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Al anochecer, en la oscuridad
El miedo hay que esconder
Mentir también
Mantente al andar ¿Qué sueñas lograr?
Si las alas que usarás rojas son
(¿Cuál es la mentira?)
(¿Cuál es la verdad?)
(Quiero creer...)
Tal como un ángel, que desciende hasta aquí
Y que quiere ver aquella luz de estrellas al brillar
Quiero sentirte aquí, abrazándome
Y poder al fin, volar al cielo.

Sonrió en su dirección después de ser deleitado con su voz. Se encontraban en lo mas alto de la torre Eiffel presenciando el cielo nocturno, él la había llevado a dar un paseo improvisado después del fiasco de la fiesta.

—En verdad, eres un buen amigo Chat Noir— miro la sonrisa que le dedicaba y frunció los labios al momento que aparto la vista de ella.

Eres un buen amigo

Salto de la barandilla donde estaba sentado y se alejo un par de pasos de ella.

Eres un buen amigo

Dio una patada al suelo soltando un bufido de exasperación.

Eres un buen amigo

—¿Sucede algo?— no respondió.

Por supuesto que sucedía algo. Lo que sucedía era que ya estaba cansado de fingir. Estaba cansado de seguir fingiendo que quería a Marinette como más que una amiga y estaba cansado de pretender de que quería a Sasha como simplemente eso. Pero simplemente no podía terminar con Marinette por el simple hecho de que al hacerlo perdería su amistad y no quería eso, pero tampoco quería seguir siendo solamente un buen amigo para Sasha, quería ser mas que eso. 

—Se dice que la avaricia del hombre no conoce límite— murmuro recordando lo que había escuchado en una ocasión.

Ella lo miro confundida por sus palabras.

Junto los labios en una fina línea recta y con la vista fija al suelo, volteo a su dirección. ¿Cómo podía ser tan egoísta?, Quería todo, pero no estaba dispuesto a dar nada a cambio. Era un egoísta, un avaricioso egoísta y lo que estaba a punto de hacer comprobaría lo que pensaba de si mismo.

—Antes me conformaba con simplemente ser considerado tu amigo, pero... ¿Por qué ahora no lo tolero?... No me gusta para nada esa palabra— levanto la vista conectando sus ojos con los de ella, comparándolos con una perfecta mezcla de menta y el chocolate como la primera vez que los vio asea varios meses.

—¿Chat...?

—Te voy a dar tres segundos... tres segundos para que puedas abofetearme— avanzo un par de pasos asiéndola retroceder por inercia.

—E-espera... ¿Q-que estas...?— sus palabras quedaron en el aire.

La beso.

Sabia que lo que estaba haciendo podría cambiarlo todo entre ambos, pero ya no había marcha atrás. Quería tenerla, demostrarle todo lo que sentía por ella sin necesidad de palabras, quería demostrarle que ella era para él, que le pertenecía.

¿Desde cuando era tan posesivo?. Nunca antes lo había sido, ni siquiera con los objetos materiales. La respuesta era fácil: Sasha Bonafini lo volvía posesivo. Desde el día en que la conoció, en lo único en que pensaba era en ella y que esos hermosos y singulares ojos deberían verlo solamente a él, así como su voz que solo debería deleitarlo a él. Ella debería ser para él, ya sea como amigo o algo mas, pero ella solamente no podría apartarse de él por la simple y sencilla razón de que no se lo permitiría.

Se separo lentamente de ella viendo como la pálida piel de sus mejillas se tornavan en un rojo derivado del carmín. Su respiración jadeante y corazón palpitante podía escucharlos desde la corta distancia a la que se encontraba. Dio un paso asea atrás observándola fijamente. Comenzó a contar.

—Uno... Dos...

—T-tu...

—Tres...— sonrió —Se termino el tiempo...

—E-eh...

—No me has abofeteado...

—Hm...

—Eso quiere decir...— volvió a besarla y a diferencia del primero, en cuestión de segundo, ella correspondió.

Lo que ninguno sabia era que un par de ojos habían presenciado la escena desde el primer momento y lo que desataría después.

Un día estando en Facebook ví una imagen que inspiró el contenido de este capítulo, lo creí simplemente perfecto y que encajaría bien con lo que deseaba.

Eso a sido todo

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Nos vemos en el siguiente capítulo

SAYONARA...