Llegó frente a la puerta de la nación femenina y la golpeó para después cruzarse de brazos y esperar a que ella le abriera.

-- ¿USA? --preguntó la japonesa confundida al abrir la puerta.

-- Heya --saludó.

-- Ehh, ¿se te ofrece algo, o...?

-- Verás, tú y yo siempre hemos tenido una rivalidad, y creo que es hora de superar esa faceta como naciones maduras que somos.

-- Osea que...

Estados Unidos suspiró;-- Creo que es una buena idea salir algún día a comer y a arreglar los "asuntos pendientes".

-- Oh, puesss... Me parece bien --Japón sonrió-- ¿te parece este viernes?

-- El viernes es perfecto --contestó más confiado y sonriente.

-- Vale, pues, te veo el viernes a las... ¿7pm?

-- Pasaré por tí a las 7pm --confirmó el estadounidense.

-- Okii, ¡adiós~! --se despidió alegremente mientras cerraba la puerta.

Cuando USA se volteó, no pudo evitar sonreír con ternura, pues había visto a Japón con una pijama color rosa pastel puesta y una cebolla, aunque las patillas de ambos lados le sobresalían, aquel detalle solo la hacía ver aún más tierna.

Y Japón, por su lado, cubrió su boca para no soltar un grito de emoción.

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