Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

•Tu cuerpo

Hoseok se frotó las manos intentando calmar el temblor que se estaba apoderando de él. Se sentía de nuevo como a sus dieciséis, esperando a Yeon en su lugar secreto detrás de una fábrica abandonada que habían adoptado como su nido de amor. Respiró algunas veces más y entró. HyungWon estaba sentado en su tocador, mirándose al espejo. Se giró violentamente, asustado por la intromisión a su habitación cuando se suponía que debía estar dormido.

—¿Qué...? ¡Hoseok! —exclamó poniéndose de pie rápidamente. En su rostro se pintaba la confusión en letras mayúsculas.

Hoseok se derritó con la visión del chico de sus sueños.

—Hola... —dijo con la voz cargada de nostalgia.

—Hoseok, ¿qué haces aquí? —preguntó desconcertado, pero acercándose a él. Se detuvo a unos pasos, muriéndose por tocarlo.

—Vine a verte —respondió. Dio unos pasos tímidos hacia HyungWon y finalmente le tomó el rostro entre sus manos—. Necesitaba verte —dijo mirándolo a los ojos, esos ojos que HyugWon sentía que le traspasaban el alma.

HyungWon suspiró y su corazón se agitó. Levantó una mano y le acarició la mejilla. Hoseok cerró los ojos ante el tacto.

—No se supone que debías verme despierto
—susurró juntando sus frentes.

—No te preocupes, esta noche no habrá cámaras ni sedantes... Esta noche solo seremos nosotros dos... —levantó el rostro y se animó a dejar un beso en los labios de HyungWon.

Todo su cuerpo se estremeció ante el contacto y HyungWon se animó a abrir los ojos. Su corazón golpeaba furiosamente. Era la primera vez que alguien lo besaba de esa manera.

—¿Estás diciendo que la señora Oh sabe...?
—preguntó sin levantar la voz. Hoseok asintió sin dejar de acariciarle las mejillas con la yema de sus dedos. Por reflejo HyungWon cerró los ojos y se movió contra los dedos contrarios. Se sentía tan bien...

—HyungWon, quiero estar contigo. Quiero sentirte en mi cuerpo...

HyungWon también lo quería. De hecho lo quiso desde que había despertado a su lado.

—Hoseok —susurró— yo... Yo nunca estuve con nadie antes.

Hoseok se inclinó para besarlo con un poco más de intensidad y HyungWon se permitió perderse en ese beso que estaba enviándole sensaciones placenteras a todo su cuerpo. Hoseok lo guió despacio hasta la gran cama de sábanas de seda negra y le acarició los hombros por encima de la bata. HyungWon soltó un suspiro y se dejó caer hacia atrás, tapándose el rostro con las manos. Hoseok sonrió con ternura. HyungWon era adorable.

—Eres precioso —dijo quitando con suavidad las manos del hermoso rostro.

Trepó con cuidado encima del delgado cuerpo y repartió besos castos en el cuello largo y elegante mientras escuchaba los pequeños suspiros enamorados que HyungWon dejaba escapar de sus labios entreabiertos. Hoseok quería besarlo hasta el cansancio y el deseo de querer amarlo lo abrumó dejándolo aturdido por unos segundos. Se recostó suavemente sobre él y pasó su lengua por el lóbulo de la oreja contraria y HyungWon gimió para taparse la boca después. Hoseok rio contra su piel y retiró su mano, besándolo después.

—No te ocultes, por favor...

HyungWon asintió y levantó una mano para enterrarla en el cabello oscuro de Hoseok que se regodeó de satisfacción. Su cuerpo se sentía caliente y quería aliviar un poco el sofoco que sentía. Y como si HyungWon pudiera leerle la mente, empezó a desprenderle la camisa con dedos tembloros e inexpertos.

—Por favor —dijo soltando de a poco los botones— dime si estoy haciendo algo mal.

Hoseok le apoyó una mano sobre la suya.

—Haz lo que sientas ganas de hacer, no hay una fórmula corecta para esto, solo sentir...
—le tomó la mano y la apoyó en su corazón. HyungWon lo miró—. ¿Sientes esto? —el alto asintió–, parece que mi corazón va a explotar cada vez que me tocas. Estoy muriéndome por dentro, quiero hacerte sentir bien, pero siento que muero con cada beso tuyo, con cada caricia... —soltó una pequeña risita y HyungWon le agarró la barbilla y lo acercó a su boca.

—Gracias —dejó un beso en sus labios.
—Gracias por hacerme sentir todo esto...

Fueron despojándose de cada prenda hasta que ambos quedaron desnudos, uno encima del otro. HyungWon estaba aterrado y fascinado por la avalancha de sentimientos nuevos y no sabía qué hacer con tanta información repentina. Quería tocar, besar, probar cada centímetro de la piel de Hoseok y creía que no le iba a alcanzar la noche para expresarle cómo lo hacía sentir. Se sentía flotar, cada beso lo hacía elevarse un poco más, nunca imaginó que alguien pudiera despertarlo de su apatía.

