Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1: ¿Dónde estoy?

RENATA

Me encontraba caminando libremente mientras iba camino a hacer las compras, mis padres habían discutido, por lo que no regresaría, por lo menos hasta que se calmaran las cosas, que sería en un buen rato, mientras estaba por el parque, mis padres siempre se encontraban trabajando, pero desde la muerte de mi abuelita, que era la persona que me cuidaba y comprendía, nada volvió a ser igual.

Mis padres me nombraron Alison, o bueno, Alison Renata, mis padres tuvieron un conflicto al decidir el nombre, mi madre deseaba que me llamara Alison por el significado de "la que brinda defensa" mientras que mi padre decía que Renata era un nombre que me daría buena fortuna y perseverancia, ya que significaba "renacida, la que volvió a nacer".

Mas que tomarlo de forma literal, el se refería a que por mucho que cayera, me levantaría renovada, eso me gustaba, pero el nombre les servía mucho para regañarme, por eso no me gustaba, creo que al sonar con fuerza, era más tétrico e intimidante de su parte. Soy hija única, siempre quise una hermana o hermano, pero al ver como mis amigos se llevaban con sus hermanos menores y como eran estos con mis amigos, el deseo cesó.

Una chica universitaria, estudiante de Filosofía, además de Lenguas y literatura, si, llevo dos carreras que mis padres argumentan que no tienen futuro, es su culpa por comprarme libros, pero bueno, una de mis mayores disputas con mis padres y que acaban de explotar, es el hecho de que me vendo el pecho y uso ropa dos tallas arriba de lo que son en realidad mis medidas.

No, no soy el tipo de chica que piensa que "no soy como las otras chicas" simplemente, mi pecho pronunciado no me ayudó, tengo un pequeño trauma que estoy trabajando en terapia, pero que no ha avanzado, porque no he visto la necesidad de hacerlo, porque me siento bien haciéndolo y eso no va a cambiar el rumbo de mi vida.

Admiro a las chicas con la seguridad para mostrarse tal y como son aún con el acoso que sufren y a lo que se exponen, eso causa en mi un instinto de defensa, mis calificaciones fueron pobres y lamentables, muy lamentables, apenas y pasaba de año, y en lo único que destacaba era en ética y humanidades, fuera de eso, nada.

Si, más que por ser ignorante, creo que mi terror a los exámenes era algo que no podía controlar tan fácilmente, literalmente mi cerebro gritaba "¡no hay sistema!" y listo, todo acabó; solo escuchando música e imaginando el palacio de la memoria logré salvar mi último semestre.

¿Qué me apasionaba entonces aparte de leer? La respuesta es simple, deportes, amaba las películas de acción, esa era mi verdadera pasión, realizar hazañas de esa índole, cumplir proezas difíciles de imaginar fuera de la pantalla, bajo el entrenamiento y dedicación lo lograba.

Los deportes, gimnasia, Voleibol, basquetbol, futbol, gotcha, kendo, karate, kung fu, boxeo, arquería, alpinismo, escalar en roca, ejercitarme en el gimnasio, todo eso me apasionaba, si, recibí una que otra lesión, pero cuando lo dominaba me sentía realizada, completa, porque sí, soy perfeccionista, pero me alegraba eso, era mi sello personal, después de eso, abandonaba una cosa para experimentar otra.

Salí en busca de tranquilidad, mientras con mi ropa más cómoda me dirigía al campo más cercano de otra de mis nuevas pasiones, el gotcha, me había dedicado arduamente a conseguir mis propias armas para ir, dichas armas fueron confiscadas aunque solo eran para bolas de pintura, mi madre pensaba que me estaba volviendo lesbiana, y aunque no lo soy, es triste que saber que no me apoyaría.

Si, sé que no lo soy, me gustan los hombres, pero les tengo terror y asco a la vez tras las malas experiencias que tuve cuando era más "normal" antes de encontrar esta nueva comodidad, una vez entrando al campo, renté equipamiento y me adentré sin esperar más, era un campo grande, y el deporte duraba dos horas como mínimo, era perfecto para desestresarme e ir a comprar.

— Parece ser que no te importa cuantas veces hayas humillado y ahuyentado a los chicos, sigues volviendo — dijo Jack, quien era el encargado.

