Parte / 14
Elodia Gutiérrez Zamarripa
Socorro, llego a su casucha que más que casa era una pocilga, estaba furiosa, su vecina y amiga, Julia, le pregunto.
-¿Qué te pasa? porque vienes tan enojada
-Enojada es poco, vengo hecha una furia, esto no me puede estar pasando a mí, pero pronto lo voy a resolver
-Pero no me has dicho que te pasa
-No me llego la regla y eso sólo quiere decir que estoy panzona, que si no hago algo pronto en pocos meses voy a tener a un mocoso,
-Pero, esa es una buena noticia deberías estar muy contenta, un hijo siempre es una bendición.
-Pero que estupideces dices, bendición de donde sacas eso, en primer lugar, ni siquiera sé cuál de todos los tipos que me tire, es el padre, no sé qué paso, soy muy cuidadosa, cada que termino de cogerme a un fulano siempre me hago mi lavado de vinagre, mañana mismo voy con la vieja Jovita a que me dé un bebedizo eso siempre da resultado luego, luego baja la regla.
-¿Pero quién es esa mujer?
-Es la curandera que vive cerca del tiradero de basura, yo nunca he ido, pero me la recomendaron muy bien las muchachas del burdel, dicen que son infalibles sus hierbas.
-Si la conozco unas personas dicen que es curandera, otras dicen que es una chaman muy poderosa, y otras que es bruja.
-Sea lo que sea, voy a ir, no quiero esto que traigo en la panza crezca más imagínate, si se entera la cara cortada, me corre inmediatamente, en cuanto se me note.
-Pero puedes trabajar en otra cosa
-En lo que tú trabajas, recogiendo papeles, en el tiradero de basura desde que dios amanece hasta que oscurece, para ganar lo que a mí me pagan por una cogida, no chiquita, aparte no quiero un mocoso, que interfiera en mi vida, estoy muy agusto así como estoy.
Julia ya no dijo nada, ella hubiera dado su vida entera por ser ella, la que espera ese hijo, pero ella no tenía esa bendición, desafortunadamente ella era estéril.
Al día siguiente muy temprano, Socorro fue con Jovita, pronto dio con la casucha, cuando tocó la puerta una voz gangosa por tanto fumar respondió.
-Ya, voy, ya voy, por qué tanto escándalo.
-Socorro entro, la recibió un olor a hierbas, mezclado con alcohol, paseo su vista por el lugar y la espanto una gran lechuza que dormía en un palo en lo alto de una esquina del cuarto, en otra esquina había una especie de columpio donde una muñeca del tamaño de una niña de unos tres años con cara de bruja la seguía con unos ojos saltones, había un estante atestado de frascos con substancias de varios colores, en medio del cuarto estaba una mesa cuadrada con un mantel, muy blanco y dos sillas, en la mesa había un mazo de cartas de tarot, y una bola de cristal, el cuarto relucía de limpio y la mujer también, no concordaba, con el exterior de la casucha.
-¿Dime para que soy buena? ¿En qué te puedo ayudar?
A Socorro la intimido la mirada de la mujer, que fijo su vista en sus ojos, ella titubeo
-Bueno, yo, me dijeron...
-Al grano mujer, ¿quieres algo para matar a tu hijo que crece en tu panza verdad?
-Bueno dicho así, suena muy feo
-¿Pero eso es lo que quieres o me equivoco?
-Pues sí, señora eso es lo que quiero
Se escucharon unas estruendosas carcajadas que salían de la garganta de la mujer, JAJAJA.
-Eres puta ¿verdad? Y crees que tu hija, porque para que sepas, eso que traes en la panza es una niña, te va a estorbar para seguir trabajando, y dime cuando seas vieja, en dónde vas a trabajar, porque dentro de unos cuantos años ya no le vas a servir a la cara rajada, y te va a dar una patada en el culo, ¿o crees que toda la vida vas a estar joven? No te has puesto a pensar ni por un segundo que esa niña te pueda dar un vaso de agua cuando ya estés vieja y acabada, pero claro que no has pensado, ustedes las putas nada más piensan en el presente, nunca piensan en el futuro.
-Socorro quedo pensativa por unos momentos, la vieja Jovita tenía razón su hija la podía ayudar en un futuro, cuando ella ya no pudiera trabajar, al fin y al cabo sólo tenía un mes de retraso, todavía tenía unos meses para que se le notara, y los otros meses podía trabajar en cualquier cosa, mientras nacía la niña que quizás la sacara de pobre, Jovita la saco de sus pensamientos.
-Bueno mujer vamos a la obra ¿todavía quieres matar a tu hija?
-No, no señora, ya no, gracias por sus consejos, me voy
-Un momento, págame un peso por la consulta.
-Pero si no me dio nada.
-Me pagas el peso, o te voy a embrujar, pregúntale a cara rajada, lo que le paso por no pagar mis honorarios.
-No, no aquí está el peso.
-Ahora lárgate de mi casa, asesina.
-Socorro salió rápidamente de la casucha, llena de miedo
-Jovita se quedó pensando, no sé si hice bien, en salvar a esa inocente, con esa clase de alimaña que va a tener como madre, sería mejor que no viniera al mundo a sufrir, pero Dios sabe porque hace las cosas, quizás su misión de esta criatura será salvar a alguien en un futuro.
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