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32. Un nuevo amanecer

Abrió los ojos, se quedó unos segundos mirando al techo, respiró profundamente y después se levantó. Se vistió rápido y bajó por las escaleras, no sin antes haber tomado un pequeño cuaderno y un bolígrafo. Llegó a la cocina, ella estaba cocinando el desayuno, volteó a verlo con una sonrisa.

—Adam —habló ella,  exhibiendo su abultado vientre—. ¿Puedes traer algunos huevos?

—Seguro —le respondió sonriendo levemente, salió de la casa, instantáneamente se quitó su chaqueta y la dejó tendida en las sillas del patio. La nieve se estaba deshaciendo y el calor volvía, caminó admirando el lugar, las casas y las viviendas estaban siendo reconstruidas. Con el clima que volvía a la normalidad la gente empezaba a sembrar y a criar ganado de nuevo, siguió hasta llegar a la casa de Joy, él era quien criaba las gallinas.

Estaba en el gallinero recolectando los huevos, se acercó y tocó un par de veces en la puerta del lugar. Joy salió con una canasta llena de huevos y algunas plumas en su cabello.

—Adam, ¿vienes por tu ración? —le preguntó, amable.

—Sí.

—Bueno, permíteme apuntarte. —Tomó una libreta y colocó una palomita en su nombre—. Aquí tienes—le entregó cinco huevos en una bolsa de papel.

—Gracias, nos vemos —se despidió y salió de su casa.
Desvió su ruta y fue a la zona de entrenamiento, ya había nuevos reclutas, todos bastante jóvenes y llenos de motivación, Nathan los entrenaba. Al ver a Adam sonrió y le dijo algo a otro sujeto, corrió para alcanzarlo.

—Hola Adam.

—Tío Nath. ¿Cómo va el entrenamiento? —le preguntó mientras ambos caminaban rumbo a casa de Lizz.

—Muy bien, ya en un par de meses podrás empezar a entrenar con los mayores.

—Lo sé, ha pasado el tiempo muy rápido.

—Vaya que sí —Nathan miró como la comunidad volvía a estar viva, a la vez que recordaba todos los sacrificios que tuvieron que hacer para recuperar la paz—. Adam, lo siento, jamás podré perdonarme lo que le pasó a tu padre, si tan solo hubiera...

—Tío Nathan, eso ya pasó. No fue tu culpa, debes dejar de culparte por ello —Nathan miró al joven que estaba frente a él, cuanto había madurado ya.

—Gracias Adam, has crecido mucho. Te veo en el entrenamiento más tarde.

—Claro que sí.

Siguió hasta llegar a la casa, Lily y Stuart ya estaban ahí, ambos estaban sentados en uno de los sofás, tomados de la mano. Lily sonrió y se levantó.

—Hola enano.

—Qué hay, Lily. —Se quedaron unos segundos mirándose fijamente, para luego estallar en risas. Lily se inclinó y lo abrazó con fuerza.

—Ha pasado tiempo. Mírate, estás más alto —sacudió su cabello.

—Y tú más vieja —se burló, ella se incorporó y se puso en guardia.

—Seré más ''vieja'' pero aún puedo patearte el trasero.

—Puedes intentarlo —Lily volvió a reír y lo abrazó nuevamente.

—Ya te extrañaba, enano.

—Es excelente que estés aquí, Lily, ¿se quedan a cenar? —le preguntó Lizz.

—Seguro —ella se le acercó y acarició su vientre—. ¿Cuántos meses?

—Ocho —sonrió y lo miró con ternura.

—¿Niño o niña?

—Spencer no lo sabe, tendremos que esperar.

—¿Y tú que piensas? Mi madre solía decirme que mucho antes de nacer ya sabía que yo era niña, ¿sientes algo así?

—Es difícil de saber, pero creo... creo que es un niño.

—Creo que solo nos queda esperar.

Mientras ambas hablaban, Adam y Stuart compartieron un largo e incómodo silencio. Ninguno de los dos sabía qué decir, hasta que Adam pareció enfadarse y habló.

—¿Qué ocurre en el mundo exterior? —Stuart pareció sorprenderse, ambos habían salido a explorar más allá de la comunidad junto con un equipo, ya habían transcurrido casi seis meses de eso.

—Tú sabes, es muy solitario —Adam miró a otro lado tras su respuesta—. Oye Adam, sé que no estuvimos aquí en tu cumpleaños, Lily en verdad lo siente, te quiere mucho.

—Sí, bueno...

—Pero, eso no significa que no te tengo un regalo —de su mochila sacó discretamente algo envuelto en un trapo—. La encontré en un edificio, era como la de tu padre —Adam descubrió el objeto, era una gran y pesada Magnum 357, abrió los ojos de par en par al ver su gran cañón plateado—, feliz cumpleaños.

—Gracias Stuart, está increíble —la guardó en su mochila.

—Solo no te vayas a volar los sesos con ella, recuerda, no es un juguete —le dijo de forma bastante seria.

—Lo sé, gracias otra vez.

—No hay de que.

Después de un largo rato, todos habían cenado, conversado y hasta incluso jugaron un juego de mesa. Todo estaba completamente tranquilo, así que Adam salió un momento de la casa, se sentó en los escalones de madera y contempló el atardecer.

—¿Qué haces enano? —preguntó Lily apareciendo de repente.

—Nada —le respondió guardando a toda prisa su cuaderno.

—¿Qué escribes? —se acercó al verlo tan sospechoso.

—Nada. —Dijo con más nerviosismo y agarrándose fuerte de su mochila.

—¿En serio? —le arrebató su mochila en burla y a toda prisa buscó aquél cuaderno.

—¡Devuélvemelo! —ella se reía mientras usmeaba en el cuaderno, hasta que se topó con lo que escribía. Su sonrisa desapareció y puso un semblante triste.

—¿Tú lo escribiste? —incrédula le mostró la hoja, Adam la tomó con sus enrojecidos ojos y la guardó enojado—. ¿Para quién es?

—Para papá —respondió limpiando una lágrima en su mejilla.
Adam tomó su mochila y estuvo a punto de irse, pero ella lo detuvo. Y lo abrazó con fuerza. Adam comenzó a llorar, le devolvió el abrazo con el doble de fuerza— Lo extraño mucho —chilló en su hombro.

—Yo también, Adam, yo también.

Ambos se quedaron abrazados un largo tiempo hasta haber desahogado completamente su dolor.

—¿Estás bien? —le preguntó y él asintió—. Oye, vi que Stuart te dio algo por tu cumpleaños.

—Sí.

—Bueno, ¿y no quieres ver lo que yo te traje? —Adam abrió los ojos y mostró una sonrisa, ella se levantó y fue directo a una enorme valija, abrió el cierre—. Cierra los ojos y extiende los brazos —lo hizo, y algo muy pesado le fue colocado.

—¿Que es esto? En verdad pesa.

—Abre los ojos y míralo por ti mismo
—lo hizo, al ver lo que había en sus brazos se quedó completamente asombrado.

—¿Es un arma que dispara flechas?

—Se le llama Ballesta, y sí, dispara flechas —Adam tomó el arma y la cargó con dificultad.

—Es demasiado pesada.

—Es obvio que aún no puedes cargarla, ya habrá tiempo para eso —le puso una mano en el hombro y lo miró con seriedad—. Estás creciendo muy rápido Adam, y eso trae responsabilidades, te entrego esta ballesta para que puedas afrontar todo lo que pueda venir a ti. Para que puedas pelar y proteger a los que amas, exactamente lo lo hizo tu padre—lo recordó, la miró decidido—. Eres muy fuerte Adam, estás destinado a hacer grandes cosas.

—Lo haré, hice una promesa de que jamás dejaría de pelear. Y eso es justo lo que voy a hacer —ambos admiraron como el sol a ocultaba en el horizonte.

—Este mundo ya no es lo que alguna vez fue, ahora es una trampa en donde solo los más fuertes pueden sobrevivir, esto está lejos de acabar, nuestra guerra apenas está comenzando —dijo ella, Adam la tomó de la mano.

—Tienes razón, este mundo retorcido es una guerra, una que libraremos y ganaremos juntos —ambos compartieron una sonrisa—. Pues ahora más que nunca, tenemos un nuevo y brillante amanecer por delante.









FIN.





DEGENERACIÓN.












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Cielos, jamás se me cruzó por la cabeza llegar hasta acá, LA CEPA comenzó como un pequeño proyecto que poco a poco se fue convirtiendo en una de las obras que más me enorgullecen, y me llena de tristeza tener que decirle adios.

Una gran aventura ha llegado a su fin, pero eso no quiere decir que ''todo'' esto tenga que terminar. A ti, mi querido lector, te entrego el futuro de LA CEPA, con tu apoyo quiero ver hasta donde podemos llegar, si en verdad llego a ver que esto no puede terminar tan rápido, entonces no lo hará, puede que algo más este por venir.

Pero por el momento, este es el adiós a la gran aventura que cruzaron nuestros personajes favoritos, creo en ustedes al igual que creo que este mundo no ha terminado aún.
En verdad muchísimas gracias a todos por haberme acompañado en esto, en verdad los adoro, ustedes son lo único que me motiva a seguir escribiendo, en verdad gracias por sus votos, comentarios y todo el apoyo que le brindaron a mis obras, son increíbles, los quiero mucho a todos.

Sin mas que decir, me despido, no se olviden de seguir votando, comentando y leyendo, recuerden seguirme, un abrazo a todos, nos leemos luego.

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