°Temor
— ¿Ustedes están con el paciente Chae HyungWon? —el doctor preguntó y todos en la sala de espera nos levantamos a la vez.
MinHyuk se adelantó y asintió.
—Soy su mejor amigo.
El doctor lo llevó aparte, pero yo no podía aguantarme mucho tiempo sin saber qué pasaba, así que me acerqué a ellos. El chico me miró interrogándome con la mirada, para él, sólo era el desconocido amigo del novio de su amigo, nada más.
—Lo siento —musité, mi corazón no aguantaba tanta incetidumbre—. Doctor, ¿HyungWon está bien?
El doctor miró a MinHyuk y este asintió, como diciendo que podía hablar.
—Em, el chico está bien, sin embargo hay algo que me preocupa, además de los resultados de los análisis. Sus estudios muestran un uso prolongado de espino albar y Kava. ¿Es estudiante?
La cara de MinHyuk se crispó, pero se recompuso rápido y asintió.
—¿Qué son doctor? ¿Pastillas? —pregunté, honestamente no entendía mucho de medicina.
—Son sedantes naturales fuertes —dijo leyendo la hoja clínica de HyungWon. Miró a MinHyuk— ¿Sabes si él tiene problemas de insomnio? Al parecer ha estado consumiendo ininterrumpidamente estos sedantes y lo que le pasó hoy, fue una advertencia. El espino albar es un ansiolítico natural muy potente, pero si se usa en combinación con otros sedativos puede producir una descompensación.
—¿Pero él estará bien? ¿Qué tuvo? Su corazón latía muy rápido —pregunté.
—Los principios activos del espino albar son usados para la producción de medicamentos para tratamientos cardíacos, si se consume en dosis recomendadas, no hace mucho, pero si se usa por períodos lagos puede causar alteraciones respiratorios, cardíacas además de toxicidad hepática.
—¿Tú sabías que él consumía estos ansiolíticos? —le preguntó a MinHyuk.
—Bueno... —estaba nervioso pude notarlo— a veces los usamos para las épocas de exámenes...
El doctor asintió.
—De todas maneras, deberá suspenderlos si no quiere terminar con una insuficiencia hepática. Es muy joven y por suerte, pudimos intervenir a tiempo. Estará en obsevación unos días, ¿podrás avisar a sus padres? ¿O a algún familiar?
MinHyuk volvió a asentir
—Doctor —dije nuevamente—, usted dijo que había algo más además de los análisis.
—Si. Bueno... El chico presenta hematomas en varias partes del cuerpo, algunas lesiones son de vieja data, pero tiene una costilla fisurada y parece ser bastante reciente.
Vi que MinHyuk se llevaba una mano a la boca y apretó un puño contra su costado. Una rabia ciega me invadió por completo.
—Oh, no lo sabía... —dijo casi susurrando.
El doctor frunció la boca y luego se alejó por el pasillo.
—¿Quieres que le avise a sus padres?
—ofrecí, pero MinHyuk sacudió la cabeza negándose efusivamente.
—No... No. No podemos. Sus padres...
Suspiré. Al parecer mi chico vivía una situación difícil y yo iba a llegar al fondo de eso. Ver a mi hermoso durmiente en ese estado, en el piso, doblado por la mitad, había acabado con el poco autocontrol que tenía. Pero enterarme que posiblemente estaba sufriendo otro tipo de abusos iba más allá de mi compasión
—Está bien. Tranquilo. ¿Sabes si vive solo?
—Yo... Yo me encargaré —dijo por fin, sacando su teléfono del bolsillo de su chaqueta. Marcó un número y esperó.
—Señora Oh, tuvimos un problema. HyungWon está internado. ¿Podría...? Está bien. La esperamos...
Colgó y caminó para reunirse los demás. Luego se llevó aparte a Jooheon y a Yuna. Los ví bajar las cabezas y consolarse entre los tres. La señora Oh llegó a la media hora, luciendo espléndida, pero asustada. Los tres chicos corrieron a sus brazos. Fue una escena extraña. Ella los besó a los tres en ambas mejillas y los consoló. Luego se dio cuenta de mi presencia y sus cejas se fruncieron en una gesto desconcertado. Se acercó y me saludó estirando una mano muy bien cuidada y prolija.
—Señor Shin, ¡qué sorpresa! —miró alrededor y luego me llevó aparte—. ¿Cómo es que usted está acá? ¿Acaso estuvo siguiendo a HyungWon? —me miró con reproche. Yo había firmado un acuerdo y jamás le había pedido información sobre mi durmiente. Pero entendía que sospechara, llevaba algunas semanas durmiendo con HyungWon y ahora me encontraba con sus empleados y con mi durmiente internado.
—No, ¿cómo cree? Fue una casualidad. Los chicos fueron a ver la exposición de arte que organizó mi firma y uno de sus chicos es pareja de uno de mis colegas. Por supuesto que no le dije nada a HyungWon. Ahora, supongo que MinHyuk ya le habrá explicado lo que sucede con HyungWon.
—Suspiró, cansada y se alisó el cabello con la mano. Sus ojos estabas critalizados.
—Juro que jamás pensé que algo así podía pasar. Siempre cuidé de ellos como si fueran mis hijos... Si algo le pasa a mi angelito, jamás me lo perdonaré —se limpió una lágrima con la mano y me apresuré a darle un pañuelo.
—MinHyuk me dijo que no podían avisar a sus padres, ¿puedo preguntar por qué?
—Usted ya ha hecho mucho por hoy, señor Shin, no es necesario que se involucre más. Yo me haré cargo a partir de aquí.
—No —dije. Ella levantó la mirada—. No puedo. Lo siento. Usted sabe del interés que tengo por el chico, no puedo hacerme a un lado.
—Mire, entiendo que esté preocupado El chico...
—¿Lo golpean en su casa? —intenté moderar el volúmen de mi voz pero quizás el reproche salió algo brusco.
Ella me miró por unos segundos y luego empezó a caminar. La seguí.
—HyungWon trabaja para mi desde los diesciséis. Su madre murió cuando él era muy pequeño y su padre se hizo cargo de él. Pero es alcohólico —cerré los ojos, imaginándo lo que venía después— y HyungWon fue obligado a trabajar para mantener los vicios de ese hombre y su madrastra. Cuando llegó a mis manos, el chico apenas si hablaba, pero su belleza llamó la atención de muchos clientes y pronto empezó a hacer dinero. Muchos pagaban muy bien por una noche a su lado. Sus padres le quitaban todo el dinero y a veces lo golpeaban. —En ese punto tenía gabas de salir a buscar a ese malnacido y arruinarle la cara a golpes por haberle puesto las manos encima a mi chico.
—¿Pero no puede irse a otro lugar? —Sí, lo sé, fue una pregunta estúpida.
—HyungWon está ahorrando y cuando termine de estudiar se irá a otro país. Sólo está aguantando...
Me quedé mirando los patrones cúbicos de las baldozas del piso y al final la miré.
—No volverá a esa casa.
La mujer hizo una mueca que me pareció una burla.
—¿Y cómo se supone que logrará eso? HyungWon no lo aceptará. Ese hombre, su padre es muy... Perseverante.
—Invente alguna excusa, pero no puede volver. Si lo que quieren es dinero, yo se los daré, pero no puedo permitir que él vuelva a esa vida.
La señora Oh se quedó un rato en silencio mirando hacia sus chicos. Pero luego asintió.
—Bien, veremos que podemos hacer.
En ese momento una enfermera salió de la habitación.
—El paciente ha despertado. —Anunció.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro