Parte /31
La muchacha ingenuamente le entregó el dinero, suma que fue a parar casi por completo a las manos de la bailarina, de ese primer préstamo siguió otro, y otro, hasta que Ana Victoria descubrió lo que estaba pasando, fue en busca del señor Sergio Delgado.
-Señora Victoria a que se debe su visita, tome asiento por favor.
-Señor perdóneme si le quito su valioso tiempo, pero creo que es importante que sepa lo que está pasando.
-A de ser algo muy grave, ya que se tomó la molestia de venir hasta acá.
- Sí, señor es algo muy grave, desafortunadamente se trata de mi hijo.
-¿Qué pasa con ese muchacho? hasta ahora iba muy derechito.
Ana Victoria le contó lo que descubrió de la estafa que estaba haciendo víctima Cristina de parte de su hijo.
-¿Pero señora está segura de eso? Es una acusación muy seria.
-Estoy completamente segura, yo mismo escuche cuando mi hijo le pedía una suma considerable prestada a Cristina y por sus palabras creo que no es la primera vez.
-Váyase sin cuidado, yo voy a proceder de inmediato.
-Gracias, espero que mi comadre Blanca, no se dé cuenta me moriría de vergüenza.
-Descuide voy a manejar el asunto discretamente, vaya sin cuidado.
-Gracias don Sergio, se lo voy agradecer.
Cuando Ana Victoria salió de la oficina, don Sergio le dijo a la secretaria.
-Por favor Lourdes, háblale a Jacob por favor.
-Sí, señor al instante.
-Dígame señor.
-Quiero que siga a Damián Gil, ¿lo recuerda?
-Que si lo recuerdo, quién lo va a olvidar, es el déspota y gritón.
-Quiero que lo siga todo el día y noche, quiero un reporte, desde que salga de su casa hasta que regrese, a dónde va y con qué amistades anda.
-Lourdes por favor tráigame la cuenta de la señorita Cristina.
-¿La ahijada de la señora Blanca?
-La misma.
-Aquí tiene señor.
Cuando don Sergio vio el reporte de los gastos de Cristina no lo podía creer, su cuenta había bajado considerablemente, tenía un desfalco de diez mil pesos, que en esos años era una cantidad desorbitante, personalmente fue al banco para ordenar que no se pagarán cheques girados por la señorita Cristina, al señor Damián Gil, si pregunta quién ordenó eso, le dice que el señor Sergio Delgado el administrador de la señorita Cristina, soy el albacea de su fortuna y tengo el poder que se me confirió para ordenar eso, entendido.
-Sí, señor.
No pasó ni una semana cuando llegó Damián furibundo al despacho del señor Sergio Delgado.
-¿Pero quién se ha creído usted, para ordenar que no se me paguen los cheques expedidos por mi novia.
-Esta es una orden de aprehensión por abuso de confianza.
-¿Pero qué está diciendo?
-No se haga que la virgen le habla, sabe muy bien a qué me refiero, usted está estafando a la señorita Cristina.
-Eso no es cierto, ese dinero es un préstamo.
-A si y quién le va a pagar, si usted no tiene ni en qué caerse muerto.
-No le permito que me ofenda.
-No, lo estoy ofendiendo, o dígame a cuánto asciende su fortuna, usted es un muerto de hambre, vive de la caridad de doña Blanca y sería bueno que le quitara esta lacra de encima, a la señora me bastaría enseñarle estos documentos para que se le caiga el teatrito, ya sé, en qué se gasta el dinero, en el burdel donde trabaja su cubanita la prostituta, su amante, es bueno que la señorita Cristina, doña Blanca y su madre sepan quién es usted un hipócrita aprovechado.
-Usted no puede hacer eso.
-Qué no puedo, póngame a prueba.
-Le prometo que voy a cambiar ya no le pediré dinero a mi novia, pero no me acuse por favor, acaso usted fue joven, sólo fue un descalabro de un muchacho, por favor señor, le prometo que voy a romper con Candy, Damián hablaba atropelladamente mientras gruesas lagrimas salían de sus ojos.
-A mí sus lágrimas no me conmueven, en una semana empiezan las clases, es su último año en la universidad, esta es la dirección de unos laboratorios muy importantes ya hable con el dueño para que lo admitan para hacer su servicio social, y termine cuanto antes con esa relación tan vergonzosa.
-Sí, señor lo que usted diga.
Damián salió furioso, pero no le quedaba más remedio que obedecer, esa misma noche, terminó su relación con Candy, pero lo que no tenía previsto era que la mujer no iba aceptar tan fácilmente el rompimiento, ese hombre era una minita de oro.
-Pero qué estás diciendo, que hice para que me dejes, yo te quiero con toda el alma.
-Yo también preciosa pero ya no puedo seguir más contigo, voy a entrar a la facultad y no debo tener ninguna distracción.
-Ni creas que me voy a conformar, yo no soy juguete de nadie, y no me conoces, pero me vas a conocer.
-Los siguientes días la mujer se le aparecía en todos lados, tuvo la osadía de saludarlo cuando él iba estaba con Cristina.
-Hola guapo, porque no has ido a nuestro nido de amor, no me digas que me cambiaste por este adefesio.
-No sé de qué me habla señorita, yo a usted no la conozco, vámonos Cristina.
-Esa mujer ya la he visto otras veces.
-¿En dónde la viste?
-Ya tiene días que anda rondando por la casa azul y el otro día que íbamos saliendo mi madrina y yo, la vi con intención de hablarnos, pero cómo que se arrepintió, gracias a Dios mi madrina no se dio cuenta.
-No sé qué le pasa a esa mujer, nunca la había visto en mi vida.
-Como siempre que tenía un problema iba a refugiarse al árbol.
-Hay Damián menudo problema te echaste encima.
-No sé qué voy hacer esa maldita mujer no me va a dejar en paz.
-Claro que no, esa mujer es igual que tú.
-¿Qué quieres decir con eso? Con que esa mujer es igual que yo.
Son unos ególatras solo tienen ojos para si mismos, son obsesivos en su persona arrogantes , con aires de superioridad, nunca dejan a sus dos amigos: el orgullo y el ego, ser humildes jamás, quieren estar en lo más alto de la pirámide de la popularidad, pero siendo pobre nunca lo conseguirán, su falta de empatía es su rasgo más notorio, esto los lleva a hacer mal a las personas para conseguir lo que quieren, asi sea a su propia madre como en tu caso, no sienten amor por nadie, solo se quieren así mismos, les encanta ser alabados son intolerantes e insensibles, solo los hace feliz ser el centro de atención, les encanta dar ordenes son muy vanidosos.
-No yo no soy así, ni ella tampoco.
-No te has dado cuenta, por eso se la llevan también, a ustedes solo les importa una cosa, el dinero y hacen todo para conseguirlo, esa mujer ya vio una minita de oro en ti, ya sabe dónde vives, ella cree lo que tú le dijiste, que eres millonario, y no va a descansar hasta sacar una buena tajada del pastel, ustedes piensa en una sola persona ustedes mismos, primero yo, después yo y por último yo, no te va a quedar más remedio que deshacerte de ella lo más rápido posible.
-¿Pero cómo?
-Piensa vas a encontrar una solución, tiene que ser esta misma noche.
Esa noche se escabullo de la casa como lo venía haciendo, se dirigió directamente a la vivienda de la mujer.
-Mi amor sabía que vendrías.
-Claro mi reina, me tienes loco, no puedo vivir sin ti.
-Pasaron a la recamara directamente la mujer solo se quitó una bata y quedo como Dios la trajo al mundo.
-Que bella eres, te traje un regalito.
-¿Sí, que es?
Damián sacó una mascada de entre sus ropas y la puso en cuello de la mujer la tomó entre sus brazos y la depositó en la cama, empezaron hacer el amor primero lentamente, después rápidamente, Damián empezó apretar la mascada lentamente la mujer se empezó a quedar sin aire, la sensación que estaba sintiendo Damián era indescriptible entre más apretaba su cuello más placer sentía, por fin la mujer dejó de resistirse y se quedó quieta Damián se retiró lentamente de la mujer se aseo, le quitó la mascada y salió silenciosamente de la vivienda, cuando llegó a su recamara dobló la mascada cuidadosamente y la depositó en una caja de madera y la cerró con llave, la guardó en un lugar fuera de la vista de las personas que entraran a su recamara, toda la noche soñó con el placer que le provocó cuando apretaba el cuello de su difunta amante.
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