
Capítulo 19
–Gracias por el vestido, señor y señora River –digo agradecida–. Es hermoso.
–Nos alegra que te haya gustado, Alyssa –contesta la madre de Nai–. Y puedes tutearnos, por favor, llámanos Azariel y Maureen –me regala una sonrisa maternal.
Los padres de la rubia llegaron hoy en la mañana. Son personas atentas y amorosas. Y los tres hermanos heredaron los ojos verdes de su padre y el cabello rubio de su madre. No se puede negar que son sus hijos.
Cuando llegaron me sorprendieron con un regalo. Un vestido celeste con lunares blancos y mangas largas. Es precioso y no podía creer que recibiera un regalo de ellos siendo la primera vez que nos conocíamos, además de haber invadido su casa.
Dylan y Malia también contribuyeron con el vestido, así que se supone que fue un regalo de los cuatro, de la familia River.
Luego de regresar empapada a la habitación y teniendo que haberme secado, Elliot me sorprendió cuando salía del baño. Siguen un poco tensas las cosas entre nosotros y no ayudó los comentarios de Aiden sobre nuestra relación.
Quería darme mi regalo y fue lo mejor que recibí en mucho tiempo. Elliot le pidió a Helen si la policía había encontrado algo en el incendio que se había salvado. Resulta que sí hallaron algo. Un álbum de fotos. Fotos de mamá, de papá, de Elliot, de nosotros como familia. Lloré abrazada a mi hermano, recordando esos momentos y deseando que las cosas fueran diferentes.
–¡Feliz cumpleaños, Aly! –dice Cassiel bajando las escaleras–. Pensé mucho que regalarte, no sabía si te gustaría...espero que te guste y si no te gusta no pasa nada...pero en serio espero que te guste –dice sin respirar–. No sabía que regalarte, pero creo que esto es lo ideal en este momento y...
–Cass, respira –sonrío–. Cualquier cosa está bien, de hecho no tenías porque regalarme nada.
–Si, de acuerdo –saca la mano que mantenía en su espalda con un paquete envuelto en papel de regalo–. Espero que te guste –menciona nervioso.
Rompo el papel ante la mirada atenta del castaño. "Los cuatro elementos: historia y poderes sobre el elemento aire". Eso pone en la portada del libro.
–¿Un libro viejo? –dice una voz ronca.
Me tenso. Luego del beso, cada uno se dirigió a su habitación y no volvimos a hablar. Está parado al lado mío mirando el libro con una sonrisa burlona y con pequeñas gotas que caen de su pelo.
–Si –responde Cassiel más firme de lo que esperaba–. Aly es nueva en esto y creí que le gustaría saber un poco más acerca de su nueva vida y origen de sus poderes.
–Me encanta, Cass –lo abrazo–. Gracias.
Aiden bufa y camina hasta la mesa que ya se encuentra lista para almorzar. Espero que está comida salga mejor que la de ayer. Aileen no me saludó y no esperaba que lo hiciera.
–¿Cómo está la cumpleañera más linda de todas? –me abraza Nai por detrás.
–Te dije que se iba a poner celosa si seguías diciendo eso –me burlo.
–Y yo te dije que cuando quieras puedes unirte –responde la morena siguiéndome el juego.
–Si insistes tal vez acepte.
–Encantada de que lo hagas.
–¡Mamá, Naida está planeando un trío lésbico con nuestra invitada! –grita Dylan.
No puedo hacer otra cosa que sonrojarme por la vergüenza. La primera vez que conocen a la amiga de su hija y seguro piensan que es una depravada y mala influencia.
–¡Dylan! –La rubia se acerca a su hermano y lo empuja en las costillas haciendo que este se encoge de dolor–. ¿No tienes mejores cosas que hacer, como molestar a tu amigo que está muy sonriente? –pregunta–. Sospechoso, ¿Por qué sonríes así? –se para frente a Aiden.
–¿Acaso no puedo sonreír?
–No como lo estás haciendo –inquiere Nai.
–Bueno, es el cumpleaños de Alyssa, hay motivo de celebración, ¿no?
–Te estoy vigilando, Callaghan –hace un gesto con sus dedos cambiando de sus ojos a los de él–. Cuidado con mi amiga.
Lena se acerca y tira de ella para sentarla en la silla.
El almuerzo transcurre tranquilo, por suerte. No sé qué hubiese hecho si algo como lo de ayer sucediera frente a los padres de Naida.
Fue lindo.
Por un momento recordé como era una comida en familia. Maureen no paraba de decirme que comiera lo que quisiera y su esposo hizo que me sentiría como en casa, preguntándome si necesitaba algo o si me encontraba bien. Por poco lloro, pero creo que ya tuve demasiado al admirar el álbum de fotos de mamá y papá que me regaló Eli.
–¿Por qué no van un rato a la playa? –propone Azariel–. Su madre y yo nos quedamos ordenando –le dice a Dylan.
Las chicas subimos a la habitación y veo como Lena me tiende la bikini que no sabía que había empacado.
–¿En serio, en qué momento armaste la valija?
–Tengo mis trucos –responde.
Me saco el hermoso vestido y en su lugar me pongo la bikini negra, un short y un suéter. No hace tanto calor, pero tampoco demasiado frío. Está agradable, aunque no creo que para bañarte en el mar.
–¿Se lo diste? –escucho que la morena le dice a su novia.
–No, te estaba esperando.
Termino de doblar el vestido cuando las dos me hacen sentar en la cama.
–Tenemos que darte tu regalo.
–Creo que todo lo que ya hicieron por mí es regalo suficiente –le respondo a Lena.
La rubia saca de su mochila una bolsita chiquita.
–Ten, ábrelo.
Dentro hay tres pulseras de hilo. Una de color celeste, otra verde y una roja. Las tres tienen un dije circular, me lo acerco más a la vista para leerlo.
–Tiene nuestras iniciales grabadas –determina Lena.
–Una muestra de nuestra amistad –finaliza su novia.
–Gracias, chicas -–digo con lágrimas queriendo salir de mis ojos–. Me encanta. Ya sé que no nos conocemos hace mucho y que en estos momentos no soy la mejor persona de la que estar rodeada. Pero aprecio mucho que me consideren su amiga –me tiembla la voz–. Mi mejor amiga la conocía desde pequeña, pero eso no evitó que se metiera con mi novio. Nunca llegas a conocer realmente a una persona.
–Nosotras también apreciamos tu amistad y te queremos, Aly. Vamos a estar para ti en este momento difícil y en los buenos que vendrán también –sonríe Nai.
–Además, ten por seguro que nadie se meterá con Aiden para robártelo.
–No sé de lo que hablan –me atraganto.
–¿Ah, no? –enarca una ceja–. ¿Y qué hacías toda empapada en la mitad de la noche al igual que Aiden?
–¿Cómo sabes que Aiden también estaba mojado?
–No lo sabía –me sonríe–. Me lo acabas de confirmar.
Agarro una almohada que se encuentra en la cama y la golpeo con fuerza. Naida ríe a carcajadas. En serio, agradezco tener amigas como ellas.
✦✦✦
–¿En serio vas a tomar sol? –pregunta Cass acostado a un lado de Lena–. Si está nublado.
–¿Por quién será, no?
–¡Oye! Yo no estoy haciendo nada.
–Solo bromeo, cariño.
Malia y Aileen se encuentran un poco alejadas de donde nos encontramos. La pelirroja cada tanto me mira de reojo y más cuando la vista de su hermano se queda fija en mi. Caminando hacia la playa me pidió disculpas por lo de ayer, aunque sonó falso y fue el doble de falso cuando me dijo que Aiden la había obligado a disculparse.
Aiden y Dylan se encuentran en la orilla hablando. El rubio tiene el ceño fruncido y sin disimular mucho miran hacia nosotros cada pocos segundos.
–¿Trajiste cartas? ¿Qué tenemos doce años? –la morena le arrebata el mazo de cartas de las manos a Cass.
–Dijiste que querías jugar –responde este.
–¡Pero no a las cartas!
Elliot ríe a su lado. A la vuelta voy a tener que hablar con él y aclarar las cosas entre nosotros.
–¿Y a qué quieres jugar entonces?
Al castaño se le está acabando la paciencia. No es alguien que se enoja rápido, pero Lena saca lo peor de él.
–¿Verdad o reto? –Lena le hace una seña a Cassiel para que responda.
–Verdad.
–¿Es verdad que te gusta Aly?
Cassiel se pone nervioso y yo vuelvo a estar roja por la vergüenza. A veces odio que Elena sea tan directa. Elliot a mi lado me mira confundido, pero no le devuelvo la vista, sino que la llevo hacia el mar donde Dylan y Aiden están caminando hacia nosotros.
–M-Mejor reto –tartamudea.
–Entonces te reto a que entres al mar.
–Pero está nublado –responde rápido–. Y hay viento.
–Tu eliges –Lena no aparta sus ojos negros de los castaños de Cassiel, retandolo a que elija entre sus dos opciones.
–Entro al mar si tú también lo haces –replica.
Lena hace un puchero dirigido a Nai. Al ser de fuego el agua no es su mejor amigo, irónico ya que su novia es de ese elemento. De un momento a otro, Dylan toma a Lena por la cintura y la sube sobre sus hombros caminando con ella a cuestas hacia el mar.
–¿Qué haces? –grita–. Pensé que eras un buen cuñado.
–Esto es por la mañana, cuñada.
–¡Si yo no hice nada!
Dylan llega al mar y lanza a Lena al agua. A mi lado Cassiel corre junto con Nai hacia ellos. Elliot me mira sin saber que hacer, pero al final también se levanta y sigue a los demás.
–¿Te dejaron sola, princesa?
Y ahí está otra vez, la corriente de energía que siento por mi cuerpo cada vez que está cerca mío. Lleva puesto también un traje de baño y finalmente puedo apreciar su cuerpo. Está marcado, sí, pero no tanto. Tiene fuertes músculos en los brazos y abdominales y puedo apreciar lo pálida que es su piel y los lunares que rodean su pecho y espalda.
Me tiende una mano para ayudarme a levantar, cuando la toma una corriente sale de mis dedos hasta los suyos, pero lo único que hace es sonreír y acariciar mi piel.
Me lleva hasta estar un poco apartados de los gritos de los chicos que están jugando en el agua. Hay pocas personas en la playa, se ve todo muy...pacifico.
–¿Qué haces?
–Darte tu regalo –se acerca hasta que nuestras respiraciones se mezclan–. No sabes lo hermosa que te ves en ese bikini y sonrojada, de verdad eres toda una princesa –susurra.
Giro mi vista hacia el mar, Elliot nos está mirando, luego Lena lo tira debajo del agua y vuelven a jugar.
–Cierra los ojos –susurra a mi oído.
Siento como me coloca algo por el cuello, está frío y siento un peso sobre este. Cuando me dice que ya puedo abrir los ojos eso hago. Dirijo mi vista hacia abajo. Es un collar, con un dije de mariposa en color azul. Es delicado, no muy grande y es precioso.
–¿Una mariposa? –no puedo evitar preguntar con una sonrisa.
–Eres de aire, ¿no? –inquiere en broma. Su mano acaricia el collar sobre mi cuello.
–En serio te esforzaste, ¿eh? –digo con la voz entrecortada.
–¿Qué puedo decir? –sonríe de lado, pasa su otra mano por mi cintura desnuda–. Soy un genio.
No digo nada. La cercanía y nuestros cuerpos sin demasiada ropa no me permiten hablar. Su mano en mi cintura está caliente y sus dedos que estaban en mi collar se dirigen cada vez más abajo de este cortándome la respiración. Hay deseo en sus ojos, pero estos no dejan los míos, no recorren mi cuerpo.
–Espero que está vez no llueva –susurra contra mis labios.
–¿Por qué? –interrogo confundida.
–Porque quiero besarte.
Y eso hace. Me olvido que las chicas están a unos metros, al igual que Cassiel y que probablemente Elliot nos esté mirando. Pero sus labios son una adicción. Recorre cada centímetro de mi boca e introduce su lengua que juega con la mía. Su cuerpo está caliente y lo siento completamente al no tener ninguna prenda de ropa salvo el traje de baño. La cercanía hace que tenga escalofríos, paso mis brazos por detrás de su cuello, tocando con mis dedos el pelo de su nuca. Suspira entre medio del beso. Sus manos grandes aprietan mi cintura y me apega más a su pecho.
Cuando siento que me voy a quedar sin aire me separo, tirando de su labio inferior en el proceso logrando que gruña.
–Me encantas, princesa.
Más tarde, Elliot no me dirige la palabra y me siento culpable por eso. No tendría que haber besado a Aiden enfrente de él, no lo tendría que haber besado en frente de nadie, ahora Naida y Elena no paran de molestarme. Estamos terminando de organizar la ropa y los bolsos cuando mi celular suena en la mesita de luz. La morena lo toma y me lo da.
–Toma –se fija en la pantalla–. Desconocido –dice sin prestar atención.
Yo lo tomo y abro el mensaje.
Desconocido
Feliz cumpleaños, bonita.
✦✦✦
Holaa, ¿cómo están?
Hasta acá el capítulo de hoy. Quería darle un poco de tranquilidad a Aly en su cumpleaños, pero las cosas se van a poner intensas.
Me ayudan mucho comentando y votando :)
Espero que les este gustando la historia, ¿tiene algún personaje favorito?
Nos leemos el próximo domingo!!
~Luly
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro