Finalizó la junta, los países comenzaban a retirarse, monótonos.

Antes de que una japonesa pudiera hacer lo mismo, fue detenida por alguien.

-- ¡Espera, Japón!

Esta se detuvo, dándole una sonrisa mientras lo esperaba.

Comenzaron a caminar juntos hasta salir de la sala, Japón se preguntaba porqué el estadounidense la estaba acompañando, mas no se quejaba, disfrutaba su compañía.

-- Ey, Japón --habló después de momentos de silencio rondando los pasillos.

-- ¿Sí? --se detuvo al igual que el contrario.

-- La verdad no sé como decir esto --rascó su nuca mientras reía nervioso-- Verás, hemos estado pasando tiempo juntos, disfruto mucho tu presencia.

La japonesa se tensaba a medida que USA hablaba, dejando que sus pensamientos dedusieran lo que diría al final.

-- Los momentos que hemos compartido han sido muy bellos, y es curioso que antes nos odiáramos a muerte, probablemente lo de "del odio al amor hay solo un paso" es real, y-

-- Te estás extendiendo mucho, no es tan difícil decir "oye, Japón, ¿quieres ser mi pareja? --interrumpió un poco seria.

Estados Unidos guardó silencio;-- ¿Eso es un sí?

-- ¿Tú que crees? --devolvió mientras se abalanzaba para abrazar con fuerza al chico.

Este correspondió al abrazo.

Ya era oficial, ambos eran pareja.

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