El joven arrastra los pies al ritmo Playground Love de Aire.

El sabor del Gin Tonic sigue fresco en sus papilas gustativas, se acerca a la puerta de la habitación confiando y la hace a un lado mientras tararea: "You're the piece of gold, The flushes all my soul".

—Escuchaste eso pajarito, anytime, anyway, you're my playground love—Al escuchar el tono desafinado de Jude gritarle a su amor, Wind se levanta inmediatamente de la silla que le han traído los enfermeros para que asista a  Alana mientras su madre acude a terapia.

—¿Qué carajo haces aquí Jude?—le esputa Wind, acercándose fúrico.

Jude se limita a encogerse de hombros y revolverse al cabello sintiéndose Jim Morrison a causa de los efectos del alcohol.

—Solo estoy aquí porque quiero ver como sigue mi gran amor, mi Yukiko, el fuego de mis entrañas, mi amada Ada, el ardor...—hipea un poco al hablar y se apea contra la camilla donde reposa Alana, le aparta un mechón de cabello de los hombros y le sonríe—. Y también vine a contarte una historia, para que no vuelvas a dormirte mientras cuidas de ella.

—¿Qué clase de historia?—inquiere Wind.

—Una fantástica, tiene efectos especiales incluidos, es acerca de nuestra amada, así que creo que te interesará, si no puedes llamar a seguridad y que me agarren como a una loco, incluso dejare que me ponga la camisa de fuerza—Jude eleva las cejas de forma grotesca y le muestra los incisivos a su primo.

Wind traga saliva antes de murmurar:

—Está bien.

Jude se sienta el suelo sin ningún rastro de vergüenza, golpea con sus palmas sobre sus muslos intentando producir un sonido semejante al de unos tambores y comienza:

—«Ella se llamaba Alana y me soportaba todo, porque estaba enamorada por primera vez, a pesar de que lo nuestro era todo menos el amor de una película romántica para adolescentes cuya protagonista fuera Brooke Shields, porque Alana era todo menos la tipa pija hija de papi con más dinero que sesos, ella es la Badass, la chica del final, el personaje que quieres conocer porque nadie más le presta atención y si tú lo haces significa que eres jodidamente especial. Así que lo hice primo.

La miré, le estudié, la invité a salir y le robé todos los besos que pude obtener, como si se tratase de un día en un bufete de todo lo que pueda comer y luego la destruí, porque es lo que está en boga y también porque me hubiese gustado haber sido yo quien la hiciera terminar en el hospital y no ese estupido virus.

Ahora me miras como si fuera un enfermo Wind, pero entiéndelo principito, quizás lo esencial sea invisible a los ojos, pero no para el resto de los sentidos, y Alana era la hostia para mi tacto, olfato, oído y gusto; ella me hizo sentir y eso no me gustaba, me había acostumbrado a dejar a las chicas llorando y disfrutar del regusto de sus lágrimas, pero me costo deshacerse de ella, porque yo la quería.

Así que no pude evitarlo Wind, necesitaba hacerle daño, si con todas las anteriores que muy apenas liberan mi desenfreno pude obtener tanto placer, el lastimar a la chica que amaba probablemente me llevaría al Nirvana.

Y a partir de aquel pensamiento hice su vida un suplicio, la levante en el aire y le quebré el cuello, claro que metafóricamente hablando; la engañe tantas veces que perdí la cuenta y se lo restregué en la cara tanto como podía, prácticamente lo hacía con esas chicas en su casa y enfrente de ella.

Hasta que un día se canso de llorar, de insultarme en secreto y tomo todo el valor que escondía y me expectoro de lo lindo.

Me dijo: Vete al carajo, y si tú nivel de idiotez no te deja descifrar tan sutiles palabras te lo aclaro, no vuelvas a tratar de introducirte en mi vida.»

Jude enterró la cara entre sus manos y las utilizó como un recipiente para sus lágrimas.

—Dame una pecunaria para mas ginebra Wind, y déjame tener una intoxicación alcohólica y morir junto a ella.

Wind no puede creer lo que ve, su primo el hombre de aire estatuario se deshace  en llanto por la misma mujer que él.