Capítulo 6 - Cumple Tu Promesa
El afortunado joven se había dormido un par de horas cuando el recuerdo de ver a Sara traspasada por el arpón en la mitad de sus senos le había quitado el sueño, pero más terrible fue la visión de aquel cadáver, aún tibio en sus brazos, lo viera con los mismos ojos de Lis antes de morir en el hospital y le dijera aquella frase macabra. Luis comentó para sí en voz alta:
- ¿Cómo es posible que todo esto esté pasando?
Luis no alcanzaba a preguntarse otra cosa. Fueron tantos los momentos mágicos y hermosos que vivió con Lis que nunca imaginó que aquella media naranja rosa se tornaría en rojo sangre.
Y es que inmediatamente que Luis hizo pacto sangriento con Lis, su alma ya no le pertenecía y sin darse cuenta la había entregado al mismísimo dueño del abismo.
Luis pensó que debía haber otra forma de acabar con toda aquella locura, aunque también pensó que sí cumplía con su promesa, de rescatar la calavera de su difunta novia, su vida ya no tendría aquella persecución y dentro de lo que en su mente cabía, podría estar tranquilo. En ese momento Luis recordó a Ana, la médium, recordó que esta tenía que decirle algo urgente, y que por malcriado o adolorido, aquella oportunidad de escucharla podría haber salvado la vida de las personas fallecidas en la isla.
Luis se percató de la hora y eran las 2:58 am, y pensó para sí que faltaba poco más de 3 horas para salir al aeropuerto y comprar un vuelo que lo regresará a la ciudad donde tenía ya su vida, la misma que por medio de una hermosa chica le había arrebatado su alma y lo había llevado a una eternidad en las tinieblas. Sonrió, negó con la cabeza y suspiró profundamente, como aceptando su desdicha, su funesta realidad.
Se levantó de su cama y se acercó a la mesa donde estaba la hoja con los números anotados y noto que en su maleta había algo que sobresalía, como un pequeño cuadro, Luis se extrañó, pues era un porta retratos muy bien conocido, se detuvo a mirar más de cerca y lo sacó. Se acercó al interruptor y encendió la luz, cuando dio vuelta al porta retratos una ola de pánico lo envolvió, sus pupilas se dilataron, aterrado soltó el cuadro y se pegó de espaldas contra la pared dando un corto grito que apagó con su propia mano, resulta que era el retrato que el mismo había metido en el closet del apartamento, el mismo que estaba en el puff de su habitación, si ¡estaba en su maleta!, pero lo que más sorprendió a Luis fue que tenía una nota con la letra de Lis que decía: "estoy esperando que cumplas tu promesa, nada ni nadie te apartará de mi lado, eres mío por siempre, tu alma está amalgamada con la mía".
Luis tomó el porta retatos y sacó la foto, sacó un encendedor que el hotel había colocado en su mesa de noche y le prendió fuego, la lanzó al piso y la foto comenzó a quemarse rápidamente, levantando una llamarada roja que subió como 1 metro y emitía un sonido como rugido, que Luis no podía soportar. El joven, lleno de miedo tapó sus oídos y volteó su mirada para no ver el evento que se mostraba frente a él.
La llama de la nada, de un momento a otro se extinguió y solo quedó cenizas de la foto. Luis se acercó, como para convencerse de que era real, y encontró entre las cenizas solo la parte donde estaba escrita la nota, como para que no se olvidara de lo que debía hacer.
Luis sintió una brisa helada en su espalda y comenzó a temblar, pues ya imaginaba que iba a aparecer el Espíritu oscuro que lo atormentaba, y cuando volteó se encontró con la figura de Sara atravesada con el arpón y le dijo: "más muertes vendrán, pero no encontrarás la tuya" y se esfumó, dejando en el cuarto aquella aroma frutal que conocía, pues era la que Lis usó el día que le hizo la proposición.
Luis se desplomó en el piso, y no supo más de él sino un par de horas después. Despertó en el piso, ya había salido el sol y escuchaba el mar rugiendo, se asomó por la ventana y vio que la administración tenía cintas negras en sus puertas, la señal de luto, por la muerte de Sara.
Luis acomodó su maleta, recogió Las cenizas de lo que fue una foto hace unas horas, las tiró a la papelera y procedió a retirarse del hotel, salió de su habitación, bajo al lobby, las miradas de los trabajadores del hotel eran para Luis como aguijones clavándose en su carne, hizo su checkout lo más rápido pisó le y abandono el hotel.