— Si se van a rendir solo porque su orgullo de hombre fue lastimado al haber sido vencidos por una chica, no son dignos de llamarse humanos, son solo bestias a las cuales apuntar — dije encogiéndome de hombros.

— Tan sabia como siempre — dijo mientras se colocaba su traje.

— Wow, pareces inspirado — dije mientras veía como sonreía con seguridad.

— Yo siempre estoy inspirado cuando compito con una chica fanfarrona — dijo y rodé los ojos.

— Primero tienes que probarlo, la última vez te hice comer el polvo, solo espero que esta vez no salgas llorando — dije sonriendo igual. — vas a desear nunca haberte tomado este descanso.

— Qué bueno que no son balas de verdad — dijo mientras nos adentrábamos al campo.

Tras vencerlos una y otra vez, a él y los novatos primerizos dentro del campo, además de los no tan novatos, conseguí manos extra para cargar las compras y llevarlas a casa, además de chucherías nuevas. Jack era un buen amigo/compañero, desde que nos conocimos nunca me juzgo, y aunque al principio pensé que era por su trabajo, noté que realmente le agradaba, así como él a mí.

Creo que esa es la razón por la que no abandoné el gotcha después de dominarlo, era un amigo con el que podía hablar libremente de deportes y decir palabrotas o referencias sádicas sin ahuyentarlo por ser tan intensa, hasta parecía darle gracia, mis padres al llegar se encontraban más calmados, los chicos pasaron a dejar las compras y yo corrí en busca de ocultar mis reservas de chucherías de ellos.

Cuando bajé los chicos ya no estaban, pero vi a Jack preocupado asomándose por la ventana, reaccioné cuando se escondió y oí un carraspeo y mi padre se colocó frente a mí con los brazos cruzados.

— Renata, tenemos que hablar — comenzó mi madre, y ahí está, me llamó "Renata" significa que está molesta — hemos decidido que tu mudanza quedará cancelada.

— ¡¿qué?! — dije con sorpresa — hice todo lo pingüina mente posible para ganármelo, mis calificaciones se puede decir que son perfectas, no falte a ni una sola clase ¡ni aunque estaba enferma! Cumplí con cada tarea, reduje mi tiempo de deportes a solo fines de semana para cumplir con mis obligaciones en la casa, comida, limpieza, lavado, ¡todo para demostrarles que si podía vivir sola! — dije a punto de un colapso.

— Tienes que ser más femenina — dijeron y suspiré.

— Por si no lo vieron, no me corté el cabello tal como ustedes me lo pidieron — dije y suspiré — soy universitaria, soy una adulta, tal vez no les guste del todo, pero ya soy una ciudadana que puede pensar por sí misma y aprender de sus errores, y aunque respeto su opinión, no porque mis costumbres sean distintas significa que están mal o que se va a acabar el mundo. — dije y mi papá se llevó su mano a su cien.

— Pero sufrirás si sigues así, la sociedad es muy cruel — dijo mi madre.

— Entiendo su punto, pero lo que me sorprende es que ustedes como mi familia sean crueles conmigo, a mí no me interesa lo que piensa el mundo, pero si me lastima lo que piensen ustedes. — dije y quedaron de piedra. Yo salí, necesitaba correr, por lo que así lo hice.

— ¡Alison! — gritó Jack que corría tras de mí.

Pero algo llamó mi atención al instante, si corría lo suficientemente rápido, podría ayudarla, una niña siendo acosada, tendría como diez años apenas, corrí con todas mis fuerzas, pero antes de que llegara, la niña forcejeo con el tipo y cayó de bruces en medio del camino.

Corrí hacia ella, cuando un autobús apareció en mi visión tras ser sacada por otro gritó de Jack que llegó a mis oídos, todo pasó en cámara lenta, mi reacción rápida fue tomar a la niña y protegerla, mis pies se sentían pesados como para saltar, por lo que giré notando que Jack estaba cerca, con toda la fuerza que me dieron mis brazos, lancé a la niña con Jack.

— ¡Alison! — fue todo lo que escuché cuando todo se volvió negro para mí.

||...||

Recientemente, las cosas no resultaban como quería, pero por lo menos había logrado salvar a una niña de una muerte segura, pero yo por otro lado, o me había muerto, o estaba por hacerlo, pues aún con mi condición y salud favorable, un golpe que de esa magnitud es letal, quedar en coma sería una opción, pero tal vez si hubiese metido las manos.

Aun así, quedaría invalida, por lo que mi vida cambiaría completamente, la muerte no suena tan mal ahora que lo pienso, lamentaba algunas cosas, por ejemplo, que la niña presenciara dicha escena, junto con Jack, el pervertido se lo merece, pero ellos no. bueno, mi vida no fue tan larga como lo esperaba, pero tengo buenos recuerdos haciendo lo que me apasiona.

Lo único que lamento es no haber terminado el libro que se encontraba en mi bolsillo, la bella y la bestia era una historia que me gustaba mucho de niña, es lamentable que no haya podido releerla. Aunque amo la película claro, me había costado mucho encontrar un libro de esta versión y todo se fue al carajo.

Pero había una serie de voces molestas revoloteando a mi alrededor, tan molestas que me era imposible concentrarme, eran agudas, algo molestas al oído, pude relajarme cuando estas cesaron, había caído al "infierno", seguramente era eso, porque el dolor de cabeza generado por esas voces parecía estar ligado al mismo.

Pero ¿por qué al infierno? Por muy anormal que fuera, también había hecho muy buenas acciones, o ¿acaso fue porque me lancé a la muerte? Sé que en unas religiones el suicidio es pecado, pero no fue suicidio, no estaba en mis planes morir cuando apenas estaba a un paso de conseguir que mis planes se realizaran.

Espera, se supone que no debería sentir mi cuerpo como tal ¿no? y si estoy en el infierno, ¿Dónde está el fuego? ¿por qué siento frío? No me digas que realmente me salvé y estoy en el hospital, pero es imposible que sienta mis piernas, ósea, si me siento débil, y me duele el cuerpo, pero no es posible...

— No puedo creer que fuera tan torpe como para caer de las escaleras — dijo una voz chillona.

— Esto no hubiera pasado si no hubieses dejado las escaleras en ese estado Paulette — dijo otra voz con burla.

— Si Claudette lo hubiese hecho como le pedí — respondió la voz.

— Dejen de discutir, es claro que ella también tiene la culpa — dijo una voz de mujer con ímpetu.

— Oh, dioses, solo cállense — terminé diciendo mientras abría los ojos.

Estas personas me miraban con impresión, eran dos gemelas rubias, una con vestido amarillo y otra con vestido verde, me parecían familiares hasta cierto punto, la señora que interpreté, era su madre, me miraba molesta, pero esos pensamientos pasaron a ser insignificantes cuando vi que no estaba en el hospital, sino más bien me encontraba en una cabaña como sacada de un libro.

— ¡¿Cómo te atreves a hablarle así a tu madre?! — exclamó.

— ¿madre? — dije y de un movimiento rápido la miré, cosa que hizo que me doliera la cabeza a horrores, pero la observé con detenimiento, yo no tengo esos genes, no, claro que no.

— ¡no te hagas la tonta! ¡niña insolente! — dijo furiosa, pero de pronto tocaron la puerta.

— Creo que el médico llegó — dijo la de amarillo sonriendo con burla, oh, entonces la de verde era Paulette.

— Pasé — dijo la señora loca mientras me miraba seriamente.

Está bien, según lo que entiendo, los médicos no usan batas blancas, solo traen un maletín lentes y sombrero, esta señora loca dice que me caí por las escaleras por quien sabe que razón y asegura que soy su hija, lo que me causa ansiedad, pero intento controlarme para no lanzarme en busca de un espejo.

Al final me hice la loca, y como dudo de las habilidades de revisión del médico, logré hacerlo creer que perdí la memoria, lo que alarmó a las personas momentáneamente, ahora se encontraban en medio de una interrogación intensa.

— Pero la va a recuperar ¿no es así? — dijo y este suspiro quitándose los lentes para masajear el puente de su nariz.

— Esa es una respuesta incierta, la cabeza es una zona delicada, puede recuperar los recuerdos en días, meses, años, incluso puede que no recupere sus recuerdos jamás. — dijo y las miradas de las féminas recayeron en mí.

— Gracias — dijo la que aseguraba ser mi madre. — levántate, no piensas estar todo el día acostada ¿o sí? Aunque ya no puedas conseguir un esposo digno por tu condición, puedes conseguir a alguien.

