Ilan me ha contado algunas aventuras que ha vivido con mi padre, sobre todo cuando era pequeño. Me dijo que la razón por la que sabe tanto de plantas es porque viene de una comunidad que estaba rodeada de científicos que buscaban la cura para la enfermedad. Cuando supo que nos expulsaron, intento buscarme por todo el bosque, pero nunca me encontró, hasta que llegue a sus brazos, agradezco mucho que este conmigo. Me mostro algunas cartas que escribía mi padre para él se nota que se tiene mucho cariño, me sorprendo al saber que tengo un muy buen padre.
Hemos empezado a caminar por el bosque, en las noches él me abriga y me da algunas hiervas para que no me enferme, confió en todas las cosas que me da, es la persona inteligente del grupo.
- Ya estamos más cerca que la noche anterior – me dice él, yo me rio porque es obvio.
- Gracias por ayudarme – le digo – desde que apareciste, ya me siento más seguro, estoy muy contento de que hayas aparecido.
Me acerco para abrazarlo, él me queda mirando a mis ojos y nos quedamos un rato callados, sus ojos son de color miel, nunca me había detenido a mirarlo, creo que la luz de la luna favorece mucho a su belleza.
- Creo que debería ir a dormir – dice torpemente mi amigo – ya es tarde… Mañana debemos empezar nuestro vieja… Como todos los días… Mierda, soy tan estúpido…
Se paró y se fue a dormir, yo me quedo mirando el fuego un rato, es extraño sentirme de esta forma, creo que es un chico muy lindo, pero aún tengo el corazón ocupado por Eliot, si tan solo mi mente estuviera tranquila y no pensara todos los días en él. Soy tan idiota.
- Tranquilo – me dice mientras se acerca – Sé que estas enamorado de Eliot y lo puedo respetar, no es necesario que me lo ocultes.
- Es idiota sentirme así, no debería estar triste por ese chico – le digo – él siempre estará enamorado de ella y yo… Yo siempre estaré solo.
- No lo estarás – me dice y me abraza – yo estaré contigo, te lo prometo.
Dejo que mis lagrimas salgan para sentir todo el dolor que me provoca sentir amor por Eliot. No tiene sentido que siga amando a ese chico, quisiera poder arrancármelo de la mente y no tener que lidiar nunca más con su presencia, pero ahí está, cada noche, cada día. Cada sombra que veo me hace pensar que en algún momento él me encontrará y me dirá que dejó a Jazmín para estar conmigo, que siempre fui la persona con la que debió estar… Pero eso solo pasa en mi mente, en la vida real… En la vida real yo no le importo.
- Vamos a dormir – me dice mi amigo – mañana será un mejor día, te lo prometo.
Me abriga y me abraza. Siento el calor que me dan sus brazos, quizá sea él, quizá lo cómodo que me siento es lo que la gente llama amor.
En mi sueño las cosas son algo diferentes, veo al chico de pelo rojo, me esta pidiendo ayuda, quiero salvarlo, necesito ayudarlo. Corro para acercarme a él pero una chica lo está protegiendo, no tiene sentido que siga ahí, el ya tiene una persona que lo ayude. Empiezo a escuchar gritos, es Eliot, corro con todas mis fuerzas, quiero ayudarlo, pero aparece Jazmín, ella lo abraza y puedo notar que su brazos lo protegen, él no me necesita. Escucho gritos de un chico, empiezo a correr desperado y me veo a mí, tengo algunos rasmillones en la cara, estoy completamente herido, me acerco con miedo de que aparezca alguien para ayudarlo, pero nadie aparece, nadie está para él.
- ¿Puedo ayudarte? – me digo a mí mismo.
- ¡Vete! ¡Me dejaras solo al igual que todos! – me dice mi otro yo - ¡No necesito de ti, necesito de ellos! – Saca unos peluches, uno es de un chico con pelo rojo y el otro de un chico con pelo azul, supongo que son Elías y Eliot.
- No los necesitas a ellos – me acerco para sacarle los peluches – déjame ayudarte, sé que puedo salvarte.
Mi otro yo suelta los peluches y me da la mano, sus heridas se empiezan a sanar, suelto algunas lágrimas, estoy seguro de que puedo salvarme a mí mismo.
- Creo que debería dejar de enamorarme tan rápido de las personas – le digo a mi otro yo – debería empezar a amarme a mí.
- ¡Tristán, despierta! ¡Ya es tiempo de salir! – dice mi otro ya, cada vez más fuerte.
Despierto asustado y noto a lo lejos una luz azul, tengo miedo, no quiero seguirla, me tapo la cara y me empiezo a repetir “no es verdad” “debo seguir soñando”. Saco mi cabeza para ver si la luz aun esta y para mi sorpresa ya desapareció. Me acerco para abrazar a Ilan, que en algún momento de la noche me dejo durmiendo solo.
- Ilan – le digo suavemente para despertarlo - ¿Puedo dormir contigo?
- ¿Tristán? – me dice el confundido – justo estaba soñando contigo, claro que puedes dormir conmigo, ven – abre sus brazos para que pueda abrazarme.
- Gracias, tenia un poco de miedo – le digo mientras lo abrazo.
- Creo que me excedí con algunas plantas medicinales, algunas puedes provocar pesadillas – me dice mientras me hace cariño en el pelo – Perdón, mañana mediré mejor las porciones.
Me acomodo para quedarme dormido otra vez y logro hacerlo sin ningún problema.
La mañana siguiente, me desperté algo desorientado, pude ver a Ilan vistiéndose, tenia el pecho descubierto y empecé a sentir algunas cosas en mi estómago.
- Despertaste – me dice – no quise moverte, estabas roncando muy fuerte, supongo que estabas cansado – se pone una camisa y se empieza a abotonarla, trato de cerrar los ojos mientras lo hace, no quiero que me vea con una erección por él.
- Gracias por lo de anoche – le digo mientras trato de calmarme – tenia un poco de miedo.
- Lo pude notar – me dice – estuviste toda la noche abrazado a mi brazo, trate de moverme, pero tu no me dejabas – termina de abotonarse la camisa, creo que puedo volver a mirarlo – Perdón por de anoche, tendré mas cuidado con las hiervas que te doy.
- Tranquilo, estoy muy agradecido con tu ayuda – trato de pararme, me voy a vestir.
- Te prepare desayuno – me dice algo nervioso al ver que me estoy sacando la ropa – luego de esto… Deberíamos empezar el viaje de hoy.
Su voz nerviosa me hace sentir algunas cosas en el estomago de nuevo, creo que tendré otra erección, necesito cambiarme rápido para que no se dé cuenta.
- Deje tu ropa ahí - me apunta un sitio mientras me ve, me empiezo a reír, quiero que no se dé cuenta.
- Gracias, tomare desayuno apenas termine de cambiarme – me pongo la ropa de forma estúpida, él se empieza a reír, creo que noto mi erección, mierda, va a pensar que soy un pervertido.
Me siento a su lado y me pongo a reír con él, nos quedamos mirando y tratamos de no decir nada, pero ambos sabemos lo que está pasando.
- Bueno, ya es momento de partir – me dice – por mientras ordenare las cosas.
- Gracias de nuevo – le digo – haces que este viaje sea más divertido.
Él se ríe, creo que lo que acabo de decir se puede mal entender, pero no lo explico, dejo que él saque solo sus conclusiones.
Tengo muy presente el sueño que tuve anoche, creo que debo darle un descanso a mi corazón, por ahora solo me concentrare en buscar la comunidad de las flores rosadas, más adelante veré que hago con lo que estoy empezando a sentir por este chico.