Parte / 61
Capítulo dedicado a @JoseHugoRuvalcabaVad
Al día siguiente Damián fue a la recamara de doña Blanca, la enfermera lo dejó entrar solo para ver la reacción de la señora, inmediatamente vio la mirada de terror de doña Blanca, eso le basto para saber que ese hombre era su verdugo, este al no ver a la enfermera habitual preguntó por ella.
-¿Dónde está Gloria la enfermera?
-Ella renuncio, yo ocupo su lugar
-Mucho gusto señorita enfermera soy Damián el hijo de la señora, vengo a darle su comida a mi mamita, mientras tanto usted vaya a comer al comedor.
-Perdone señor, pero yo le voy a dar su comida al señora ese es mi trabajo y le ruego que salga de la habitación su presencia está alterando a la enferma.
-Pero como se atreve a correrme de mi propia casa.
-Disculpe señor, pero no lo estoy corriendo de su casa, sólo de está habitación.
Viendo que Damián no quería salir del cuarto la enfermera lo tomó fuertemente de un brazo y lo obligó a salir de la recamara, por más que se resistió su discapacidad no ayudó mucho, a la enfermera que era una mujer muy fuerte no le dio ningún trabajo sacarlo, Damián empezó a vociferar y amenazar.
-Pero que se ha creído enfermerita de mierda, se va arrepentir de esto, se lo juro.
-Lo que usted diga me tiene sin cuidado, usted tiene prohibido la estrada a esta habitación.
-Esto debe ser obra de la hipócrita de Cristina y su esposo ese doctorcillo de quinta, eso lo voy a arreglar en este mismo momento.
Damián no esperaba la intervención de la enfermera, esta había llenado una forma de restricción esperaba que le diera resultado.
-No señor se equivoca, esta es una orden judicial, si gusta leerla.
-¡Pero que se han creído! ¿quién se atrevió a denunciarme y de que se me acusa?
-Se le acusa de interferir con la recuperación de la enferma.
-¡Esto es inconcebible! yo soy el más interesado en la recuperación de mi mamita!
-Sera el sereno, pero usted no puede entrar a esta habitación y si no quiere que las autoridades intervengan es mejor que obedezca.
Damián lleno de cólera le gritó a Adán.
-¡Adán¡ venga inmediatamente!
-Dígame señor ¿que se le ofrece?
-Por ningún motivo deje entrar a Cristina y a su esposo, ellos no pueden volver a entrar a esta casa.
-Pero señor el doctor Samuel es el doctor de la señora Blanca y la señora Cristina es como su hija.
-¡Mire Adán ahora yo soy el que manda en esta casa y si no me obedece en este mismo momento se larga de mi casa junto con su mujer.
-No, no señor, perdóneme seguiré sus órdenes al pie de la letra.
-Eso espero, no quiero a esos dos en mi casa, nunca más.
La enfermera que había escuchado todo salio de la habitación y le dijo a Damián.
-Ni se le ocurra prohibir la entrada de esas personas, o se las verá con la policía.
Damián no era tonto, sabía muy bien que eso no le convenía, es por eso que ya no refutó las ordenes de la enfermera y se alejó echando chispas de coraje, Adán le dijo a su esposa.
-Hay Adelaida, si no fuera por la señora Blanca créeme que en este mismo momento nos largábamos de esta casa.
-¿Pero qué pasó?
-El señor Damián prohibió la entrada de la señora Cristina y el señor Samuel.
-Pero se volvió loco o que ¿y ahora quién va a atender a la señora?
-Afortunadamente la enfermera intervino y no le quedó más remedio que obedecer, pero conociéndolo se va a desquitar con los empleados.
-Que Dios me perdone, pero creo que lo que en verdad desea el señor es que la señora Blanca muera.
-Ay Adán y hasta ahora te das cuenta, tenemos que hacer algo.
-Nosotros no podemos hacer nada, pero la señora Cristina sí, ahora mismo voy a ir hablar con ella, alguien tiene que parar al señor Damián, en la noche voy a su casa, me saldré por la puerta del jardín y por allí regresaré, no me puedo exponer a que el señor me vea salir.
-Sí tienes razón, no hay que dar motivos para que nos corra.
-Esa misma noche, Adán salió furtivamente de la casa, y fue directamente al domicilio de Cristina y Samuel.
-Señora, la busca un señor
-¿Dijo su nombre?
-Sí, el señor Adán.
-Páselo al recibidor debe de ser importante para venir a estas horas.
-¿Adán paso algo, acaso mi madrina?
-Cálmate mujer, esa agitación te puede hacer daño en tu estado.
-Sí, Samuel, ya lo sé, pero mi madrina es la que importa en estos momentos.
-Tienes razón, ¿díganos Adán cual es el motivo de su visita?
-Señora el señor Damián nos prohibió a todo el personal que los dejáramos entrar a ver a la señora Blanca.
-¿Pero por qué dio esa orden?
-Se enojó mucho con el cambió de enfermeras, está hecho una furia, sólo ustedes pueden hacer algo, la enfermera le ordenó que les podía prohibir la entrada lo amenazó con llamar a la policía, pero yo temo por la vida de doña Blanca.
-Vaya sin cuidado, nosotros vamos a ver que hacemos.
Cuando Adán se fue Cristina y su esposo empezaron a deliberar.
-¿Y qué podemos hacer?
-Nosotros no podemos hacer nada, pero Sergio Delgado el administrador de mi madrina si, él podrá hacer algo, mañana mismo voy a verlo.
-Está bien espero que él pueda parar a ese energúmeno.
Al día siguiente cuando abrieron las oficinas del despacho Cristina ya esperaba en la puerta Gladis la secretaria inmediatamente la hizo pasar.
-Señora Cristina, pase, pase, ya no tarda en llegar el señor Sergio Jr.
-Gracias Gladis.
Casi enseguida llegó el administrador sorprendiéndose enormemente con la presencia de Cristina.
-Señorita Cristina, perdón señora ¿en qué le puedo servir?
-Sergio, estoy muy preocupada.
-Se trata de Damián, prácticamente tiene secuestrada a mi madrina, ya nos impidió la entrada a Samuel y a mí, del antiguo personal solo quedan Adán y Adelina, los otros ya no aguantaron el mal trato de parte de él, por el momento la enfermera lo contuvo amenazándolo con acusarlo a la policía, pero el es muy peligroso con decirle que golpeaba a mi madrina y sospechamos que la estaba envenenando.
-No se preocupe señora, yo sé cómo parar a ese ambicioso.
-¿Qué es lo que va a hacer?
-Mire señora Cristina, a Damián solo le interesa la fortuna de doña Blanca y eso va a servir para alejarlo de la casa por un tiempo y ustedes aprovecharán para atender a la señora y con suerte ese hombre ya no regresará a la casa, estoy seguro que el tuvo mucho que ver en el accidente donde perdió la vida mi padre.
-¿Pero que va hacer? No vaya a cometer una tontería
-Descuide señora, no es lo que está pensando, le aseguro que no voy a mancharme las manos de sangre, mañana mismo hablaré con ese sujeto y con suerte pronto no lo quitaremos de encima.
Últimos capítulos.
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