Capitulo tres
***
Ring, ring, ring, ring
Escucho el sonido molesto y desesperante del despertador.
Poco a poco abro los ojos. En mi bruma de somnolencia me percato que es siete de la mañana y en una hora debo estar en la pista de patinaje.
Ring, ring, ring, ring
—¡Ya cállate! –vocifero como si el despertador fuese una persona. Apago el aparato que está en la mesita de noche.
¡Solo quiero dormir! Ayer dormí tarde, mejor dicho, recién hoy, cuando llegué a casa tras la fiesta y haber estado con Drew, pude descansar y eso sucedió hace tres horas.
Lo positivo de todo esto es que Drew y yo hemos iniciado oficialmente una relación y cuanto antes lo informaremos a nuestras familias.
«Cinco minutos más» prometo. Tras mi promesa me acomodo en mi cama y de nuevo quedo rendida ante el intenso sueño.
***
Siento que alguien abre la puerta de mi habitación sin tocar, ¡sin tocar! De nada sirve el absurdo letrerito de "No pasar, chica número uno necesita de su espacio y tranquilidad. Gracias" Hasta ahora me pregunto cómo hice para que semejante oración alcance en un rectángulo de 25x15.
—¿Señorita se puede saber a qué hora piensas ir a entrenar? –Abro lo ojos de golpe mientras mi madre continua con su discurso–. Tu padre debe estar congelándose en esa pista porque, déjame decirte, llevas quince minutos de retraso.
—¡¿QUÉ?! –Me incorporo como un resorte—. ¿Por qué nadie se dignó a avisarme hace una hora? –Mi madre me mira seria y con ambas manos sobre la cintura.
—Tu despertador, muy puntual como siempre, sonó a la hora asignada. Hasta a mi habitación ha llegado su llamado.
—¡No puede ser, mi padre-entrenador va a matarme! –digo alterada, mientras como loca busco ropa deportiva para el entrenamiento. No hay tiempo de un baño lamentablemente. Mi madre, quien ya no está seria, me observa divertida por mi situación, ahora sentada desde la cama de mi habitación. Habitación que está hecha un desastre. Debo ordenar cuanto antes este desastre.
»Mamá, ¿Dónde están las cuchillas de mis patines? –sostengo en el aire los botines con los cuales entreno casi a diario.
—Tu padre llevó las cuchillas a afilar. Dijo que te había comentado al respecto. —Y si lo hizo.
—Oh uh. Sí, lo olvide por completo. —Termino de ponerme la ropa voy directo al baño paraa lavarme los dientes.
—Me parece, ¿o has adelgazado? esa ropa te queda enorme cuando antes te quedaba perfectamente. —siguecon su escrutinio—. ¿No estas comiendo en la escuela? ¿Demasiado entrenamiento? Porque aquí en casa prácticamente no deseas cenar, y... —Detengo su parloteo antes de que continúe.
—¿Qué?, por supuesto que estoy alimentándome bien, simplemente es el estrés del momento porque se acerca la competencia. Es importantísimo clasificar, ya que estaría pasando a las nacionales, mi sueño. Sabes que como senior he estado en las nacionales y he representado a Connecticut, pero ahora soy junior, lo que significa que puedo participar en el Grand Prix Junior y, al fin, representar a mi país en las Olimpiadas de Invierno. —Sonrió mientras termino de asearme.
—Lo sé Lissa, desde niña has soñado con esto, pero tu delgadez no es normal. Si bien es cierto tu contextura siempre ha sido delgada, similar a una bailarina de ballet, últimamente te veo más cansada, con menos apetito; creo que deberías hacerte un chequeo general, ¿no opinas lo mismo. —Mamá se asoma por la puerta del baño.
—Mamá, estas exagerando, ya te dije que es por el estrés de la competencia. La exigencia es mayor y sabemos perfectamente que en algunos casos la pérdida de peso se debe a esos factores.
»Mamá –me acerco a ella, agarro sus manos y la miro—, en dos semanas son las regionales, dejemos de lado las preocupaciones y concentrémonos en lo que viene, lo que hemos soñado, por favor.
—Lissa... —Mi madre no concluye lo que iba a decir porque el teléfono de la casa empieza a sonar. Seguro es papá.
Salgo del baño y contesto el teléfono que está en mi mesita de noche.
—Diga
—Lissa Amber Reed, se supone que debiste estar aquí hace media hora, ¿por qué continuas en casa? —dice molesto papá.
—Lo siento entrenador-papá –Miro a mamá quien observa expectante–, en cinco minutos yo y mi trasero estaremos en la pista.
—Cinco minutos, Lissa, ni un minuto más ni un minuto menos. Te comunico que hoy tendrás doble rutina –sin más finaliza la llamada.
Quiero muchísimo a papá, pero a veces es muy exigente. Sé que quiere lo mejor para mí, pero a veces necesito un poco de libertad, de espacio.
Me despido de mi madre mientras salgo veloz de casa. No sé cómo hago, pero llego a la velocidad de la luz a la pista de patinaje de los Dalton.
Hoy será un día extremo de entrenamiento.
***
Horas más tarde finalizado mí doble entrenamiento. Estoy exhausta y con sed interminable.
—Eh, tranquila vaquera o acabaras con toda el agua de Hartford –dice una voz muy conocida para mí.
—Drew, ¿qué haces aquí? —Nome molesta tenerlo aquí más bien me sorprende su visita porque una de lasreglas es que cuando estoy entrenando tengo prohibido visitas, esto para nodistraerme y perder tiempo.
—Mi padre y abuelo son dueños de la pista Issy –me abraza. No devuelvo el abrazo.
—Eso lo sé, pero mi padre es muy estricto cuando se trata de mi entrenamiento –me encojo de hombros.
—Tengo privilegio, Issy –me besa en el cuello e inmediatamente siento una corriente de electricidad viajar por mi columna. Alzo mi rostro para besar sus labios, suaves y apetecibles labios.
—Bien tórtolos –ambos nos sobresaltamos y alejamos–, por hoy Lissa es libre –Me siento como Dobby, solo faltaría un calcetín y seria libre de por vida. Solo que soy Dobby y, por el momento, me he liberado de mi rutina.
Salto de alegría, y anuncia a mi padre y novio que iré a ducharme.
Me alegra que papá haya reaccionado positivamente respecto a mi relación con Drew. De hecho, me asombra que no haya comentado algo al respecto o se haya molestado por no informarle sobre mi relación con el hijo de los Dalton. Ahora solo falta contarle al resto de la familia.
Duchada, es hora de ir a comer, muero de hambre.
***
Drew y yo elegimos comer hamburguesas así que escogemos un reconocido restaurante de la ciudad. Lo negativo es que estaría rompiendo mi régimen, pero una vez al año no hace daño o ¿sí?
Cuando terminamos de comer, me levanto para ir al baño, pero mi visión se torna oscura, siento que voy a caer. Inmediatamente Drew salta del asiento y ayuda a sentarme.
—Lissa, hey, ¿Qué pasa? ¡¿Lissa?! –me llama, pero no tengo fuerzas para contestar. Siento mi garganta seca y como si algo estuviera impidiendo el paso de saliva y oxígeno.
Pasa un par minutos antes que pueda articular palabra.
—Estoy bien, so-solo me levanté muy rápido, es todo. –intento sonreír para restar importancia a lo acontecido y así calmar a Drew, mas no lo consigo.
—Estas muy pálida, será mejor que te revise un doctor.
—No, no, no, en serio estoy bien —trato acomodarme mejor en el asiento—. Necesito agua, siento mi garganta seca.
—Toma –Drew se incorpora y entrega una soda.
—Gracias —Él continúa observándome mientras termino de beber.
—¿Qué tanto me observas?, Estoy bien.
—Sigues pálida, casi te desmayas. Repito, sería mejor que un médico te revise. Además, he notado que últimamente bebes más agua y... —no dejo que termine.
—Te digo que estoy bien, Drew, calma –Digo algo molesta.
¿Por qué mi madre y Drew –sobre todo este último– insisten sobre mi salud? No necesito ir a un doctor, me siento perfectamente. Sobre beber más líquido es normal por todo el entrenamiento realizado. Sobre el episodio de hace un momento, no se volverá a repetir. Además, lo atribuyo al estrés del momento, nada de extrema preocupación.
—Lissa, hemos tenido relaciones, siempre hemos usado protección, pero pueden fallar. ¿Tú no estarás... —no concluye la oración.
—¿Embarazada? –asiente y su semblante cambia. Ahora él es el pálido. –Tranquilo, la semana pasada tuve mi periodo –Bebo lo que queda de la soda.
—¿No crees que es mejor descartar la posibilidad con un test? —Insiste.
Tomo aire y digo: —Si para que estés más tranquilo quieres que me realice un test, okay. En todo caso me realizaré un examen de sangre para descartar la posibilidad de raíz. ¿Contento? –lo miro seria. Él solo asiente.
Lo que resta de la tarde lo pasamos algo distantes e incómodos y en eso se refleja en las escuetas respuestas que obtenemos de ambos.
Sé que la descompensación que tuve no es producto de un posible embarazo, todo se debe al entrenamiento agotador que estoy teniendo últimamente. A eso súmale el estrés, pero si Drew quiere descartar posibilidades lo comprendo.
No estoy lista para un bebé en este momento o en un futuro. Mi futuro solo se basa en mi carrera como patinadora artística sobre hielo, trabajar para ser la mejor deportista y nada ni nadie podrá destruir mis metas.
Cuchillas: Base acoplada a los botines que es primordial para deslizarse sobre el hielo. Las cuchillas son de acero templado, recubiertas de una capa de cromo para protegerlas de la oxidación, excepto por la parte inferior que está en contacto con el hielo; esta parte de la cuchilla tiene un perfil cóncavo.
Senior: categoría o rango dado a los patinadores.
Junior: categoría otorgada a patinadores de la edad mínima de trece años y la máxima de diecinueve, o veintiuno para los patinadores masculinos en danza o parejas.
...
Gracias por leer. Me gustaría conocer que opinan de la historia :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro