Narrador omnisciente.

KiHyun había estado esperando frente a la puerta durante unos minutos, los cuales sintió que se le hacían eternos, comenzaba a creer que nadie vivía ahí.

Bajo levemente su cabeza, tratando de mentalmente consolarse, pensando en que seguramente al día siguiente encontraría una salida, podría irse a su casa, y podría ver a Minhyuk.

"¡MinHyuk...!" Pensó KiHyun.

Se había olvidado de su amigo, si bien había vuelto en sus pasos para buscarlo, y al no encontrarlo en el último lugar que lo vio, había comenzado a buscarlo, pero sintiendo como el ambiente le ponía nervioso, había olvidado por Completo que venía con su amigo, ahora su único objetivo era salir del bosque, y salir vivo.

Ahora estaba preocupándose por el, con muchos pensamientos en su cabeza como: "¿Y si pudo salir?" "¿Pero y si le pasó algo?" "¿Estará bien?"

Y se habría quedado comiéndose la cabeza con esos pensamientos, de no ser porque la puerta frente a el se abrió dejando lo escuchar un rechinido, la puerta se abría lentamente.

Al ver un poco del interior de la casa, pudo notar una mesita junto a dos sillas, y frente había una chimenea, la cual iluminaba gran parte del lugar.

Lo que extraño a KiHyun fue no ver a quien abrió la puerta, pues parecía que se había abierto sola.

KiHyun dudaba en si debía entrar o si salir corriendo, pues el interior de la casa que parecía algo tenebroso y sumándole que la puerta se abrió sola, no estaba seguro.

Pero para su desgracia, el viento frío volvió a abrazar el cuerpo se KiHyun.

La primera opción había ganado, y decidió entrar, con paso lento se adentro en la casa.

-.¿Hola?... -Dijo KiHyun en voz baja, caminando con lentitud.-

El interior se sentía un poco más cálido, KiHyun sentía como el calor volvía a el, eso o hizo sentirse más relajado.

Pero esa relajación se fue al estar en medio del cuarto, y escuchar como la puerta detrás de el era cerrada con brusquedad, entonces el volteo asustado rápidamente.

Aterradora fue su sorpresa al ver un hombre de cabellos negros, con una piel pálida, era un poco más alto que KiHyun.

El hombre lo miraba con una expresión neutral, al parecer el había cerrado la puerta.

KiHyun se puso nervioso otra vez, por lo que comenzó a hablar rápido, pero tartamudeando.

Disculpándose como podía, notando como sus palabras apenas y lograban entenderse.

El hombre de cabellos negros solo sonrió, queriendo dar una sonrisa cálida, y un aura cariñosa.

-.No te preocupes, niño -Nego el hombre, acercándose a KiHyun para observarlo mejor.- Ahí afuera hace mucho frío como para que te quedes en el bosque, muriendo de frío.

KiHyun solo suspiro, esta vez más tranquilo, dejo que su cuerpo también se tranquilizara.

El hombre noto como KiHyun se había tranquilizado, así que sonrió ante eso, pues si seguía así, lograría lo que quería.

-.¿Gustas sentarte? -Ofrecio cariñosamente, guiando ambas palmas en dirección a las sillas que se encontraban frente a la chimenea.-

KiHyun aceptó gustoso, ya que necesitaba sentarse y también su cuerpo necesitaba un poco más de calor, así que ambos se sentaron, uno frente al otro.

-.¿Y que fue lo que te trajo a este bosque? -Pregunto el pelinegro recargandose en la silla.-

-.Vine a explorar... Junto a mí amigo. -Respondio KiHyun, su tono de voz pareciera haberse apagado al recordar que no sabía nada de su amigo.-

-.¿Y dónde está tu amigo? -Volvio a hacer una pregunta el hombre de cabellos negros, notando como su invitado solo observaba el fuego de la chimenea, pareciendo pensativo.-

-.No lo se... -Solto KiHyun, con el mismo tono esta vez sonando un poquito más deprimido.-

"Seguro que se lo comieron los lobos" pensó el hombre.

-.Ya veo... -Dijo el hombre, luciendo pensativo.- ¿Quieres una taza de té? -Le ofreció, nuevamente con su tono cálido.-

KiHyun salió de su transe y luego miro algo extrañado al hombre.

-.¿No sería eso una molestía? -Pregunto KiHyun, con cierta preocupación, siendo un invitado y siendo alguien que no conocía, no quería causarle molestias.-

-.Para nada. -Respondio sonriente.- Ahora vuelvo. -Dijo el hombre, parándose de la silla y dirijiendose hacía otra habitación.-

KiHyun se quedó mirando al marco de la puerta donde el hombre había desaparecido, ya que había pasado al otro cuando, y eso lo llevo a observar a la ventana que estaba junto a esa puerta.

Viendo cómo afuera solo había obscuridad, KiHyun forzó su vista para ver qué podía haber afuera, y grande fue su sorpresa al ver cómo un montón de tumbas adornaban el césped, tumbas y tierra removida.

KiHyun sintió como un escalofrío lo recorría, así que rápidamente volvió su vista a la chimenea.

¿Por qué alguien viviría al lado de un mini cementerio?

Era la pregunta que se hacía KiHyun.

"Este hombre está comenzando a asustarme..." Pensó KiHyun.

Después de solo dos minutos, el pelinegro volvió a entrar en la sala, en sus manos traía una bandeja la cual tenía dos tazas, KiHyun dio por hecho que era el té.

El hombre dejo la bandeja en la pequeña mesita y luego volvió a a sentarse en su lugar, le extendió una taza a KiHyun, quien la tomo sonriente.

El se cabellos negro también tomo su taza, y antes de beber el contenido, observo como KiHyun tomaba el te gustoso, entonces el hombre sonrió.

KiHyun recordó que aún debía preguntar cómo salir del gran bosque, entonces dejando de lado lo aterrador de lado.

-.Disculpe... ¿Podría decirme cómo puedo salir del bosque? -Pregunto KiHyun, rompiendo el silencio, alejando de el la taza, que para su opinión el té sabía algo extraño.-

El hombre dejo de beber su té y luego sonrió ante la pregunta del menor, entonces meciendo su cabeza de un lado al otro, le respondió.

-.No hay una salida -Sonrio victorioso al notar como la expresión de confusión se había formado en el rostro de su invitado.-

KiHyun ladeó su cabeza y luego sintio como su cabeza comenzaba a dolerle, su vista comenzaba a volverse borrosa, sus brazos y piernas no respondían, la taza de té cayó en la mesa y junto a ella también KiHyun.

El hombre sonrió dejando la taza de té a un lado, y se levantó para acercarse al menor, entonces lo cargo como si un simple costal de papas fuera, entonces cruzando una puerta se dirijio hacía unas escaleras que iban en bajada.

Pobre KiHyun.

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