18 a veces se quedaba mirando a su hija. Le era casi asombroso que una criatura tan mona hubiera brotado de ella. La hacia verse diferente,más humana y últimamente anhelaba sentirse así,humana. Cosas extrañas le estaban ocurriendo desde hace poco más de una semana. 

Todo empezó una mañana normal,en que la mujer preparaba el almuerzo. Cortaba algunas verduras sobre la tabla de picar,en la cocina,mientras vigilaba a su hija por la ventana. La pequeña jugaba en el jardín con unas muñecas. Todo iba bien hasta que por distraerse,viendo a Maron,el cuchillo fue a parar sobre un de sus dedos, pero no fue el dolor lo que le hizo advertir eso,sino el sonido metálico del choque del cuchillo contra su falange. Miró su mano y la levantó a la altura de su rostro para examinar el corte que debería estar sangrando, mas su dedo mostraba una herida limpia,sin una gota de sangre.  

El corte era profundo,podía ver la carne más allá de la piel,pero aquella tenia un aspecto inusual,casi como si hubiera sido gel balístico. No le dio importancia y vendo su dedo para siguir con el almuerzo. Más tarde hizo a Maron tomar una siesta. Solía quedarse recostada,junto a la pequeña cada vez que esta dormía. Leía alguna revista de moda o simplemente veía la TV a bajo volumen. En esa oportunidad hacia las dos,hasta que un sonido comenzó a molestarle. Era como un zumbido de estática en su oído.Tras un par de minutos, apago el televisor pensándolo la causa de su malestar, pero ese sonido no se fue. Se llevó la mano derecha a la oreja y la cubrió, haciendo que el sonido se amplificara. Algo confundida se levantó de la cama para ir al baño,con ese sonido siempre en el oído. Se lavo el rostro, se mojó la cabellera y al apartar la toalla de su faz,se descubrió con el ojo izquierdo como si fuera una pantalla con estática. Dio un grito agudo y un parpadeo después esa imagen,junto al sonido habían desaparecido.  

Cosas semejantes se repitieron en los siguientes días. A veces cuando su cuerpo se estrellaba,
accidentalmente, contra algo,el sonido resultante era el de un helado metal. También,en una oportunidad,creyó haber orinado un liquido gris y aceitoso. Todo eso la estaba poniendo bastante nerviosa y como rápidamente se dio cuenta de que sólo ella advertía todas esas cosas,su estado anímico fue alterandose más y más.

Una mañana acudió a Bulma para que le hiciera una revisión. La mujer accedió,aunque no tuvo demasiados detalles de la razón para eso. Después de varias pruebas Bulma,sólo pudo decirle que todo estaba bien,que su cuerpo estaba en perfecto estado. 18 entonces le pidió un escaner a su cerebro y la forma en que se lo pidió, preocupo a Bulma.

Tras un chequeo concluyo,la científica,que todo estaba en orden,pero la rubia no se convenció y por la enorme angustia que todas esas sensaciones le estaban causando, termino por relatarle a Bulma que sucedía,al tiempo que veia como su piel se iba desprendiendo de sus brazos, para dar paso a una cubierta metálica de la que se desprendían decenas de cables que subían hacia su rostro, como serpientes. Se quedó quieta mientras esas hebras de color verde perforaban su faz,para arrastrarse como gusanos bajo su piel,buscando camino hacia sus ojos los que fueron penetrados y destruidos. Pudo quedar en la oscuridad,pero en lugar de eso todo entorno a ella se volvió una pantalla con estática. 

Con un impulso eléctrico
Bulma,la devolvió a la realidad y 18 se encontró otra vez en el laboratorio. El rostro de la mujer de bata blanca,el del padre de esta y la pequeña Maron,que había ido en busca de su madre,mostraba temor,pero no tanto como el que 18 tenia en su propia faz.

-No soy humana-dijo y cayó sobre sus rodillas.

Por su bien y el de todos,la encerraron  en una cámara especial,mientras descubrían que pasaba con ella. La mujer se quedo acurrucada en un rincón sin protestar,esperando que encontraran una cura a su mal,pero tenia pocas esperanzas. Entre más tiempo pasaba en esa solitaria habitación,menos humana se sentía, pues el metal se esparcía por su cuerpo y ese sonido de estática no volvió a silenciarse. Su carne se mineralizaba,como un proceso a la inversa de la natura,
quitandole lentamente los sentidos como el del tacto. Pronto no fue capaz de sentir frío o calor,de saborear la comida o oir algo que no fuera ese sonido infernal. Tirada en el piso pasaba horas repasando los recuerdos de su vida,que eran tan pocos en comparación a los años que tenia,pero ya no sabia cuantos eran. Desde ese lugar,empezaba a creer que todo aquello no era más que una simulación implantada en su cerebro, pues ya no tenia piel,sino metal. En lugar de venas eran cables los que recorrían ese cuerpo artificial. Sus ojos se habían empeñado,como una ventana expuesta a las inclemencias de la intemperie. No era más que una maquina estéril,pero no siempre fue asi.

Ella era una jóven como cualquier otra. No era ni más fuerte,ni más lista; una mujer normal a la que un día le quitaron todo para darle un poder que no pidió ¿Cuanto quedaba de la muchacha aquella? ¿Cuanto quedaba de la mujer real? Se caso,tuvo una hija. Nadie sospecharia que no era humana,pero ¿Realmente quiso eso o sólo se obligo a vivir una vida convencional para no sentir esa deshumanidad latente en si? ¿En que punto dejo de ser humana o nunca lo fue?

Esa noche se llevo la mano al pecho, buscando su corazónpero sólo encontró bobinas y engranajes haciendo ese sonido mecánico,seco y helado. Su cuerpo era una coraza gris que rechinaba al caminar,por eso no se levanto del suelo para comenzar a quitarse trozos de ese acero con el que estaba forjada su estructura. Se arranco parte del brazo,logrando soltar un liquido negruzco que mancho las paredes y dejó al descubierto cables chispeantes que generaban estática. Se quito cabello y perforó su vientre en busca de las entrañas en que sostuvo a Maron,ese ser humano que no podia haber nacido de una maquina como era ella.No habia más en su abdomen que en su brazo. El zumbido se hizo más poderoso,taladreante y finalmente...

Por la mañana Bulma la encontró tirada en el suelo,con las entrañas afuera y un brazo desgarrado. Las hebras de su cabello se pintaron de la sangre con la que escribió tres palabras en la pared.La científica leyó en silencio,mientras no lograba apartar los ojos del corazón expuesto,en esa caja toráxica abierta. El músculo aun era apretado por 18, quien tenia dibujada una sonrisa lunática,para siempre perdida en el infinito como esas palabras:

                        Soy humana.