Bring Me the Horizon - Die4U
You know that I'd die for, I'd cry for
You know that I'd die for you
You know that I'd breathe for, I'd bleed for
You know that I'd breathe for you
Let me see my halo, even though it's painful
I'm prepared to lose
You know that I'd die for, I'd cry for
You know that I'd die for you
La boda había sido de ensueño para todos, no sólo Robert y Emily se habían unido para siempre en la vida, pero Fernanda había regresado y estaba ya de nueva cuenta con ellos, esto tenía muy feliz a cada uno de los miembros del grupo de amigos.
Pero ahora era su luna de miel, y habían optado tanto el guitarrista cómo Emily por un crucero por gran parte del Caribe, un lugar que habían quedado en ir los dos desde la universidad y ahora iban a tomar la oportunidad para ello.
Ya lo tenían todo planeado, se irían catorce días y el barco zarparía desde Tampa Florida e iría por diversos lugares del mar Caribe entre ellos Cozumel México, Gran Cayman, Granada, Barbados y demás lugares que atraían mucho a la joven pareja y que los tenía muy emocionados.
Ya estaban en la línea para subir al crucero, habían comprado el tour con una habitación con balcón querían poder ir viendo conforme avanzaban.
—¿Si trajimos todo amor? —preguntaba Robert.
—Si yo empaque todos los documentos, tarjetas, dinero y demás —sonreía la gótica.
—¡Excelente!
Ingresaban al gran barco y veían que era un lugar colosal, tenía el vestíbulo y gran parte del lugar se veía muy rustico con barandales caoba al igual que parte del piso.
Comenzaron a buscar su camerino con Robert trayendo las dos maletas y Emily cargando la mochila del chico, su bolso y neceser.
Hasta que encontraron su habitación a la cual ingresaban con las tarjetas que les habían dado en el centro de atención al cliente al ingresar.
Era una gran habitación, muy amplia y con una hermosa vista hacia el mar, el balcón tenía una mesa y dos camastros donde ya se veían ellos descansando en los días que sería sólo viajar por mar.
Dejaron sus cosas y salieron a ver el mar de Florida, aún no zarpaban, pero por ventaja estaban en el último puerto y nada cubría la vista hacia el océano abierto.
—Es hermoso —decía Emily fascinada.
—No tanto cómo tu mi Sally —decía Robert abrazándola por atrás y besando su cuello tiernamente.
La gótica dejaba salir una risita cómo si fuera una adolescente, amaba cómo su ahora esposo era así de cariñoso con ella y que al igual que ella usaba un apodo de algo que ella amaba para referirse a su persona con cariño.
La chica sacaba su celular y tomaba una selfie con ellos, con el mar de fondo y la mandaba al grupo de sus amigos.
"Ya estamos en el barco chicos, los vemos en dos semanas"
—Les avise a todos que ya habíamos podido subir al barco.
Robert sólo asentía y sentían cómo sus celulares vibraban, al recibir las respuestas de sus amigos las cuales checaban en el celular de Robert.
"Diviértanse mucho, Fer dice hola" había puesto Astrid.
"Pásenla de maravilla chicos, si necesitan algo nos avisan" puso Erick.
"Descansen mucho, lo merecen" les escribió Sayumi.
Emily guardaba el celular, pero veía una foto antes de Fer, Astrid y Annie, parecía que su amiga se había quedado con la gótica en su casa ya que la dibujante mandó una foto de Annie haciendo la tarea con Fernanda.
Se veía de nuevo el brillo en su mejor amiga, estaba muy feliz por ello.
—Me pone tan de buenas que Astrid ya este feliz —decía Emily.
—A mí también se merecen estar bien ellas dos.
Seis días después
El día había sido genial en la isla Gran Cayman, fueron a varios lugares históricos durante la parada en el puerto y habían comprado recuerdos para sus amigos en ese lugar.
Fueron maravillados por West Bay y Seven Mile Beach, donde fueron a la que fue la mansión del gobernador durante la época de los piratas, y a una fabríca de Ron entre otros lugares.
Esta Emily había agradecido a su esposo de haberla convencido de llevarse shorts y playeras de manga corta por que el calor la hubiera calcinado con su atuendo usual de Romantic Goth, con vestidos largos y terciopelo, sin embargo, el guitarrista le había señalado que no sería buena idea andar en corsé en una isla del Caribe.
Estaba fresca con ese atuendo a pesar de ser negro y Robert igual había llevado bermudas y varias playeras sin manga, las cuales mostraba gran parte de sus brazos tatuados y su cuerpo, algo que le fascinaba a la gótica, se le hacía muy guapo.
Al estar ya en su cuarto, guardaban sus compras y ordenaban unas bebidas a su cuarto, Emily un daikiri y Robert un wiski con agua mineral.
Esperaron unos minutos a que llegara y al ya tenerlo se sentaban los dos en la terraza donde veían hacia el mar con una gran sonrisa cada uno.
—¿Cómo te la estas pasando mi Sally? —preguntaba Robert.
—¡Uff! ¡Si te dijera, es el mejor viaje de mi vida! —sonreía Emily viendo a su marido.
—Eso me alegra mucho Em, de verdad que tu felicidad es todo lo que yo deseo en la vida, haces que mi existencia sea lo mejor —decía Robert.
Esas palabras se habían hundido mucho en el corazón de la gótica, entendía mucho cómo era ella de especial para Robert, tal como él lo era para ella, eran el cable a tierra el uno del otro.
—Lo sé Jacksito, y no puedo agradecer de ninguna manera que la vida te haya puesto en mi camino, eres todo lo que voy a amar por el resto de mi vida —le respondía la gótica.
Con ello habiéndose acabado sus bebidas, Emily no resistió más y tomo la mano de su esposo, guiándolo adentro y cerrando detrás de ellos la puerta del balcón y cortinas.
Quería disfrutarlo al cien.
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