Manzanas Verdes - Capítulo de Jazmín
Cada mañana que pasa hace que se me haga más complicado estar aquí, quiero poder tener la oportunidad de encontrar otro lugar para mí, quiero poder encontrar calma en algún momento.
- ¡Concéntrate Jazmín!
No entiendo porque tengo que hacer esto todos los días. Al principio era divertido, pero desde que se volvió rutinario, ya no lo disfruto.
El arco me parece super aburrido, ni siquiera sé porque debo tenerlo siempre conmigo... Esto no tiene sentido.
Quizá en algún momento de mi vida, me detendré y podre disfrutar de este pueblo, pero ahora, ahora solo quiero desaparecer… Mi trabajo ni siquiera es tan importante, lo único que me gusta hacer es enseñarle algunas cosas a Eliot, pero nada más, odio tener que siempre tener que trabajar sin encontrarle el sentido a lo que estoy haciendo.
- ¡Concéntrate Jazmín!
Ni siquiera sé que hago aquí, me gustaría poder viajar, conocer otros lugares. A veces envidio a los buscadores de tesoro por tener la posibilidad de viajar, solo quiero tener la oportunidad de…
- ¡Concéntrate Jazmín!
- ¡Ya te oí! – le digo a mi amiga – No tienes que gritarme, estoy concentrada.
- Si estuvieras concentrada te darías cuenta de que tu flecha está apuntando al chico de las frutas – me responde ella.
Mi amiga se llama Iris, es la persona con la que comparto cabaña, al principio era la única amiga que tenía, ahora es la persona que más me conoce.... Aunque no conoce a Eliot... Ellos nunca se han visto, pero yo paso todo el día hablando de él, creo que Iris conoce a la perfección a Eliot, bueno, quizá solo conoce la visión que tengo yo sobre él, pero es lo mismo. Sé que mi amigo es la persona más dulce y graciosa de todo el pueblo, así que con eso me conformo.
- ¡Jazmín, deja de apuntar a ese chico! – me grita Iris.
- Lo siento – le digo – Tengo mi cabeza en otra parte.
Suelto el arco y empiezo a caminar al chico de las frutas, parece algo agradable, tratare de quitarle una manzana.
- ¿Puedo comer una? – le digo mientras le saco una manzana de su canasto.
- ¿Me hablas a mí? – me dice mientras mira a todos lados – no sé si debería hablar contigo…
- Tranquilo, no te meteré en problemas.
- Claro que sí lo meterás en problemas – me dice una voz de una chica, supongo que es Rosa – no desconcentres a Benjamín en su trabajo.
- ¿Qué haces tu aquí? ¿No deberías estar buscando “tesoros”? – le digo con tono sarcástico, Benjamín se ríe al ver que me estoy burlado de Rosa.
- No deberías provocarme cazadora inútil – me toma la manzana que tenia en mis manos y la muerde – vuelve a tu trabajo antes de que te acuse a Tristán.
No entiendo porque me debería dar miedo Tristán, es un chico bastante sencillo, ni siquiera inspira temor, cuando lo veo solo me dan ganas de abrazarlo y decirle que tenga un buen día.
Para no buscar problemas, saco otra manzana del canasto y empiezo a caminar a la zona de cacería. Tenia un poco de rabia, Rosa siempre logra sacarme de quicio, esto no debería quedarse así. Tomo una flecha y la apunto a la manzana que tiene en sus manos, la atravieso y con mirada triunfante le hago una reverencia.
- No debiste hacer eso – dice Iris - ¿Por qué siempre buscas problemas con ella?
Me quedo callada y de lejos la veo acercarse con furia a mi lugar, no escapo, no tengo miedo, pero debería, los golpes de Rosa duelen mucho, tiene demasiada fuerza.
Llega a mi lado y sin decirme nada levanta su mano para dejarla caer en mi cara.
Si pudiera medir el dolor que acabo de sentir, le daría un 20/10, mi cara se vuelve roja de inmediato, pero no me quedo paralizada, tomo mi otra mano y la dejo caer sobre su cara. Estuvimos algunos minutos agarrándonos a manotazos, hasta que llegaron Tristán y Eliot.
- ¡Paren! – me dice Eliot - ¡No gastes tus energías en ella!
