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Parte/ 3


Algunos días después la mujer llegó y le enseño el plan de trabajo.

—Mire padre a ver qué le parece.

—Las personas que vengan a pasar la noche van a tener un horario de entrada y otro de salida, al entrar van a recibir, jabón, toalla y un cambio de ropa completo, cuando estén aseados se les va a servir un plato de comida caliente, las mujeres van a dormir a la derecha y los hombres a la izquierda, en la mañana tienen que dejar recogido el lugar, se les va a dar un desayuno, la casa tiene que estar desocupada a las nueve de la mañana, por la noche se van a cerrar las puertas a las nueve de la noche, mi marido como usted sabe es arquitecto, si usted no dispone otra cosa él se va a encargar de construir diez cuartos pequeños para que sirvan de baños con letrinas, al fondo de la huerta.

—Eso está bien hija, pero la iglesia no cuenta con el dinero necesario.

—Por eso no se preocupe padre, usted solo tiene que dar su autorización.

—Pues siendo así tienes carta abierta.

—Las señoras voluntarias nos vamos a turnar para hacer la comida, otras van a lavar la ropa que se quiten las personas y que estén en buen estado, para que siga en uso, vamos encargarnos de recolectar ropa, para recibir a las primeras personas —. ¿Qué le parece padre?

Me parece muy bien, mejor no podría ser.

—Encontramos un matrimonio para que se encarguen exclusivamente de atenderlo a usted, ellos se van a quedar a dormir en la casa, también otros dos hombres para que vigilen a las personas que entran y salen, después de todo no sabemos qué clase de personas sean, pueden ser desde bandoleros hasta asesinos, recuerde padre que Dios dijo, ayúdate que yo te ayudaré.

—Tiene usted razón Teresa, hay cada persona sin sentimientos y malos instintos.

Pasaron dos meses la señora Teresa le dijo al sacerdote.

—Ya está todo listo mañana mismo vamos a bendecir la casa.

—¡Mire padre! se me había olvidado enseñarle este letrero que vamos a poner en la pared de la entrada, a ver qué le parece.

—Vamos a verlo.

Casa de descanso el buen pastor. Aquí puedes pasar la noche y seguir tu camino.

—Está muy bien, que bien hice en pedir tu ayuda, piensas en todo. Entonces mañana mismos a las cinco de la tarde vamos a bendecir el lugar, para recibir a las primeras personas.

Al siguiente día las voluntarias y los empleados se reunieron para bendecir el lugar, al evento había asistido la única hermana del sacerdote junto con sus dos hijos.

Empezó la ceremonia, el padre junto con las personas iba recorriendo la casa rezando y echando agua bendita, empezaron por la planta alta y fueron bajando poco a poco, cuando llegaron al jardín, siguieron caminando hasta llegar al olmo allí terminaba el recorrido. Cuando el sacerdote le puso agua bendita al árbol se escuchó un aleteo, un pájaro negro muy grande salió de entre las ramas, todos vieron los ojos del ave, que le brillaban como dos brazas ardiendo, cuando emprendió el vuelo lo hizo con un graznido espeluznante. Cuando se les paso el susto, empezaron a degustar unos ricos bocadillos que las damas voluntarias habían llevado.

La hermana del Padre Lorenzo se había casado con un joven que a lo largo de su matrimonio había amasado una pequeña fortuna, los hijos habían recibido una magnifica educación, el señor había fallecido poco menos de un año, y los hijos se hicieron cargo de los negocios de su padre, estos empezaron a despilfarrar el dinero en francachelas, se aficionaron al juego, estaban arruinados necesitaban urgentemente conseguir dinero. Es por eso que cuando vieron la magnífica casa, que más bien era una mansión les brillaron los ojos de avaricia.

—Antonio, esto no es una casa es una mansión, y mi tío que la quiere convertir en un nido de malvivientes, tenemos que hacer algo antes de que esos desarrapados, la conviertan en una pocilga y pierda su valor.

—Sí, Arsenio, pero tenemos que pensar muy bien que es lo que vamos hacer y cómo hay que hacerlo.

—Me pasó algo raro cuando salió esa horrible ave del árbol.

—¿Qué te pasó?

—Pensaras que estoy loco, pero al momento que le vi los ojos sentí que algo se me metió al cuerpo, no te lo puedo explicar...

—No, me lo tienes que explicar porque yo sentí la misma sensación, pero al mismo tiempo sentí una fuerza de poder.

—La misma fuerza que sentí yo.

—Bueno vamos a reunirnos con los demás ya tendremos tiempo de planear algo para quedarnos con esta mansión, y, si tenemos que matar mataremos.

