PARTE UNO [EL COMIENZO]
Capitulo 9
Miseria
La puerta principal hizo eco en la mansión dejando ver a Noé, vestía el típico traje de ejecutivo, elegante, limpió y ajustado, se veía como el jefe de la empresa, en realidad lo era, pero en esos momentos en verdad que lo expresaba.
Helena le recibió con una mirada de amor y un beso, por su parte, Thana lo abrazo, los tres pasaron a la cocina que yacía en penumbra, la azabache se adelantó y encendió la luz.
— Feliz aniversario — dijo con una sonrisa fingida.
— Gracias hija, ¿Las dos hicieron todo esto? — preguntó Noé.
Las dos chicas asistieron, los tres tomaron asiento y comenzaron a degustar los deliciosos platillos que habían hecho, pasado el tiempo, Thana se levantó de la mesa dejando a su padre y a Helena solos, disfrutando del postre.
Subió a su habitación y se quedó dormida.
Thana abrió los ojos, analizó su entorno dándose cuenta que se encontraba en su habitación, suspiro de manera lenta.
*Thana*
Escuchó esa voz, de nuevo estaba ahí, otra vez tenía, lo más seguro, alguna otra advertencia para ella.
* Thana *
Volvió a revisar su entorno, esos ojos la miraban con suma tristeza, estaban rojos a causa de las lagrimas, esos malditos ojos platimados le venían a advertir una cosa, lo más seguro, que se alejara de Helena, de la casa y del sótano.
* Thana ¿Estas ahí?, soy yo, Anette *
— si, ¿que sucede? — preguntó Thana.
* por favor, alejate, salva tu alma de este encierro *
La pelirroja abrazo muy fuerte a Thana, la azabache le recordaba a aquella chica que alguna vez conoció, pero se fue y jamas volvió a verla.
* Thana, por lo que mas quieras, sal de aquí *
— eso quisiera, ¿Sabes?, he pensado en escapar de aqui, pero no tengo a donde ir.
El rostro de la azabache se entristecio al recordar que ella estaba sola, su padre jamás creería los horrores que habitaban en el sótano de la mansion, sus abuelos habían muerto, no tenia a donde ir, a quien acudir, con quien consolar ese corazón.
* puedes ir a casa, con Anne y Mark *
— ¿Mark? — interrogó la de orbes oscuros.
* la niñera de Anne, ella cuidara de ti, si le dices que me conoces ella no dudara en ayudarte*
— Gracias Anette, pero tengo un propósito y una promesa que cumplir, le prometí a Charly que ella pagaría.
* ya lo se, el también fue víctima de ese monstruo, estamos juntos ahora, pero...
— les falta Anne. — dijo Thana con los ojos llenos de lágrimas.
* si, yo se que ella terminará mal, debes tener cuidado con ella *
— lo entiendo.
Anette sonrió tristemente, abrazo de nuevo a Thana y se desvaneció en cuestión de minutos.
La azabache se sentó de golpe en su cama, 3:00 de la mañana, limpió sus ojos, sacudió la cabeza y volvió a dormir....
..............
Helena estaba frente al espejo del cuarto de baño, sonriendose a sí misma de una manera especial, sabía muy bien lo que era y por que lo era, habia cometido su primer crimen a los 14 años, ahora, a sus 32 años, eran incontables las ocasiones en las que había recreado aquel escenario.
Un corazón herido y lleno de furia, puede adquirir la forma mas oscura.
Una mente transtornada y abatida puede llegar a ser la mas desquiciada
Y un cuerpo demacrado puede ser el albergue de los mas sádicos crimenes.
La mirada de la mujer de ojos verdes estaba inundada, no solo odiaba a Thana, se odiaba a si misma, odiaba su niñez, aborrecia su pasado, le diagustaba tener que recordar ese día y sobre todo despreciaba a ese hombre que le destrozó la vida para siempre.
Comenzó a llorar, con sus manos tomaba su cabeza y se repetía una y otra vez "eso paso hace mucho tiempo".
La pequeña Helena de apenas 14 años, estaba dispuesta a decirle a sus padres que aquel apuesto joven se había robado su joven corazón, sus progenitores estaban desconcertados por el extraño comportamiento de su hija, llegaron ansiosos al lugar de la cita, tomaron asiento en las lujosas sillas del apartamento, la madre puso su bolso encima de la pequeña mesa, adornada con un fino florero de vidrio, contenía en su interior bellas rosas blanca, Helena llegó segundos después.
— tengo que confesar algo
La mirada de la madre expresaba preocupación mientras que la mirada de su padre expresaba furia.
— Kevin y yo somos pareja y...
