Capítulo 8.
Un castaño intentaba difícilmente llevar una enorme bolsa de campamento, sus brazos de fideos gritaban de dolor con cada paso que daba.
- Vamos Pino esa bolsa no se cargará sola.- Dijo sonriente Bill, mientras estiraba su cuerpo y respiraba profundo.
- Ayudame Bill ... maldita sea ... - Dijo entre quejidos, pero con un último esfuerzo logró ... doblarse un dedo. - HIJO DE TU P*TA M*DREEEEE!.-Gritó mientras lloraba por el dolor.
- Oh vamos Pino.- El rubio tomó la bolsa preparándose para cargarla.
- ¡No Bill, es muy pesada!.- Gritó el castaño.
-¿Qué decías Pino?.- El nombrado se quedó boquiabierto mientras miraba como el rubio colocaba facilmente la bolsa sobre su espalda.- No pesa nada pequeño Pino.
- Eh ... p-pero yo ... intenté ... cómo es que ... ¡que m*erda de bolsa!.- Se enojó el castaño y subió al autobus seguido del rubio.
- ¡Dipper, Bill!.- Gritó entuciasmada una rubia desde el fondo del autobus.
Ellos se acercaron.
- Hola Star.- Hizo una mueca de dolor por su mano.- Hola Marco.
Bill hizo un saludo con su mano.
- ¿Te sientes bien viejo?.- Le preguntó Marco.
- Me lastimé la mano a fuera.- Respondió Dipper.
- Déjame ayudarte.- Marco sacó unas vendas de su mochila y tomó la mano de Dipper.- Siempre estoy preparado.
El rubio bufó provocando que el castaño lo mirara con una mueca de risa.
Desde afuera se escuchaban unos gritos, era Pacifica llegando.
- ¡Apresúrate con esas maletas!.- Ordenó.
- Pacifica, ¿Es necesario todo esto? Digo, sólo es un fin de semana.- Dijo Tyron arrastrando las 5 maletas de la rubia.
Indignada.- ¡Nunca es demasiado para mi! Yo merezco lo mejor.- Se regocijó para luego subir al autobus.- Apresúrate escarabajo.
- S-sí Pacifica.- Siguió tirando de las maletas.
Los brazos del castaño se acalambraban, pero él no quería decepcionar a Pacifica así que siguió intentando.
De pronto el castaño pudo oír una risa infaltil a su alrededor, provocando que gire la cabeza buscando a la persona que era dueña de esa risa.
Cuando la risa se fué el castaño se quedó pensativo porque juraría que conocía a la persona de aquella risa.
- Eh ... ¿necesitas ayuda?
- ¿Eh?.- El castaño salió de sus pensamientos y pudo ver a dos jóvenes, uno de cabello verde y el otro, de cabello morado.
- Podemos ayudarte si quieres.- Dijo amablemente el de cabello morado.
- Eh ... creo que ... me vendría bien algo de ayuda.- El castaño les dió tres maletas y él se quedó con dos.- Por cierto, ¿Quiénes son? No están en mi aula.
- Me llamo Bon.- Dijo el de cabello verde.- Él es Bonnie.- Señaló al de cabello morado.
- Gusto en conocerlos, soy Tyrone.
- No somos de tu aula, pero pedimos permiso para venir.- Dijo Bonnie.
- Sómos del club de fotografía, queríamos capturar algunos momentos de tu aula en este campamento.- Dijo Bon.- Dijeron que el campamento Chipewa es especial ...
- Ah, pues, sean bienvenidos, espero que la pasen bien.
- Eso dalo por hecho.- Dijo Bonnie con una pequeña sonrisa.
Sin darse cuenta una joven estaba esperando enfrente de ellos, para subir al autobus.
- _____.- Dijo Tyrone.- Yo ...
- Buenos días.- Dijo Bonnie.- ¿Lista para el campamento?
- Ella levantó la mirada hacia Bonnie.- Claro que si.- Rodeó las maletas y subió al autobus.
El castaño bajó la mirada.
- Vamos que se hace tarde.- Dijo Bon, para luego subir las maletas y entrar,seguido de Bonnie.
