Parte / 67
Damián se acostó en su hamaca, no podía dormir, el ruido de la selva no era grato para él, junto con los malos olores, de pronto se sintió muy caliente, empezó a sudar copiosamente, en la oscuridad vio unos ojos que lo miraban fijamente, sintió un miedo terrible, la calentura aumentaba, escuchó una voz que le decía, asesino, asesino, eres un asqueroso asesino, tú mataste a tu madre y no tuviste ningún remordimiento.
-No yo no mate a nadie, a nadie.
-¿Estás seguro?
-Sí, si estoy seguro
-No, mientas, tú mataste a mi padre, asesino, asesino.
-No, no yo no mate a nadie, él se accidento junto con mi madre.
-Mira Damián la serpiente que mataste te inyecto un veneno muy poderoso que te matarán en poco tiempo, yo te puedo salvar solo tienes que confesar que mataste a mi padre.
-¿Sálvame, sálvame! yo no maté a nadie tu padre se accidento.
-La tía chona tiene el antídoto, si no lo recibes en menos de media hora morirás ya estas sintiendo los primeros síntomas, fiebre, escuchas voces, enseguida vendrán las alucinaciones, después la locura y finalmente la muerte, si no firmas esta declaración donde confiesas tu crimen, no te vamos a dar el antídoto, piénsalo Damián, pero no lo pienses mucho el veneno sigue corriendo por tus venas, si mueres Cristina será la única heredera de doña Blanca.
-No, no esa imbécil no recibirá nada de mi dinero, ESE DINERO ES MÍO, ES MÍO, yo fui el que soportó a la vieja Blanca, sus cursilerías, sus asquerosos besos, todo, todo.
-Bueno entonces firma, mira Damián tú vas a tener muchísimo dinero con los que podrás pagar a los mejores abogados aunque a mí no me guste, tu no pisaras la cárcel.
-Sí, si tienes razón, con mi dinero puedo comprar todo, todo lo que me plazca, hasta mi libertad, dame el maldito papel para firmarlo.
-Pero antes el antídoto, vamos vieja imbécil dame el antídoto.
-Primero firma, como dice el dicho dando y dando pajarito volando, jajaja yo tengo tu vida en mis manos, yo la tía chona, ahora vas a firmar, te quedan unos cuantos minutos de vida si no firmas cuanto antes.
Damián sudaba copiosamente sentía que iba a caer sin sentido, es por eso que exclamó.
-Está bien dame el maldito papel.
Damián firmo con mano temblorosos.
-Ya firme ahora dame el maldito bebedizo.
-Aquí tiene señor, bébelo todo.
Cuando Damián se tomó el remedio se quedó profundamente dormido, al día siguiente cuando despertó ya era muy entrada la mañana, todo estaba muy silencioso, paseo la mirada a su alrededor y vio con espanto que estaba completamente solo, la vivienda estaba desnuda los pocos muebles que había ya no estaban ni el altar de la santa muerte, se puso de pie rápidamente, al menos sus zapatos si estaban, metió la mano a la bolsa de su pantalón y allí estaba su cartera, la acaricio, la reviso vio que el dinero seguía allí junto con su identificación, cuando salio al exterior vio que no era la misma choza sentía la garganta seca al menos le habían dejado la cantimplora llena de agua.
Malditos, me dejaron solo esta no es la misma inmunda choza donde llegamos, pero no me van a vencer pronto saldré de este lugar y me vengare de ese maldito.
Salió de la vivienda y emprendió el camino de regreso, pero no contaba con la magia de la tía chona.
La mujer formo un círculo, en medio clavó un palo, amarro un cordel con una lagartija, esta caminaba en círculos, eso mismo hacia Damián caminaba y caminaba y cuando creía que ya iba a salir de la selva volvía al mismo lugar, tal como lo hacía la lagartija de doña chona, Sergio Jr. Lo dejo abandonado, esperaba que el hombre recibiera su castigo por haber asesinado a su padre y, sí que lo estaba recibiendo comía de la fruta que encontraba siempre era la picada por los pájaros no quería correr el riego de comer alguna envenenada.
