Sondeo: Intimidación.
La música resonaba en la rocola, la iluminación era frívola pero encantadora como una mujer de vestido negro y zapatillas de tacón de aguja.
Wind había invitado a Jonathan a comer y este último lo había aceptado con cierta resignación, el chico comprendía que había dicho que si porque sabía que Rose no lo quería en el hospital cuando ella llegara.
Johnny Lane poseía esa clarividencia respecto a su ex mujer que se adquiere con los años; la había amado desde antes que los primeros microorganismo unicelulares poblaran las aguas de globo azul o al menos así lo veía el, cuando era lozano y tonto aseguraba que la razón de su existir era relatar a todos la vida y obra de Rose Sparks, la chica pecosa que inventaba las maneras más locas de hacer a su corazón saltar.
Sin embargo los cuentos en pretérito no suelen atraer la atención de todo tipo de espectadores y menos de los jóvenes.
Jhonatan aún se veía en ciertos chicos majos, perdidos entre callejones en vez de asistir a clases por miedo a languidecer y fenecer de un tiro cervical en clase de química.
Pero ya no gozaba del privilegio de visualizarse junto a Rose Sparks en el futuro y por eso mismo le sugirió al chico que le acompañara al viejo café bohemio donde el y su roja amante pasaban las tardes universitarias; además era el lugar perfecto para desahogarse y
también para relatar memorias.
—¿Qué piensas de las segundas oportunidades chico?—mientras la mesera se acercaba a la mesa contigua moviendo las caderas al compás de Copacabana y Wind se preguntaba si el nombre de aquella mujer sería Lola, Jhonatan principiaba el interrogatorio.
—No lo se señor, creo que no se puede ser preciso respecto a ello, hay quienes piensan que son posibles y otros que lo razonan como un desperdicio de tiempo, porque ya conoces como terminará la historia y lo hará muy mal.
Johnny le rodó los ojos justo como lo hacía Alana y Wind pensó en aquella frase sobredicha de Harry Potter: "Tienes Los ojos de tu madre."
El joven la reestructuró en su cerebro cambiando el predicado atributivo por "padre", quedando del siguiente modo:
"Tienes los ojos de tu padre."
Se lo diría a Alana cuando despertara, porque lo haría, el confiaba en ello.
—Pero qué piensas tu muchacho, eso es lo que quiero saber.
—No existen—suspiró Wind y realmente sintió que parte de su alma acababa de salir flotando de su boca, junto a millones de partículas de dióxido de carbono.
Jhonatan junto las manos sobre la mesa y alzando las cejas prosiguió con su cuestionario:
—¿Tus padres aún viven juntos?
Wind se partió de risa al escuchar tal indagación.
—Si, viven entre comillas en la misma mansión de juguete, pero si lo que le importa es enterarse de si aún hay algo entre ellos, entonces no, mis padres podrán estar casados, pero hace lustros que el amor abandonó su cama—habla tan rápido que le falta el aire y siente un particular escozor en los ojos, así que se los restriega con los dedos.
—Curioso—Johnny deja descansar la espalda contra la silla al tiempo que sonríe.
—Ni tanto, es la situación actual de cientos de parejas, pienso que en cuestiones amorosas es mejor morir joven, antes de que se pase el enamoramiento y andes de boca en boca, por andar de cama en cama, intentando encontrar las caricias que solo ella te daba...
Jhonatan se recompone en la silla, vuelve a erigirse, le sostiene la mirada al chico por unos segundos y luego la retira, justamente porque el sabe como se siente estar en la situación que el muchacho narra.
—¿Cuál es tu opinión sobre mis hijas?—Johnny se muerde la lengua para no adjuntar un comentario extra.
—Ambas son como las estrellas gemelas de Leda, cada cual posee su propia personalidad y belleza—la mesera por fin deja la orden en la mesa y Jhonatan toma su taza de café y se le lleva a los labios al
mismo tiempo que hace un ademán con las manos indicándole que prosiga—. Park es simplemente el tipo de chica que vuelve loco a cualquiera, es guapa, está algo loca y busca sobre todo ser original. Alana en cambio es... Alana es ella misma, pegadiza como la canción de los Beatles que prosa sobre la calle que lleva su apellido, es divertida, impredecible y predecible a la vez, es la musa extraña del artista y la flor junto a la pared.
A Jhonatan no le queda duda.
El chico está enamorado de su pequeño tesoro.
Solo necesita saber algo más.
—Si hipotéticamente tuvieras que conquistar a alguna de ellas, ¿Qué harías?—Johnny vuelve a dejar el café sobre la mesa y se rasca la barbilla con curiosidad.
Wind mira hacia la izquierda como la mesera se aleja y les sonríe a otro hombre en una mesa cercana.
—Supongo que con Park solo haría falta hacerla sentir admirada, contarle historias que la mantengan mentalmente estimulada, recitarle poesía, ser creativo, interesarse por sus pensamientos y prometer llenar el vacío emocional que tiene que cargar—al terminar traga saliva con dificultad, si aquel hombre supiera que ya ha sostenido una relación con una de sus hijas, probablemente no estaría tan calmo bebiendo capuchino con el.
—Te falto tú estratagema para hacerte con el corazón de mi Alana Banana—Jhonatan cruza las piernas y mueve las cejas invitándole a hablar de una manera hosca.
—No se—confiesa Wind y Jhonatan sonríe satisfecho.
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