Yo Jamás Te Amaré
Resistiendo con todas sus fuerzas, se separó de ella.
-Ranma tengo mucha hambre, -¿podrías cocinarme algo? -dijo Ryoga para que lo soltara.
-claro que si querido -respondió soltandolo en el acto.
Se regresó nadando rápidamente, hacía la orilla del río. Ryoga suspiró aliviado, de que ella no se negará a su pedido. Levantó la mirada y se quedó mirando hipnotizado, el cuerpo de Ranma. Sobre todo su mirada se posaba de sus curvas y viajaban a su firme trasero. Ella volteó al sentirse observada, y le dio una gran sonrisa, guiñandole un ojo. Rápidamente Ryoga desvío la mirada, totalmente avergonzado, de haber sido pillado. Después de secarse y ponerse la ropa, se puso a cocinarle a su amado. Ryoga se quedó un rato más disfrutando del agua.
-ya está lista la comida querido -le avisó terminando de cocinar.
-ya voy -respondió Ryoga nadando hacía ella.
Cuándo llegó a la orilla, ella ya lo estaba esperando con una toalla limpia. Ryoga se cubría con sus manos, sus partes nobles.
-déjame secarte querido -dijo Ranma muy atenta.
-yo puedo solo - dijo quitándole la toalla.
-cómo tu quieras - Ranma.
-«realmente se comporta como una novia» pensó asustado.
Rápidamente se vistió y se sentó a esperar la comida. De reojo miraba a Ranma, notó qué ella estaba muy feliz sirviéndole la comida.
-«ojalá esto me pasará con Akane» -pensó suspirando.
-aquí tienes cariño -dijo extendiendole un plato.
-gracias Ranma -dijo mirando la comida contento.
-la comida está caliente, cuidado de qué te quemes la boca -dijo severamente.
-está bien "mamá" -dijo sarcástico.
Ranma se sentó a su lado y tomó sus palillos para darle de comer.
-abre la boca cariño -dijo Ranma.
Ryoga abrió la boca sin protestar, pues al menos no habían personas mirándolos.
-¿te gusta? -preguntó Ranma.
-si -contestó Ryoga.
Ranma sonrió ampliamente, ante su respuesta. Pues se consideraba a sí misma una buena cocinera.
-gracias -dijo Ryoga terminando de comer todo.
-de nada cariño -dijo levantándose para lavar los platos.
Ryoga estando satisfecho y se tendió en el suelo, para descansar la comida un rato.
-me encanta viajar contigo -dijo Ranma, echándose a su lado.
-«así, pero no será por mucho tiempo» -pensó Ryoga.
Ranma se puso de rodillas, mirándolo fijamente. Con las mejillas coloradas, acercó su rostro, hacía la de él. Sin esperarselo fue besado nuevamente, por su rival.
-«otra vez no» -pensó horrorizado.
Ranma puso su mano, sobre su pecho, mientras lo besaba. Con su otra mano, le acariciaba el rostro suavemente. Él solo se quedó quieto, sin poder reaccionar. Pensaba golpearla, pero ella dejó de besarlo, abriendo los ojos. Volvió a hecharse a su lado abrazándolo. Ryoga la miraba perplejo, ante sus avances con él.
-«al menos ya me deja besarlo» -dijo ruborizada, mirándolo.
Ryoga desvío la mirada avergonzado, pues Ranma se veía tan tierna. Rápidamente ella bajó la mirada, también avergonzada, escondiendo su rostro en su pecho.
-«realmente parece una chica enamorada» -pensó nervioso.
Al ver qué ella se quedó dormida, se levantó moviendola suavemente. Se fue corriendo al río y se lavaba la boca con jabón.
-estoy harto de sus besos -gritaba asqueado.
Luego se perdió caminando, por el bosque.
-¿hasta cuándo tengo qué soportarlo? -decía mientras derribaba algunos árboles.
Ranma despertó y se asustó al encontrarse sola.
-¿a dónde se fue? -se preguntó preocupada.
Cargo la mochila y se puso a buscarlo, por todos lados. En cada paso qué daba, se preocupaba más por él. Ninguno de los dos, se dio cuenta de qué venían, en la misma dirección de espaldas.
-¡aah! -dijeron ambos chocando de espaldas.
Rápidamente se dieron la vuelta, muy sorprendidos.
-¡Ryoga! -exclamó Ranma emocionada.
Lo abrazo muy efusivamente, soltando lágrimas de alegría.
-pensé qué me habías dejado -dijo en tono triste.
-solo me perdí -confesó avergonzado.
Ranma levantó la mirada, tenía los ojos muy llorosos. Se puso de puntillas y lo beso con ternura. Ryoga quería golpearla, pero se contuvo al ver qué ella, estaba llorando por él.
-«lo dejaré pasar por está vez» -pensó casi llorando de coraje.
Luego de unos minutos, se separó de él y entrelazo sus manos.
-no vuelvas a irte de mí lado –dijo haciendo pucheros.
–no me perdí a propósito –dijo molesto y le quito toscamente la mochila.
–no te molestes querido –dijo palmeandole la espalda.
Tenían que cruzar el río, fueron donde corría menos agua.
–sueltame la mano –exigió Ryoga.
Ryoga empezó a saltar sobre las piedras, para cruzar el río.
–no me dejes atrás querido –dijo Ranma saltando sobre su espalda.
–¡bájateeee! –grito molesto.
Por unos instantes perdió el equilibrio, pero gracias a su gran fuerza, logró cruzar el río.
–¡ya bájate! –dijo sacudiendose.
Pero Ranma se apagaba a él, como garrapata. Ryoga echaba chispas, mientras ella se mataba de la risa.
De un salto Ranma estuvo en el piso y rápidamente recibió un cocacho.
–¡auch! –dijo sobandose la cabeza.
–te lo mereces –dijo Ryoga cruzando los brazos.
Ranma hizo un puchero, pero se distrajo cuándo vio una hermosa flor. La arrancó y se la colocó en la oreja, como cualquier chica.
¿Que tal me veo cariño? –preguntó tímidamente.
–te vez horrible –respondió toscamente.
En el fondo sabía que ella se veía muy linda, pero nunca se lo diría. Ryoga aceleró el paso, para evitar más preguntas incómodas.
–¡la horrible es Akane! –grito molesta.
–¿qué dijiste? –dijo frenando sus pasos.
–dije que ella es horrible –repitió con voz fuerte.
–por supuesto que no, Akane es la chica más hermosa que conozco –declaró.
–yo soy más bonita –dijo Ranma celosa.
–pues para mí eres la más fea de todas las mujeres –dijo burlándose de ella.
–¡la más fea es Akane, además es una marimacho y tiene pechos planos! –grito a todo pulmón.
–como te atreves hablar mal de la mujer que amo –dijo furioso.
–ella no te ama –dijo mirándolo a los ojos.
–algún día le declarare mi amor y nos casaremos –dijo decidido.
–ella jamás te amará –dijo hirviendo de celos.
–¡yo jamás te amaré Ranma! –dijo con odio en los ojos.
Ranma sintió un profundo dolor en el corazón, al escucharle decir esas duras palabras y no pudo evitar llorar. Ranma agachó la mirada, mientras caían lágrimas de sus ojos.
–¿solo sientes odio por mi verdad? –preguntó dolida.
No espero respuesta alguna y salió corriendo.
–Ranma –dijo sintiéndose culpable.
Pero sabía que era mejor dejar las cosas así, tal vez así podría librarse de Ranma por fin.
–será mejor seguir mi propio camino, y con suerte no vuelva a verlo nunca más –dijo esperanzado.
Ranma estaba recostada en un gran árbol, mientras lloraba fuertemente. Pues le dolía mucho no ser correspondida.
Pasaron dos semanas y ellos no volvieron a verse. Ryoga siempre miraba hacia atrás, asegurándose de que ella no lo siguiera.
–otra vez me perdí –suspiro frustrado.
–¡auxiliooooo! –grito una voz femenina.
–¿de dónde viene esa voz? –preguntó exaltado.
–¡auxilioooo ayúdenme! –volvió a gritar.
Ryoga camino hacía donde provenía la voz. La voz venía desde el fondo de un pozo, Ryoga agachó la cabeza, para ver de quien se trataba, pero la oscuridad se lo impedía.
–me caí, cuándo sacaba agua del pozo, sacame de aquí por favor –grito una mujer.
–agarrate de la soga, voy sacarte –dijo Ryoga.
–ya la agarré –dijo tirando de la soga .
Ryoga jalo la soga, con todas sus fuerzas, rápidamente logró sacar a la chica.
–muchas gracias –dijo ella abrazándolo.
–de nada –dijo tímidamente.
Ryoga se puso colorado, pues su ropa estaba translúcida, al estar empapada.
–déjame invitarte a comer en agradecimiento –dijo sonriendo.
Ryoga asintió con la cabeza y la siguió en silencio. Ni bien llegaron a la casa, la chica les contó lo sucedido. Los padres de ella lo trataron como rey y le ofrecieron hospedaje en agradecimiento, por unos cuantos días. Mientras Ryoga estaba ahí les ayudaba en todo, cortaba la leña y le daba de comer a los animales.
–que buen muchacho –dijo el padre.
–sería un buen esposo para nuestra hija –dijo la madre viéndolos desde la ventana.
–está granja necesita de un joven fuerte –dijo el padre bebiendo su té.
Ryoga y la chica iban a sacar agua del pozo, ella lo miraba sonriente mientras conversaban. Así Ryoga pasó unas semanas, ayudando en la granja. A veces tenía miedo de que Ranma, fuera a buscarlo, tenía semanas sin verla.
Un día mientras cenaba, el padre decidió hablar seriamente con él.
–Ryoga viendo que eres un muchacho trabajador y honesto, te ofrezco la mano de mi hija –dijo el padre seriamente.
Ryoga se atoro con la comida, por la sorpresa recibida.
–juntos podrían llevar en orden esta granja –prosiguió.
La chica miraba avergonzada a Ryoga, pues no le desagradaba la idea.
–yo.. –tartamudeo Ryoga.
–¿tienes novia? –preguntó la madre.
–no tengo –respondió avergonzado.
–no sé digas más, ahora vas a tener una –dio emocionado.
–levántate hija tengo que hacer tu vestido –dijo la madre muy contenta.
La hija de levantó, para que la madre, le tomará las medidas.
–yo iré a hablar con él cura –dijo el él padre saliendo de la casa.
–esperen aún no he dado mi respuesta –dijo alzando las manos.
Pero ya se habían ido, dejándolo solo en el comedor.
–¿ahora que haré? –se preguntó golpeándose la frente.
¿Ahora como se librará Ryoga de un inesperado compromiso? .
Bueno este es un nuevo capítulo, espero les guste.
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