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† 3 †

Narrador omnisciente.

Dentro de el pequeño cuarto frío, KiHyun quien poco a poco estaba recuperando la conciencia, comenzaba a removerse con molestia, queriendo mover su mano para guiarlo a su rostro, lo cual no se pudo.

Su cuerpo se sentía congelado, sentía como todo su pecho y brazos absorbían frío.
Sus brazos estaban extendidos hacia el techo, y sus piernas simplemente colgaban una junto a la otra, KiHyun estaba totalmente expuesto.

-.¿Hola?.... -Dijo en voz baja, Parpadeando rápidamente, dándose cuenta de la pose en la que estaba, quiso mover su cabeza de lado a lado para observar mejor el lugar, pero no pudo, ya que sus propios brazos no le permitían ver mas..-

Movió sus dos brazos con desesperacion queriendo aflojar lo que sea con lo que estaban amarradas sus manos, fracasando en el intento.
Aún se sentía un poco adormilado, por lo que no tenía muchas energías, y las pocas que tenía, las había gastado forzando su cuerpo a soltarse.

Con su respiración agitada, su pecho subía y bajaba, aún trataba de ver a su alrededor para al menos darse una idea de dónde estaba, pero no podía, la posición no se lo permitía.
Bajo su cabeza cansado, tratando de tranquilizar su respiración, al momento de conseguirlo volvió a levantar su cabeza, concentrándose en lo poco que podía ver.
Frente a el, había solamente una silla de madera, parecía vieja, quería verla más detalladamente, pero no podía forzar su vista, le dolían los ojos y también su cabeza, por lo que hacerlo empeoraría su dolor.

También noto que detrás de la silla había una puerta, parecía de metal, Era de color gris oscuro, KiHyun no podía ver muy bien el color ya que la única luz que había estaba sobre el.

En este momento KiHyun estaba aterrado por lo que podría pasarle de ahora en adelante, pensamientos horribles de todo tipo llegaban a su mente, pensamientos que lograban ponerle la piel de gallina por el miedo, le daban escalofríos pensar en las posibilidades que tenía.

Su cabeza comenzó a doler con más intensidad, haciendo que comenzará a respirar de manera rápida, inhalando y exhalando con desesperacion, pero eso solo le había hecho sentir peor.
Sus ojos se cristalizaron y en seguida dejo que una lágrima saliera.

KiHyun sentía que si seguía así, se volvería loco.

La manija de la puerta de metal llamo su atención, al parecer había alguien del otro lado queriendo abrirla.
Y así era, el hombre de cabellos negros abrió la puerta.

Sin cruzar el marco de la puerta observo sonriente a KiHyun, quien al verlo sus ojos se abrieron más y su iris se hizo más pequeña. -.¡T-Tu! -Dijo KiHyun en un tono un poco alto y con miedo.-
El hombre cerro la puerta detrás de él y luego comenzó a acercarse con lentitud a KiHyun.
Y al estar suficientemente cerca acercó su mano a la mejilla de KiHyun para acariciarla.
KiHyun enseguida trato de mover su cabeza para alejarla de el, pero el hombre tomo con ambas manos el rostro se KiHyun.
Observando su rostro despierto con más detalle, notando como los labios de KiHyun que se veían hinchados.
El hombre paso su pulgar lentamente por el labio inferior de KiHyun entonces KiHyun totalmente disgustado le mordió el dedo.
Sacándole un gruñido de enojo al hombre.

El hombre quito ambas manos del rostro del menor y luego sonrió.

Se alejo un poco del cuerpo colgante de KiHyun y luego paso a un lado de el.
KiHyun al perderlo de vista se asusto un poco, y se asusto más al escuchar como algo detrás de él se removía, se escuchaba como si fueran objetos de metal chocando entre ellos.

El hombre volvió a aparecer frente a el, mirándolo con la misma sonrisa de hace unos minutos.
En sus manos traía unas cadenas.
KiHyun aterrado comenzó a negar con su cabeza, quizás podría negarse con palabras, pero esas no salían de su boca, sentía que no tenía voz.

El hombre se acercó a las piernas de KiHyun y las junto, luego acercó las cadenas para luego rodear sus tobillos.
KiHyun reaccionó al instante y separo sus pies uno del otro, luego cómo pudo pateo al pelinegro.
El hombre cayó al suelo, las cadenas habían caído un poco más lejos que el hombre.

El hombre ya enojado forzó su sonrisa.
Se levantó del suelo y se acercó a las cadenas para después acercarse a KiHyun, esta vez observándolo dejando que su sonrisa cínica asusté a KiHyun.

El pelinegro tomo ambos extremos de la cadena y los unió, la estiró a lo largo sin separar los extremos, logrando una cadena más corta pero más gruesa.
Con ella golpeó la pierna derecha de KiHyun, arrancándole un grito desgarrador.









Pobre KiHyun.

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