19. Hogar dulce hogar
Justo como Nathan dijo, acabaron llegando al anochecer, viajaron una larga distancia a través de los bosques y las autopistas, hasta que finalmente lo encontraron.
—Bien gente, hemos llegado —sonrió de oreja a oreja. De entre los árboles nevados algo sobresalió, una gigantesca muralla hecha de troncos, el perímetro se extendía a través del bosque, y mientras más se aproximaban, podían dilucidar con más detenimiento el lugar. Justo en la entrada, había un par de torres de vigilancia, de aspecto rústico, pero bastante útiles para vigilar todo el lugar. Siguieron a Nathan.
—¡Alto ahí! —gritó una voz desde una torre de vigilancia, todos se alertaron al momento— ¡No den un paso más!
—¡Vamos Joe, no me vas a saludar? — exclamó Nathan con las manos en la cintura.
—¿Nathan, eres tú? —bajó su arma y lo miró con detenimiento, no podía creer que estuviera vivo—. Por Dios, ¡abran la puerta!
Las puertas se abrieron de par en par, emitiendo un grave y pesado sonido. La gente se había reunido para ver lo que sucedía, Nathan se aproximó a la multitud, murmullos y voces se alzaron al verlos. Un mujer se abrió paso entre la gente hasta que llegó al frente, se quedó congelada al verlo, cubrió su boca con ambas manos y empezó a llorar.
Demás está decir que ninguno sabía qué ocurría.
—Estás vivo —soltó con alivio, corrió hacia él y lo rodeó con sus brazos. Nathan abrazó a aquella mujer y la besó sin parar. La gente de la comunidad parecía contenta al verlos.
—Te extrañé tanto —volvió a besarla, entonces recordó que no venía solo, regresó la vista a sus compañeros—. Chicos, entren, bienvenidos a mi hogar.
Tardaron unos instantes en siquiera empezar a mover los pies. Pero una vez que entraron, pudieron admirar el lugar. Claramente aquella comunidad era el doble de grande que Fort Hope.
Sus calles y edificaciones parecían una mezcla entre el pasado y el presente, las casas, los alrededores habían sido modificados, tenían un aspecto rústico, como cabañas o chozas. El aire fresco de los bosques aledaños impregnaba el lugar, habían establos, pozos, incluso lugares en los cuales la gente trabajaba como en antaño.
Se veía claramente la crianza de animales, la presencia de ganado, pollos, puercos y muchos caballos. Incluso en la lejanía se veían cultivos.
—¿Y, qué les parece? —abrazó a aquella mujer.
—Es fantástico —Lizz estaba maravillada con el lugar, aquel recinto parecía un edén, lleno de personas que se apoyaban entre sí.
—¿Cómo? —dudó Peter. Nathan palmeó su hombro.
—Les dije que habían muchas más comunidades, creo que esta ni siquiera es la más numerosa —recorrió con la vista el lugar.
—¿Alguien me puede decir qué demonios está pasando? —un hombre sobresalió entre la multitud, lucía bastante maduro y estricto, al momento de verlo supieron que habría problemas.
—Óscar, ellos son mis amigos —comenzó a decir Nathan con bastante tacto—. Ellos...
—Me importa un carajo quiénes sean, quiero que se larguen —rugió pedante.
—No lo entiendes, ellos vienen de Fort Hope, son los únicos que lograron escapar.
—Con mayor razón deben irse, si Los Cazadores hicieron cenizas toda esa comunidad, imagínate lo que harían con esta, no puedo arriesgarnos.
—Por favor, escucha.
—No, tú escucha, Nathan, Los Cazadores vendrán en un par de días por sus cosas, si llegan a verlos, será una masacre, no quiero terminar como ellos.
—Ya cierra la boca, imbécil —escupió Lily, enfurecida se acercó a él—. No tienes idea de cuántas personas inocentes murieron, así que ten un poco de respeto —lo encaró frente a todos.
—Mira nada más, una chica ruda, oye nena, ¿qué te parece si vienes a mi oficina y me haces cambiar de parecer respecto a tu gente? —le guiñó el ojo al terminar la oración, y por un segundo, Lily estuvo a punto de golpearlo en el rostro, pero Nathan se interpuso entre los dos. Rió—. Te diré algo, soy buena persona, pueden dormir aquí esta noche, pero al amanecer, se van —fulminó con la mirada a todos, en especial a Nathan.
