Epílogo
Hola, Estados Unidos.
Me presento, soy la persona que declaró su amor por una carta.
Y ahora soy quien escribe una carta para desahogarse.
No tengo la intención de enviar esta, tal vez la guarde o la queme, pero ese no es el punto.
Me he enterado de que estás en una relación.
Y me alegro por tí.
No te preocupes, si es que lo haces, hace ya tiempo que superé mi amorío hacia tí, la carta me ayudó mucho.
Dios, antes creí que enviar la carta no haría mucha diferencia, pero sí lo hizo.
Me llegó el dato de que tú y tus padres se volvieron locos, intentando encontrarme.
Puedes llamarme cruel si así lo deseas, pero me causó algo de risa.
Hasta contactaron a FBI y CIA para encontrarme, en su tiempo morí de nervios, y ahora voy a recordarlo como una anécdota linda.
Porque es lo que es, veo que mi carta te hizo muchos favores.
Reconciliaste tu relación con Japón y ahora son pareja, eso es una gran diferencia.
También me divierte que ella te force a convivir con tus -antes- enemigos de por vida.
Mejoraste tu relación con Rusia, China, Corea del Norte...
Ahora eres muy amigable.
Pasando a otro tema, tus padres.
Francia y UK se volvieron locos tratando de encontrarme.
Deduzco que eso los forzó a convivir, y terminaron enamorándose de nuevo.
Admito que se ven muy lindos juntos.
A ONU le alivia que tú ya tengas a alguien que te controla, así ya no tendrá que preocuparse de tus berrinches y peleas.
Y te ves mucho más alegre y feliz que antes.
-- ¡Cariño, tenemos que irnos! --gritó desde la sala, interrumpiendo su escritura.
-- Permíteme, salgo en un instante --devolvió.
Y no te sientas mal por mí, ¿por qué has de estarlo?
Yo igual soy feliz.
Para empezar, de verdad me alegro por todo el progreso que llevas.
Sí, he de admitir que, comparándolo tu actitud actual con la de antes, has tenido mucha mejora.
Soy feliz porque eres feliz.
Y, de igual forma, ya te superé.
Aproveché para hundir los sentimientos hacia tí.
De igual forma, soy muy feliz estando en una relación con Canadá.
Dobló con rapidéz la hoja, la guardó en un sobre y la metió velozmente en el cajón del escritorio.
Apurado, salió de la habitación, pues ya estaba listo para salir a comer con el canadiense.
Fin.
Amikos siento feo
Pero no tengo porqué preocuparme, probablemente haya segunda temporada.
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