-Mamá, ya te dije que no quiero ir -Refuté desarmando la maleta que mi madre armaba.

-Y yo ya te dije que no me importa, me costó mucho conseguirte un cupo.

No, no le costó nada, solo bastó con decir que yo era hija de Dave Farkle, el difunto mejor amigo de Parker Royal. Parker Royal es el dueño de la Casa Royal y no, no estamos hablando de un palacio real ni nada parecido, estamos hablando de la mejor escuela secundaria -Internado- aquí en Springs.

La Casa Royal era una escuela para jóvenes prodigio. ¿Por qué mi madre insistía en inscribirme a mí, una jóven promedio en un internado para chicos prodigio? No tenía ni la menor idea, pero ella estaba muy entusiasmada con eso.

Papá solía ir ahí a mi edad, lo extrañaba tanto. Él falleció en un accidente automovilístico cuando iba a una importante entrevista de trabajo.

-He acabado. No intentes desarmarla -Advirtió leyendo mis intenciones.

-No es justo -Me crucé de brazos como una niña caprichosa.

-Sonny, sé que no quieres ir, pero piénsalo ¿Eso no te haría sentir más cerca de tu padre?

Entorné mis ojos y la abracé para que no pudiera ver mi sonrisa.

-De acuerdo, iré.

-¿No estás emocionada? -Preguntó ella con alegría.

No.

Ella salió del cuarto dejándome sola. Para muchos jóvenes ir a la Casa Royal sería sueño, un privilegio, pero a mí no me llamaba mucho la atención, veía los eventos que hacían en los periódicos y todo era demasiado perfecto y organizado, y vamos, a veces las cosas necesitan un poco de caos ¿No?

Todo sea por estar más cerca de papá.

...

-Sonny, ya apúrate -Dijo mi mamá por séptima vez en la mañana.

Yo estaba acomodando la corbata del uniforme que consistía en una falda roja de cuadros, una camisa blanca de botones y un suéter gris que tenía la insignia del internado y cuyo uso era obligatorio, excepto los días de educación física.

Terminé de acomodar mi uniforme en el espejo de la sala y luego fui al auto con mamá. A mamá se la veía feliz, y no era para menos, todas las madres en Springs deseaban que sus hijos pudieran entrar en Royal, sobre todo con tanta facilidad, ya que era necesario hacer una pequeña prueba diagnóstica para entrar, que por cierto, yo no tuve que hacer. Y eso era bueno, porque seguramente no la hubiera pasado.

Bajé del auto cuando mamá estacionó delante de la imponente e intimidante estructura. Mamá también se bajó para darme un abrazo.

-Te irá bien, Sonny, eres la chica más brillante que conozco -Musitó peinando un poco mi cabello.

-Gracias, mamá -Le di un beso en la mejilla y caminé hacia la entrada.

Me detuve en la puerta y desde ahí me despedí con la mano y una sonrisa.

Había varios chicos y chicas de mi edad, una mujer les estaba diciendo algo.

-Señorita Farkle -Me llamó el portero-. Deje allí su maleta, los empleados las llevarán a la habitación que le corresponda.

Asentí y puse la maleta donde me indicó.

-Los alumnos de nuevo ingreso vienen conmigo, el resto puede irse a clase -Habló en voz alta aquella mujer.

Observé cómo gran parte del alumnado presente se movió en diferentes direcciones hacia sus salones.

»Mi nombre es Ágatha Royal, soy la subdirectora de la Casa Royal, acompáñenme para el recorrido.

Ágatha comenzó a guiarnos por toda la escuela que constaba de una piscina, un gimnasio, dos canchas -Una para el equipo de fútbol y otra para el de béisbol-, un auditorio, un salón de baile, tres laboratorios -Para física, química e informática- y una infinitud de salones para el alumnado divido en secciones A, B y C.

»El ala este es para las chicas y el ala oeste para los chicos. Hay toque de queda a partir de las ocho de la noche, pueden ir a sus clases correspondientes.

Revisé el mapa que entregaron durante el recorrido para ubicar mi salón. Caminé un poco y entré tímidamente, al parecer yo era la única nueva que entraba a este curso, o tal vez los otros nuevos ya habían entrado.

-¿Usted es Sonnia Farkle?

-S-Sí, señora.

Aunque preferiría que me llamara Sonny debido a que mi nombre es un nombre de abuela.

-Toma asiento, Sonnia -Me señaló un puesto enmedio de un chico y una chica.

Subí los escalones y me senté donde me indicaron.

-Hola, soy Lindsay -Me dijo la chica.

-Y yo soy James Maslow.

-¿Como el actor? -Pregunté.

-Por supuesto que no, su nombre es James Massey -Aclaró Lindsay.

-Aguafiestas.

La profesora comenzó a hablar sobre las funciones logarítmicas y todos pusimos atención. A pesar de que estaba concentrada en la clase y estaba entendiendo todo lo que la profe explicaba, sentía que mi mente se estaba yendo a otra parte, como si una parte de mí estuviera allí y la otra se hubiese ido a quién sabe dónde.

Elevé la vista al techo tratando de encontrar esos pensamientos que se me escapaban.

-Hey, ¿Estás bien? -Me preguntó James.

-Sí, a veces se me va la mente y no me doy cuenta, no es nada.

Bueno, al menos ya conocía a alguien.

...

Se hizo la hora del almuerzo y Lindsay me invitó a sentarme con ella y sus amigos. Yo estaba sentada al lado de James y un chico llamado Isaac. También había otra chica de nombre Amara.

-¡Ahí viene el amor de mi vida! -Exclamó James.

Todos voltearon a la misma dirección que él para ver a una chica castaña con el fleco teñido de rosa y que de seguro medía menos de 1.60.

-¿Quién es ella? -Cuestioné.

-El amor de mi vida.

-Ya cállate -Amara le dió un golpe en el hombro-. Es Charlotte Royal, la hija menor de Parker y Ágatha.

-¿La menor? ¿Hay más?

-Dos más, Callum, el mayor, que se sienta con el equipo de béisbol y Alec que está en el festival de teatro de Springs con el resto del grupo de teatro de Royal. Volverá mañana y te lo presentaremos.

Sentí una punzada en el pecho y en la cabeza al escuchar ese nombre. Instintivamente llevé mi mano a mi frente tratando de calmar el dolorcito.

-¿Estás bien, Sonny? -Me preguntó Isaac.

-Sí, nada más es migraña, dentro de un rato se te quita.

-Creo que le caerás muy bien a Alec.

Otra punzada.

-Si tú lo dices.

No sabía quién era ese Alec, pero algo dentro de mí parecía conocerlo.

Hola, hola, soy yo de nuevo.

Sí, así de rápido tengo la siguiente historia, ¿Qué les puedo decir? Mi imaginación no descansa nunca.

Bien, esta historia es meramente ficción y puede que contenga algunos errores ortográficos que corregiré más adelante, por ahora solo disfruten de la lectura.

Con todo el amor del mundo, de parte de Val.

💙.