-Ya no sabía cuánto llevaba caminando en círculos, estaba a punto de la locura afortunadamente había un riachuelo de donde bebía agua cuando tenía sed, un buen día doña Chona soltó a la lagartija se dijo para ella misma
-Ya es tiempo de que este hombre sea juzgado por la ley.
Damián, siguió caminando a lo largo del riachuelo no sabía cuanto tiempo llevaba en la selva, ya ni se preocupaba de contar las noches que medio dormía por el miedo de morir atacado por un animal salvaje, un buen día escucho unas voces en la lejanía, ya no hizo caso eran tantas las veces que creía escuchar algo, caminaba hacia donde las escuchaba y cuando llegaba no era nadie, pero esa vez si era voces verdaderas, unos hombres venían hacia él, cuando los vio, grito de alegría, por favor ayúdenme a salir de esta maldita selva.
Los hombres cuando lo vieron se asustaron, pero lo miraron detenidamente, y dijeron entre si.
Este hombre es el que busca la policía, mira dicen que tiene quemada un lado de la cara y el otro lado esta bien, dicen que es el asesino de varias mujeres en los alrededores de la capital, y dan una cuantiosa fortuna de recompensa, hay que llevarlo para que nos den el dinero a nosotros.
-Está bien, pero hay que tener mucho cuidado, dicen que es un hombre muy peligroso.
Doña Blanca
Una mañana la enfermera vio que la señora movió un dedo, se le quedó mirando fijamente, pero no vio que lo moviera de nuevo y dijo para ella misma.
-Creo que me equivoque y creí que movía su dedo pero no fue así.
Pero la enfermera no se había equivocado, doña Blanca si había movido su dedo, y no solo su dedo, poco a poco doña Blanca empezaba a mover partes del cuerpo, también empezó a articular algunas palabras con la ayuda de la medicina y la rehabilitación que recibía todos los días doña Blanca poco a poco iba recuperando su salud, lo primero que hizo fue llamar al notario para quitar de su testamento a Damián y retirarle sus apellidos, ya no sería más su hijo, desde ese día puso guardias en las entradas de la casa por sí Damián se atrevía a regresar a la fuera aprendido por la policía, la anciana había entregado el diario de su ahijado a la policía, también que su padre había sido el hijo del legendario asesino Pedro Gil, en el diario había pruebas suficiente para refundirlo a la cárcel y después a la horca, ella con todo el dolor de su corazón entrego a Toñito a sus verdaderos padres, ellos prometieron llevarlo a visitarla ella iba a ser siempre su tita.
Cristina pronto iba a dar a luz, ella creía firmemente que eran dos niños por el tamaño de su estómago y por los latidos de los niños, para que doña Blanca no estuviera sola en esa gran casa se fue a vivir con ella junto con su esposo.
-Doña blanca le ordeno a Adán que desocupara la recamara de Damián le dijo
-Puedes quedarte con todo lo que te sirva compártelo con Porfirio y el jardinero ustedes han sido mis fieles servidores que pese a los malos tratos de Damián siguieron a mi lado, la señora recuperó las joyas que habían pertenecido a su querido hijo Antonio, se las había dado a Damián creyendo que en realidad la quería como a una madre, pero que equivocada estaba.
Desde que Damián salió de la casa no se habían tenido noticias de él, la calma volvió a la casa el antiguo personal volvió a trabajar a la casa, doña Blanca les prometió que Damián nunca iba a volver que podían estar tranquilos, pero estaba equivocada.
Cuando los hombres regresaron al lado de Damián les suplico.
-Sáquenme de aquí llévenme a donde pueda tomar un tren para la ciudad de México, no se van a arrepentir, tengo mucho dinero, les voy dar todo lo que me pidan.
-Deberás amigo conque tienes mucho dinero, está bien te vamos a llevar con nosotros camina y no te quedes atrás porque te dejamos.
Damián sacando fuerzas de donde no las tenía y con la firme resolución de salir de la selva siguió a los hombres, estos descansaban a intervalos, por fin llegaron en donde estaban los caballos, se montaron en ellos y siguieron caminando, llegaron a la carretera donde los esperaba un vehículo, pronto estuvieron a la ciudad de san Cristobal de las casas, los hombres llevaron directamente a Damián a la jefatura de policía.
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