—Pero...
—He dicho, sigue insistiendo y te echaré a ti, no me importa si volviste —miró nuevamente a Lily y sonrió, le mandó un beso, ella aguantó todas las ganas de lanzarse contra él y golpearlo, finalmente se fue.
—Mierda, lamento mucho eso, no...
—No te preocupes —dijo Ann.
—Amanda, llévalos a la casa, yo intentaré hablar con él.
—Claro, te veo allá —le sonrió. Nathan se alejó de ellos, Amanda miró al escaso grupo y solo levantó los hombros—. Bueno, síganme —la acompañaron por las calles hasta que llegaron a una acogedora casa—. Pónganse cómodos, están en su casa.
Todos entraron, el lugar era simple y rústico, pero no se podía pedir algo mejor, muchos días duraron viajando, y al tocar el acolchado de un sofá, sintieron una satisfacción increíble.
—Bueno, no esperaba visitas— Pensó bien que podría ofrecerles, no tenía nada—. Veré si hay algo en la cocina.
—No te molestes —habló Peter.
—Por favor, sé ve que están cansados y bastante hambrientos —luego de unos minutos les entregó a cada uno un recipiente con sopa de verduras, estaba caliente y olía muy bien, más tardaron en recibir su porción que en acabarla—. Bueno, me presento formalmente, me llamo Amanda, soy la prometida de Nathan.
—Pues mucho gusto Amanda, me llamo Peter, ellos son Ann, Lizz, Mariana, Lily, Adam, Tyler y Marcus —presentó a su pequeño grupo.
—Encantada —sonrió con cortesía.
—Muchas gracias por recibirnos Amanda, sé que debe ser raro para ti
—dijo Ann, colocando su plato vacío sobre la mesa de centro.
—No se preocupen, Nathan me dijo lo que hicieron por él, es lo menos que yo puedo hacer para agradecerles, la verdad, pensé que no lo volvería a ver nunca.
—Amanda, puedo preguntar, ¿exactamente qué hizo Nathan para terminar siendo prisionero de Los Cazadores? —preguntó Tyler mientras lamía los restos del plato, un acto un tanto desagradable, que Marcus detuvo.
—Nathan fue enviado en una misión junto con otros miembros de la comunidad, a investigar la ubicación de la base de Los Cazadores, la encontraron, pero el Destripador los encontró primero. Poco tiempo después, Los Cazadores llegaron acá, ellos no conocían nuestra ubicación, pero... torturaron a muerte a cada uno de ellos, hasta que hablaron —suspiró temblorosa—. Dimos pelea durante un tiempo, pero su grupo es muy numeroso, además, tambien tienen muchas armas y vehículos, llevábamos las de perder. Así que Óscar hizo un ''trato'' con ellos.
—¿Y cuál fue? —inquirió el intrigado Peter.
—El Destripador le prometió a Óscar que no atacaría la comunidad, siempre y cuando cumpliéramos con una cuota. Cada cierto tiempo ellos vienen, se llevan parte de nuestras cosas. Comida, ganado, gente... solo Dios sabe qué harán con los que se llevan.
—¿Hace cuánto fue de eso?
—Varios meses, mucho antes de que el invierno llegara.
—¿Quién dices que aceptó ese ''acuerdo''? —preguntó Lily con demasiada duda e inconformidad.
—Óscar, nuestro líder.
—¿Ese idiota es su líder? ¿Por qué no hay alguien más a cargo?
—Creo que nadie quiere cargar con tantas muertes en su espalda. O no hay alguien que tome las riendas, y pelee contra ellos —miró al suelo bastante pensativa.
—Debemos pelear —volvió a mencionar Lily.
—Es lo que más quiero, y no solo yo, está más que claro que la gente detesta a Los Cazadores, pero también están temerosos por lo que son capaces de hacer, ya no somos tantos como antes, no podemos actuar así como así.
—¿Entonces qué harán? —intervino Peter.
—Resistir, o esperar lo peor...
_________________________________________
Si te gustó por favor deja un voto y un comentario.
En verdad te lo agradecería.
Y si te gustan mis historias por favor sígueme.
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro