Primer susto
Erase un final que llevó al comienzo, erase una niña que siguió viviendo... era esa casa que dibujaba en sus sueños.
Diario: 15/10/1990
"Mi nombre es Dally y tengo 14 años, me apasiona dibujar y más allá de eso nací para ser una gran diseñadora, esa es mi convicción, ese es mi sueño. Pero mi mamá solo quiere que siga por la tradición familiar de estudiar leyes"
"Ahora ¿por qué yo querría ser una aburrida, soltera y solitaria mujer? De paso ¿estudiar leyes? ¿es en serio? Ni en broma.
"Lo siento mucho por ella, de verdad se merece que le obedezca en todo -menos en la decisión de mi futuro- porque siempre me ha consentido y cuidado lo suficiente como para hacerme una niña super inteligente e inflada en orgullo de sí misma, en fin he sido muy feliz, no me quejo ".
Un día como cualquier otro de forma inesperada a la Sra Colleman (madre de Dally) le llega una terrible noticia.
_ ¿Cómo sucedió? ¡No! no puede ser cierto_ solloza la dolida madre.
Viene la joven Dally bajando con prisa las escaleras hasta llegar a la cocina.
_¿Qué pasa mamá?_ pregunta con asombro.
_ ¿Por qué? ¿por qué pasan esas cosas?_ se tira al suelo de rodillas observando el vacío con su rostro empapado en lágrimas.
_¿Qué cosas mamá? Me empiezas a asustar habla de una vez.
En el teléfono descolgado seguía la voz de un hombre a penas audible
_ "¿Señora?, señora Colleman"
_Tu abuela ha muerto_ apenas logra musitar la señora Sally que ha entrado en una especie de trance.
_Soy Dally_ carraspea la chica tomando la llamada_ diga lo que tenga que decir mi madre no puede hablar en estos momentos.
_ Bien pero no estoy seguro que pueda decirte estas cosas, verás..._ falló la señal por un momento.
_ ¿Alo? ¿Qué? ¿Hola?_ empieza a desesperarse Dally
_...Está perdido, todo el cuerpo policial está... todo lo posible, no sé qué... exactamente, es... extraño... estoy encargado de...investigación.
_ ¿Quién está perdido? ¿Cómo murió? ¡Explique! ¿Qué sucedió exactamente? ... le escuché mal.
_ una sierra... y en la morgue se... ahora no ... el cadaver. Se extravió. Tienen que venir, es urgente..._ dice la voz profunda de aquel hombre.
Ese fue el fin de la llamada.
"Ay no puede ser, la próxima semana comienzo clases y ahora tendremos que hacer un largo viaje, ¡que fastidio!"- piensa la chica.
Dally y su madre nunca fueron apegadas a la difunta Sarhia Colleman, pero ¿habría una razón para ese distanciamiento? y ¿habrá una razón para algún acercamiento?
5 horas de viaje después.
_ ¿te encuentras mejor mamá?_ pregunta Dally recostada de la ventanilla del auto.
_si, eso creo. Dally ¿empacaste todo como te dije? ¿verdad? Estoy viendo muy pocas maletas, ¿se habrán quedado en el aeropuerto?
_ No mamá, eso fue todo lo que traje, me bastará por esta semana.
_Mmm bueno eso allá lo veremos_ dice la madre sin prestar realmente atención a la desobediencia de su hija.
A poco tiempo de la parada en Saint-Seville, Dally se limitaba a observar aquellas montañas que rodeaban la autopista.
"Todo es bosque, árboles, montes y deshabitado, esto va de mal en peor, solo imagino simios viviendo en un poblado así" -piensa Dally al fruncir el entrecejo.
Al minuto el automóvil baja la velocidad -aunque no ha de ser necesario sin tránsito alguno- por el letrero en la entrada del pueblo.
Bienvenido a Saint-Seville.
_uhh ¡por fin! estaba aburrida de mirar más de ese hermoso paisaje por horas_ refiriéndose con sarcasmo al ambiente rural.
_ ¡Oh Dios mío! ¿Quién es..._ señala Dally inquieta e impactada por haber visto aparecer de la nada a un ser vivo que la observaba directamente con curiosidad.
Aquel cruce de miradas pasó al instante, Dally creyó haber visto a un niño de tez pálida y cabellera rubia que le miraba perspicaz y dubitativo, pero su gran espanto fue aquella criatura sin vida.
Aquel joven sostenía en su mano el cadáver de un hermoso gato que ya parecía no tener sus órganos en su sitio.
_¿Qué hacía ese niño allí? ¿mamá? ¡Mamá, contesta!
_ ¿Dónde hija?
_bajo el letrero ¡estaba allí y apareció de la nada!_ señala hacia atrás.
_Dally_ suspira la Sra y voltea por encima del hombro echando un vistazo por la ventana trasera del auto.
_¿Qué? ¿Me dirás que fue una linda bienvenida?
_Hay mejores_ se encoje de hombros_ creo que en Saint-Seville a nadie le gustaban los gatos.
_¡Que pecado! Eso si no te lo puedo creer mamá. Digo ellos matan ratones y ¿a quién engaño? son las cositas más adorables del mundo, los amo y no perdonaré a personas así, aquellas que dañan para el placer propio, me enferman.
_Ya sé que tú amas a esas criaturas hija, si quieres un día de estos te preparo uno_ ríe.
_¡mamá! deja tus bromas._ Voltea los ojos.
Y así nos dió la bienvenida aquel lugar frío y montañoso, aquel valle llamado "hogar" para extraños habitantes.
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