— ¿Cómo tu? — dije con sarcasmo y todo se sumergió en silencio. Hasta que sentí una bofetada mientras divagaba.

— No cabe duda de que te volviste loca — dijo para salir, Paulette salió detrás de ella sin siquiera mirarme.

— Quiero entender tu situación, pero no es forma de hablarle a madre, será mejor que te disculpes pronto Claudette — dijo y suspiré.

— Disculpa, pero no sé quiénes son ustedes, ni siquiera sus nombres y mucho menos su relación conmigo, lo primero que pasa cuando despierto es que están burlándose de mí y expresándose como si fuese inútil — dije hostil, ignorando el dolor en la mejilla. Ella suspiró.

— Bueno... Mmm, soy tu hermana, somos trillizas, yo me llamo Laurette y la que se fue tras nuestra madre es Paulette, y pues tu eres Claudette, nuestro padre murió hace años, no lo vuelvas a mencionar... — dijo y asentí — ya esta siendo algo tarde, pero has lo que quieras. — dijo para irse.

Le daré puntos porque se esforzó por ser amable aunque se veía muy incómoda con la situación, pero bueno, yo estoy más incómoda, ¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy? ¿morí? ¿es esto una alucinación? ¿estoy en coma? ¿volveré acaso?

Mientras caminaba por todo el lugar, encontré que solo había vestidos en tonos rojizo, esto era raro, ósea, sé que quieren diferenciar a las trillizas, pero ¿por qué solo hay estos colores? Es ridículo, si bien no detesto el color, vaya que si detestaba los vestidos, sobre todo, porque se veían considerablemente incómodos, no había rastro de pantalones. Suspiré.

Mientras encontraba una forma de salir de aquí, incluso sino llegó a lograrlo, tengo que fortalecer este cuerpo, es demasiado frágil, pero sano, lo cual agradecía, esta chica tiene un busto muy prominente, seguramente en copa rallaba por la H, pero bueno, eso lo puedo solucionar, mientras buscaba por todos lados, rasgué unas cuantas prendas.

Logré hacer unas vendas perfectas para mi pecho, era incomodo que rebotaran si quería hacer ejercicio, además, tendría que ver la forma de componer la ropa. Reí, recuerdo la ocasión en la que mi madre durante mi primer año de secundaria me inscribió en un taller de costura para hacerme más femenina.

Terminó dando el grito en el cielo cuando vio que solo confeccionaba ropa cómoda o ropa para hombre, siempre práctica, sino era cómodo, definitivamente no lo iba a hacer, aunque hacía también ropa bonita, solo que era basada en pantalones y camisetas, o Tops, lo cual era algo vulgar para ella. A partir de eso dejó de lado el tema de la ropa por un largo tiempo.

Bien, entonces era mi momento. Entre todos los cajones encontré por fin hilo y aguja, por lo que no tardé en sentarme a coser, cortaba y volvía a unir, la tela no era mala, por lo que daría buenos resultados con algo de esfuerzo, aunque tenía mis dudas por el rojo, pero no quedó tan mal.

El fondo blanco lo usé para camisas holgadas mientras que la tela principal para pantalones, y un saco por si hace frío, dado que no sabía que clima podía hacer aquí, me hice una coleta alta mientras me vendaba el pecho como era costumbre para mí, para después probarme mi ropa, "nueva".

Resultó que efectivamente, había logrado un buen resultado, aunque me hubiese servido tener mi teléfono para buscar nuevos modelos, esta ropa improvisada podría servir para comenzar, ya después haría bocetos, no dibujo, y aunque mis bocetos eran burdos, me servían de guía.

||...||

Cuando bajé, la señora que se hacía llamar mi madre reaccionó peor que mi madre original, pero antes de que me alcanzara, salí corriendo para chocar con alguien de lleno, una chica castaña que traía un libro consigo. Antes de que la bruja loca me alcanzara, tomé la mano de la chica junto a su libro y salí corriendo.

Sentía una fuerte punzada en la cabeza cuando paré, la chica me vio con cuidado, por lo que la solté muy arrepentida.

— Lo siento, mucho gusto, soy Claudette — dije llevando una mano a mi cabeza para intentar calmar mi dolor.

