninguna de las intrigas de las nuevas personas que había conocido, me había lastimado.

Ya no sabía qué esperar, y de quien. No sabía si mi familia me buscaba, o, si Matt lo hacía. Si los Danvers estaban enterados de lo sucedido, o... si les importaba. Pero, cómo lo haría si yo los traté tan mal la última vez que nos habíamos visto... sobre todo a Logan.

Todo lo que quería, era abrazarlo a él. Sentirme protegida con mi hermano, como siempre me había sentido a su lado. Pero, eso a él ahora no le importaría, no por como lo traté cuando lo único que quería era que fuéramos hermanos de nuevo. Y ahora, solo éramos dos desconocidos, y si es que él aceptaba al menos eso.

No puedo creer lo estúpida que fui al no saber valorarlo, me sentía tan arrepentida. Solo quería que supiese que nunca dejé de quererlo, y, que jamás dejaríamos de ser hermanos. No importa lo que unos estúpidos papeles dijeran.

Traté de calmarme, llorando no iría a ninguna parte.

Aunque bueno, considerando mi situación, ni llorando ni con el arma más letal de la ciudad iría a alguna parte. Pues, Marcus me tenía muy vigilada, y las órdenes eran matarme.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de la habitación sonó.

- Pase –dije luego de tomar unos segundos para acomodarme.

- Hola Megan... -me saludó lo más cordial posible.

No venía con una buena cara.

- ¿A qué vienes, Jack? –le pregunté.

Cerró la puerta detrás de él, no sin antes dejarme ver que afuera estaban tres grandulones con armas que parecían bastante potentes.

- Vengo a verte, Marcus me lo pidió –me dijo.

No le respondí, no sé qué esperaba el imbécil de mi tío, pero definitivamente nada pasaría con Jack.

Se sentó en una de las sillas.

- Lamento que estés en esta situación... -dijo con una pena que la verdad si parecía real.

- Entonces ayúdame a salir de aquí –lo tomé del cuello de su ropa.

- Es que, no lo entiendes, Megan. No puedo... -dijo.

Lo solté y comencé a llorar nuevamente, ya no me importaba si él me veía. Me senté en el suelo.

- No puedo creer que seas parte de esto –dije entre lágrimas.

- ¡No tuve elección! –me gritó él también llorando.

Ambos nos quedamos en silencio durante varios minutos. Él estaba sentado, tomándose la cabeza con ambas manos.

- Escucha, Megan...

- Emma –dije, sin poder creer lo que había salido de mi boca.

- ¿Qué? –me preguntó él.

- Dime Emma.

Él me miró dubitativo.

- De acuerdo... escucha, Emma... yo, quisiera ayudarte, ¿sí? Pero, mis padres esperan que esto realmente pase y... no quiero –dijo-. No quiero.

-Jack, no puedes obligarme a casarme contigo solo porque no quieres decepcionar a tus padres, ¿Okay? Eso no pasará –dije furiosa.

- Tú no sabes nada –dijo llorando-. ¿Acaso crees que me gustas para casarme? Lo que menos quiero es casarme contigo.

- Entonces ayúdame a salir –le dije molesta.

- No puedo, no puedo –dijo tomándose la cabeza.

Luego de eso él comenzó a susurrar cosas para sí mismo, pero yo podía escucharlo.

- Ellos se enfadarían, no puedo dejarla salir...

Lo observé con recelo, esto podría ser otra intriga de Marcus que planeó junto a Jack.

- Ellos se enterarían, no puedo... no puedo.

- ¿De qué se enterarían, Jack? –le pregunté intentando estar lo más calmada posible, acercándome a él.

Jack solo negaba y caminaba de un lado a otro mientras lloraba.

- ¡¿De qué se enterarían, Jack?! –le pregunté demasiado molesta y frustrada.

De repente, él se acercó a mí con rapidez, y justo cuando pensé que me golpearía, él... él solo...

Me abrazó.

Me quedé tiesa, no pensé que fuera a hacer eso. Pero, en ese momento, mi angustia disminuía. Claramente él necesitaba ese abrazo tanto como yo, y ambos nos estábamos curando un poco.

Luego de unos minutos, nos separamos, él ya estaba más tranquilo.

- Lamento eso, Emma...

- Descuida –le dije-. Creo que ambos lo necesitábamos. Todo esto es tan difícil.

Él asintió.

- Oye, necesito decirte algo. Porque, creo que tienes una imagen muy mala de mí y... lo único que quiero es ser libre y estar tranquilo conmigo mismo –dijo.

- Dime –le pedí.

- Yo...

Se quedó en silencio unos segundos, parecía ser difícil para él.

- ¿Y bien?

- Emma, yo... soy gay.

¿Qué rayos?

LUKE Pov's.

Los padres de Emma llamaron muy tarde a los míos para contarles todo lo que había sucedido con mi amiga. Nos pidieron discreción, así que no podíamos decirle a nadie.

Pero, yo igual le avisé a Matt, supuse que él querría saber lo que pasaba. Obviamente mi amigo estaba muy mal, sobre todo porque ama mucho a Emma, pero, traté de ayudarlo lo que más pude.

Ahora mismo nos dirigíamos a ver a Logan, creímos que él estaría peor que nosotros y quizás compartiendo algo de dolor, él estaría un poco mejor.

No me mal interpreten, no es que yo no me sintiera mal por mis amigos y su situación, pero pasé tantas cosas en mi vida, que generalmente manejaba los problemas con la mayor madurez posible. Trataba de no alterarme.

Al llegar a la casa de Logan, sus padres no estaban, pues se habían ido a ver a su abogado y a unos investigadores, o al menos eso fue lo que me dijeron cuando me llamaron para que fuera a ver a Logan.

Gracias al cielo, Matt aún conservaba la llave de la casa, así que entramos sin problema.

Pero, al entrar a la casa, nuestra energía cayó y la adrenalina comenzó a subir.

Habían algunos cuadros rotos tirados en el suelo, vidrios, botellas de alcohol, incluso había algo de comida, y muchos papeles tirados.

Me preocupé demasiado por mi amigo.

- ¿Qué habrá pasado? –me preguntó Matt súper asustado.

- Revisa la casa, iré a su habitación –dije para luego salir corriendo.

Subí las escaleras lo más rápido que pude, mientras observaba todas las cosas que habían tiradas allí.

Al llegar a la habitación de Logan, lo divisé acostado en el suelo. Cuando me acerqué a él, un espantoso olor a alcohol invadió mi nariz.

- Logan –lo llamé.

Nada.

- Logan, despierta –le dije.

No respondía.

Comencé a alterarme-. Amigo, basta de bromas. Despierta.

Ni siquiera se movía. Me acerqué a él y comencé a moverlo para que despertara, pero nada funcionó.

- ¡MATT, MATT, VEN RÁPIDO! –grité desesperado.

Toqué el cuello de mi amigo, y no sé si yo estaba tan nervioso y perturbado, que no sentía su pulso, ni siquiera el de su muñeca.

Rápidamente llamé a una ambulancia.

- ¿Emergencias médicas? –preguntó una señora detrás de la línea.

- Mi amigo no respira, es una emergencia, necesito que venga una ambulancia rápido, no estoy seguro hace cuando está así... él...

- Tranquilo, deme la dirección y la ambulancia irá hasta allí.

Le di la dirección a la asistente y colgué.

Me sentía demasiado mal, Logan, él... creo que, él estaba muerto.

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