Cuando el castaño entró, revisó con la mirada algún lugar, en seguida vió un asiento vacío al lado de ___, por fin sería su hora de hablar con ella, luego de mucho tiempo.
El se acercaba dificilmente por las bolsas en el piso, llegó al lugar donde estaba ___, la miró a los ojos, se sintió raro, no vió los típicos destellos en sus ojos, no, sólo veía ... un gran vacío.
- ¡Oye Tyrone!.- Lo llamó Wirt desde el fondo.- ¡Ven acá tonto, tengo tu revista!
Extrañamente eso provocó una risa de parte de sus compañeros.
Tyrone se acercó avergonzado a Wirt y se sentó junto a él luego de pegarle en la frente.
-Tonto.- Dijo Tyrone.
- Tal vez sea tonto pero no estúpido, okay no.- Dijo Wirt.
La rubia miraba desde el pequeño espejo que tenía en su mano, el reflejo del castaño.
- Ese Pines es patético.- Dijo una amiga de Pacifica.- No puedo creer que salgas con él, acaso ... ¿Ya lo hicieron?.- Sus amigas hicieron un gesto de asco y nauseas.
- Pero calro que no estúpidas.- Dijo Pacifica.- Es patético pero con buenos regalos y dinero.- Ella rió.- Además ...
La llegada del pelirrojo interrumpió a Pacifica.
- Mi objetivo es ese guapo que ahí viene.- Dijo Pacifica, refiriendose a Tom.
El pelirrojo comenzó a avanzar, la rubia quitó a una de sus amigas que estaba sentada junto a ella, fingió una gran sonrisa y con la mirada intentaba atraer al pelirrojo, cosa que este ignoró completamente.
Tom se acercó hasta ___.
- Buenos días linda.- Sonrió.- ¿Está ocupado?.- Señaló el asiento.
- Siéntate si quieres Tom.- Dijo ___.
El pelirrojo se sentó y abrazó a la palinegra con un brazo, enfureciendo a la rubia y a Tyrone.
Un largo viaje se presentó para estos jóvenes anciosos.
En las paradas para cargar gasolina, Tyrone aprovechaba y se acercaba a ___, pero ella hacía lo posible para ignoralo, con la ayuda de Tom lograba esquivarlo.
El pelirrojo disfrutaba ayudar a ___, con tal de que el castaño sufriera un poco.
Llegaron al campamento, una enorme entrada ... vieja y con moho.
- Bien muchachos, este es el campamento Chipewa, cada uno tenga su intinerario, tiene el sector y la cabaña en donde dormirán con sus compañeros, luego de instalarse, ¡Comenzaremos con las divertidas actividades!.- Extendió los brazos con los papeles y los jóvenes de manera desorganizada los tomaban.
El castaño tomó el suyo, vió su sectos y cabaña asignada, tomó su bolso y caminó hasta ahí por el bosque.
Tenía una sensación extraña, escuchaba susurros.
- ¡Marshall Marshall Marshall!.- Se escucharon gritos a au derecha, el castaño se acercó para ver.- ¡Ayúdame!.- Imploró un chico de cabello rosa.
- Sólo salta Gum.- Dijo el pelinegro.
- Está muy alto.- Se quejó.
- El nombrado bufó.- Cielos.- Se inclinó.- ¿Cómo es que ...?.- Lo cargó estilo princesa.
- A-ah Marshall ...
- No puedes saltar un árbol digo ...
- Marshall.- Dijo preocupado.
- Es un árbol, no es mucha ciencia, oh pero es cierto ...
- ¡Marshall!
- A su alteza no le gusta ensuciar sus pies ya que ...
- MARSHALL MALDITA SEA.
- ¡¿Qué?!.- Lo miró a los ojos.
- Mira el ... suelo.- Balbuseó.
- ¿Qué?
- ¡Que mires el suelo!.- El pelinegro lo hizo y casi deja caer al pelirosa.
Estában flotando.
- ¿Qué demo ...?.- Susurró el castaño mientras estaba oculto.
-¿C-cómo haces eso?.- Preguntó Prince Gumball.
- N-no lo sé.- Dijo nervioso.
- Marshall.- Lo llamó entre sollozos.
- ¿Qué? ¿Qué sudede? ...
- Me hice pipí.- Rompió en llanto.
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