Capítulo 5
Presente
No entiendo nada...
Miro a Elliot y por su cara me doy cuenta que también está confundido. Se supone que en estos momentos tendríamos que estar haciendo los papeles para ingresar a Servicios Sociales, no frente a un edificio antiguo, más parecido a un castillo, junto a tres personas que no tenemos idea de quienes son.
–¿Qué demonios está pasando? –grito, alterando a Jorge y Elliot en el proceso.
–Guau, al parecer la señorita callada no es tan tranquila después de todo –dice Aiden con una sonrisa divertida que me dan ganas de borrarla.
–¿Alguien me quiere decir que sucede? Se supone que nos llevarían a Servicios Sociales y terminamos en la mitad de la nada con un castillo tétrico de fondo –digo un poco más calmada.
Elliot se acerca a mi lado y me rodea con su brazo por el hombro.
–Mi hermana tiene razón, ¿Quiénes son ustedes? Acabamos de perder a nuestra familia, así que nos vendría bien un par de explicaciones –sabe que si gritamos y nos desesperamos no vamos a llegar a ningún lado.
–Tranquilos, ya les contaremos todo, por qué mejor no se asean y les damos un poco de ropa para que se cambien, no querrán pasar todo el día con lo que llevan puesto, o ¿sí? –Jorge trata de ser más amigable y simpático que su compañera Helen. Pero dadas las condiciones no logra que me genere confianza.
–No iremos a ningún lado hasta que nos digan qué está pasando, ¿me escuchan? Son unos completos desconocidos para nosotros y si piensan que vamos a seguirlos a donde quiera que sea este lugar, están equivocados.
Tomo a Elliot de la mano para salir de este lugar cuando escucho la voz de la mujer.
–Adrienne Dubois y Edahi Meyer
–¿Qué? –con Elliot nos detenemos en el lugar y nos damos vuelta para mirarla.
–Son los nombres de sus padres, ¿o me equivoco?
–¿Cómo sabes sus nombres? –digo con desconfianza.
–Fui amiga de tu madre
–Eso es mentira, mamá nunca me hablo de ti, de ninguno de ustedes.
–Es verdad, las dos estudiamos en la Academia, luego conocí a tu padre cuando empezaron a salir.
–Puedes estar mintiendo, pudiste sacar sus nombres de la estación de policía o de cualquier otro lugar –digo segura, no puede ser verdad, sino cómo es posible que mamá nunca me haya contado de ella.
Jorge y Aiden están al costado de Helen, unos pasos más atrás que ella. Elliot aún se encuentra a mi lado, sosteniendo mi mano y apretándola cada pocos segundos.
–Alyssa, solo quiero ayudar. Sé lo que sucedió y porque sé que pasó tienes que estar acá, ambos. Eso es lo que hubiera querido Adrienne. Sólo dame una oportunidad de demostrarte que lo que digo es verdad, si después de este día aún se quieren ir, no se los voy a negar –su mirada es honesta, y su postura corporal me indica que está ansiosa, esperando mi respuesta. Aunque se mostró un poco indiferente al principio, ahora es completamente lo opuesto.
–De acuerdo –Elliot responde.
Me mira y me aprieta la mano, indicando que tengo su apoyo. Calculo que no perdemos nada con intentar, además si quiero darme una ducha y cambiarme de ropa, no huelo muy bien que digamos.
–Está bien, pero si mientes nos vamos.
–Como ustedes quieran –dice con una sonrisa, la primera que le veo desde la estación de policía.
Aiden me da una mirada final antes de comenzar a caminar al igual que Jorge y Helen nos indica con un gesto que la sigamos.
Lo que veo en frente mío me sorprende, debemos estar en las afueras de la ciudad, en un bosque por los árboles enormes que se encuentran alrededor de la ruta. Es un extensión grande solo de césped, hay un arco de piedra en la entrada donde dice Academia de Elementos y luego de pasar por esta un camino de unos doscientos metros hasta lo que supongo es la Academia.
Parece una casa antigua, pero más grande, un castillo gótico con picos, muchas ventanas y piedras. Cuando pasamos por la puerta de más de dos metros y por el pasillo ancho, me encuentro con una especie de patio donde cada lado del edificio-castillo-casa confluyen y tienen vista hacia este.
Elliot está igual de sorprendido, nos dirigimos por unos pasillos hasta que llegamos a una puerta, Helen la abre.
–Muy bien, imagino que primero querrán ducharse, así que les dejamos un poco de ropa y unas cosas de aseo –dice Jorge. Me adentro y mi vista cae en los ventanales.
–Está es tu habitación Alyssa, Elliot acompáñame, la tuya se encuentra al lado –Helen aclara. Estoy por agradecer cuando escucho la puerta cerrarse.
✦✦✦
Luego de haberme duchado y cambiado de ropa, un jean azul, un suéter blanco y unas zapatillas que eran sorpresivamente de mi talla, estoy decidida a conseguir respuestas.
¿Por qué mamá nunca me contó de Helen? Está bien que no sabía mucho de su pasado, sólo lo que parecía lo más importante, pero dadas las últimas horas creo que ella y papá escondían secretos.
Escucho que tocan la puerta, debe ser Elliot, habrá terminado de ducharse.
–Elli está abierto.
–Me ofendes Alyssa –doy un salto en el lugar por el susto y me giro –Soy mejor que Elliot.
–¿Qué quieres Aiden?
–Tranquila –dice con una sonrisa. Por las gotitas que caen de su pelo puedo decir que él también tomó una ducha, los mechones pelirrojo se le ven un poco más oscuros, mientras que sus ojos verdes me están viendo con el mismo brillo que en la camioneta –Sólo venía a acompañarte hasta la oficina de Helen, tu hermano ya está ahí.
–Bueno, vamos –estoy por cruzar la puerta cuando el brazo de Aiden se me atraviesa, se recarga en el marco con la mano, me lleva una cabeza así que termino viendo su pecho y parte del cuello que está cubierto por gotitas de agua que le escurren.
–No tan rápido princesa. Me das curiosidad, ¿sabes? –me mira de arriba a abajo, me está analizando.
–¿Qué te da curiosidad?
–No tienes idea de mi mundo, que es el tuyo también al parecer, pero no me engañas. Esa carita de ángel debe ocultar secretos oscuros.
–No sé de qué me estás hablando, y si no te importa quiero enterarme lo más pronto posible, así que porque no terminamos con esto y me llevas con Helen –le espeto de manera brusca.
–Sólo trato de ser amistoso, no tiene nada de malo –sigue apoyado contra el marco de la puerta, está tenso me doy cuenta por sus músculos que se marcan contra la camiseta. Tiene una sonrisa ladeada, sus ojos se concentran en los míos, pero ese brillo, por ese brillo que desde que lo conocí no se va sé que está mintiendo. Todo su porte, su lenguaje corporal, su manera de hablarme, sí, lo conozco hace unas horas, pero no es la primera vez que me cruzo a un chico como él.
–No estoy interesada
–¿Interesada en qué?
–En tu amistad, o lo que sea por lo que me sigues hablando.
–Estoy siendo amable y creo recordar que dije que no eres mi tipo –la sonrisa se ensancha más.
–Lo recuerdo bien, créeme –me cruzo de brazos, estoy tratando de mostrarme imponente ante un chico que me saca más de una cabeza, la mejor idea de todas –Ahora sí, ¿vamos?
Su cabeza se inclina y termina a centímetros de la mía, el color sube a mi cara. Desde esta posición puedo notar unas cuantas pecas que adornan sus mejillas. Quiero mi espacio personal y él lo está invadiendo con su cara perfecta. Siento su respiración y la mía comienza a agitarse.
–¿Qué? ¿te pongo nerviosa? –espeta en tono de burla.
–No –miento –Sólo quiero mi espacio personal y tú lo estás invadiendo.
–Tus mejillas me indican otra cosa, pero bueno...si quieres seguir pensando así, miéntete a ti misma.
–¿Podemos ir con Helen? de verdad quiero enterarme qué demonios está pasando y tú no estás ayudando.
–De acuerdo, princesa –da un paso atrás y deja el paso libre hacia la puerta –Vamos.
Paso por delante de él, me sigue con la mirada hasta que dejamos la habitación.
–Y no me digas princesa –digo al pasar delante de él.
Cuando cierra la puerta escucho que susurra algo, pero alcanzo a oírlo.
–De Aire tenías que ser –me doy media vuelta y enfoco mi vista en Aiden, quien está con una expresión entre molesta y cansada –Vamos, te llevo con Helen, ya te vas a enterar de qué va todo esto.
–Con tu madre éramos muy amigas, siempre hacíamos todo juntas. Luego conoció a tu padre y se enamoraron, eran la pareja perfecta.
–Si...siempre decían que fue amor a primera vista, aunque yo no crea en esas cosas –le respondo a Helen.
Elliot se encuentra sentado a mí lado y Helen enfrente en la silla de su escritorio. Estamos en lo que parece ser su oficina, es grande pero los colores marrones y la gran chimenea que hay en un costado la hace parecer acogedora. La luz se filtra por los grandes ventanales que hay detrás, indicando que es cerca del mediodía.
–Sé que estás confundida ahora mismo Alyssa, y tienes derecho a estarlo, pero debes saber que lo que te voy a contar en estos instantes te va a cambiar. ¿Estás preparada?
–No, pero tengo que estarlo.
–De acuerdo –respira profundo y habla –Tus padres estudiaron aquí, en la Academia. Se conocieron y se enamoraron. Pero nuestros alumnos tienen una peculiaridad, algo que los hace diferentes.
Me mira para saber si sigo su relato o si tengo una pregunta. Al ver que no respondo nada, continua. No sé como sentirme, miro a Elliot, está tranquilo, parece estarlo. ¿Por qué está tan tranquilo?
–¿Alguna vez te sentiste más conectada con la naturaleza, que con cualquier otra cosa?
La miro fijo, ¿por qué me está preguntando esto? yo solo quiero saber que les sucedió a mis padres.
–No entiendo porque esto tendría que ver con mis padres –contesto en un tono brusco.
–Aly...solo responde la pregunta –Elliot al fin me mira, su pelo sigue mojado y también se cambió de ropa, unos jeans y una sudadera más grande que su talle. Me suplica con la mirada que conteste, no entiendo porque está actuando de esta manera.
–Yo...no sé. ¿Más conectada con la naturaleza? ¿De qué manera podría estar más conectada con la naturaleza?
–Aly, sabes que sí ¿Recuerdas lo mucho que nos gustan las tormentas y la lluvia?
–Sí, lo sé, pero eso no es sentirme conectada, solo me gusta el sonido que hace.
–No es así, Alyssa. Tú y tu hermano tienen una conexión especial con la lluvia, con las tormentas, con la naturaleza. Y eso es así porque los dos son de Aire.
–¿Qué demonios significa eso? Yo solo quiero saber qué les pasó a mis padres, acordamos que si no respondía a mis preguntas me iría esta misma noche ¿Elliot dime, por favor, que no le crees?
–Alyssa, por favor, solo escucha ¿quiere? –dice en un tono brusco, un tono que nunca había usado conmigo. Me mira cansado.
–La Academia de Elementos es justamente eso, una Academia basada en los cuatro elementos de la naturaleza. Aire, Fuego, Tierra y Agua. Ustedes dos son de Aire. Tu padre también era de Aire, mientras que tu madre pertenecía a Agua.
Ya no lo soporto más, me levanto de la silla, abro la puerta y salgo corriendo de allí hasta la habitación. Escucho pasos detrás de mí, pero no me importa, seguro es Elliot queriendo que siga escuchando todas esas estupideces.
Entro por la puerta, me siento en la cama y miro mis manos. No puede ser verdad, porque si es verdad eso quiere decir que la mancha de quemado que había en la cama sí sucedió y si eso sucedió, lo del desconocido con capucha también pasó. El fuego pasó.
Escucho que abren la puerta. Es Elliot.
–Aly...
–Ahora no, Elliot.
–Vamos, por favor, tienes que escucharme, solo dame cinco minutos –su mirada está fija en la mía.
–Está bien –me rindo.
Camina hasta sentarse en la cama, junto a mi. Está jugando con sus manos, está nervioso y la verdad yo también lo estoy.
–¿Te acuerdas el día que papá me fue a buscar al instituto porque la directora lo llamó? –No entiendo a dónde quiere ir a parar con esto. Hago un gesto para protestar pero me calla y me pide que solo responda.
–Sí, dijeron que te encontraron en los vestuarios, con un bate de béisbol tirado y las ventanas rotas. Nunca entendí porque papá al principio te dió un sermón delante de la directora y en casa ni siquiera te castigó.
–Porque no lo hice a propósito, no rompí esas ventanas en un momento de rebeldía como dijo la directora. Lo hice porque me descontrole.
–¿Te descontrolaste?
Elliot toma mis manos entre las suyas, se acomoda más cerca.
–Mi elemento se descontrolo, hace apenas unos meses los había manifestado y todavía no los controlaba. En el vestuario tuve una discusión con Adam. Tú piensas que no lo sé, pero ya estaba enterado de que no era la primera vez que Adam te dejaba plantado. Le fui a reprochar por eso.
–¿Cómo...
–Aly, siempre te miro, aunque no te des cuenta y esos últimos días habías estado más callada de lo normal. Solo quiero cuidarte.
–Lo sé, lo sé. Sólo...no te quería preocupar, por eso no te dije nada.
–Y yo sé que siempre piensas en los demás antes que en ti misma. Por eso discutí con Adam, me contuve hasta que se fue, pero cuando salió por la puerta explote.
–Elliot, no entiendo cómo esa discusión pudo haber acabado con las ventanas rotas.
Él suelta mis manos, se para delante de mí y me mira con cuidado. Me pide que no entre en pánico por lo que está a punto de hacer, pero cuando le voy a replicar hace algo que me hace callar.
Una nube.
En la mano de Elliot hay una nube y de esta cae lluvia, hasta se ven pequeños relámpagos. Levanta la vista de su mano hacia mí y yo hago lo mismo, hay una sonrisa en su cara y un gesto de relajación que me indica que hace mucho quería decirme esto pero no sabía como.
Es increíble.
Me estoy por levantar cuando escucho el sonido de mi celular, es lo único que pude salvar del incendio, el policía me lo devolvió antes de irme. Pero tengo miedo, porque sé quién está detrás de ese sonido.
Desconocido
Al fin lo sabes, ya me estaba aburriendo de tanto esperar.
PD: No puedo esperar para ver lo que tienes, bonita.
Y yo no puedo esperar para descubrir quién eres.
✦✦✦
Holaa, hasta acá el capítulo de hoy.
¿cómo están? ¿cómo va su domingo?
Siempre digo lo mismo, pero espero que les este gustando la historia. Me hace mucha ilusión publicar esto que hace tanto tiempo rondaba en mi cabeza.
Espero que terminen bien el día <3
Nos leemos la semana que viene!!
~Luly
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