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Apuntaré sin dudar a este mundo contradictorio
Solo aprieta el gatillo y ve!

Logre encontrar en mis lágrimas la calidez
Para comprender al fin que es la compasión
Y aun no se el porque no paro de causar
Daño a los demas alimentando todo rencor
Grito y lloro por lo que sentí
Más la fuerza de mi voluntad
Convertira el dolor en un gentil porvenir de paz

Apuntaré sin dudar a este mundo contradictorio
Solo aprieta el gatillo y ve
Abrazaré sin temor a la tristeza de tu destino
Y su llanto rojo carmesí
Aquella luz es la señal que da el camino a seguir
Otra vez hasta el fin

Sinceramente seguía preguntándose como no se había dado cuenta antes, tantas veces que la había visto componer canciones con su guitarra o a piano y nuca había sido capaz de juntar los puntos, luego recordo que en aquellas ocasiones en que la vio componer lo que hacia era tararear la letra o cantarla en susurros por lo que le vio lógica el que no se hubiera dado cuenta.

Entonces su nerviosismo que presento cuando fue su acompañante en el dueto contra Le Voix cobro sentido, pensó que se debía a que tenia miedo a cantar frente a la gente pero hasta ahora se dio cuenta de que en lugar de pánico escénico era que tenia miedo en que la descubrieran.

Y creia tener una idea de porque el porque ocultaba su identidad aunque tenia curiosidad de saber en donde conseguía todas esas pelucas y trajes pues de todas las veces que urgo es su guardarropa (No lo iba a negar) no encontró ninguna de esas prendas.

Decidió que buscaría después esa respuesta. Aunque quería seguir escuchándola cantar, intervino en su momento de composición asiendo notar su presencia ya que no podía esperar mas para anunciar su victoria de aquel juego que hace meses iniciaron.

-Es una interesante canciones- dijo sobresaltadola.

-¡Chat!- grito sorprendida -¿C-cuanto llevas ahí?

-No mucho- no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro -Tu voz... Me suena bastante familiar.

La vio congelarse momentáneamente antes de apartar la mirada nerviosa.

-¿A-así?- tartamudeo. Callo por un momento antes de hablar más calmada -Claro, cante contigo una vez ¿Lo olvidaste?.

-No- respondió con un puchero. Su nerviosismo duro menos de lo que esperaba, decidió cambiar de estrategia -Tu guitarra, es muy bonita- esa era otra cosa por la que se daría de topes contra la pared ¿Porque nunca se dió cuenta de que su guitarra era la misma? Estaba empezando a creer que necesitaba un oculistas.

-La herede de mi abuelo- acarició las cuerdas -El me enseñó a tocarla, al igual que el piano.

-¿Quien te enseño a cantar?

-Mi abuela- contestó -Ambos tenían una academia de música en Londres.

-¿Toda tu familia se dedica a la música?- pregunto curioso. Ella asintió.

-El arte en general- aclaro -Mi abuela cantaba en un bar, mi abuelo hacia la pista, así se conocieron y cuando nació mi tío James decidieron dejar el bar y abrir su propia academia de música.
»Mi tia, Estefanía, en lugar de dedicarse a enseñar cualquier tipo de música decidió mejor enseñar danza por lo que ahora tiene su propio estudio, su marido, Aiden, es patinador artístico.
»Mi tío James da clases de guitarra, chelo y violín en la academia así como de cantó, su esposa Selah estudio cinematográfica y es directora de la serie londinense The Train.
»Mi tía Adelaide es productora aquí en París, ella dirige el estudio Le Garde.

-¿Eres sobrina de Adelaide La Fontaine?- fingió sorpresa. Ella lo miró por un momento antes de asentir.

-La Fontaine es su apellido de casada- aclaro antes de seguir algo sería -Creo que debes haber escuchado de su marido, Stefano La Fontaine.

Ahora fue su turno de congelarse. Maldita sea, ahora recordaba de donde se le hacía conocido el apellido La Fontaine.

-Stefano La Fontaine ¿El diseñador de modas?,¿El dueño de la marca Fortune?, ¿El mayor rival de Gabriel Agreste?.

-El mismo- por la mirada que le lanzó no parecía muy sorprendida por su arrebato.

Aclarandose la garganta y volviendo a sentarse (no sabía cuándo se levantó) hablo más tranquilo.

-¿Y tú Padre?- cambio de tema.

-Dirige la academia, la administra y se encargará de realizar eventos para que los estudiantes tengan alguna oportunidad en el mundo de la música.

-Aaaa...- tarareo asintiendo.

-Mi madre enseñaba actuación- le lanzó una mirada triste, una de las cosas que tenían en común era que ambos habían perdido a sus madres, aunque la de él se encontraba desaparecida mientras que la de ella había muerto asé un par de años -Mi hermana, Anastasia, queria seguir sus pasos, es actriz, actualmente se encuentra trabajando en Estados Unidos.
»Mi hermana Sally, la gemela de Anastasia, es escritora, acaba de publicar un libro que se está volviendo bastante popular en Inglaterra y que están empezando a traducir a otros idiomas.
-Esteban, actualmente estudia diseño gráfico en la universidad de París, aunque tiene una página en facebook donde pública cómics e imágenes ilustradas, tiene varios seguidores.

-Todos en tu familia son artistas- observo.

-Podría decirse- sonrió -Y eso que no te e hablado de mis primos.

Se río

-¿Y tú?- pregunto con interés -¿Ya decidiste que vas a hacer?.

Ella acarició nuevamente las cuerdas tocando unas notas.

-Quisiera ser cantante profesional como mi abuela- confesó con una sonrisa tocando una relajante melodía en su guitarra -Pero a diferencia de ella no quiero cantar en un bar o un café, quiero estar en un gran escenario con un gran público pronunciando mi nombre- hablo tan soñadoramente que se dió cuenta que eso era algo que ella anhelaba -Lastima que no tenga el valor de llegar a hacerlo, al menos sin disfraz- susurró tan quedamente que apenas fue capas de escucharla con su audición gatuna.

-Y lo lograrás- intervino antes de que entrara en un círculo de depresión -Se que lo conseguirás- aseguro teniendo completá fe en ella y su talento.

Ella lo miró.

-¿Enserio lo crees?- cuestionó dudosa.

-Completamente- se levantó acercándose a ella -Y se que pronto logras hacerlo sin la necesidad de un antifaz o peluca- ella abrió los ojos al darse cuenta de lo que dijo y antes de que pudiera tan siquiera de decir algo, con un rápido movimiento saco aquella cabellera castaña que había guardado por un largo tiempo y se la colocó -No necesitas un disfraz para atreverte a hacer lo que deseas.

No pudo evitar sentirse un poco hipócrita ya que él siendo Chat Noir hacia cosas que como Adrien jamás haria. Termino de acomodarle la peluca y le tomo la barbilla para que alzará la vista, apreciando sus hermosos y singulares ojos.

-Te encontré- sonrió.

Ella lo miró aturdida y algo asustada por un largo momento hasta que su exprecion comenzó a suavizarse y formó una pequeña sonrisa.

-Te tomo tiempo Mi Gato Encantado- hablo de la misma forma en la que Reiko se dirigía a él.

Y entonces entendió. Alexander/Sasha era alguien acomplejado, no solo por el echo de que no se sentía como con su sexo sino que también sufrió una vida de disgusto, burlas y humillaciones debido a lo mismo por lo que sacar a relucir su verdadera forma de ser le era bastante complicado por miedo al desprecio que pudiera recibir, pero Reiko era un misterio, nadie la conocía por lo que podía hacer lo que quisiera sin miramientos y podría ser ella libremente. Entendió que Reiko le daba libertad de la misma forma en la que Chat Noir se lo daba, podrían ser quienes en realidad eran sin repercusión, podían actuar como quisieran, hablar como quisieran y decir lo que piensan, eran libres, eso era algo más en lo que tenían en común.

-Ya lo creo- respondió sonriendo victorioso -Parece que he ganado My Cendrillon.

-Oh, no minino- negó acercándose más a él -Es un empate- susurró.

Iba a preguntar porque lo decía pero se detuvo al sentir como una de sus manos ascendía por su pecho deteniéndose donde anteriormente se encontraba su cascabel. Sintió como ella se lo volvía a colocar y una vez puesto halo de el para hacerlo bajar y que una de sus orejas quedará a la altura de sus labios.

-Te encontré- susurró en su oreja izquierda -Adrien.

Eso a sido todo

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Nos vemos en el siguiente capítulo

SAYONARA...