Era una mañana soleada.
Alana leía datos curiosos en internet.

Cuando Cindy Lauper le reventó la cabeza.
Aquella irritante música solo podía significar algo: Park estaba enamorada.

Lo mejor era esconderse en el armario, lugar donde Alana tenía puesto su fuerte, su otra casa.

Iba a entra, pero:

—Compre pay mi linda Alana—grito su madre desde la sala.

Bajó las escaleras igual que Flash y cuál fue su sorpresa al encontrar a el chico del parque comiendo su pay, en su mesa, con su mamá, sosteniendo la mano de su hermana.

—El es Wind...—empezó su madre.

—Acabo de recordar que tengo que alimentar al pez, se está poniendo café y cojea, aunque los peces no tengan pies, sabes yo soy un pez, tengo memoria de pez eso significa que soy un pez, ¿Así que porque no me voy nadando?

Y salió pitando hacia su cuarto.

—Ella es mi otra hija y es...—Rose la madre de Alana y Park se mordió la lengua—. Peculiar.

—Ni me lo diga—Alana no se dio la vuelta pero pudo escuchar que se reían.