Ese mismo día la casa abrió sus puertas para recibir a los primeros desamparados, algunos no querían acatar las reglas de la casa, no se querían bañar, ni recoger nada, eran personas que estaban acostumbradas a dormir en la calle o en cualquier lugar, donde les caía la noche, pero poco a poco se fueron acostumbrando después de todo tenían aseguradas dos comidas al día. Los hermanos empezaron a planear su plan para apoderarse de la casa.

—Antonio ya investigué, como la casa fue un regalo, si mi tío muere la casa la hereda nuestra madre bueno no ella si no la iglesia, pero el notario me dijo que por una lana (dinero)  la pone a nombre de nuestra madre y,  como tenemos una carta poder firmada por ella para manejar su dinero, esa casa pasara a nuestro poder.

—Mi tío tiene que morir cuanto antes, ya pasaron tres meses, en que la casa está llena de desarrapados, tenemos que actuar rápidamente.

—Y que sugieres, que contratemos a un asesino a sueldo.

—No, eso no, lo tenemos que hacer nosotros mismos, no queremos dejar cabos sueltos, cuando el vejete muera van a pensar que fue uno de los desarrapados a los que el acoge con tanto amor.

—Sí, tienes razón, nuestra madre es una de las damas voluntarias, ya me dijo como está el movimiento de la casa.

—Pues sí, Antonio hoy mismo lo haremos hoy voy a ir, para dejar la puerta de la huerta sin pasador, he visto que esa puerta muy pocas veces es usada, entraremos a las dos de la mañana, a esa hora ya todos están en el quinto sueño, vamos revolver todo y llevarnos algunos bienes para simular un robo, usaremos guantes para no dejar huellas.

—Sí, hermano eso haremos, mañana mismo lo haremos.

La madrugada siguiente entraron los dos hermanos, sigilosamente vestidos de negro para confundirse en la obscuridad, llegaron a la recamara de su tío este dormía apaciblemente, los malvados sobrinos empezaron a tomar objetos de plata, un crucifico, un rosario, su anillo que recibió cuando se ordenó de sacerdote, y varias cosillas más, se arrimaron a la cama para cometer su crimen, cuando Antonio levanto el puñal para descargarlo en el pecho de su tío, este abrió los ojos, saco la mano y bendijo a su sobrino mientras decía.

—Dios los perdone —En ese momento Antonio descargó el puñal en el pecho de su tío y salieron rápidamente de la recamara.

El padre Lorenzo, no murió al instante Dios le dio fuerza para bajar de la cama salió de la recamara y se fue arrastrando hasta donde estaba el cordel de la campana de la capilla y jalo de ella, el sonido de la campana se escuchó por toda la casa, al momento la gente despertó y fue rápidamente hacia el pasillo, allí estaba el sacerdote, agonizando a los pocos segundos murió, en los brazos de un desamparado, rápidamente las personas empezaron a buscar a la persona o personas que habían hecho ese sacrilegio, unos corrían para un lado otros para el otro por fin vieron a los desalmados que corrían hacia la huerta, los hermanos llegaron hasta la puerta, pero esta inexplicablemente estaba cerrada.

Antonio estaba seguro de haberla dejado sin seguro y así había sido, pero cuando ellos iban llegando a la puerta una fuerza misteriosa cerro de golpe el cerrojo de la puerta ante los aterrados ojos de los asesinos, la gente encolerizada llegó y los lincharon, esos hombres habían dado muerte al buen pastor, como todos los desamparados le decían al sacerdote.

La casa fue clausurada, Cuando fue liberada fue entregada a la iglesia el sacerdote que quedó en lugar del padre Lorenzo no aceptó a seguir con la casa de los desamparados temía correr la misma suerte que su antecesor. La iglesia la puso en venta, la entregó a una inmobiliaria para que la vendieran, Cecilia la hermana del sacerdote salió de la ciudad y nunca se supo más de ella, se murmuraba que después de enterarse del horrible crimen de su hermano y la muerte tan espantosa que recibieron sus hijos, se había ido a refugiar a un convento.

La casa permaneció sola por un largo tiempo, nadie se interesaba por comprarla aunque estaba a un precio muy accesible, las personas que sabían la historia de lo que pasó, no querían vivir allí, ni siquiera los desamparados, se atrevían a pasar ni una noche más, aseguraban que todos los días se veía un figura blanca que deambulaba por toda la casa, todos aseguraban que era el ánima del sacerdote Lorenzo, otros más se atrevían asegurar que se escuchaban lamentos, otros que se escuchaban unas carcajadas escalofriantes, solo el matrimonio que habían contratado para atender al padre Lorenzo se quedó para mantener la casa limpia, ellos nunca vieron ni escucharon nada. 

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