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Capítulo 10

–Despejas la mente y te concentras –dice Elliot –. Al menos eso funciona para mí.

–¿Y de qué cosa nueva me vas a presumir ahora? –pregunto bufando.

–Yo no presumo –contraataca.

–Sí, que lo haces.

–No, no lo hago.

–Eres imposible –revoleo los ojos.

Elliot se ríe. Estamos sentados en el piso de su habitación. Es parecida a la mía, sólo que la de él está desordenada como de costumbre, tiene varias cosas tiradas y en vez de dos ventanas como hay en mi cuarto tiene una pequeña. Veo como se acerca hasta mí y me roba un beso rápido. Riendo vuelve a su posición y se acomoda.

–Solo mira.

Cierra los ojos, su respiración se relaja y cuando pienso que va a quedarse dormido, porque es capaz de hacerlo, siento como una pequeña brisa nos envuelve moviendo mechones de su pelo rubio y levantando un poco mi blusa. Veo que esboza una sonrisa de satisfacción y abre los ojos.

–Lo aprendí ayer, tardé casi toda la clase en conseguirlo pero una vez lo hice siento como ahora solo...fluye.

–Es increíble –me alegro por él, en verdad lo hago.

–Sí que lo es –dice distraído.

–Pero... ¿Qué es exactamente lo que aprendiste?

–Manipular el aire –dice con una gran sonrisa –. Claro que esto es lo mínimo, solo una brisa, pero una vez que lo domine a la perfección puedo llegar a manipular grandes torrentes de viento, tornados, huracanes hasta se puede quitar el oxígeno a un lugar o a personas sabiendo controlar las moléculas de aire correctamente –dice entusiasmado.

–Alto ahí –río –. Mucha emoción.

–Solo creo que es genial estar en un lugar con gente igual a ti, ¿sabes? –su expresión es seria –Nunca te lo dije pero luego de que descubriera que podía hacer cosas como estas sólo podía hablarlo con papá y no me contaba demasiado. En realidad, no me contaba casi nada, siempre lo postergaba –hace una mueca –. Luego de que aparecieran mis poderes por primera vez, volver al instituto sabiendo que podía hacer cosas que otros no podían, que era en parte especial y no poder compartirlo con nadie, ni siquiera contigo me hacía sentir que no pertenecía a ningún lugar, que no encajaba. Y cuando sucedió lo de nuestros padres –lleva la vista a sus manos incómodo –creí que iba a explotar en cualquier momento. Pero creo que estar aquí hizo que me sienta comprendido de alguna forma.

Reflexiono lo que dice. Nunca pensé que Elliot se podía llegar a sentir así y ahora me siento mal por no haberme dado cuenta por lo que estaba pasando.

–Eres fuerte, lo sabes ¿no? –me acerco hasta que mis piernas rodean su cintura y quedo sentada en su regazo –Y no lo digo por lo que paso en este último tiempo, sino porque siempre has sido fuerte y sé que eres capaz de enfrentar todos los retos que te pone la vida –sujeto sus mejillas con mis manos –. Al menos yo siempre te vi de esa manera.

–Tienes que dejar de hacer eso –dice serio.

–¿Qué cosa? –pregunto confundida.

–Decir cosas que me hacen querer besarte en este momento.

Elliot sonríe, acorta la distancia que nos separa y une nuestros labios en un beso delicado, suave y sin prisa. Es ese tipo de beso en el que expresas todo el cariño y admiración que sientes por la otra persona. Él de igual manera lleva sus manos a mis mejillas, las acaricia despacio. Puedo sentir el olor a su perfume por la cercanía de nuestros cuerpos. Cuando nos separamos por falta de oxígeno nuestras frentes quedan apoyadas en la del otro. Puedo sentir su respiración y ver el celeste de sus ojos que es más claro que el mío. Nos quedamos un par de minutos en esta posición.

–No sé qué haría si me faltaras –susurra.

–Y yo no sé qué haría si me faltaras tú –digo de la misma manera.

Nos separamos de a poco, Elliot con una sonrisa tonta que me contagia. Le doy un beso rápido y vuelvo a mi lugar.

–De acuerdo, te puedo explicar cómo hacerlo –dice.

–¿Hacer qué? –pregunto con cuidado.

–Cómo controlar el aire.

–Ah, s-si claro –tartamudeo.

–Entonces, cierra los ojos –hago lo que me dice –. Tienes que poner tu mente en blanco, no dejes que ningún pensamiento te distraiga de lo que quieres hacer.

Siento como se acerca a mí y baja mis hombros que se encontraban tensos sin que me diera cuenta.

–Una vez que nada te nuble siente tu cuerpo, el aire a tu alrededor y trata de desear, de querer que ese aire nos envuelva.

Escucho como Elliot se sienta delante de mí. Intento hacer lo que dice, trato lo más que puedo de dejar la mente en blanco, pero como sucedió hace dos días en clase no puedo. Mis pensamientos son como un torbellino que no paran. Elliot está tan emocionado por finalmente pertenecer a un lugar, mientras que yo siento que no encajo. No lo hacía en el instituto y al parecer tampoco en la Academia.

No me quiero sentir así, estoy feliz por mi hermano pero yo también quiero tener ese sentimiento de que hay algo en lo que soy buena, que hay algo que puedo compartir con otras personas y que me entiendan. Me frustro y termino abriendo los ojos.

–Está bien, tampoco pude a la primera –me anima –. Pero sigue intentándolo, cierra los ojos.

Estoy por decirle que estoy es inútil, pero al ver la cara de Elliot me callo, no quiero romper su ilusión. Cierro los ojos y vuelvo a intentarlo. ¿Por qué Elliot dijo que papá siempre posponía el tema? ¿No lo ayudó con sus poderes? ¿Tenía miedo? ¿Elliot habrá tenido miedo en ese momento? ¿Y yo? ¿Qué hubiese pasado si también manifestaba mis poderes en el instituto? Para eso si tengo respuesta, hubiese entrado en pánico, como siempre.

Mente en blanco, si definitivamente no está funcionado. ¿Por qué no funciona?¿Acaso no tengo poderes como Elliot? ¿Helen mintió? ¿Mis padres mintieron? No pertenezco aquí.

Abro los ojos nuevamente, Elliot está frente a mi, su buzo negro está arremangado a la altura de sus codos y se encuentra descalzo al igual que yo. Su sonrisa sigue intacta, pero mi cara muestra todo menos felicidad. Me levanto.

–Está bien, Aly –se levanta también y se acerca –. Lo lograrás, sólo ten paciencia.

–Si, sólo... –trata de tomar mi mano pero me aparto unos pasos hacia atrás –Mejor me voy.

Agarro mis zapatillas que están a un costado de la cama y me las calzo, me pongo el sweater que me había quitado cuando entre y tomo mi celular que estaba arriba de la cama. Elliot me mira confundido, vuelve a acercarse pero lo esquivo y me encamino hacia la puerta.

–Aly, ¿estás bien?

–Si –digo en tono brusco –. Sólo tengo cosas que hacer.

–¿Qué cosas? –pregunta en tono burlón.

–Cosas Elliot, después nos vemos –abro la puerta pero él me detiene.

–Aly...sólo es práctica, ya te saldrá –comenta en tono conciliador.

–¡Lo sé, Elliot! –grito.

Él da un par de pasos hacia atrás

–¡Seguramente sea práctica, pero ni siquiera sé si tengo mis malditos poderes!

–Oye...

–Lo siento –me disculpo, nunca grito y calculo que eso fue lo que lo preocupó –Quiero estar sola, nos vemos.

Salgo de la habitación y me dirijo al patio trasero de la Academia. Últimamente se está convirtiendo en mi refugio. Doy vuelta en varios pasillos y comienzo a aumentar la velocidad, hasta que choco con alguien, pero no me detengo.

–¿Alyssa? –escucho que gritan mi nombre.

Giro y veo a Aiden a unos pasos de donde me encuentro. Fue él con quien choque. No dice nada y tampoco quiero escuchar lo que tenga que decir, sólo quiero salir de aquí y estar sola.

–Espera –toma mi brazo –. Sobre lo del otro día...yo quería...disculparme.

–Ahora no, Aiden –suelto su agarre y doy media vuelta.

–Oye –vuelve a tomar esta vez mi mano pero me aparto con brusquedad –¿Estás bien?

–Dije que ahora no, Aiden –siento como mis ojos pican –quiero estar sola –susurro.

Él posa su vista en mis ojos, estoy a punto de llorar pero no lo quiero hacer en frente suyo. Da unos pasos hasta donde me encuentro, levanta su mano y seca una lágrima que sin darme cuenta cayó por mi mejilla.

–Lo siento –susurra –No debí tratarte así el otro día, sólo que es...complicado.

–La vida es complicada –me separo de su tacto.

–¿Qué te pasó? –pregunta

No sé si contarle, no sé si se burlará por ello, si me dirá lo mismo que Elliot, que siga intentando. Tampoco entiendo qué es lo que sucedió entre nosotros hace dos días, por qué se fue haciendo que crea que había dicho algo malo. No conozco a Aiden, llevo en la Academia menos de dos semanas y me confunde y no quiero que lo haga.

–Problemas de poderes –contesto finalmente –O más bien, la falta de ellos.

–Bueno, yo te puedo ayudar con eso –vuelve a acercarse.

A este punto voy a llegar al final del pasillo si sigue caminando hacia delante y yo hacia atrás.

–No gracias –espeto –. Ya dije que quiero estar sola.

Esta vez giro para seguir mi recorrido y Aiden no me detiene. Ya no quiero llorar, solo fue un momento, pero seguramente mi cara se encuentre roja por evitarlo.

–¡Oye, princesa! –grita –sea lo que sea lo que hayas intentado no va a funcionar. Lo digo por experiencia. Toda esa palabrería de dejar la mente en blanco y estar equilibrado con tus emociones es pura mierda. No te resistas a lo que sientas, a veces una emoción fuerte es todo lo que necesitas para encontrarte, en este caso encontrar tus poderes de princesa del Aire.

Lo veo de frente, lo último lo dice con una gran sonrisa ladeada en su rostro. Pasa a mi lado y dobla el pasillo hasta desaparecer de mi vista. En vez de seguir mi recorrido actual, cambio y me dirijo a un aula vacía. No quiero volver a toparme con Aiden por coincidir en el mismo lugar.

Entro al aula que se encuentra a oscuras, entra luz solo por la ventana que hay frente a la puerta. Voy hacia esta y me siento debajo, queda frente mío todas las mesas y sillas del salón.

Saco mi celular y me quedo observando el fondo de pantalla unos minutos. Es una foto de nosotros cuatro, Elliot, mamá, papá y yo de vacaciones. Las últimas que tuvimos juntos y no lo sabíamos. Los mensajes de Liam y Olivia ahora están respondidos. Estaban preocupados, preguntando dónde estábamos. Les mentí, les dije que estábamos viviendo con una tía lejana que nos enteramos que teníamos luego del incendio.

Intercambie más mensajes con Olivia, imagino que porque estaba arrepentida y el hecho de que éramos amigas durante tantos años pesaba más que un novio de unos cuantos meses. Me contó que la policía había declarado lo sucedido como un incidente doméstico.

Mentira.

No fue por una fuga de gas como afirmaron. No se imaginan lo que pasó.

Todavía lloro por las noches aunque dije que no lo iba a seguir haciendo. Todavía Elliot se siente incómodo cuando hablamos de mamá y papá en tiempo pasado. Todavía lo escucho llorar y maldecir aunque él no lo sepa. Todavía escucho sus gritos pidiendo a mi hermano y a mí que escapemos. Todavía no cumplí la mayoría de edad y ya no tengo a mis padres.

Así que no, no fue por una estúpida fuga de gas. Fue por un maldito que no muestra la cara y se divierte incendiando cosas.

Voy al registro de llamadas y presiono su número, escucho como suena y se corta Le escribo mensajes. Lo vuelvo a intentar, nada. Sigo, lo hago al menos unas nueve veces. Es la décima, un tono, dos tonos, tres tonos...

–Para –dice una voz distorsionada.

Me paralizo, escucho su respiración agitada o tal vez es la mía, no lo sé. La sangre me baja de golpe, siento los dedos fríos y la cabeza mareada. Contestó, de verdad está al otro lado de la línea y yo me quedo muda.

–Escúchame claro, Alyssa –pronuncia cada palabra de manera lenta –. No me mandes mensajes, no me llames, no hagas nada. Este es mi juego y como es mi juego va a ser a mi manera. Cuando yo quiera. Como yo quiera. Con quien yo quiera. No me busques porque va a terminar mal. Lo de tus padres sólo fue el comienzo, bonita. Pero todavía queda la mejor parte y ¿adivina qué?

Escucho como se ríe.

–Tú eres la mejor parte, pero antes me queda alguien a quien quemar, ¿no crees? –pregunta –Tu hermanito, adoptivo claro, porque ese amor no es fraternal y la forma que lo demuestran tampoco, ¿o me equivoco? –se ríe –Estaban muy juntos en la fiesta, que lastima que nadie se dió cuenta, aunque no lo crea asqueroso, que pensarán los demás al saber que te besas con tu hermano con quien jugabas a los ocho años, no me vas a negar que no es raro, bonita –vuelve a usar ese mote –¿Qué pensaran Elena y Naida, las únicas amigas que al parecer no te traicionan?, mejor aún, ¿Qué pensará Aiden?

Suelto un jadeo.

–Oh sí, lo sé todo. Tal vez deberías escuchar a tus nuevas amigas y no juntarte tanto con él. Tal vez cuando se entere le de asco y quiera alejarse. ¿Quién sabe? –se queda en silencio unos cuantos segundos –Lo digo en serio, Alyssa –su voz toma un tono más fuerte –. Deja de buscarme, te lo dije una vez y te lo vuelvo a decir, tiempo al tiempo, bonita.

Finaliza la llamada. Mis lágrimas caen por mis mejillas, estoy quieta en el mismo lugar, la cabeza me martillea y siento las extremidades entumecidas. Bueno Alyssa, conseguiste lo que querías, ¿no? que te responda. Lo hizo y yo me quedé sin decir palabra. Recuerdo lo que dijo, quiere matar a Elliot o al menos lo dió a entender. ¿Pero por qué hace esto?

Siento como late rápido mi corazón, como me cuesta respirar y como mis manos se encuentran frías. Pero no se parece a un ataque de pánico. Es diferente.

Los recuerdos de los gritos de mamá y papá vuelven a la cabeza y ahora se le suman los de Elliot. Las imágenes del desconocido fuera de mi casa, los sueños con fuego, la sábana quemada, todo arma un remolino dentro de mí que no puedo evitar.

Más lágrimas caen y se me cierra la garganta. Quiero que esto termine, quiero estar con mi familia de vuelta, quiero volver a la normalidad, al instituto, tener problemas comunes, quiero volver a hablar con Olivia a pesar de todo, con Liam, prepararme para la universidad aunque no tenga idea de que hacer, quiero poder contarle a mamá mi relación con Elliot, que no lo veo como hermano y él tampoco a mí, quiero mi vida de vuelta aunque no estaba feliz con ella, quiero... quiero gritar.

Y lo hago.

Grito tan fuerte como puedo, ahí sentada en medio del piso de un aula vacía de mi nuevo instituto, sola, llorando, sintiendo que no pertenezco a ningún lado. Grito tanto que todos los focos de las lámparas estallan y sus pequeños trozos caen sobre mí.




✦✦✦

Holaa, ¿cómo están? ¿cómo va su domingo? 

Hasta acá llega el capítulo de hoy. ¿Les está gustando? ¿Tienen teorías? ¿Personaje favorito? 

Me ayudan mucho comentando o votando, es una motivación para seguir escribiendo y para saber si les gusta la historia :) 

Buenooo, espero que terminen bien el día. 

~Luly 

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