Cuando salía del mismo, se encontró con el Chamán que le hizo seña desde una esquina más adelante, pero Luis no sabía si acercarse o no, y después de pensar unos segundos decidió acercarse al Chamán. Este le dijo unas palabras:
- La muerte te sigue donde vayas, si no cumples tu promesa, el mal se encargará de presionarte hasta que cumplas. Tus amigos corren peligro, todo lo que llegues a querer aunque sea un poquito, el mal se encargará de quitarlo, pues eres de su propiedad.
- Hay algo que quiero decirle, y es que hice un pacto de sangre con mi exnovia, ella falleció y le prometí hacer lo que ella quisiera. Al morir me dijo que me dejaba su Calavera, y creo que ella viene del abismo y me está exigiendo que cumpla.
El Chamán puso una mano en el hombro del Joven y le dijo:
- Anoche cuando el ser oscuro mató a Sara -, Luis abrió sus ojos -, vi bondad en ti, y esa bondad puede salvar tu alma.
El Chamán golpeó su hombro y se retiró, dejando a Luis confundido con las palabras que acababa de decirle.
💀💀💀
Regreso a la ciudad
Luis se dirigió al aeropuerto y compró el boleto, su vuelo saldría en 3 horas y se fue a la sala de espera. Allí entabla conversaciones con otras personas, pero dentro de sí solo podía pensar en que y como hacer para deshacer el pacto o quedarse con la Calavera de su novia.
Llegó la hora del vuelo y Luis abordó el avión, despegó y dirigió su curso.
Luis le tocó compartir asiento con una joven que inmediatamente comenzó a conversar con él, y Luis sentía como un leve miedo a que el mal pudiera levantarse contra la chica, pero, para fortuna de ambos, no pasó nada que lamentar, al contrario, todo fue de lo más normal hasta que por fin llegaron y desembarcaron en el aeropuerto de la ciudad donde vivía Luis.
Luis llamó a Vince:
- Sí, habla Vince.
- Hola Nerd.
- ¡Luis, rayos, amigo! ¿Ya pasó un mes o que? -, dijo Vince dejando escapar un grito de alegría.
- Estoy en el aeropuerto, ¿Puedes venir por mí?
- No faltaba más borreguito.
Vince fue a buscar a su amigo al aeropuerto que estaba a unos 30 minutos de la casa de su hermano del alma.
Vince llegó al aeropuerto y se dirigió a la puerta de salida, vio a Luis y le llamó, este inmediatamente tomó su maleta y se dirigió a su amigo:
- Luis hermano, ¿qué pasó, porque estás acá con el rostro como si te hubiera ido de la patada?
- Conocí a una chica, estuvimos viéndonos...
- Eso pillo, y que pasó, ¿te dejo y estás herido? -, dijo Vince en forma jocosa.
- Peor aún, está muerta...
Vince frenó de golpe su auto y dijo con un grito:
- ¡¿Qué?! ¿Te están persiguiendo? ¿Eres culpable?
- Vince al llegar a mi departamento te lo explicaré todo.
- ¡Diablos, soy chófer de un asesino de mujeres!
- Claro que no idiota, solo maneja.
Vince prosiguió su camino, después de golpear el volante y decirle a Luis que no quería problemas con la policía a causa de un feminicida.
El camino a la casa de Luis fue silencioso, ninguno de los 2 se atrevía a decir nada, fueron los 30 minutos más largos de sus vidas, hasta que por fin llegaron al sitio, donde vivía Luis.
Apenas entraron Vince le dijo:
- Hermano te quiero mucho, y haría cualquier cosa por ti, pero un ¿asesino, y de mujeres?
- No digas sandeces, siéntate.
Vince se sentó y comenzó Luis a contarle las cosas que había vivido en la isla, de las pesadillas, de cómo había explotado aquella fogata matando a aquellos jóvenes y de la muerte de Sara. Luis decía todo eso con amargura y pesadez de corazón.
Vince se quedó como muerto escuchando aquellas cosas, y al minuto solo fue que pudo decir:
- ¿Qué vas a hacer?
- Aún no sé, pero debo hacer algo y rápido.
- OK hermano, te apoyo.
- Gracias Vince, pero es algo que tengo que resolver solo.
Vince y Luis hablaron por horas, se rieron juntos y llegó el momento de Vince irse, a lo que Luis dijo:
- ¿Me puedes hacer un último favor por hoy?
