Viejos Amores ~ Capítulo de Vicente ~
Llevamos 15 días caminando y volando sin parar, las zapatillas que hizo Pía han sido de gran ayuda, pero aun no logramos encontrar al príncipe. Quizá, hemos estado andando en círculos, porque siempre nos topamos con los mismos lugares. Las noches son algo frías en el bosque, así que he aprendido a crear abrigos de ramas, aunque siempre encontramos ropa en el camino, creo que son de alguna civilización, pero nunca nos topamos con nadie, estamos siempre los tres.
- No sé qué hacer.
Cedric se ha portado bastante amable conmigo, ha decidido darme bastante espacio para acostumbrarme a la vida de aventurero, pero siento miedo a veces, es raro no tener a Darko a mi lado, pero este viaje me servirá para separarme de él. Necesito tener una vida, así que fue fácil decidir viajar, aparte, quizá pueda acercarme a Sam.
- No sé qué hacer.
Yo y Sam hemos sido amigos desde siempre, me llevo bastante bien con ella, solemos entrenar juntos y contarnos nuestras cosas. Cuando llegamos del campamento, Sam me dijo llorando que estaba enamorada de mi hermana, yo lo sabía, sus ojos siempre brillaban cuando me hablaba de ella, yo sé lo que se siente estar enamorado de la persona equivocada. Lamentablemente Sofía ama a Elías y aunque me gustaría que Sam fuera feliz con la persona que ama, la felicidad de mi hermana y el príncipe me hacen constantemente creer en el amor. Mi amiga ha aprendido, con el tiempo, a desearle lo mejor a Sofía, así que cada vez se muestra más indiferente a la situación, pero en el fondo sé que ella aún siente algo por ella.
- No sé qué hacer.
- Deja de pensar en voz alta – le digo a Cedric que no me deja concentrarme en mi momento de contar la historia.
- Lo siento – me dice él – es que ya llevamos varios días buscando y no encontramos nada.
Me acerco a él y le digo.
- Si te preocupas demasiado no avanzaremos nada – veo su cara de sorpresa.
Lo sé, mi hermano y Elías no me han hecho una buena fama con ustedes. A veces me preocupo de más, pero es porque me gusta proteger a las personas que amo, uno que ya vio como la desobediencia te puede llevar a tener un accidente, prefiere prevenir antes que lamentar. Estoy intentando ser más tranquilo, por ejemplo, ahora puedo dormir perfectamente en el piso sin despertar al otro día asustado porque una araña pudo morderme. Es que no sabes la cantidad de peligros que pueden ocurrir si te despistas un poquito… Pero bueno, estoy intentando ser más relajado.
- Creo que estamos dando vueltas en círculos – dice Sam, mientras recoge una polera que estaba en el piso – esta polera la vi hace 3 días atrás, estamos andando en círculos.
- Lo sé, llevo varios días sintiendo esa sensación – le digo a mis amigos - pero no he querido decirlo.
- Perderse en el bosque es casi tan difícil como encontrar a Elías – dice Cedric, que, por su cara, parece perder la esperanza – no sé como seguir, nunca fui un buen guía, los he tenido 15 días andando en círculos – sus lágrimas empiezan a salir.
- No seas tan duro contigo hermano – le dice Sam mientras lo abraza – nadie conoce el bosque, es fácil perderse en él.
- Ariel sí lo conoce – mi amigo empieza a llorar más fuerte – ni siquiera sé si está vivo.
- Lo está – le digo a mi amigo – Darko y Pía deben estar haciendo todo lo posible para conseguirlo. Confía en ellos, pero lo más importante, confía en ti.
Mi amigo siempre ha sido duro con él, siempre que nos cuenta historias nos dice que no es capáz, que es un mal líder y la verdad, es que siempre está equivocado, si no fuera por él, yo no hubiese tenido la valentía para enfrentarme a esta situación, confío ciegamente en sus capacidades, sé que él podrá hacer lo que quiera con su futuro porque él es capáz. Entiendo su dolor, desde que Darko perdió su ojo, la gente siempre se preocupa de él y a mi me tiran a defenderme solo, sin herramientas, a veces todo se trata de Darko y a pesar de que lo amo, en momentos me siento como su sombra. Creo que Cedric se siente como la sombra de Elías, porque a veces todo se trata de él, por eso siempre he sido más cercano a nuestro guardia que a nuestro príncipe.
- No es necesario que cargues con esto solo – le digo a Cedric – somos un equipo y a veces, reconocer eso te hará ser mejor líder. Cada uno en este grupo tiene su fortaleza, Sam es una guerrera increíble, tú eres increíblemente fuerte y yo sé cómo defenderme, quizá nos falta alguien que sepa cómo ubicarnos en este lugar.
- Pero nadie conoce el bosque – dice Sam.
- Quizá, pero Ariel te ha contado cosas que pasan en el bosque – le digo a Cedric, su novio es un investigador.
- Solo sé que hay un río que casi atraviesa la isla de norte a sur, que hay una isla dentro de la isla y que hay una montaña que queda un poco al oeste de la ciudad, casi tan grande como la montaña de las flores rosadas. Creo que le pusieron “el cerro”.
Esta gente siempre le pone malos nombres a las cosas, pero bueno, quizá ese cerro nos sirva para conseguir la altura necesaria para ver si vemos las alas de Elías.
- ¿Sabes dónde está ese “cerro”? – le pregunta Sam a Cedric.
- Sí, pero Ariel me dijo que estaba lleno de lobos – me dice mi amigo.
Debe ser el lugar más alto de la isla, necesitamos llegar hasta allá.
Mi amigo toma sus cosas y nos ponemos los zapatos con alas, debemos llegar al cerro.
Al llegar, ordenamos las cosas, encontramos una cueva que nos servirá de refugio, suponemos que alguien estuvo en este lugar, puesto que está lleno de trampas, me emociona pensar que quizá mí hermana estuvo aquí y tiene sentido, encontramos algunas plumas. La noche cae, Cedric duerme y yo me quedo conversando con Sam.
- A veces pienso que a Cedric le haría bien descansar de Elías – le digo a Sam – sé que es su amigo, pero su presencia lo cubre y lo llena de miedo.
- Creo lo mismo, pero es algo que tiene que pensar él – me dice ella - ¿Te pasa lo mismo con Darko?
- Sí. Sé que es feo pensar así, pero a veces me gustaría sentir que alguien me quiere proteger, que alguien me puede ver.
- Yo te veo – me dice Sam mientras se acerca a abrazarme – me agrada que hayas decidido venir, creo que diste un paso muy grande.
Me siento tan bien en sus brazos, veo que sus ojos miran los míos, mis lágrimas empiezan a salir. Quizá fue la confusión de la noche o que sus brazos parecían sentirse como mi hogar, me acerque a darle un beso y ella me lo respondió. En mi mente se sentía bien, mi corazón estaba sintiendo el calor de su cuerpo, sus manos tocan mi cara y me besa con más fuerza, yo hago lo mismo. Quizá fueron dos horas, quizá fue menos, pero ese beso se sintió eterno. Nos separamos y le dije.
- No me beses si solo es por lástima.
- Quizá no es un buen momento para mi corazón – me dice ella mientras se aleja – pero si me esperas, esto podría funcionar.
Me paro y me voy a acostar, le digo buenas noches y antes de dormirme ella me dice al oído.
- No siento lástima por ti, pero si por mí.
- Perdón por besarte en un mal momento – le respondo – no quería poner las cosas raras entre nosotros.
- No me pidas perdón, yo quería que me besaras – me lo dice mientras me mira a los ojos – pero ¿No es raro si antes me gustaba tu hermana?
- Quizá un poco, quizá lo que realmente te gusta de mí es mi apellido – ella se ríe conmigo - ¿Aún te gusta?
- Es difícil olvidar a alguien que estuvo siempre en tu mente – dice ella – pero tú eres tan lindo, haces que sienta otras cosas en mi interior.
- ¿Cosas buenas?
- Sí, cosas buenas – me lo dice mientras se ríe un poco – pero, debería pensarlo un tiempo más.
- Puedo esperarte. Me gustas desde hace años y ya había perdido las esperanzas de que te fijaras en mí, así que de verdad puedo esperar. Pero necesito algo antes de esperar – le digo mirándola a los ojos.
- ¿En qué te puedo ayudar? – me dice ella mientras me coquetea.
- ¿Puedes darme un último bes...
Antes de terminar la frase, ella ya me estaba besando. Todo iba bien hasta que escuchamos un ruido de afuera. Salimos los tres para ver, mis ojos no lo pueden creer, trato de despertar mejor de la sensación de darle un beso a Sam. Vuelvo a ver y es mi hermana. Es mi hermana y Elías.
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