Hoseok lo ayudó a descubrir que estaba bien ser amado, que él era digno de recibir amor, que podía sentirse bien al lado de alguien. Y entonces deseó que esa noche no acabara nunca.

[Hoseok]

—HyungWon... —lo apreté contra mi cuerpo mientras él acariciaba perezosamente mi pecho con un dedo.

Levantó la cabeza y afirmó su brazo alrededor de mi cintura, sonriendo. Dios santo, mataría por él. Ahora más que nunca. Miré esos hermosos ojos grandes y mi corazón se agitó de nuevo.

—Escapémonos —dije en un impulso.

HyungWon pestañeó por unos segundos y se incorporó hasta quedar de frente a mi. Su cabello era un revoltijo esponjoso rosado y sus labios estaban hinchados. Era la visión más hermosa que hubiera visto nunca.

—¿Qué? —su mano se movió a mi cuello y sus uñas romas hicieron círculos en mi piel. Cerré los ojos, disfrutando de su toque suave. Quería poner el mundo a sus pies.

—Quiero que nos vayamos. Lejos.

Me miró a los ojos un largo rato y luego se recostó sobre mí, apoyando su cara en el hueco de mi cuello.

—Sabes que no puedo hacer eso, Hoseok. No todavía.

Nos quedamos en silencio.

—Lo supiste todo este tiempo, ¿no es así?

—¿El qué? —preguntó sin mirarme. Su aliento haciendo cosquillas en mi piel.

—Quién era yo.

Lo sentí sonreír contra mi piel desnuda.

—Lo descubrí de casualidad. Te giraste dormido y me golpeaste la costilla. Y no sé cómo, pero desperté.

Me sorprendí, yo había asumido que la señora Oh le había revelado mi identidad.

—¿Por qué no me despertaste? —le pregunté, pasando mis dedos por su cabello color fantasía.

—Hay cámaras. Si hubieran sabido que estaba despierto, me hubieran prohibido seguir viéndote. Ya sabes, va contra las reglas. —Volvió a levantar la cabeza para mirarme—. Y, además, te veías muy hermoso durmiendo.

¿Cómo iba a ser para seguir con mi vida de mentira cuando sólo quería estar con él? Volver a la rutina de mi vida triste y aburrida. Quería amar de nuevo, ahora que sabía que podía hacerlo. Este chico me había devuelto el aliento. Quería descubrir una nueva vida a su lado.

Me incliné para volver a besarlo y me giré para apresarlo bajo mi cuerpo.

—Eres la cosita más bonita con la que me crucé.

Se ruborizó y quiso cubrirse el rostro con las manos. Parecía ser un gesto que hacía mucho y que me desarmaba por completo por su inocencia y timidez. HyungWon era una pequeña joya que intentaba ocultar su brillo.

—¿Sabes? Te ví una vez antes.

—¿En serio? —preguntó abriendo sus dedos para destapar esos ojazos y mirarme confundido.

Asentí y me acerqué asomándome entre sus manos y cubriéndolas de besos hasta que las bajó con una risita que hizo funcir su nariz.

—Sí —respondí perdiéndome en sus facciones de nuevo—. Una vez, hace algunos meses. En el tren. Me distraje con tu belleza y me tropecé. Me ayudaste a levantar los papeles del piso.

Su boca se abrió y aproveché para robarle otro beso. Sus brazos se cerraron alrededor de mi cuello.

—¡Sabía que me resultabas familiar! —dijo. Luego frunció el ceño—. Oye, acaso tú... ¿Me seguiste hasta aquí?

Me eché a reír.

—No, bonito. ¿Me crees capaz de hacer algo así como acecharte?—. Se encogió de hombros y suspiró— Llegué aquí por Chang.

—¿El novio de Joo?

—Así es. Él me dijo de qué trabajaba su novio y me dio una tarjeta del lugar.

—¿Puedo preguntar por qué viniste en primer lugar? Ni siquiera ofrecemos sexo.

Me había hecho esa pregunta muchas veces antes. Y aunque no estaba seguro de la respuesta, no podía haber imaginado un desenlace mejor. Gracias a esa tarjeta, había descubierto a HyungWon.

—No sé. No buscaba sexo, supongo.

Me miró con incredulidad, pero asintió.

—Bueno, no me importa lo que viniste a buscar porque eso te trajo hasta mí. Así que supongo que fue un evento desafortunadamente afortunado.

Reí.

—También lo creo. Confieso que cuando crucé esa puerta la primera vez casi huyo del susto.

Hizo una mueca.

—¿Por qué?

—Bueno, te reconocí en seguida. No podía creer tanta suerte. Pensé que era algún tipo de broma del destino.

—Pero te quedaste...

—Y no pienso irme a ningún lado.

Me estrechó entre sus brazos, besándome entre risas y rodamos por la cama para amarnos una vez más.

Sólo necesitaba convencerlo de que podíamos ser felices juntos. Lejos de todos. Sólo los dos. No necesitaba nada más. Sólo a él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro