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03

Anne Boonchuy se removió incómoda en su cama. Una, dos, incluso una tercera vez cambió de posición pero ni así, esa sensación extraña que recorría su cuerpo y le impedía conciliar el sueño desaparecía. Hastiada abrió uno de sus ojos y cuando su mirada se encontró con el sonriente rostro de cierto fantasma amigable, no pudo evitar que de su garganta se desprendiera un aterrado chillido el cual asustó al espíritu haciéndola retroceder.

-¿¡Qué rayos!? ¡Marcy! -  Gritó la tenista mientras se tapaba con las sábanas, por alguna razón se sentía forzada – ¡Ugh, no puedes entrar así a mi habitación y menos quedarte viendo tan de cerca! -

-Perdón, perdón. Prometo que no volverá a pasar – Rogó con sus manos juntas frente a ella y una expresión de cachorrito regañado. Últimamente aquel espíritu; la cual ahora era “amiga” de la Boonchuy, hacía cosas como esas. Desde que Anne decidió pedirle perdón aquella tarde, Marcy no se había despegado de ella ni una vez durante los siguientes días. La morena estaba a punto de reprender al fantasma pero un toque en su puerta la interrumpió.

- Salvada por la puerta Marcy, pero esto no se va a quedar así. Tú y yo tendremos una charla sobre espacio personal más tarde – Se puso de pie y abrió la puerta viendo a una chica. Se le hizo conocida pero no tenía idea de dónde la había visto antes – Hola, ¿se te ofrece algo? –

La chica la miró de arriba hacia abajo antes de alzar una ceja y mostrar una sonrisa más falsa que sus pestañas – De hecho sí, soy la presidenta del dormitorio –

- No sabía que teníamos presidenta – Anne se apoyó en la puerta y se cruzó de brazos.

- Bien, ahora lo sabes – estiró su mano para que la morena la estrechara pero antes de que Anne llegara hasta  su mano alzada, la chica la retiró dejando a la Boonchuy colgada – Me llamó Samantha Miller, estoy aquí porque he recibido algunas quejas de tus compañeras. Dicen que hablas demasiado alto y hasta en ocasiones han escuchado algunos gritos salir de aquí. ¿Algo que quieras decir respecto a eso? –

La morena se paralizó, no sabiendo que responder.

- Ah… yo, he estado hablando por video llamada con mis padres en Tailandia, intentaré bajar la voz de ahora en adelante – Rascó con nerviosismo la parte posterior de su cuello.

- De acuerdo pero ¿qué me dices del grito de recién? ¿También era una llamada? –

- Eh… -

- ¿Ocurre algo Miller? – Una tercera voz hizo acto de presencia y ambas chicas prestaron atención a la persona que las había interrumpido. Anne suspiró aliviada al notar la intervención de Sasha, en cambio la presidenta del dormitorio solo se hizo a un lado cohibida. La rubia solo se apoyó en el marco de la puerta y miró a la chica con superioridad – Entonces… -

- Waybright – Sonrió forzadamente – ¿Boonchuy es tu amiga? -

- No es mi amiga – Sasha se colocó al lado de la mencionada y pasó un brazo por sus hombros – Es mi mejor amiga – Anne no sabía muy bien que estaba pasando pero decidió mantenerse en silencio y solo observar.

- No tenía idea – La presidenta del dormitorio dio unos pasos hacia atrás antes de dirigirse a la Boonchuy – Anne, recuerda bajar un poco la voz la siguiente vez que hables con tus padres, tengan un buen día ambas – Se despidió con un movimiento de manos y entró a una habitación que se ubicaba a unas cuantas puertas más allá del pasillo.

- Ok, no sé que acaba de pasar pero gracias, supongo – Luego de salir de su estupor, la extranjera le agradeció a su amiga antes de invitarla a entrar en su cuarto. Sasha tomó asiento en su cama mientras elevaba sus hombros y le restaba importancia a lo de hace unos segundos.

- Pasó que acabo de salvarte de un problema, esa Samantha Miller es un dolor en el trasero pero justo como todos en este instituto, me respeta – Aseguró, mirando su móvil con desinterés.

- Recuérdame no estar de malas contigo alguna vez – Rió por lo bajo antes de caer en cuenta de algo ¿Por qué Sasha estaba ahí en primer lugar? - ¿Qué haces aquí de todas formas? -

- Oh eso, Sprig dijo que estabas llegando tarde últimamente a tus clases así que me pidió que a partir de ahora pasara por ti para que eso no siguiera repitiéndose –

- Ya… he estado teniendo algunos inconvenientes matutinos recientemente – Miró discretamente al fantasma en la habitación. Marcy dejó de observar a través de la ventana y se enfocó en Anne. Susurró un pequeño “lo siento,” bien sabía que la causa de las llegadas tardes de la chica era ella misma, la había estado metiendo en algunos problemas estos días.

– Entonces espera aquí, iré a darme una ducha – Le dijo a ambas, específicamente a Marcy pero esta había dejado de prestarle atención. Anne resopló y se dirigió a la puerta. Una vez vio que Marcy tenía la intención de seguirla, se paró en seco y repitió – Espera aquí -

Sasha elevó su vista del móvil y la miró extrañada – Te oí la primera vez -

- Sí, solo quería comprobar que escuchaste – Rió nerviosa – Ok entonces me iré ahora -

- Diviértete – Susurró Waybright mirando la puerta cerrada por la cual había salido Anne. Marcy hacía lo mismo, con una expresión chistosa estampada en su cara, no quería quedarse a solas con Sasha, la rubia la asustaba, solo un poco.

Un movimiento a su espalda la obligó a voltear. La porrista se había levantado de su lugar en la cama y ahora recorría toda la habitación con curiosidad. Marcy la observó por unos instantes y luego decidió robarle el asiento en la orilla de la cama que había estado ocupando la amiga de Anne. Cuando Waybright se aburrió, se dirigió al escritorio de la morena y esta vez, se sentó en la silla frente a él para distraerse con su móvil. Marcy solo movía sus piernas fuera de la cama, era una situación bastante incómoda para la chica fantasma. Otras veces habían pasado cosas similares ya que nadie sabía que estaba ahí en primer lugar pero desde que Anne llegó al instituto, Marcy comenzó a pensar que de nuevo formaba parte de algo. Sonrió para sí misma al recordar que por una vez, tenía una amiga, al fin.

Sasha giró la silla, quedando de frente al escritorio y su atención se centró en un cuaderno rojo vino con la palabra “diario” sobre la caratula. Estiró su mano y agarró el libro, dudando si abrirlo o no. Repitiéndose que no era buena idea leer el diario de alguien más. Lo dejó de nuevo sobre su lugar – Solo le daré un pequeño vistazo, quizás descubra qué es lo que tiene a Anne tan distraída – Murmuró y el fantasma en la habitación se alarmó.

- ¡Hey! – Se puso de pie, flotando al instante – ¿Sabes que no es cortés leer el diario de alguien más? – Evidentemente fue ignorada por la porrista. Marcy se alarmó mientras intentaba cerrar aquel diario. Sasha llegó hasta la última página escrita del libro y leyó en voz alta.

- “Esa chica que había estado molestándome todo este tiempo se llama Marcy. Realmente no es desagradable, hasta es graciosa a veces aunque no negaré que a veces suele ser bastante despistada y me he visto en algún que otro aprieto por su culpa…” - Sasha frunció el ceño - ¿Marcy? –

- No, no, no – Marcy entró en pánico, recordando las palabras que su nueva amiga le había dicho en su primera conversación oficial, aquella tarde en la biblioteca.

- Escucha Marcy, nadie puede saber que hablo con fantasmas –

- ¿Por qué? ¿Es eso malo? – Cuestionó con curiosidad.

- No del todo pero los adolescentes pueden ser crueles ¿sabes? Pretendo no meterme en algún problema durante mis años de instituto. En mi anterior escuela tuve algunos inconvenientes por este raro don, no quiero volver a pasar por eso ¿entiendes? – Marcy solo asintió, detallando la triste expresión de la Boonchuy.

Marcy intentó arrebatarle el libro pero falló estrepitosamente en su cometido, molestándose cada vez más ante esto. Si dejaba que esa chica siguiera leyendo aquel diario, acabaría descubriendo que Anne podía ver fantasmas. Anne se metería en problemas y tal vez ya no quisiera ser su amiga.

- ¡No! – Chilló, cerrando sus ojos. Una salvaje ráfaga de viento proveniente de ningún lado en particular, cerró las páginas del diario, sorprendiendo a la porrista quien retrocedió ante esto. Las luces comenzaron a parpadear y la temperatura de la habitación disminuyó algunos grados.

- ¿Qué mierda? – Sasha se puso de pie y miró hacia la ventana pero esta estaba completamente cerrada. La puerta se abrió y la rubia brincó en su lugar, alarmada.

- ¿Qué te ocurre? – Preguntó una extrañada Anne mientras acomodaba la toalla sobre su cuello y terminaba de secar su rostro. Sasha la observó por unos segundos antes de volver a la realidad. Intentó ponerse frente al diario y con cautela lo cerró, aprovechando que la dueña del libro se encontraba ahora ocupada buscando su uniforme.

- Nada, todo está bien – Caminó a paso rápido hacia la puerta – Dejaré que te vistas con calma, te espero afuera – Y sin darle tiempo a contestar, desapareció dejando a una muy confundida tailandesa junto con una, extrañamente, agotada fantasma.

- Eso fue… raro – Anne dirigió su atención a Marcy, esta había dejado de flotar y se abrazaba a sí misma mientras su mirada estaba perdida en algún punto del piso - ¿Marcy? – Se acercó e intentó tocarla pero al momento se retractó - ¿Todo bien? -

- ¿Uh? – Logró salir de su estupor y parpadeó varias veces antes de forzar una sonrisa y asentir – S-Sí, está todo bien Anne… - Intentó flotar pero por alguna razón no pudo. Disimuló como pudo y se dirigió hacia la puerta –Recordé que tengo algo que hacer hoy… Así que me iré, ten un lindo día – Movió su mano antes de darse la vuelta y atravesar la pared, dejando a la humana con dudas.

- ¿Desde cuándo los fantasmas tienen cosas que hacer? -

………………………………..

Sprig tarareaba una tonta melodía mientras cargaba con una caja mediana y la dejaba junto a otras en el almacén del instituto Saint James. Polly, a su lado, solo se quejaba de la molesta e irritante voz de su hermano.

- ¿Podrías solo hacer tu trabajo en silencio? – Gruñó, dejando su carga junto a la del chico.

- Nope – respondió el mayor, mostrándole la lengua a la pequeña.

- ¡Hop Pop! ¡Sprig está molestándome! – Alzó la voz, llamando la atención del anciano quien revisaba el resto del cargamento en el camión.

- ¡No es cierto Hop Pop! – Se defendió el calumniado.

- Niños dejen de pelear, aun quedan cajas en la camioneta y no se cargarán solas –

- Aghhh, ok Abu Hop – Polly se adelantó y tomó la caja más pequeña, dejando las más pesadas para su hermano. Antes de que Sprig volviera a quejarse, Hopediah lo detuvo.

- Sprig, ¿sabes si Anne tiene la tarde de hoy libre? – El niño se extrañó, hizo una expresión de “lo estoy pensando” antes de negar.

- No lo sé, normalmente tiene entrenamiento en las tardes ¿por qué la pregunta? –

- Anne llegó aquí hace más de tres semanas y aún no hemos tenido la oportunidad de ver a esa chica. Pensé en invitarla a cenar a la granja hoy en la tarde – Explicó el abuelo.

- ¡Es una gran idea Hop Pop! – Se emocionó Sprig y Polly, quien había llegado en algún momento, lo secundó.

- ¡Al fin podré ver a Anne! – Festejó la menor, haciendo un gracioso baile de la victoria.

- Oh pero Hop Pop, Anne necesita el permiso de sus padres para abandonar las instalaciones de la escuela, además los dormitorios tienen un toque de queda a las diez en punto – Añadió, pensando que eso podría ser un inconveniente para la cena.

- No te preocupes Sprig, hablaré con los Boonchuy y ellos pueden darle el permiso a Anne, además cuando la cena termine yo la traeré hasta el instituto en la camioneta, estará aquí antes de las diez –

Excelente idea Hop Pop, diez de diez – Consiguió un pulgar arriba por parte de su nieta.

- Genial, entonces le diré a Anne – Sprig tomó sus cosas y salió corriendo hacia las instalaciones principales del internado.

- ¡Bien Sprig! – Polly lo apoyó desde lejos - ¡Hey! ¡Aún no terminas con las cajas! ¡Tramposo! –

- ¡Tengo prisa, lo siento! – Se oyó a la distancia, Polly se enfadó y Hop Pop solo rió, agarrando una de las cajas y entregándosela a la niña.

- Esta me las va a pagar – Se alejó con un puchero y caja en manos.

Sprig detuvo su carrera cuando comenzó a acercarse a la entrada principal. Movió su mochila hacia adelante para agarrar los carteles que traía guardados en una carpeta. Pronto empezaría la jornada de seguridad del instituto y su tarea era pegar los volantes por todo el instituto. Cuando entró, colocó un cartel en la primera pared que se atravesó en su camino, así terminaría más rápido. Continuó así por los siguientes cinco pasillos hasta que a la distancia algo llamó su atención. Anne se acercaba junto con Sasha, esta última hablando mientras la contraria solo asentía, Sprig supuso que probablemente le estaba contando algún suceso “interesante” del cual se había enterado la porrista.

- ¡Anne, Sasha! – Sprig vociferó, llamando la atención de ambas, quienes le dedicaron una sonrisa y apuraron el paso hacia él. Anne llegó con una mirada de “gracias por salvarme” en cambio Sasha lo saludó con una despeinada de cabello, haciendo que incluso su gorro cayera. Igual tenía que guardarlo porque no lo dejaban entrar con él a clases – ¿Me ayudan a pegar estos volantes? -

Sasha desvió la mirada, intentando encontrar una excusa para librarse de ayudar al niño – Hmm, recordé que Grimsy quería hablar conmigo esta mañana. Perdón amigo pero debo irme – Salió corriendo antes de que alguno tuviera la oportunidad de replicar.

- ¡Inventa una mejor excusa para la próxima Sasha! – Gritó el chico enojado - ¡Y no corras por los pasillos! -

Anne tomó uno de los volantes de la mano de Sprig, leyó con curiosidad y elevó una ceja - ¿Qué es la “jornada de seguridad”? – Cuestionó, haciendo comillas con su mano libre.

- Es un evento del instituto y como su nombre lo indica, se centra en la seguridad de los estudiantes del Saint James, Anne – Comenzó a caminar y la mayor lo siguió, pegando el cartel en su mano sobre la puerta de uno de los casilleros, pronto notó que era el suyo y gruñó.

- Entiendo pero, ¿hay algún motivo en particular para esto? – Se apoyó sobre la pared.

- De hecho sí, hace algunos años, tres estudiantes desaparecieron de las instalaciones. La policía se ocupó tan bien del tema que nunca supieron que había pasado realmente, hasta hoy es un caso sin resolver –

- Entonces ¿murieron? – Sprig asintió – Pero si no encontraron los cuerpos –

-Anne, luego de setenta y dos horas, si no se encuentra a la persona desaparecida automáticamente se asume que esta murió, haya cuerpo o no –

- Es cierto… - Bajó la mirada, no tenía la más mínima idea de que algo como eso había pasado en el internado.

- Por cierto, Hop Pop te invitó hoy a cenar en casa – Anunció el niño, levantando el ánimo de su amiga al instante.

- ¿Hop Pop? Hace tanto que no lo veo –

- Sí, justo por eso es la cena. Ese vejestorio no para de hablar de ti, estoy empezando a cansarme ¿sabes? Polly también te extraña, siempre que viene a esta parte del internado tú ya te has ido al entrenamiento así que tampoco ha podido verte – Guardó el resto de los carteles en su mochila, pronto sonaría la campana.

- Pero ¿qué hay del permiso de mis tutores? Sin él no puedo salir del instituto –

- No te preocupes – Le guiñó un ojo – Hop Pop se encargó de todos los inconvenientes, llamó a tus padres para que ellos avisaran al colegio y él mismo te traerá hasta la escuela al terminar la cena –

- Hop Pop es el mejor – Aseguró la chica.

- Lo es, pero no le digas o se le subirá el ego demasiado – Rieron ambos ante la broma, siendo interrumpidos por la campana.

- bueno es hora de ir a clases, no quiero llegar tarde hoy – Anne se despidió con la mano y apuró un poco el paso.

- Te recogeré luego de tu entrenamiento Anne, no llegues tarde – Oyó a lo lejos, solo atinó a girarse un poco y dedicarle un pulgar en alto para luego seguir su camino hacia el salón de clases.

La mañana había pasado bastante rápido para Anne y Marcy no había dado señales de vida… no vida realmente. Aún así Anne lo pasó por alto, concentrándose en la cena de esa tarde, decir que estaba emocionada era poco. Hace bastante no veía a toda la familia Plantar reunida en un mismo lugar.

Cuando terminó el entrenamiento ni siquiera se molestó en tomar un baño en las duchas que ocupaba el equipo. Ella se bañaría en el baño de su dormitorio, así podría tomárselo con calma para luego escoger una ropa adecuada con la que asistir a la granja de los Plantar. En cuanto llegó, agarró sus cosas y entró corriendo a las duchas, por suerte las demás chicas del lugar aun no llegaban o simplemente tomarían una ducha más tarde.

Cuando volvió a su habitación se dedicó a buscar algo decente en su closet. Luego de descartar algunas prendas, se decidió por fin por unos jeans, una blusa y una chaqueta, por si hacía frío más tarde. Esta última la ató alrededor de su cintura y observó la hora en su móvil, aún tenía algunos minutos antes de verse con Sprig en la entrada del colegio.

Podía hacer una pequeña parada antes.

…………….

Cuando Anne entró en la biblioteca, lo primero que hizo fue mirar alrededor y contar la cantidad de estudiantes que había en el lugar. No eran más de cinco, y si no se equivocaba eran las mismas personas de siempre, los nerd que desayunaban, almorzaban y cenaban libros. Metió las manos en los bolsillos de su jean y comenzó a caminar, dirigiéndose hacia el fondo del lugar, Marcy siempre estaba en lo más profundo de esa vieja librería.

“Bingo”

Se felicitó mentalmente por haber encontrado a su objetivo tan rápido, aunque algo no se veía bien. Marcy estaba sentaba en el piso, apoyando su espalda en una de las esquinas y mirando un punto fijo del techo, varios libros regados alrededor. Anne se acercó con cuidado y comenzó a recoger aquel desastre. El espíritu la observó de reojo y suspiró, moviéndose y recogiendo sus piernas, luego las rodeó con sus brazos y apoyó su cabeza en ellas.

- ¿Qué haces? Estaba leyendo esos – Su voz era más baja de lo normal, Anne se volteó pero no pudo ver su rostro porque la chica lo había volteado hacia el otro lado, ocultándolo de la humana.

- ¿Los leías con la caratula hacia arriba? – Tomó asiento a su lado - ¿Ocurre algo? -

- No, estoy bien –

- Marcy – Pronunció su nombre con cierto reproche en su voz, la aludida volteó y forzó una sonrisa.