- Creo que no tengo elección...
- llévame a la feria borrego.
- Claro mi pimpollo...
- Otra cosa hermanito, Por favor Vince, no me busques hasta que te llame. No preguntes, solo hazlo.
💀💀💀
Vince dejo en la feria a Luis y se fue a su casa. Luis por su parte vio la feria con ojos nostálgicos, pues fue allí donde conoció a quien un día fue el gran amor de su vida, pero sin saber, también sería su perdición. Caminó viendo las atracciones que había, viendo los dulces que un día compró para Lis, vio el baño donde ella le dijo que iría mientras el esperaba y se encontró con la tienda de Ana.
- Buenas noches, ¿hay alguien acá?
Nadie respondía, pero Luis insistió varias veces, y como no escuchó respuesta alguna, decidió entrar a la tienda. Luis se acercaba poco a poco hasta la mesa donde un día la médium le había hecho una escena un poco aterradora y se sentó, cuando de repente siente que lo tocan por su hombro:
- Luis, ¡viniste!
- Ana, yo... Yo creo que te debo un disculpa.
- No es tiempo de disculpas, pues, tengo que decirte algo Luis, algo que ya sabes.
- Ana, han muerto 3 personas por mi culpa -, dijo Luis dejando soltar algunas lágrimas.
- Luis vendiste tu alma al mismo diablo, y mientras no cumplas tu parte del pacto los que están a tu lado morirán, pero hay algo más: mientras no cumplas las escenas de terror se irán intensificando en tu vida, debes hacerlo lo antes posible Luis.
Luis se quedó estupefacto, sin saber qué decir ni mucho menos que hacer, sencillamente vio a Ana y asintió con la cabeza, pero absorto totalmente en el pánico que le daba solo imaginar rescatar la Calavera de Lis.
- Algo más Luis, se puede revertir...
- ¿Cómo? -, preguntó Luis un poco entusiasmado.
- Debemos buscar la forma de deshacernos del pacto, yo te ayudaré. Pero mientras averiguo como, temo que deberás cumplirle a Lis.
Luis salió de la tienda abrumado por las cosas que acababa de escuchar, y no podía creer que una muchacha tan bella, tierna, amorosa pudiera haberle arrebatado el alma, literalmente hablando. Pero también un pequeño aire le suscitaba al pensar que podía deshacerse de todo aquello. Luis también pensaba en dos cosas: "Tengo que cumplir mi promesa para proteger a los míos. ¿Encontrará Ana como deshacer el pacto?"
Luis llegó a su casa y se sentó en un sillón y agarro una botella de vodka que había comprado en el camino y comenzó a tomar. El pobre no hacía más que pensar en que hacer y si tenía que rescatar la osamenta de Lis cómo lo haría, cuando, y donde pondría la Calavera.
Cuando llevaba ya más de la mitad de la botella de licor tomada se encontraba borracho, vio la hora, 2:00 am, salió al pequeño parque que estaba cerca de donde vivía y se sentó allí a mirar el cielo nublado. La brisa fría acariciaba su cara, la luna llena se dejaba ver como un gran foco en el cielo y Luis pensó en suicidarse.
- Oye bien Lis, si es que puedes, prefiero morir antes de que sigas matando a otros y mucho menos tomaré tu Calavera de la tumba. Óyeme bien, repito si puedes criatura del demonio, ¡no lo haré!
Luis regresó a su apartamento y se sentó nuevamente en su sillón donde se quedó dormido.
"Luis se despertó y fue a lavarse la cara, pero noto algo raro en su rostro, había gotas de sangre, este agachó su cara hacia el lavamanos y se echó agua dos veces en la cara, pero al mirarse en el espejo ya no eran gotas, ya tenía la cara manchada de sangre, bajó el rostro y vio sus manos bañadas de sangre, volvió a verse en el espejo y noto el reflejo de Lis, ya su rostro descompuesto, de su ojos salían gusanos y de su cara tenía heridas abiertas que estaban negras. Luis volteó de inmediato y se encontró con el cadáver de Sara atravesada por el arpón y los jóvenes que murieron en la explosión en la isla y le dijeron: "es tu culpa..." y se les derritió la piel, los tendones, los órganos y las vísceras cayeron en el piso junto a un río de sangre y olor nauseabundo, dejando mostrar las calaveras y Lis riéndose macabramente."
Luis despertó de inmediato. Era otra pesadilla, Luis arrojó la botella y maldijo el día que conoció a Lis, maldijo el día que hizo el pacto y de repente la ventana se abrió y entró un cuervo moribundo, con la cabeza colgando solo de la piel, dando uno que otros aletazos y murió en la sala de Luis botando toda la sangre del ave a los pies de él.
Luis estaba al borde de la locura, salió corriendo y se encerró en su cuarto, y vio nuevamente el el puff el porta retratos con la foto que había quemado en el hotel de la isla. Luis temblando de miedo, la vista se le fue nublando, su respiración fue lenta y cayó en el piso desmayado.
Luis despertó y estaba en el piso de su cuarto, ya había salido el sol, vio la Hora, 7:35 am. Se levantó del suelo y pensó para entrar al baño y lavarse. Pensó para sí que todo pudo haber sido producto del alcohol, y un poco dudoso entró al baño.
Todo estaba normal, el agua cristalina, no había sangre en su rostro ni reflejo de Lis. "Todo está como debe estar", pensó Luis, y respiro profundo. Tomó una ducha y salió a la cocina a preparar su café, pero pronto se dio cuenta de que no todo había sido un sueño o producto de la vodka, pues, cuando salió a su sala vio el ave que yacía con la cabeza colgando de solo un pedacito de piel y la sangre espesa regada. Luis soltó la taza y salió donde la médium, pensó que Ana podría ayudarlo.
Luis corrió a la calle y paro a un taxi al que le indicó que lo llevara hasta la feria donde la médium tenía su tienda y así sucedió.
Luis sentía que ya no sabía si vivía o estaba en un sueño, si tenía el control de su vida o no, si estaba a un paso de perder la cordura y la razón; Luis quería morir.
Llegó prontamente donde Ana, y entró sin llamar, pero su sorpresa fue que encontró a Ana levantándose de su cama con una pijama corta y casi transparente, Luis idiotizado con lo que veía, no supo decir nada, pues, Ana era una mujer con un excelente cuerpo y con una rostro muy bonito.
La médium se dio vueltas y vio a Luis mirándola fijamente y está pego un corto grito:
- Luis, ¡¿qué haces?! -, tomando una manta y enrollándose con ella.
- Perdón, yo...
Luis sentía que su corazón estaba a punto de paralizarse, y cayendo de risillas dijo:
- Ana, no puedo más con esta situación. Debo hacerlo.
- Luis, quise evitarte todo este tiempo, pero ya no hay vuelta atrás.
- Ana, ¿y si me quito la vida?
- Por Dios Luis, ¡no! Hay otras formas.
- ¿Cuál? No tengo elección.
Luis estaba decidió a cumplir la funesta y macabra última decisión de Lis.
Ana lo tomó de la mano y se dispuso a hacer una lectura, aunque ella había decidió más nunca hacerle eso a él después de aquella visión cuando Lis estaba viva. Al instante Ana entró en trance y comenzó a hablarle a Luis:
- Rescatar la Calavera te librará de una promesa que hiciste, pero no tendrás tranquilidad, pues, abrirás una puerta al reino de las tinieblas, pero hay una salida...
Cuando la médium dijo esto comenzó a sentirse estrangulada, comenzaba a tirar manotazos y se agarraba la garganta, era un escena horrible ¡de estrangulamiento! Luis gritó y dijo:
- ¡Basta Lis! Cumpliré...
En ese instante la médium quedó como desmayada, pero en un segundo se incorporó. Comenzó a oler el perfume dulce de Lis, y la médium tomó gentilmente la mano de Luis y le dijo:
- Bebé estaremos juntos por siempre, solo cumple tu promesa.
Ana, quien en ese momento estaba poseída por el espíritu maligno de Lis, abrió sus ojos, y Miraron a Luis, fijamente hasta que volvió a caer desmayada.
Luis se levantó y recogió a Ana del suelo y la llevó hasta la cama de ella y la acostó. Ana abrió sus ojos y le dijo a Luis, hay bondad en ti Luis, esto te salvará.
Luis recordó que esas palabras se las había dicho el Chamán, y no era casualidad que Ana se las repitiera.
Luis dejó a la médium y se fue de vuelta a casa. Llegó allá, a donde vivía, y vio por la ventana la gran tienda por departamentos que estaba a dos cuadras de donde estaba él y pensó en comprar lo que necesitaría para rescatar la Calavera de su novia.
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