Despierto entremedio del bosque, Eliot está dormido a mi lado, parece como si ambos nos hubiésemos desvanecido. Miro para todos los lados tratando de recordar algo, ni siquiera sé dónde estoy, mi amigo me tiene un brazo encima como si me estuviera abrazando, lo miro con ternura, pero no es momento de disfrutar esto, así que lo muevo para que despierte.

- Eliot – le digo mientras lo sacudo.

- ¿Sí? – me dice él –. Rayos, me quede dormido – dice algo confundido mientras se pone de pie –. Debemos volver al pueblo.

- Pero tú no querías volver – le recuerdo – o sea, no me niego a la idea de volver, pero quiero saber porque el cambio de idea.

- La gente cambia – dice el mientras se ríe – hay que encontrar a Camilo.

Nos ponemos de pie y caminamos por el bosque, él se hace un peinado, no me había dado cuenta de que camine demasiado, ni siquiera recuerdo cómo me tope con Eliot, creo que fue porque empecé a seguir una luz. Ya se está haciendo de noche de nuevo, hasta que siento a alguien llorar entremedio de los árboles, me acerco y lo veo, es Camilo.

- ¿Qué haces aquí? – le dice Eliot mientras se acerca a él.

- ¡Eliot! – dice él eufóricamente - ¡Pensé que no te iba a volver a ver! Nunca más me dejes solo, no sabría qué hacer si no estas en el pueblo.

Ambos se abrazan y les hago una señal para que se apuren, debemos llegar al pueblo antes de que se anochezca. Al llegar, veo a Rosa, parece que está dando ordenes en el centro del pueblo, le digo a los chicos sé que acerquen y al percatarse de nuestra llegada dice.

- Bueno, ya llegaron, no es necesario hacer el funeral – se baja de la tarima y se acerca a mi - ¿Puedes explicarme a donde se escaparon?

Su voz se escucha con una frialdad y rencor que me tiene acostumbrada la presencia de esta mujer.

- Yo también te extrañe colega – le digo mientras le toco el hombro – encontré a Eliot entremedio del bosque, agradezco tenerlo a mi lado ahora. ¿Ya le dijiste a todos lo que Tristán dijo en su carta?

- Efectivamente, mientras tú y el tontito de allá – apunta a Eliot – jugaban a las escondidas, tuve que hacerme cargo de algunas cosas, ahora que llegaste me gustaría poder discutirlas en privado contigo.

Me toma del brazo y me lleva a su casa.

- ¿Por qué no trajiste a Eliot? – le digo al darme cuenta de que él no nos seguía.

- Seamos francas, no dejare que un pirata quede a cargo de la gente del pueblo – dice ella – quizá aun no estoy de acuerdo con la idea de tener que compartir el puesto contigo, pero asumo que tienes capacidades que yo no poseo, en cambio el artesano, me parece algo tonto para el puesto.

- No aceptare el puesto si no dejas a Eliot como encargado también – le respondo con firmeza – Tristán quería que los tres fuéramos líderes y creo que tiene razón. Tú puedes ocupar el lugar que tienes, yo me encargo de los cazadores y recolectores y Eliot se encarga de los buscadores y los artesanos, es una distribución justa y sencilla.

- Por mucho que quieras que tu amigo sea el encargado, no permitiré que él se acerque a mí – me dice ella mientras se acerca – no puedo tener de aliado a ese idiota.

- ¿Por qué lo odias? – le digo enojada.

Ella se acerca y me da un beso, quedo paralizada al sentir sus labios sobre los míos, no me imaginaba que alguien así pudiera sentir algo por mí, sus manos me empiezan a tocar de una forma que me hacen sentir incomoda, la alejo de un empujón y le pregunto qué le pasa.

- No puedes estar enamorada de alguien tan idiota como él Jazmín – me dice mientras llora – soy yo en quien te debes fijar.

- Estas enferma – le digo con frustración – Tú no eres nadie para decirme en quien me debo o no me debo enamorar y para tu información, no estoy enamorada de Eliot, es mi amigo y solo eso.

Salgo rápidamente de su cabaña y corro hasta el centro del pueblo, me encuentro con Eliot y él me abraza, tomo con fuerza su camisa y le doy un beso, no sé que estoy haciendo, estoy tan confundida, solo quiero algo que me haga sentir mejor y sus labios provocan eso en mí, quiero escaparme de aquí, no quiero estar en este pueblo, me siento en peligro.

- ¿Por qué estas llorando? – me dice Eliot mientras se separa de mí.

- No quiero estar aquí, necesito irme de aquí Eliot.

Entro en desesperación y me caigo al piso.
Despierto en la cabaña de Eliot, Camilo y él me están mojando la cara, se ven preocupados por mí, trato de concentrarme en la cara de mis amigos, vuelvo a la habitación y empiezo a llorar, Eliot me abraza y me dice.

- ¿Qué te hizo Rosa?

Al escuchar su nombre recuerdo como sus labios se acercaron a los míos y me obligaron a estar en ese lugar, me siento sucia, yo no la amo, yo no siento nada por ella, es la persona que más odio en este lugar y ahora que tiene poder, no quiero estar cerca de ella, necesito irme de aquí.

- Eliot, no puedo hablar ahora de eso – le digo mientras lloro – necesito irme de aquí, no pertenezco aquí, quiero irme.

- Esta bien – me dice él mientras me besa la frente – nos iremos mañana mismo.

Ambos salen de la pieza y me quedo sola, los recuerdos empiezan a aflorar, empiezo a sentir ansiedad, trato de pedir ayuda, pero no puedo, me quedo paralizada en la cama y sin poder decir nada.

Veo la pared y empiezo a sentir como todo se empieza a encoger, cierro los ojos y de la nada me sale un grito.

- ¡Eliot!