I hope, that I will never let you down

I know, that this can be more than just

Flashing lights and sounds

Look around and you'll see that at times
It feels like no one really cares
It gets me down, but I'm still gonna try to
Do what's right, I know that there's a

—Entonces, ¿Cuánto llevas tocando? —pregunta Emily viendo al chico frente de ella.

Estaban en la guarida de Beyond The Light, Fer había invitado a la chica gótica Astrid, le había gustado y por consecuencia habían ido sus amigos, los dos chicos góticos y aquella muchacha de cabello naranja, Emily, que tanto le gustaba a Robert desde hace tiempo.

—Aproximadamente trece años, empecé a la misma edad que mis amigos, a los nueve años.

—Entonces ya llevas bastante tiempo —la gótica sonreía de manera cortes.

—Si, así es, ¿Y tú? ¿Cuánto llevas en la escultura? O mejor dicho aprendiéndola —preguntaba el guitarrista.

—Pues, de gustarme desde que tengo memoria, en Kentucky siempre me quedaba viendo las estatuas y cosas de cerámica, y fue cuando quise empezar a hacer cosas de ese estilo y lo inicié a estudiar —comentaba la chica mientras se pasaba su cabello por su oreja.

Esto hacía que el chico se sonrojara un poco, observándola, siempre se le había hecho una muchacha muy bonita, pero viéndola ahora de más cerca lo confirmaba, le gustaba mucho y era en extremo bella ante sus ojos.

—¿Y piensas dedicarte a ello cuando salgas de la universidad? —le preguntaba el joven.

—Espero si poder, digo tengo previsto que a lo mejor tengo que estar como maestra un tiempo, pero no me desanima eso, de algo se empieza —sonreía un poco triste Emily.

—Yo sé, que tu si podrás hacer algo genial, eres muy talentosa por lo que han dicho tus amigos entonces

Emily sonreía al escuchar lo dicho por Robert, nadie fuera de sus amigos le había dicho eso, de hecho, casi nadie había visto alguno de sus trabajos hechos.

Con ello sacaba su teléfono y buscaba en sus fotos, una de sus imágenes tomadas de una de sus esculturas, un murciélago que hizo hace un semestre y le había gustado mucho.

—Mira.

Le enseñaba la pantalla al guitarrista, con la fotografía de su creación.

Robert la observaba y quedaba maravillado por lo que veía, en efecto la gótica era muy buena en lo que hacía, la meticulosidad, incluso todos los pequeños detalles cómo hacer la cerámica notarse como pelo de animal, denotaba lo tan buena que era en esa disciplina.

—¡Vaya Emily! Si que eres alguien con muchísimo talento —la voz de el jovencito era genuina, lo notaba aquella chica.

—¿De verdad lo crees?

—Sin duda, digo yo no sé mucho, pero sé que algo es bueno con solo verlo, de verdad tienes mucho talento —comentaba Robert.

—Gracias, intento hacer mi mejor esfuerzo, digo me ha costado sin embargo no me rindo —sonreía la gótica mientras guardaba su celular en su bolso.

—Es que creo que ese es el punto de las cosas y sobre todo las artes, intentarlo una y otra vez hasta que te salga y con ello mejorar conforme la practica —decía el castaño.

—Tienes algo de razón, aunque la gente con talento no se esfuerza mucho, un ejemplo es Astrid, ella tiene un gran don dibujando, ¡es excelente! —sin titubear volvía a sacar su celular y le mostraba uno de los dibujos de su amiga.

Robert por cortesía lo veía, ya que la verdad a él sólo le importaba lo que era sobre Emily, sus gustos, sus sueños, sus miedos, quería saber todo sobre ella.

—Astrid tiene buen lápiz, pero la verdad me gusto más tu escultura —comentaba el chico regresándole una vez más el celular.

—Es que siento que el talento puede ser un gran denominador en las cosas, porque no se tienen que esforzar tanto cómo los que no tenemos —la voz de la chica se escuchaba muy triste.

—Creo que eso nos hace más especiales, porque estamos ganando lo que sabemos con practica y esfuerzo, un ejemplo es Fernanda, ella es muy buena en la música en general toca varios instrumentos, en cambio yo no soy tan bueno, o al menos no me considero tan bueno, ni a la altura de alguien cómo ella.

Emily escuchaba cada palabra del joven, y veía que no era la única que se llegaba a sentir así, de cierta manera un peso se le levantaba del pecho, pero a la vez le daba cierta nostalgia.

Podía ver en la mirada de Robert algo, su mirada era muy enigmática y difícil de leer, le costaba tratar de saber qué es lo que pensaba el guitarrista y eso no le pasaba con nadie, era una persona muy perceptiva en general.

—Yo creo que eres muy bueno en general, digo lo mostraste en el ensayo —sonreía de lado la gótica.

—Sólo intento estar a la altura de mis amigos, tenemos un sueño el cual queremos cumplir desde hace años y no hemos podido —suspiraba.

—¿La batalla de las bandas? —preguntaba Emily.

—¡Exacto!

—Nunca he entendido el por qué, si ustedes son muy buenos, al menos a lo que yo llego a entender con la música, digo no es algo que escuche proactivamente, pero no negaré que si son excelentes —decía Emily.

—Gracias, nos esforzamos mucho en ello.

—Se nota, y son muy admirados, algo que no cualquiera puede presumir —chocaba su hombre juguetonamente con el haciendo que el joven se sonrojará mucho.

—Jajaja, si eso si pero creo que no es lo más importante, sino disfrutar las cosas con las personas que quieres y consideras amigos, porque sí no lo haces de esa manera, todo se vuelve tedioso —comentaba Robert.

Esa última frase había captado mucho la atención de Emily, y tenía razón el chico, cuando le quitas la diversión a lo que haces esto se vuelve molesto.

—Vaya, creo que tienes mucha razón en eso, si se te hace tedioso lo que amas entonces algo estás haciendo mal.

El chico asentía y ambos se veían, por primera vez en mucho tiempo sentían algo, no sabían que era, pero estaba ahí.

Se sonreían.