- En serio estoy bien Anne, no te preocupes – La chica no le creyó del todo pero lo dejó pasar – Por cierto, ¿por qué vas vestida así? -

- Oh, ¿esto? Voy a cenar con la familia de Sprig, hace bastante no los veo – Sonrió - ¿Quieres ir? -

- No, está bien – Negó – Además no puedo salir del instituto -

- ¿Alguna vez lo has intentado? – Cuando Marcy la miró confundida, Anne se explicó mejor – Me refiero a salir del Saint James -

- Oh, no en realidad pero… Nunca he tenido la necesidad de hacerlo –

- Entiendo – Una vibración proveniente del móvil en su bolsillo la interrumpió. Anne lo sacó y leyó un mensaje de Sprig diciendo que se apresurara pues ya él y Polly la esperaban en la entrada. La chica se levantó y salió de la biblioteca no sin antes despedirse de su amiga y prometer que llegaría pronto. Marcy solo asintió y volvió a ocultar su rostro entre sus piernas.

Anne se quedó un tanto preocupada, jamás había visto a la chica tan desanimada. Tampoco llevaba mucho tiempo conociéndola pero lo poco que habían compartido, podía comparar a aquel espíritu como un torbellino de emociones positivas. Siempre tenía algo que decir sobre absolutamente todo, acababa yéndose por las ramas y cambiando de tema con cada palabra que soltaba. Así que una Marcy tan silenciosa y desanimada le resultaba difícil de creer y preocupante en algunos aspectos.

Se sacudió esos pensamientos de la cabeza, ya tendría tiempo para preocuparse por asuntos de fantasmas. Por ahora se enfocaría en pasarlo bien.

…………………..

Las risas inundaron la casa de los Plantar esa tarde. Sprig contaba cómo podía entre pequeños hipidos, como una pelota de tenis había aterrizado sobre el rostro de la tailandesa. Polly dejó salir algo de agua por su nariz y esto solo provocó otra sesión de carcajadas.

- Es suficiente – Anne pronunció, molesta de ser el objeto de burla de toda la familia – Además Sprig, ni siquiera estuviste ahí – Se metió un bocado en la boca y masticó con fiereza.

- Lo sé pero eso no evitó que me enterase Anne – Le sonrió con diversión y la chica lo amenazó con el tenedor en alto.

- Pelea, pelea – Polly apoyó la riña de los amigos pero Hop Pop llegó para arruinar la diversión, según la pequeña.

- Basta los dos, en la mesa no se pelea chicos – El anciano anunció, secándose una pequeña lágrima causada por las risas de recién. Los amigos se calmaron y volvieron a prestarle atención a los platos delante de ellos.

- Entonces Hop Pop, ya es suficiente de mi. ¿No hay nada nuevo por aquí? Digo, han pasado años –

- Oh sí, ¡Hop Pop tiene novia! – Lo delató Polly y el hombre enrojeció.

- ¿¡En serio!? – Anne chilló, emocionada - ¿Es muy pronto para preparar la boda? ¡Me ofrezco como la madrina! –

- Calma Anne, no voy a casarme – La frenó antes de que la chica reservara la iglesia.

- Aún Hop Pop… Aún –

- A veces das miedo Anne – añadió el niño, ganándose una mirada asesina de la chica.

Cuando la cena llegó a su fin, Sprig arrastró a Anne hasta su habitación. Polly quiso acompañarlos pero Hop Pop la detuvo, alegando que esa noche le tocaba fregar los platos a ella.

-Entonces esta es mi colección de figuras de acción – Las señaló, muy orgulloso de ellas.

- Oh, lindos muñecos Sprig – Anne le restó importancia y decidió cambiar de tema – Por cierto, no me contaste a detalle lo de la desaparición de esos chicos –

- ¿Aún quieres saber de eso? –

- Por supuesto, no he podido sacarlo de mi cabeza desde esta mañana – Confesó, tomando asiento en una silla que había en el lugar.

- De acuerdo, aunque no hay mucho que decir realmente – Sprig se dio la vuelta y comenzó a buscar en un librero – Ellos solo desaparecieron como por arte de magia. La policía encontró algunas pistas pero el rastro se enfrió rápidamente así que luego de dar vueltas en el mismo sitio, decidieron cerrarlo. La escuela estuvo en investigación durante unas cuantas semanas, esos días cancelaron las clases incluso – Explicó mientras sacaba algunos libros - ¿Dónde rayos está? – Anne intentó mirar lo que hacía, levantándose un poco de su lugar pero volvió a pegar su trasero a la silla cuando el niño volteó, encarándola – Mira, tengo un viejo anuario, aquí salen los chicos desaparecidos –

- Dirás asesinados – Polly interrumpió, abriendo la puerta de forma estrepitosa y asustando al par.

- Polly, deja de entrar así a mi habitación –

- ¡Nunca! – Se acercó hasta ellos – ¿Hablaban de los asesinatos? –

- Hmm, sí. Anne sentía curiosidad – Le extendió el anuario a la mencionada, con las páginas abiertas en la clase A – mira, eran ellos – Señaló a dos chicos.

- ¿No dijiste que eran tres víctimas? – Anne alzó una ceja.

- La tercera es ella – Polly se adelantó a su hermano y pasó de página, hasta llegar a la última dedicada a esa clase. Ahí en el final, justo debajo del dedo de la niña se encontraba una fotografía de una chica con rasgos asiáticos.

Anne palideció.

- M-Marcy… Wu – No pudo evitar tartamudear. Marcy era una de las víctimas de ese desafortunado evento.

¿Cómo una chica tan dulce como ella pudo pasar por algo tan horrible? ¿Dónde estaba su cuerpo siquiera? ¿Marcy recordaba algo de esto?

Anne se sintió desfallecer, la mano de Sprig en su hombro la mantuvo de este lado de la realidad.

- ¿Estás bien? – Ambos hermanos la miraban preocupados.

- Y-Yo… no, creo que… debería irme, ahora – Murmuró.

- Ok… le diré a Hop Pop – Sprig se puso de pie – Polly, tráele un poco de agua a Anne, está algo pálida – Le ordenó y ambos salieron del lugar, dejando a la morena sola.

Ella no notó nada de lo ocurrido, solo se quedó ahí, observando aquella imagen. Marcy mostraba una tímida sonrisa pero aun así se veía bastante adorable. Anne pasó sus dedos por la vieja fotografía antes de cerrar el libro y llevarlo hasta su pecho.

………………

Todo el camino hasta el internado fue silencioso. Hop Pop notó el bajón de ánimos de la chica, así que decidió darle su espacio y no hacer preguntas innecesarias. Una vez llegaron a su destino, Anne bajó con suma lentitud, le mostró una pequeña sonrisa al anciano y le agradeció por la cena y el viaje de vuelta. Hop Pop le devolvió el gesto y le recordó que con él, siempre tendría a una persona en la cual confiar. La tailandesa volvió a agradecer y se dio la vuelta, camino hacia los dormitorios.

Aunque antes haría una parada, una urgente.

Para su desgracia, Marcy no se encontraba esta vez en la biblioteca. Anne se había asegurado de recorrer el lugar de punta a punta. Marcy había desaparecido.

Rendida, decidió volver a su habitación, en la mañana hablaría con ella.

Cuando entró a su habitación se congeló en su lugar. Ahí estaba ella, durmiendo de forma pacífica sobre su cama. Anne sonrió, olvidando por un momento su trágico descubrimiento de recién. Luego cayó en cuenta de que nunca antes había visto a un fantasma dormir antes, ni siquiera sabía que necesitaran hacerlo.

Se acercó con sigilo hasta estar al borde de la cama donde tomó asiento.

Marcy lucía bastante agotada y mucho más pálida de lo normal. Su respiración era pacífica, manteniendo un ritmo constante. Uno de sus mechones se había salido de lugar y la tenista sintió la necesidad de acomodarlo. Aunque su mano se detuvo a medio camino al recordar que ella no podía tocar a aquel fantasma o acabaría atravesando su rostro en su lugar.

Retrocedió su brazo y ocultó su mano en los bolsillos de su chaqueta.

- ¿Qué te ocurrió realmente Marcy Wu? -





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