Me queda mirando fijamente a los ojos hasta que logro calmarme. Puedo escuchar que ella grita “¡Ella empezó!”. Es verdad, yo empecé, pero no podía controlar la rabia que sentía en ese momento, Rosa hace que salga la peor parte de mí. Ni siquiera me arrepiento, si tuviera la posibilidad de hacerlo de nuevo, lo haría sin pensarlo, la odio, simplemente la odio.
- Necesito que ambas se vayan de aquí – dice Tristán algo enojado - Siganme.
Ambas nos vamos a la cabaña de Tristán, supongo que nos van a reprender, odio tener que trabajar para este sistema, odio tener que obedecer a alguien.
- Supongo que le quitaras beneficios a Jazmín – dice Rosa – ella fue la que empezó.
- Eres tu la que siempre está tratándome de inútil – miro enojada a Tristán – estoy aburrida de tener que soportar los maltratos de Rosa, necesito que hagas algo.
Tristán me mira fijamente a la cara, creo que tiene algo de miedo y lo entiendo, ni siquiera yo me reconozco en estos momentos.
- Jazmín, entiendo lo que me dices – me mira atentamente – pero necesito que ustedes me apoyen, tu sobre todo, eres la mejor cazadora que tengo, si empiezas a descontrolarte, la gente empezara a sublimarse y no sabría como detener a todos.
- Con violencia – dice Rosa mientras se mira las uñas – Lo siento – pone cara de sorprendida. Creo que dijo lo que estaba pensando – Tristán, amigo, la gente te obedece porque te quiere y confía ciegamente en ti, no es necesario temerla a que ellos se sublimen, nunca lo harán, confía en mí.
Ver esta escena solo incremente mi odio y mi rabia, quiero pegarle un combo a Rosa.
- Si me disculpan – le digo a los dos – tengo que seguir con mi trabajo.
- Hablando de trabajo – dice ella – mira los planos que encontré.
Salgo lo más rápido que puedo de esa cabaña, camino por el pueblo y dejo de pensar en lo que paso, quizá debería asumir que las cosas siempre serán así, no hay forma de arreglar las cosas aquí.
Caminé a buscar algunas cosas para Eliot y en el camino me encontré con el chico de las frutas.
- ¡Oye! – le digo mientras me acerco.
- Hola, eres la chica de las flechas – me dice él mientras se ríe – gracias por hacer eso… Rosa es tan…
- ¿Detestable? – le digo.
- Insoportable era la palabra, pero la tuya también sirve – se ríe mientras recoge algunas cosas de piso.
- Quería pedirte perdón – le digo – no quería meterte en problemas.
- Tranquila – me toca el hombro – supongo que la única que se metió en problemas fuiste tu.
- Soy Jazmín – le doy la mano.
- Yo soy Benjamín – me da la mano.
- Es un gusto Benjamín – le sonrío – quería pedirte un favor.
- Claro, puedes hacerlo – me responde.
- Quería pedirte algunas manzanas verdes – le digo – vi que recogiste hartas hoy.
- Claro – saca algunas de su canasta – ahí tienes algunas, ¿Para que las quieres? Claro… sí se puede saber.
- Claro que sí – le digo mientras tomo las manzanas – son para Eliot.
- ¿El chico pirata? – me dice él, yo me enojo un poco, odio que la gente le diga así – Lo siento… Verdad que son novios.
- No… No somos novios – le digo algo nerviosa – solo somos amigo.
Él se ríe un poco y yo trato de no tomarlo en cuenta.
- ¡Jazmín! – me grita Iris que se aproxima corriendo – Hola… tu – le dice a Benjamín.
- Benjamín – le estira la mano – un gusto.
- Hola frutitas – le dice mi amiga – soy Iris.
- ¿Qué quieres Iris? – le digo algo avergonzada.
- Ese tal Eliot te fue a dejar un arco – me dice – no alcance a ver a tu amigo, pero aquí está el arco – me lo da, tiene tallada una manzana, me pongo algo roja.
- ¿Eso fue de tu “amigo”? – me dice Benjamín, yo me pongo roja de vergüenza - ¿Quieren venir a tomar una taza de té?
- Claro, te acompañaremos.
Fuimos caminado y llegamos a la cabaña de Benjamín, su casa es más grande que la de nosotras y eso que él vive solo, no entiendo porque tiene tantos privilegios. Saca unas hojas de flores naranjas y prepara un té, me lo tomo y me empiezo a sentir mejor, quizá la vida en el bosque no sea tan mala como lo pensaba en la mañana.
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