No pudo terminar la frase, un sonoro golpe provocó que ella volteara la cara, el dolor la invadió, la furia recorría las venas de aquel hombre que le había dado vida.
— eres estúpida o que te sucede, tu no tienes nada que hacer con ese idiota
Dijo y golpeó una vez mas a Helena quien lloraba por el dolor, aquel hombre ató a su propia hija a una De las sillas que había en la habitación, tomo a la madre de Helena y comenzó ha golpearla, en el rostro, los brazos, abdomen, piernas y la espalda, poco a poco la sangre se izo presente, la pequeña de ojos verdes desgastaba su garganta en vano, gritaba y suplicaba que la dejara en paz, pero no funcionó, el la ignoro por completo y para ella, eso era la tortura más cruel, ver a quien más amaba ser violentada.
— este es el precio de tu desobediencia.
La mueca de Helena cambió, estaba furiosa, ¿Como era posible que aquel hombre lastimara a su amada?, ¿Acaso eso era lo que tanto llamaban amor?, no tenia la menor idea de lo que sucedia, solo sabía que iba a hacer algo para que su madre no sufriera.
— para — pidió la chica.
El hombre dejó su tarea, desató a la pequeña y de un solo movimiento la despojó de sus vestiduras, la obligó a sentarse en su regazo, abrió las delicadas piernas de Helena y comenzó a penetrarla con sus gruesos dedos, una, dos, tres, cuatro, cinco estocadas una mas brutal que la anterior, los ojos de la chica estaban inundados, esa figura masculina hizo que Helena se sentará en su miembro erecto, penetro sin ningún problema, sin ningún aviso, sin ningún tipo de lubricante, dentro y fuera de ella, de manera brutal, como si de un animal se tratase; se separo de ella, la dejo ahí, en aquella silla con sangre emanando de su zona más sensible.
Regresó para seguir hiriendo a la mujer que yacía en el suelo, casi sin vida, los últimos minutos basataron para que la luz escapará de sus ojos, Helena no resistió la miseria de ese momento, todo su mundo se desplomó, se calló el castillo que había construido, la sonrisa triunfal de su padre expresaba una inmensa cantidad de alegría, tomo a la chica del cabello, esta vez la penetro analmente, con fuerza, sangre, mas sangre, todo se tornaba de un rojo intenso, las gruesas manos rodeaban los pequeños senos de Helena, dejando marcas en ellos, era obligada a seguir recibiendo embestidas, mordidas y frases hirientes...
"Por tu culpa ha muerto"
"Tu la mataste"
" maldita zorra"
" estúpida perra"
"Te follare hasta que de ti no quede nada"
La joven de ojos verdes resistió, resistió los insultos, los golpes, los fuertes movimientos dentro de ella, pero... ver a su madre sin vida significo el comienzo de algo, algo que se repetiría cada 3 días.
El hombre que alguna vez llamó padre, seguía penetrando su pequeña entrada, sonriendo, disfrutando del cuerpo de su hija, la eyaculación se hizo presente, aquel cálido liquido no hizo más que quemar el interior de Helena, el, la obligó a ponerse de rodillas, sacó de sus pantalones vaqueros el cinturón que señia su amplia cadera, con aquel objeto chocando contra la piel blanca de Helena su libido iba en ascenso, dejó de un lado el objeto y tomando a la chica, introdujo su miembro en su boca, guiada por la mano del hombre, no pudo hacer mas que obedecer, otra vez, el caliente liquido brotó y lleno la garganta de la oji verde.
Aquella figura masculina, empujo a Helena hacia atrás, su herida espalda chocó contra el frío suelo, estaba debil, expuesta y ensangrentada, la lengua de su padre recorria el estómago de la chica, llegó hasta su intimidad y con fuerza succiono el clítoris.
" cada minuto que respires, sera tu perdición, recordarás este momento y la culpa tuya sera"
Helena no resistió más, con las últimas fuerzas que le quedaban tomo entre sus manos el florero y lo quebró en la espalda del hombre, el calló por el dolor que causaron los vidrios que yacían, ahora, incrustados en el.
— ¡MALDITO!, ¡TE ODIO!— dijo Helena encajando el último pedazo del florero en el abdomen de su padre.
— ¡ESPERO QUE TE PUDRAS EN EL INFIERNO MALDITO ENFERMO!
Las lagrimas comenzaron a fluir, sus manos no solo tenían la sangre de un hombre si no que también la suya estaba ahi, temblorosa llevo sus manos a su boca y probó aquel liquido, le pareció un manjar y así, ese día comió mas de un cuarto del cuerpo de su padre...
Abrió los ojos de golpe, se levantó del frío suelo, se miró una vez mas en el espejo, sonrío, volvió a la habitación sin hacer ruido y se sumió en un sueño placentero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro