La noche caía sobre aquellos hombres que con desespero buscaban y revisaban todo para poder encontrar a Isobel, casi todo el día estuvieron buscando aunque sea una pista de quien podría ser la persona la cual la capturo, si bien se sabía que fue mandado por Fariád, por más que buscaban no encontraban nada, no sabían si esa persona era hombre o mujer, el único que podría aunque sea decir algo que sirviese para hallar algo, era Leinád pero este estaba muy mal herido y aun no despertaba, Henry estaba más que desesperado por encontrarla, mando a buscar hasta debajo de las piedras, su desespero se notaba a millón. — ¡No debí dejar que se fuera!—esos eran los pensamientos de Henry que se repetían una y otra vez en su cabeza, se reprochaba a si mismo por haber dejado que pusiera un pie fuera la casa.

Pisadas, aullidos y la brisa eran lo único que se escuchaba por todo el bosque, más de muchas horas buscando algo que sirviera para dar con su paradero o con la persona que la capturo, Henry no era tonto pues, ya que sabía que en estos momentos ella debe de estar siento lastimada por aquel hombre sin sentimientos, hombre que lo único que reina en su corazón es oscuridad, si es que tenía corazón claro está, Scott estaba separado de su padre ya que como era una zona muy extensa decidieron separarse y así buscar mejor.

Se puede decir que Scott esta igual o peor que su padre, su angustia y desesperación por no encontrar nada lo carcomían por dentro de una forma dolorosa para él, tanto como Henry como Scott no perdían las esperanzas de encontrar algo; Scott seguía caminando con sigilo atento a todo, agudizo sus oídos para así poder oír con claridad las cosas que hay a su alrededor, giro su cabeza hacia la derecha cuando oyó pasos acercarse a él, sus ojos cambiaron de color y de su dentadura brotaron dos colmillos filosos, levanto su mano y apunto hacia esa dirección, sea quien sea la persona se sentía agitada pero a este le importo poco, puso toda su concentración en lo que haría, sintió algo en su mano y supo que aquel hilo transparente estaba amarrado al cuello de la persona así que no dudo ni un segundo y jalo hacia atrás con todas sus fuerzas, la persona se elevó un poco y se impulsó hacia adelante de una manera rápida, soltó un grito para después chocar contra un árbol y luego caer al suelo, tosía una y otra vez, Scott se acercó y agarro el cuello de su camisa y lo elevo.

— ¿Dónde está?—pregunta con el ceño fruncido, el eleva su palma y comienza a cerrar poco a poco su mano causando así que aquel hilo apretara cada vez más el cuello de este, la sangre comenzaba hacerse notar.

—N-no se d-de quien h-hablas—decía con dificultad aquel extraño joven que estaba rondando por la zona a altas horas de la noche, Scott agudizo su oído otra vez y pudo notar como el corazón del chico estaba más que acelerado, poso su vista otra vez en él y este tenía la mandíbula tensa y trataba de respirar, abrió su mano y luego soltó al chico logrando que este cayera al suelo y llevara su mano a su cuello el cual tenía manchas de sangre, lo hizo pararse, el chico miro con miedo a Scott el cual mantenía sus ojos de un color rojo carmesí y su mano abierta.

— ¿Quién eres y porque andas a estas altas horas de la noche en el bosque?—pregunta mientras le da una mirada intensa.

—Lo mismo te pregunto a ti—Respondió el chico mientras ladea un poco la cabeza y respira hondo, Scott comienza a cerrar lentamente su mano haciendo que el chico abra sus ojos como platos y comience a tener dificultad para respirar. — ¡Esta bien, está bien!—grito con desespero mientras hacia una mueca de dolor, Scott abrió nuevamente su mano. —Mi nombre...—seguramente el joven diría quien era si una flecha no se hubiera clavado a un lado de su cuello, no llego hacerle mucho pues solo le hizo una pequeña cortada, el chico miro con terror la flecha que se hallaba clavada en el tronco del árbol, Scott bajo su mano izquierda y abrió su palma, su vista estaba clavada en el chico que estaba aterrado delante de él, miro de reojo como atrás de él se encontraba un hombre con un cubre bocas negro y ropa negra más una ballesta apuntándolo.

Sintió algo en su mano, cosa que le indico que el hilo ya estaba puesto donde debía, de un movimiento rápido con su mano derecha empujo al chico hacia un lado y con la otra jalo del hilo logrando que el hombre soltara la ballesta y quedara en el suelo a tan solos unos pasos de él, camino con pasos rápido y levanto al hombre, quito su cubre bocas y quedo confundido y sorprendido.

— ¿Sebastián?—dijo confundido al ver a su amigo de años en el bosque, vestido de negro y con una ballesta.

—Tú y tus estúpidos hilos, casi te doy amigo—dijo haciendo una mueca, Scott se alejó un poco, sintió como el chico que estaba tirado en el suelo se levantaba e intentaba agarrar la ballesta así que estiro su palma y fue cerrando poco a poco su mano, el chico cayo nuevamente al suelo mientras intentaba respirar, jalo de él y en segundos ya su mano se hallaba en el cuello del chico.

— ¿Qué pensabas hacer, niño?—Hablo mirándolo con el ceño fruncido, miro a su amigo— ¿Por qué lo persigues?—indago, su amigo lo miro.

—Tengo que asesinarlo, es una orden—Respondió tranquilo, el chico se removió tratando de liberarse del fuerte agarre de Scott, el cual enarco una ceja.

— ¿Te uniste a él solo para cazar personas inocentes?—dijo aflojando su agarre.

Sebastián pasó sus manos por su cara en señal de frustración, tiro de su cabello, miro a Scott con una mirada que decía muchas cosas de las cuales no era capaz de decirlas.

—Sabes que no—Hablo sobando su cuello, Scott entre cerro sus ojos—no es el momento ¿Sí?, ahora entrégamelo para poder hacer mi trabajo—dice señalando al chico, Scott miro al joven y este solo negó frenéticamente.

— ¿Qué hizo?—pregunto—Y no me digas que es algo confidencial Sebastián.—Advirtió Scott con mirada seria.

El nombrado solo hizo una mueca mientras movía su pies y apretaba fuertemente sus manos, no quería hablar ya que como dijo su amigo, era algo confidencial y no podía andar por ahí diciendo por qué lo tenía que asesinar, sabia a la perfección que si abría la boca tendría serios problemas pero también sabía lo insistente que es Scott, así que no le quedo de otra que decirle, con lujo y detalles.