— ¿estás bien? — dijo preocupada en mi dirección.

— Claro, solo... yo tendría que preguntar eso, yo choqué contigo, por cierto, toma — dije extendiendo el libro hacia ella — no le pasó nada, aunque yo diría que Edgar Alan Poe y Arthur Conan Doyle tienen cosas más interesantes que ofrecer. — dije y me miró con sorpresa.

— ¿tu lees?

— Me gusta decir que si, aunque no tanto — dije encogiéndome de hombros. — es lindo hacerlo, es relajante y enriquecedor. ¿por qué? — dije extrañada.

— Nadie aquí lee, el bibliotecario dice que soy la única en años que se ha interesado por su escasa biblioteca — dijo extrañada.

— Oh, jajaja, cierto... digamos que tengo mis propios secretos — expliqué, pero incluso la risa falsa que me doliera la cabeza a horrores.

— ¿Te gustaría ir a mi casa? — dijo con duda, a lo que la miré. — bueno, es que yo supongo que saliste corriendo de tu casa, dos chicas rubias salieron casi después de ti, mi padre no tendrá problemas con recibirte. — dijo y la miré con interés.

— Eso me agradaría — dije sonriendo.

— Tengo curiosidad, espero no te ofenda pero ¿por qué usas ropa de varón? — dijo y solté una carcajada que hizo que la cabeza me punzara a horrores, pero no me podía calmar.

— Lo siento, pero ¿no crees que eso era una de las primeras cosas que tenía s que haber preguntado? — dije y se avergonzó — Entiendo que no te parece normal — retomé la pregunta — pero es cómodo y ligero, las capas de una falda son molestas e innecesarias, es poco práctico, si te asaltan tus extremidades más fuertes son las piernas, principalmente para nosotras las mujeres ¿cómo te defenderías así? Esto solo limitaría el movimiento y lo haría más complicado, con un pantalón puedes defenderte y de paso dejarlo sin hijos. — ante eso ella rio.

— Lo siento, es que tienes unas ocurrencias interesantes, pero tus argumentos son buenos — dijo dándome la razón, por lo que sonreí. — entonces te gusta defenderte, pero ¿no lo puedes resolver dialogando? — dijo y sonreí ante el alma pobre e inocente que se había topado conmigo.

— Créeme, hay personas crueles en el mundo que no van a entender dialogando, se negaran a escuchar, y te querrán hacer daño — dije y me miró sorprendida — a veces se pueden resolver con dialogo, pero eso solo ocurre si la otra persona es realmente civilizada, pero ¿y si no lo es? ¿y si es solo un gorila gigante con músculos y esteroides?

— ¿esteroides? — preguntó confundida; antes de poder contestar, una voz nos interrumpió.

— Mira que tenemos aquí, Bella, te ves hermosa como siempre — dijo un gorila con una sonrisa petulante.

— Buenas tardes, Gastón, lo siento, pero mi nueva amiga se ha lastimado y necesito llegar a casa para tratarla — explicó y me tensé. ¿Bella? ¿Gastón?

— ¿Amiga? — dijo mirándome de reojo, pero al ver mi vestuario su mirada se deformó en una de risa — ah ¿queriendo destacar entre tus hermanas? ¿Bridgette? — dijo con duda. — lamentablemente, un traje rojo solo destaca en personas como yo, pero fue un lindo gesto.

— Es Claudette, y no necesito vestirme de colores vivos para destacar, simplemente es más cómodo — dije mientras tomaba en brazo de Bella y nos alejábamos del narcisista.

— Ese tipo es un buen ejemplo — dije y rio por lo bajo.

— Pero muchas chicas andan detrás de él, tus hermanas por ejemplo, parecían muy enojadas conmigo.

— Es porque no usan la cabeza, siempre orbitando alrededor de ese imbécil, ni siquiera es tan atractivo. — dije y me miró con sorpresa.

— ¿Todo lo destacable desaparece en cuanto empieza a hablar? — dijo y asentí sonriendo con gracia.

— Algo me dice que nos llevaremos muy bien. — dije y asintió.

Estaba aterrada, más aterrada que antes, pero si algo era cierto, era que estaba en un cuento ambientado en el siglo dieciocho, no podré volver y me acabo de hacer amiga de la que será la protagonista. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro