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Connecticut, mediados de otoño de 2014

Desde que tengo uso de razón he amado y anhelado dedicarme al patinaje artístico sobre hielo. No fue hasta que tuve tres años que mis padres me inscribieron en clases de patinaje. Bueno, en realidad hicieron una pequeña excepción a mi inscripción ya que la edad promedio para tomar clases es a partir de los cinco o seis años. Beneficios que tiene papá por ser amigo de los Dalton, familia poseedora de una reconocida pista de patinaje.

Quizá mamá pensó que con el paso del tiempo me cansaría y dejaría de patinar; sin embargo, papá -quien siempre ha apostado por mí- ha estado conmigo en este camino de altas y bajas porque no es fácil llegar a donde me encuentro actualmente, soy una de las mejores promesas de Connecticut.

Todos saben quién soy; he logrado admiradores, quienes siempre están apoyándome en cada competencia que participo. La cara opuesta de la moneda es que llegas hostigarte con la excesiva atención que cae sobre ti. No es sencillo manejar ese reconocimiento porque siempre los admiradores van a querer tener, a toda cosa, una fotografía contigo; lo que llego a detestar de sobremanera porque no soy una muñeca que siempre va a tener una sonrisa en el rostro y estar dispuesta a tomarse decenas de fotos en cada ángulo existente.

He tenido que dejar otros sueños de lado por mi más grande anhelo: Ser la mejor patinadora artística sobre hielo. Y eso solo se consigue con sacrificios. Sacrificios que en un inicio no te das cuenta de lo significativos que pueden llegar a ser, pero conforme va pasando el tiempo son notables.

George Reed, mi padre, es mi gran admirador y entrenador. Decir que tener como entrenador a tu padre es ser afortunada, no te equivocas, pero también puede ser un gran grano en el trasero y a quien estoy detestando en este momento.

Me encuentro en mi última parte de mi rutina. Pronto serán las regionales y todo debe salir a la perfección.

Doy un giro y me preparo para Toe Loop. De esa forma termino mi rutina por hoy. ¡Al fin!

-Excelente. -Aplaude el entrenador.

-Gracias, entrenador.

-Lissy, cuando termina la rutina sabes que las formalidades están de más, hija. -Dice el entrenador, es decir mi padre.

Mi padre fue jugador de hockey sobre hielo, pero se retiró poco después de mi nacimiento, puesto que, sufrió una lesión; además atribuyó que era hora de dejar a las nuevas generaciones surgir.

Sonrió como respuesta y me dirijo a los cambiadores. Uh, necesito un baño urgente más un masaje reponedor.

Una vez lista, busco a mi padre para informarle de mi salida. Hoy es viernes y asistiré a una fiesta con Drew. Drew es hijo de Lucas Dalton, mejor amigo de mi padre.

Drew y yo hemos estado saliendo desde unos meses, aunque no hemos llegado a formalizar lo que tenemos. Sin embargo, mis amistades, y las de él, tienen conocimiento que salimos y nuestros padres los intuyen.

Diviso a mi padre cerca de la pista; está conversando con Daniel Landon, jugador de hockey de mi escuela. Papá, aparte de ser mi entrenador personal, es entrenador del equipo de Morris High School, mi escuela.

En cuento me acerco a ellos Daniel se despide de papá y es mi turno.

-Papá -Lo llamó-, quiero pedirte permiso para asistir hoy a una fiesta.

-Mañana tienes entrenamiento 08:00 am. ¿Estarás lista a esa hora?

-Por supuesto -ruedo los ojos-. Papá, me conoces y sabes perfectamente que el patinaje es mi vida, ahora más; estamos a semanas de las regionales.

-Por eso, Lissy. Bueno, tienes permiso. -Doy un grito de alegría, abrazo y beso a mi padre mientras repito gracias.

»Pero, no olvides 08:00 am, ni un minuto más. -me recuerda.

-Entendido entrenador. -Hago un saludo militar.

Giro hacia la salida, pero mi padre me detiene: -Lissy, afuera hay admiradores tuyos. Se amable con ellos, por favor. No olvides que debes gran parte de tu carrera a tus seguidores.

Lo que me faltaba, niños pidiendo por mi atención. ¿Es que no tienen algo que hacer?

-Papá, estoy cansada de esto, siempre es lo mismo. -digo exasperada.

-Lissa Reed, deja ese lado de niña mimada, ve y se amable con ellos. De lo contrario mañana tu hora de rutina se duplicará, lo que sería ideal, ya que se acerca el las regionales.

-¡NO!. -Mi padre alza una ceja ante mi reacción- Lo siento. No tengo otra salida. Iré y perderé valioso tiempo; pero, como dices, parte de mi carrera la debo a ellos. -Intento sonreír, sin embargo, no lo consigo.

Me despido y continúo mi camino hacia la salida.

Mi bien coloco un pie fuera del establecimiento docenas de niños con sus padres me piden autógrafos, fotos y abrazos.

Antes disfrutaba de la atención del público, me debía a ellos, pero todos cambiamos, ¿no? Ahora solo me concentro en mí, en el futuro prometedor que me espera como patinadora artística sobre hielo. En eso y en el chico que está mirándome a los lejos, apoyado en su auto modelo jeep negro.

Hoy va vestido con una sudadera gris y pantalones negros; se ve ardiente. Soy muy afortunada al tener a un chico como Drew porque en los meses que llevamos juntos me ha demostrado con cada detalle, caricia, palabra que no me equivoqué al aceptarlo; pese al temor que tenia de arruinar nuestra amistad.

Suspiro y me acerco él con una enorme sonrisa. Por esta noche, nos disponemos a dejar atrás mi faceta de patinadora sobre hielo.

Toe Loop: Salto que consiste en un giro en el aire, donde los brazos están flexionados y pegados al cuerpo.

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Recuerden que los capítulos editados tienen este símbolo *** al inicio. Los nuevos capítulos tendrán escritos entre paréntesis "inédito"

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